La_Hortelana_9_(2)
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Septiembre 2017, nº9<br />
<strong>La</strong>s mujeres, por su parte, tenían que trabajar de sol<br />
a sol, recogiendo cochinilla, lavando, planchando,<br />
bordando hasta altas horas de la madrugada<br />
a la luz de una vela…otras, se vieron obligadas<br />
a prostituirse para poder mantener a sus hijos,<br />
siendo acusadas de adúlteras, delito castigado en<br />
el Código Penal.<br />
Al llegar la democracia y la ley del divorcio, algunas<br />
decidieron romper el vínculo familiar a la espera<br />
de “la paga no contributiva”. Con la sentencia<br />
del divorcio en la mano no llegaron a tiempo para<br />
formar una nueva pareja, quizá por la traumática<br />
experiencia del abandono.<br />
Algunas de estas mujeres lograron hacerse con<br />
un pequeño patrimonio, pero no pusieron nada a<br />
su nombre ya que trabajaban para la sociedad de<br />
gananciales que constituyeron con el matrimonio.<br />
<strong>La</strong> ley les prohibía vender , no podían acceder a<br />
préstamos bancarios, pues para poder pedir una<br />
hipoteca necesitaban la autorización de su marido.<br />
Estas mujeres jóvenes abandonadas vieron rotas<br />
sus posibilidades afectivas y su vida sexual se<br />
vio truncada e inexistente. Se quedaron en la isla<br />
sintiendo la mirada despiadada de los convecinos,<br />
y para algunas el único respiro era cuando llegaban<br />
las fiestas de Carnaval, escondiéndose bajo el<br />
anonimato de una máscara.<br />
Después de décadas de olvido, algunos maridos<br />
han vuelto y muchas mujeres han accedido a<br />
convivir con ellos. Otras, se han negado y han<br />
sido los hijos los que han recogido a sus padres<br />
porque habían sido educados en el respeto hacia<br />
su progenitor.<br />
Estas mujeres, solas y sin ayuda son la otra cara<br />
de la emigración sin que nadie haya reconocido su<br />
coraje , su fuerza y su empuje.<br />
También se está produciendo otro fenómeno: la<br />
reclamación de la herencia canaria de los hermanos<br />
iberoamericanos. ¡Terrible ironía!.<br />
Jurídicamente tienen mayores beneficios<br />
económicos los emigrantes retornados que las<br />
mujeres que esperaron abandonadas en la isla, en<br />
silencio, sin algarabía y sin exigir nada.<br />
Podríamos terminar resumiendo que las mujeres<br />
canarias que se quedaron solas, mantuvieron y<br />
educaron a su familia, contribuyendo a pesar de<br />
sus pocas posibilidades al desarrollo afectivo,<br />
económico y social de sus hijos. Hoy, algunos de<br />
ellos han quedado marcados por su infancia y<br />
sienten aún el dolor de no tener un padre cuando<br />
más lo necesitaban.<br />
¡¡¡Bravo por todos ellos, por las madres y por los<br />
hijos!!!.<br />
Bibliografía: María Victoria Hernández Pérez.<br />
(Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane).<br />
Publicado en el número 376.<br />
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