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Cuba Geografica No4

Aunque conocida, la relación directa que existió entre Salvador Massip y William Morris Davis es escasamente tratada por sus biógrafos contemporáneos en Cuba, que se enfocan con frecuencia en aspectos irrelevantes para el aporte cardinal que hiciera a la Geografía este hombre excepcional del siglo XX. Encontrar un documento de su puño dirigido a Davis hace casi un siglo obliga a reflexionar en el colosal salto que Massip procuró para la enseñanza y la investigación geográficas en Cuba sin más soporte que el de su tenacidad y su clarísima inteligencia. CubaGeográfica tiene especial gusto en hacer público un documento seminal en la historia de la Geografía de Cuba, una carta de dos páginas que se inserta en la transición –producida por Massip e inspirada en la geografía norteamericana– entre la geografía escolástica colonial y la de la época republicana. Este número también se luce con un verdadero aporte al conocimiento del karst de Farallones de Moa, esa pieza de la geografía cubana que, por su aislamiento, ha escapado a la atención de los especialistas. El trabajo se ilustra con fotos fascinantes en todos los sentidos. Farallones se revela como una localidad única que demanda atención y preservación. Las notas sobre las reservas de agua en Cuba y su manejo traen a colación uno de los agudos problemas geográficos que encara el país; mientras que la propuesta de completar los registros paleosísmicos con formas halladas en cuevas es interesante y original en Cuba. Por último, Dolores S. Asoyan, nos concedió una entrevista que será de interés para muchos de sus colegas. El resto de los materiales pueden resultar igualmente frescos e interesantes. Justamente eso queremos.

Aunque conocida, la relación directa que existió entre Salvador Massip y William Morris Davis es escasamente tratada por sus biógrafos contemporáneos en Cuba, que se enfocan con frecuencia en aspectos irrelevantes para el aporte cardinal que hiciera a la Geografía este hombre excepcional del siglo XX.
Encontrar un documento de su puño dirigido a Davis hace casi un siglo obliga a reflexionar en el colosal salto que Massip procuró para la enseñanza y la investigación geográficas en Cuba sin más soporte que el de su tenacidad y su clarísima inteligencia.
CubaGeográfica tiene especial gusto en hacer público un documento seminal en la historia de la Geografía de Cuba, una carta de dos páginas que se inserta en la transición –producida por Massip e inspirada en la geografía norteamericana– entre la geografía escolástica colonial y la de la época republicana.
Este número también se luce con un verdadero aporte al conocimiento del karst de Farallones de Moa, esa pieza de la geografía cubana que, por su aislamiento, ha escapado a la atención de los especialistas. El trabajo se ilustra con fotos fascinantes en todos los sentidos. Farallones se revela como una localidad única que demanda atención y preservación.
Las notas sobre las reservas de agua en Cuba y su manejo traen a colación uno de los agudos problemas geográficos que encara el país; mientras que la propuesta de completar los registros paleosísmicos con formas halladas en cuevas es interesante y original en Cuba.
Por último, Dolores S. Asoyan, nos concedió una entrevista que será de interés para muchos de sus colegas.
El resto de los materiales pueden resultar igualmente frescos e interesantes. Justamente eso queremos.

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EL PUNTO<br />

DE PARTIDA<br />

Carta de Salvador Massip<br />

a William Morris Davis ... p. 11<br />

“<br />

Me gustaría ofrecerle, personalmente, mis<br />

servicios, para todo el trabajo de campo<br />

que usted quiera que yo realice en <strong>Cuba</strong>”<br />

Salvador Massip<br />

Farallones de Moa<br />

La sobrerregulación del agua<br />

Las cuevas, un archivo paleosísmico<br />

Diez preguntas a Dolores S. Asoyan<br />

Clasificación de las universidades cubanas<br />

En el próximo número:<br />

¿Es posible un<br />

NUEVO<br />

ATLAS?


Una nota de introducción<br />

Aunque conocida, la relación directa que existió<br />

entre Salvador Massip y William Morris Davis es<br />

escasamente tratada por sus biógrafos contemporáneos<br />

en <strong>Cuba</strong>, que se enfocan con frecuencia en aspectos<br />

irrelevantes para el aporte cardinal que hiciera a la<br />

Geografía este hombre excepcional del siglo XX.<br />

Encontrar un documento de su puño dirigido a Davis<br />

hace casi un siglo obliga a reflexionar en el colosal salto<br />

que Massip procuró para la enseñanza y la investigación<br />

geográficas en <strong>Cuba</strong> sin más soporte que el de su tenacidad<br />

y su clarísima inteligencia.<br />

<strong>Cuba</strong>Geográfica tiene especial gusto en hacer público<br />

un documento seminal en la historia de la Geografía de<br />

<strong>Cuba</strong>, una carta de dos páginas que se inserta en la transición<br />

–producida por Massip e inspirada en la geografía<br />

norteamericana– entre la geografía escolástica colonial<br />

y la de la época republicana.<br />

Este número también se luce con un verdadero aporte<br />

al conocimiento del karst de Farallones de Moa, esa<br />

pieza de la geografía cubana que, por su aislamiento, ha<br />

escapado a la atención de los especialistas. El trabajo se<br />

ilustra con fotos fascinantes en todos los sentidos. Farallones<br />

se revela como una localidad única que demanda<br />

atención y preservación.<br />

Las notas sobre las reservas de agua en <strong>Cuba</strong> y su<br />

manejo traen a colación uno de los agudos problemas<br />

geográficos que encara el país; mientras que la propuesta<br />

de completar los registros paleosísmicos con formas<br />

halladas en cuevas es interesante y original en <strong>Cuba</strong>.<br />

Por último, Dolores S. Asoyan, nos concedió una entrevista<br />

que será de interés para muchos de sus colegas.<br />

El resto de los materiales pueden resultar igualmente<br />

frescos e interesantes. Justamente eso queremos.<br />

Gracias<br />

Portada<br />

Abra del río Yumurí en Matanzas, vista desde el sureste.<br />

Al fondo, la superficie de nivelación superior de las<br />

alturas del Norte de Habana-Matanzas, a la cual se<br />

refirió Salvador Massip en la carta de 1919 a William<br />

Morris Davis (“...A unos 9 kilómetros tierra adentro, a<br />

100 metros de altura...”), que se reproduce por primera<br />

vez en la página 13 de este número de <strong>Cuba</strong>Geográfica.<br />

I


La regulación del escurrimiento superficial Vea la página 16<br />

Situados al sur de Cabañas y Mariel, los embalses San Francisco, izquierda, y Pinillos,<br />

tienen una capacidad de 51 y 19.5 millones de m3 respectivamente. Fueron creados<br />

para servir a los centrales A.C. Sandino y O. Nodarse, desmantelados en el 2002.<br />

Las reservas de agua<br />

exceden a las necesidades<br />

de la economía<br />

cubana actual y su<br />

preservación es costosa.<br />

La infraestructura<br />

hidráulica se deteriora<br />

y se soslaya el costo<br />

ambiental de retener<br />

el 28% del escurrimiento<br />

superficial<br />

antes de llegar al mar.<br />

En EStE núMEro<br />

FArALLonES DE MoA: Karst y<br />

tectónica en el norte de oriente<br />

1<br />

Asomarse al karst más aislado de <strong>Cuba</strong> revela la dinámica y la<br />

evolución de una morfoestructura cuyo agrietamiento controla el<br />

desarrollo de su escultura superficial y subterránea elaborada por<br />

las precipitaciones y el escurrimiento fluvial.<br />

Lazos entre los clásicos<br />

El Instituto de Segunda Enseñanza<br />

de Matanzas y la Geografía de <strong>Cuba</strong><br />

Massip: Su último servico a la Geografía<br />

11<br />

El fundador de la Geografía moderna en <strong>Cuba</strong> escribe al padre<br />

de la Geografía norteamericana para ofrecerle sus servicios. Es el<br />

verano de 1919, la raíz misma del gran cambio en la enseñanza y<br />

métodos de investigación que estaba a pocos años de producirse.<br />

Paleosismicidad y cuevas<br />

22<br />

Los autores de este original<br />

trabajo proponen una<br />

investigación para ayudar a<br />

reconstruir la paleosismicidad<br />

en <strong>Cuba</strong> a través del<br />

estudio del daño o de la<br />

destrucción total de las<br />

formaciones secundarias<br />

en las cuevas.<br />

Diez preguntas a<br />

Dolores S. Asoyan<br />

24<br />

Figura clave en el desarrollo de la teledetección en la geografía,<br />

D.S. Asoyan habla de sí, de <strong>Cuba</strong> y de sus planes, justo cuando<br />

el mundo académico ruso honra su fructífera carrera.<br />

En cifras<br />

21<br />

Una clasificación de las universidades de todo el mundo coloca<br />

a las cubanas bien alejadas de la punta.<br />

“..el mar, que siempre es cuna...”<br />

29<br />

La geógrafa y prolífica autora Emma Romeu describe a <strong>Cuba</strong><br />

en versos breves cargados de imágenes geográficas.<br />

novedades de la Biblioteca<br />

30<br />

Los recursos hidrográficos superficiales de la República Dominicana,<br />

de José L. Batista, es una obra con muy pocos precedentes, y el<br />

más reciente aporte capital cubano a la geografía de otro país.<br />

II


FARALLONES de MOA<br />

Karst y tectónica en el norte de Oriente<br />

Antonio R. Magaz y Antonio Danieli<br />

Foto de Jesús M. Martínez / Grupo Humboldt<br />

Farallones de Moa vistos desde el noreste, con lapiés profundo penetrado por vegetación. Figura 3 en el texto.<br />

En el karst cubano, que ocupa las<br />

dos terceras partes del país y<br />

dista mucho de ser un espacio<br />

continuo, hay “islas calcáreas”<br />

en medio de vastas superficies<br />

elaboradas sobre rocas no karstificables.<br />

Este es el caso de los<br />

Farallones de Moa, literalmente un<br />

karst en medio de la nada.<br />

La naturaleza impresionante de esta<br />

unidad físicogeográfica se reseña en algunos<br />

videos y escuetos artículos no<br />

especializados, así como en los planos<br />

de las cavernas y, en especial, en las<br />

fotografías de un mundo subterráneo<br />

fascinante, con lagos y ríos que, a la<br />

luz de los exploradores, reflejan en sus<br />

aguas los mármoles rosados y crema<br />

de las paredes, con olistolitos de serpentinitas<br />

verdes cubiertos por formaciones<br />

secundarias de color blanco<br />

brillante. El fantástico espectáculo que<br />

muestra la impresionante colección de<br />

fotos del Grupo Internacional La Salle<br />

Sin la Sociedad Espeleológica de <strong>Cuba</strong> y el excelente<br />

trabajo fotográfico del grupo internacional La Salle,<br />

este sería un lugar desconocido de la geografia de <strong>Cuba</strong>, que<br />

sigue brindando sorpresas gracias a la diversidad, singularidad<br />

y belleza de sus paisajes en un espacio reducido como lo<br />

es el archipiélago cubano.<br />

(www.lasalle3d.com) es casi desconocido<br />

y dio a <strong>Cuba</strong>Geográfica motivos<br />

más que suficientes para escribir este<br />

articulo.<br />

El mismo se ha realizado lejos del<br />

pais, sin trabajo de campo, reuniendo<br />

toda la información antes dicha y empleando<br />

algunas imágenes de uso<br />

abierto disponibles en Google Earth.<br />

La información geológica local tampoco<br />

ha sido la más precisa posible.<br />

UNA JOYA DEL KARST CUBANO<br />

El sistema kárstico Farallones de<br />

Moa esta situado a algo más de 18 Km.<br />

al sursuroeste de la ciudad de Moa, en<br />

las coordenadas 20º30’56” de latitud<br />

norte y 75º00’36” de longitud oeste, a<br />

1 km al sur del pequeño poblado Fara-<br />

1


Figura 1. Sistema kárstico Farallones de Moa.<br />

Figura 2. Posición morfotectónica.<br />

llones (Fig. 1). Si recurrimos al mapa<br />

morfotectónico de la parte oriental de<br />

<strong>Cuba</strong> (Fig. 2) (Hernandez et al, 1991),<br />

el sistema Farallones ocupa un escalón<br />

de premontaña (300-442 m de altitud)<br />

en la vertiente noreste del bloque de las<br />

Cuchillas de Moa, que alcanza una altitud<br />

máxima de 880 m, o escalón de las<br />

montañas pequeñas. Por el este, está<br />

separado de la meseta Altos de la<br />

Calinga (1,175 m. de altitud máxima)<br />

por el sistema de fallas de los ríos<br />

Moa-Calentura. Al norte, una falla<br />

forma un escalón en el relieve y lo separa<br />

de las Alturas y llanuras septentrionales<br />

de Mayari-Sagua de Tánamo,<br />

cuya altura máxima es de 280 m.<br />

Se trata de un un gran lente calcáreo<br />

incluido tectónicamente dentro de un<br />

manto de serpentinitas, elevado neotectónicamente<br />

y exhumado por la erosión<br />

en el borde de una geoestructura de<br />

bloque. Se expresa en el relieve por<br />

una escarpa tectónico-denudativa que<br />

forma un gran farallón en su lado norte<br />

y le da nombre al sitio. Escarpas y<br />

contactos petromórficos lo limitan por<br />

su extremo meridional.<br />

La escarpa septentrional está formada<br />

en rocas calcáreas muy fracturadas<br />

y con lapiés profundo, con<br />

alturas de 20-30 m en la mitad occidental<br />

y de 40-47 m en su mital oriental<br />

(Fig. 3). Por el sur las escarpas<br />

petromórficas o litológicas son mas<br />

bajas, con solo 23-40 m. Cuando disminuye<br />

la altura de estas<br />

escarpas petromórficas,<br />

hasta que desaparecen<br />

como morfoelementos,<br />

solo se identifica el contacto<br />

con las serpentinitas a través de la<br />

interpretación fotogeológica y por la<br />

morfoescultura, aunque esto último no<br />

lo hemos podido comprobar.<br />

Desde el punto de vista hidrográfico<br />

el sistema esta compuesto por dos<br />

unidades: la kárstica propiamente<br />

dicha, formada por la exhumación erosivo-corrosiva<br />

del lente calcáreo; y por<br />

el influvium alóctono, la unidad extrakárstica<br />

que se extiende hacia el sur<br />

-sobre las serpentinitas- hasta las<br />

cabeceras de las cuencas, a 700-880 m.<br />

de altitud en la parte alta del bloque<br />

morfotectónico de las Cuchillas de<br />

Moa.<br />

La unidad extrakárstica que alimenta<br />

superficialmente al sistema a través de<br />

tres valles ciegos (unos 21 km 2 ) es 14<br />

veces más extensa que la unidad<br />

kárstica, la superficie calcárea que alimenta<br />

a la cuenca por influación, de<br />

apenas 1,5 km 2 . (Fig. 4).<br />

La unidad kárstica del sistema Farallones<br />

de Moa (Figs. 5 y 6 ) se ex-<br />

Figura 4. El área de las cuencas colectoras extrakársticas (A) exceden varias<br />

veces al área de la zona kárstica. 2


tiende 2,2 km de este a oeste y forma<br />

una superficie topográfica cóncava que<br />

desciende desde 442 m y 421 m en los<br />

extremos este y oeste respectivamente<br />

Figura 6. Perfiles esquemáticos geólogo-geomorfológicos de Farallones de Moa<br />

hasta unos 300 m en el centro, para un<br />

desnivel máximo de unos 140 m, con<br />

pendientes superficiales entre 10%-<br />

20% muy fracturadas en escalones pequeños<br />

y karstificadas, donde se identifica<br />

un paleocauce.<br />

De norte a sur esta morfoescultura<br />

tiene 1,3 km y su morfologia es escalo-<br />

E<br />

W<br />

3


Figura 7.<br />

Depresión de<br />

disolucióndesplome.<br />

Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.com<br />

nada, con dos niveles principales a 403<br />

y 340 m. separados por una escarpa<br />

tectónica de unos 60 m, en cuya base<br />

se ha desarrollado una extensa depresión<br />

erosivo-kárstica.<br />

Al noreste, en el borde del farallón<br />

hay un escalón menor de hundimiento<br />

gravitacional, hundido 56 m con respecto<br />

a la superficie de desprendimiento<br />

en el bloque contiguo. Este<br />

hundimiento ocurre en una fractura de<br />

distensión marginal y dentro de sus<br />

limites se halla la galería del resolladero<br />

del sistema.<br />

Es de notar que el desnivel entre el<br />

sumidero más alto -Ojo de Agua, a<br />

382 m de altitud- ( * ) y el resolladero<br />

del río Farallones (el único surgente y<br />

colector del sistema, a 254 m. de altitud)<br />

alcanza 128 m, lo que dividido por<br />

los 1,292 m que separan a estos puntos<br />

se obtiene un gradiente hidráulico<br />

medio de 10%, el máximo a vencer por<br />

los ríos del sistema, lo cual también da<br />

una idea del corte erosivo-kárstico de<br />

los cauces subterráneos. El espesor<br />

total visible del sistema, desde la cota<br />

máxima de la superficie kárstificada<br />

(442 m) y el resolladero alcanza los<br />

188 m.<br />

SISTEMA DE AGRIETAMIENTO<br />

El sistema de agrietamiento dominante,<br />

descifrable en las imágenes de<br />

satélite y visible en algunas fotos subterráneas,<br />

forma una red de dirección<br />

NW-SE y WNW-ESE. Otros sistemas<br />

de fracturas importantes pero de menor<br />

densidad y longitud mantienen direcciones<br />

NE, NNE, submeridional y sublatitudinal.<br />

La densidad del agrietamiento visible<br />

llega a 20 km /km 2 con una separación<br />

típica de 10-80 m entre las<br />

grietas, lo cual, junto a sus direcciones,<br />

condiciona la distribución, profundidad<br />

y diseño del complejo de formas epikársticas,<br />

incluidos los sumideros, el<br />

resolladero, los campos de lenar<br />

acanalado, las chimeneas verticales,<br />

simas y las depresiones de disolución y<br />

de disolución-desplome (Fig. 7).<br />

Estas fracturas también condicionan<br />

a otros complejos genéticos de formas<br />

del relieve como el denudativo-gravitacional,<br />

donde las fracturas de distensión<br />

determinan la distribución del<br />

lajamiento secuencial del borde en las<br />

escarpas, la posición de los circos de<br />

derrumbe y corrimiento, los conos<br />

coluviales y la caída frecuente de<br />

rocas. Las fracturas influyen en la posición<br />

de los sumideros de los tres ríos<br />

influentes del sistema y en el resolladero.<br />

También condicionan el paleocauce<br />

o cañón abandonado que se<br />

aprecia en la superficie por encima del<br />

nivel del sumidero del río Quebracho<br />

así como en los vestigios de otro cauce<br />

epígeo en el relieve relicto.<br />

( * ) La toponimia utilizada en este trabajo<br />

es la misma que emplearon los espeleólogos<br />

del Grupo Humboldt. 4


El paleocauce que corta el epikarst<br />

hasta los farallones del norte (sobre el<br />

nivel del sumidero del Quebracho) está<br />

muy bien conservado en el relieve, con<br />

profundidad de unos 40 m, y se relaciona<br />

con una cuenca alóctona de área<br />

pequeña (2,75 km 2 ) con 3 km de<br />

cauce ciego y una pendiente longitudinal<br />

cercana al 20%. Este paleocauce<br />

fue abandonado cuando se formó el<br />

sumidero para circular subterráneamente<br />

por la galería más occidental.<br />

Entre los dos escalones del relieve,<br />

visibles en el perfil norte-sur del sistema,<br />

se aprecia una depresión erosivokárstica<br />

de falla, alargada (esquema<br />

geomorfológico y Fig. 6) que se extiende<br />

desde las inmediaciones de la<br />

escarpa sur, (sobre al sumidero Vera<br />

del Majá) y con una dirección WNW<br />

se extiende 1 km para cambiar a una<br />

dirección NNE y salir al farallón del<br />

norte, al oeste del resolladero del río<br />

Farallones, donde toma la forma de un<br />

cauce estrecho casi paralelo al paleocauce<br />

anteriormente descrito.<br />

Conforme a la posición estructural<br />

de las rocas vulcanógeno-sedimentarias<br />

del arco cretácico y de los relictos<br />

de la corteza oceánica, (Albear, J. F. et<br />

al, 1988; Iturralde-Vinent, 2010), así<br />

como de estas formas del paleorelieve,<br />

se supone que las rocas de este lente<br />

calcáreo se hallaban enterradas por un<br />

manto de sobrecorrimiento potente del<br />

complejo ofiolítico y por consiguiente,<br />

estas formas inactivas de la escultura<br />

fluvial y fluvio-kárstica constituyen relictos<br />

de antiguos valles sobreimpuestos<br />

en el techo de las rocas calcáreas.<br />

Estos valles abandonados eran activos<br />

antes de la formación de los sumideros<br />

antiguos, los que desarticularon<br />

la red fluvial durante el proceso de exhumación<br />

erosiva del lente carbonatado.<br />

De esta manera, el drenaje superficial<br />

(sobre serpentinitas ) se convirtió<br />

en subterráneo (en los mármoles)<br />

donde debe haber mediado una etapa<br />

de drenaje mixto superficial-subterráneo.<br />

Junto a los levantamientos neotectónicos<br />

del bloque, este fue el mecanismo<br />

escultural pasivo que explica la<br />

existencia de cauces superficiales y<br />

subterráneos inactivos en este sistema<br />

Figura 8. Melange de serpentinitas en el nivel de base kárstico.<br />

kárstico.<br />

Desde el punto de vista geomorfológico<br />

el sistema kárstico Farallones de<br />

Moa es un merokart de vertiente, ya<br />

que los arroyos situados al norte de la<br />

unidad kárstica del sistema profundizan<br />

sus cauces entre 4 y 30 m. por<br />

debajo del resolladero, mientras que,<br />

por el sur, las bases de la erosión se encuentran<br />

entre 40-145 m por debajo de<br />

la superficie kárstica y por el este y el<br />

oeste están 130-160 m bajo las superficies<br />

mas elevadas del karst superficial.<br />

Por esta razón, el acuífero instalado en<br />

grietas y cauces es libre y de circulación<br />

descendente hacia la red fluvial<br />

epígea.<br />

La existencia de rocas serpentiníticas<br />

y de un melange en la base del lente<br />

calcáreo (nivel de base parcial o muro<br />

impermeable acuitardo) visible en los<br />

cauces activos más bajos y la posición<br />

y distribución de las redes de cavernamiento<br />

fluvial del endokarst, sugieren<br />

la inexistencia de fugas de cuenca<br />

a través de vías de circulación<br />

Figura 9. Las galerías fluviokársticas (amarillo) estan ajustadas al sistema de fracturas.<br />

En rojo se muestran las escarpas y los contactos litoestraucturales que confinan<br />

al macizo kárstico y en verde los ríos influentes y efluentes.<br />

Foto de Jesús M. Martínez / Grupo Humboldt<br />

5


Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.com<br />

holokárstica profunda por debajo de<br />

las bases de erosión regional (ver<br />

fig. 8).<br />

A los efectos del análisis morfométrico<br />

con fines hidrológicos,<br />

pueden utilizarse sin reservas las<br />

áreas de cuenca delimitadas a partir<br />

de sus divisorias topográficas, ya<br />

que los probables déficits hídricos<br />

que pueden registrarse en las zonas<br />

de surgencia, son en parte derivados<br />

de las reservas presentes dentro de<br />

estos sistemas kársticos, no existiendo<br />

fugas o escapes de cuenca<br />

por la vía subterránea.<br />

La morfología y el desarrollo de<br />

las formas de conducción subterránea<br />

y su organización arquitectónica<br />

en el interior del aparato kárstico,<br />

están ligadas por una parte con<br />

el tipo de roca marmórea solamente<br />

permeable a través de diaclasas y<br />

fallas, y por otra, con el diseño de la<br />

red de agrietamiento en que se encuentra<br />

fisurada su masa. Aquí predominan<br />

dos sistemas de dirección<br />

dominante (NW-SE a WNW-ESE y<br />

Foto de Jesús M. Martínez / Grupo Humboldt<br />

Figura 10. Saltos<br />

de agua en el interior<br />

del sistema<br />

kárstico. Arriba, en la<br />

unión de la galería<br />

del río Quebracho<br />

con la galería principal,<br />

a unos 200 m<br />

del resolladero. A la<br />

izquierda, el Salto<br />

del Ranón, con más<br />

de 20 m de alto, en<br />

una falla que se expresa<br />

en el relieve.<br />

submeridional), con planos de fractura<br />

subverticales.<br />

Por otra parte, las características<br />

espeleomorfológicas y genéticas<br />

están condicionadas también con el<br />

comportamiento dinámico del levantamiento<br />

del bloque montañoso.<br />

Así, en el plano realizado por los<br />

6


Figura 11. Circulación por una grieta<br />

ampliada por disolución .<br />

espeleólogos se revela que las galerías<br />

excavadas por los ríos subterráneos<br />

(Fig. 9) estan tectoalineadas en su<br />

mayor longitud en estas direcciones<br />

expresadas en el relieve del epikarst.<br />

Las fotos disponibles del interior de<br />

las cuevas muestran que en la vertical,<br />

Figura 12. Morfología mixta en la sección<br />

transversal de una galería<br />

las secciones longitudinales de las galerias<br />

presentan saltos en diaclasas<br />

transversas o fallas (Fig. 10). En su<br />

sección transversal hay formas de<br />

cañón típicas de la circulación por<br />

grietas en un acuifero kárstico discontinuo<br />

(Fig.11).<br />

Algunas galerías tienen una sección<br />

transversal mixta, propia de una circulación<br />

inicialmente forzada (circular en<br />

la sección) y luego de conducción libre<br />

o fluvial, con un cauce en forma de<br />

caja en la parte inferior de la sección.<br />

Esto es evidencia del levantamiento<br />

tectónico y del aumento de la capacidad<br />

colectora del karst con flujo a<br />

mayor escala (Fig. 12).<br />

Los cauces subterráneos tienen también<br />

altos pináculos -o lapiés estructural-<br />

en medio de algunas galerías, así<br />

como scallops en las paredes, formados<br />

durante las avenidas.<br />

Las galerías son más amplias y altas<br />

cerca del resolladero y la parte centrooriental<br />

del sistema por los desplomes<br />

subterráneos que aumentan el volumen<br />

de espacio hueco (Fig. 13) aunque en<br />

general el mayor desarrollo evolutivo<br />

endokárstico lo tienen las galerías que<br />

se desarrollaron a partir del actual<br />

sumidero oriental (Vera del Majá),<br />

relacionado con la mayor cuenca de<br />

captación pluvial (17 km 2 ) en el extremo<br />

este de la unidad alóctona del<br />

Figura 13.<br />

Derrumbe en<br />

una galería<br />

evolucionada.<br />

Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.com 7


TABLA Morfometría de las superficies y formas del relieve<br />

sistema (A en la fig. 4).<br />

En comparación, los ríos subterráneos<br />

formados a partir de los otros dos<br />

sumideros (actuales Ojo de Agua y<br />

Quebracho) son mucho más estrechos<br />

y cortos y están conectados como afluentes<br />

subterráneos con el cauce más<br />

desarrollado y supuestamente más antiguo.<br />

Estos cauces cortos y angostos<br />

están formados por dos cuencas ciegas<br />

de captación menores (1,5 y 2,75 km2)<br />

al occidente de la unidad alóctona. (ver<br />

Tabla)<br />

Por el sur, la parte más alta del lente<br />

calcáreo se halla hacia su mitad oriental,<br />

que puede haber sido erosionada<br />

(exhumada) antes que el resto del lente<br />

de mármol. Esto permite suponer que<br />

las galerías orientales son más antiguas<br />

como formas subterráneas. La distancia<br />

entre cada sumidero y el resolladero<br />

colector es 740 m en Quebracho;<br />

1292 m en Ojo de Agua y 1320 m en<br />

Vera del Majá, con pendientes de 10%,<br />

10% y 7% respectivamente.<br />

Los datos morfométricos generales<br />

reflejan que la subcuenca ciega de la<br />

Vera del Majá además de ser la mayor<br />

arealmente (17 Km 2 ) también es la<br />

más regularizada (menor pendiente,<br />

con 8%). Lo mismo se revela subterráneamente,<br />

pues las galerías procedentes<br />

de este sumidero presentan también<br />

la menor pendiente (7%) sin la existencia<br />

de saltos de agua, lo que apunta a<br />

una mayor antiguedad de estos cauces<br />

con relación a las galerías procedentes<br />

de los otros dos sumideros.<br />

La cartografía disponible de las<br />

cuevas muestra galerías activas directamente<br />

conectadas con los tres sumideros<br />

actuales, pero sin información altitudinal.<br />

Esto impide emitir juicios<br />

acerca de los niveles de cavernamiento<br />

colgados o inactivos que existen y de<br />

sus dimensiones. Sin embargo a juzgar<br />

por las fotografias del grupo La Salle,<br />

hay cauces merokársticos abandonados<br />

totalmente decorados y revestidos por<br />

espeleotemas. La suma de las galerias<br />

cartografiadas en la unidad kárstica de<br />

Farallones de Moa llega a unos 4 Km,<br />

el triple de la longitud de la cueva<br />

Jíbara del karst de Baire al norte de la<br />

Sierra Maestra, aunque esta ultima<br />

cavidad fluvio-kárstica posee un<br />

desnivel escalonado de 248 m, casi el<br />

doble de Farallones que apenas alcanza<br />

los 130 metros ( ** ).<br />

EDAD RELATIVA DEL KARST<br />

Los cálculos relacionados con la<br />

edad Plioceno antiguo-Cuaternario Inferior<br />

(N2 1 – Q1) de la corteza de intemperismo<br />

de las rocas del oriente<br />

cubano fueron realizados a través del<br />

método hidrogeoquímico (absoluto)<br />

por Buguelsky y Formell (1967) y<br />

concuerdan con los datos geomorfológicos<br />

relativos a la edad de las<br />

nuevas superficies plioceno-cuaternarias<br />

“depositadas” sobre la inicial del<br />

ortoplano Mioceno inferior y medio<br />

(Del Corral, 1944.; Lilienberg, 1970,<br />

Lilienberg, 1973; Portela, et al. 1989;<br />

Magaz, 1996; Magaz, inedito). El área<br />

de distribución de las cortezas analizadas<br />

y valoradas geomorfológicamente<br />

comprende los niveles de planación de<br />

800–900 m que se distribuyen en las<br />

superficies planas de la meseta Altos<br />

de la Calinga y en el resto de planalto<br />

de las cabezadas de Cuchillas de Moa<br />

en cuya vertiente se encuentra el sistema<br />

kárstico de Farallones de Moa.<br />

Como las cortezas de intemperismo<br />

fijaron la edad de estas superficies del<br />

relieve, los datos cronológicos permiten<br />

asumir hipotéticamente una edad<br />

del Pleistoceno temprano para la fase<br />

erosiva y erosivo-kárstica de exhumación<br />

de las rocas del lente y del inicio<br />

del drenaje subterráneo.<br />

En consecuencia, a la fase kárstica<br />

(del complejo de formas subterránea)<br />

corresponde una edad del Cuaternario<br />

medio al Holoceno (Q2, Q3 y Q4).<br />

CONCLUSIONES<br />

El sistema kárstico Farallones de<br />

Moa es un merokarst de vertiente,<br />

compuesto por una unidad kárstica y<br />

otra extrakárstica o influvion alóctono<br />

instalado en la pendiente norte montañosa<br />

de las Cuchillas de Moa.<br />

La unidad kárstica del sistema es un<br />

lente carbonatado incluido en el interior<br />

de un manto de sobrecorrimiento<br />

serpentinítico, una paleoestructura elevada<br />

y erosionada en el interior del<br />

bloque neotectónico montañoso.<br />

Los complejos de formas del relieve<br />

de todo el sistema están condicionados<br />

tectónicamente por varios sistemas de<br />

fracturas antiguas y jóvenes (diaclasas<br />

y fallas subverticales).<br />

El lente calcáreo estuvo enterrado<br />

bajo un espesor considerable de rocas<br />

terrígenas hasta que el corte erosivo alcanzó<br />

su superficie y se instalaron en<br />

él valles sobreimpuestos (hoy relictos)<br />

que comenzaron a karstificarse mediante<br />

sumideros y dieron lugar a una<br />

red de conductos embrionarios con salidas<br />

al norte. La red superficial se desmanteló<br />

gradualmente a medida que<br />

ocurria la exhumación y el aumento de<br />

la capacidad colectora del karst.<br />

Las etapas de levantamiento de las<br />

montañas y su respuesta erosiva conllevaron<br />

a la profundización de las<br />

( ** ) La profundidad del karst de Baire se debe al espesor cercano a 300 m de las<br />

calizas paleógenas de la formación Charco Redondo que cubren a las rocas volcánicas<br />

de la formación Cobre que son el nivel de base parcial kárstico<br />

8


edes subterráneas. Algunos segmentos<br />

y sumideros iniciales deben estar colgados<br />

y abandonados. De igual manera,<br />

algunas paleosurgencias aún no<br />

identificadas quedaron suspendidas.<br />

Las dimensiones y desarrollo de las<br />

galerías del oriente del sistema demuestran<br />

la mayor antigüedad de estas<br />

formas, lo cual debe ser una función de<br />

dos variables importantes: la mayor altura<br />

de las rocas calcáreas por el<br />

sureste y la mayor cuenca de captación<br />

pluvial que tributa al sumidero de la<br />

Vera del Majá.<br />

La edad de las cortezas de intemperismo<br />

en las superficies extrakársticas<br />

y la edad relativa del relieve relacionado<br />

con el territorio de Farallones permite<br />

asignar al karst local una edad del<br />

Pleistoceno medio al Holoceno.<br />

Es esencial proteger las formas del<br />

relieve superficial y subterráneo, en<br />

particular, los paleocauces y depresiones,<br />

las formaciones secundarias,<br />

los sedimentos poligenéticos hipógeos<br />

y superficiales y las formas de erosión<br />

subterránea, elementos clave para las<br />

reconstrucción paleoclimática, del paleorelieve<br />

y de la evolución del karst y<br />

de la biota. Se recomienda hacer un<br />

levantamiento altitudinal de las galerías,<br />

con control horizontal combinado<br />

que, en conjunto con las campañas de<br />

fechado, debe garantizar la elaboración<br />

del esquema evolutivo del endokarst<br />

como una contribución importante al<br />

esclarecimiento de la dinámica neotectónica<br />

del bloque montañoso de las<br />

Cuchillas de Moa.<br />

REFERENCIAS<br />

Buguelskii, Yu. Yu. y Formell, F. (1967): Geoquímica e hidrogeoquímica<br />

de la corteza de intemperismo ferroniquelífera de <strong>Cuba</strong>. Rev.<br />

Ser. Geol. 3, 34 pp.<br />

Del Corral, J.I. (1944): Terrazas pleistocenicas cubanas. Rev. Soc.<br />

<strong>Cuba</strong>na Ing., 40:5-44, 97-140.<br />

Hernández, J.r.; Díaz, J.L.; Magaz, A.r.; González, r.;<br />

Portela A.H. y Arteaga, F. (1991): Criterios geomorfológicos para<br />

la clasificación morfotectónica de <strong>Cuba</strong> Oriental. En: Morfotectónica<br />

de <strong>Cuba</strong> Oriental, Ed. Academia, La Habana, 43pp.<br />

Iturralde-Vinent, Manuel A. (2010): Compendio de Geologia de<br />

<strong>Cuba</strong> y del Caribe. Primera edici<br />

Lilienberg, D.A. (1970): Geomorfología. En: Atlas Nacional de<br />

<strong>Cuba</strong>. Academia de Ciencias de <strong>Cuba</strong> y Academia de Ciencias de la<br />

URSS. Direccion Nacional de Geodesia y Cartografía, Consejo de<br />

Ministros de la URSS, Moscú, pp. 25-27.<br />

Lilienberg, D.A. (1973): Algunos problemas de la formación del relieve<br />

del archipiélago cubano. Academia de Ciencias de <strong>Cuba</strong>. Rev.<br />

Serie Espeleológica y Carsológica., 48: 1-5.<br />

Portela, A.H.; Díaz, J.L.; Hernández, J.r.; Magaz, A.r. y<br />

Blanco, P. (1989): Geomorfología. En: Nuevo Atlas Nacional de<br />

<strong>Cuba</strong>. Instituto Geográfico Nacional de España, Madrid. Sección<br />

Magaz, A.r. y Cisneros, L. r. (1996): Mapa geomorfológico a escala<br />

1:50 000 de las cuencas de los ríos Toa y Duaba. Archivo Instituto<br />

de Geografia, Academia de Ciencias de <strong>Cuba</strong>, La Habana.<br />

Magaz, A. r. (1996): Factibilidad de la minería superficial y medidas<br />

generales de protección y recuperación medioambientales desde el<br />

punto de vista de las condiciones geomorfológicas. Meseta Altos de la<br />

Calinga. Montañas de Baracoa. <strong>Cuba</strong>. Informe a la Agencia de Medio<br />

Ambiente, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de<br />

<strong>Cuba</strong>. 12 pp. Mapas y gráficos.<br />

Magaz, A.r. (inédito): Geomorfologia de <strong>Cuba</strong>.<br />

Foto de Antonio Danieli / www.LaSalle3d.com<br />

Galería fluviokárstica<br />

de la<br />

cueva de<br />

Farallones<br />

de Moa. 9


Quiénes inspiran este trabajo<br />

Esta nota sobre Farallones de Moa no se hubiera escrito<br />

de no ser por los formidables trabajos de La Salle 3D<br />

Interantional team (www.lasalle3D.com) y del Grupo<br />

Humboldt de aficionados a la Espeleología.<br />

El trabajo fotográfico de Antonio Danieli y otros autores de<br />

La Salle, en colaboración con la Sociedad Espeleológica de<br />

<strong>Cuba</strong>, escapa al alcance del elogio común.<br />

Cuando se ven las fotos de Farallones de Moa, la primera<br />

reacción es de asombro. El sitio de internet donde aparecen<br />

se revisa una por una y se vuelve a él rápidamente para disfrutarlas,<br />

siempre con el temor de que hayan desaparecido las<br />

hipnóticas imágenes. Las galerías de mármoles rosa pulidos, las<br />

aguas limpísimas de los ríos subterráneos, el melange de serpentinitas<br />

que más parece un dibujo para un libro de geología<br />

o una escena de Viaje al Centro de la Tierra, la película de l959,<br />

y los saltos de agua subterráneos se quedan grabados en la<br />

mente por muchos días.<br />

Al asombro inicial sigue una urgente necesidad de llamar a<br />

colegas de cualquier parte para compartir la maravilla irreal.<br />

Las fotos pasan de pantalla a pantalla por Facebook, email o<br />

cualquier otro medio de comunicación social.<br />

Queda desear que se repita el esfuerzo de La Salle.<br />

Por su parte, el trabajo de Grupo Humboldt lo hicieron estudiantes<br />

del Instituto Minero-Metalúrgico de Moa, jóvenes<br />

aficionados sin muchos más recursos que el tesón y la inteligencia<br />

natural, guiados por Carlos E. Hernández en 1970.<br />

Las descripciones del karst y la hidrogeología, y sobre todo<br />

el detallado mapa de las cuevas del sistema kárstico, entrañan<br />

una información valiosa para comprender la génesis y la<br />

dinámica de esta joya de la naturaleza cubana que ojalá<br />

quede siempre preservada como un sitio de excepción.<br />

Es tan cuidadoso el trabajo del Grupo que el plano de las<br />

cuevas tiene correspondencia con el sistema de fracturas visible<br />

en la superficie, y la posición de las fotos marcadas en el<br />

macizo no deja espacio a la duda de su coincidencia no fortuita<br />

con elementos tectónicos y estructurales importantes.<br />

Ambos trabajos -el fotográfico de La Salle y el espeleológico<br />

del Grupo Humboldt- están en la internet, y vienen a ser<br />

un recordatorio para los geógrafos cubanos de que en estos<br />

tiempos -y en los que vienen- el mensaje se transmite por<br />

ahí; que ya no hay que esperar por aprobaciones interminables,<br />

por capacidades de imprenta ni por inmanejables iniciativas<br />

ajenas.<br />

Transmitir el mensaje profesional es hoy asunto de uno.<br />

Antonio Danieli<br />

Espeleólogo y fotógrafo.<br />

Fundador de La Salle International<br />

Antonio Danieli es un prolífico<br />

creador italiano de fotografías<br />

subterráneas.<br />

En su trabajo se descubre una habilidad<br />

poco común por resaltar la belleza<br />

de las cuevas a través del juego de las luces y<br />

sombras combinadas siempre con el elemento<br />

humano.<br />

Danieli tiene también un tino exacto para captar<br />

los elementos naturales que revelan detalles de la<br />

génesis y el desarrollo de las formas subterráneas<br />

que de otra manera quedarían ocultos.<br />

Es miembro fundador del Grupo La Salle, una<br />

asociación sin ánimo de lucro dedicada a crear<br />

imágenes del mundo subterráneo y a difundirlas<br />

por el bien de la educación y de la naturaleza.<br />

Su cámara ha captado escenas fantásticas en distintas<br />

partes del mundo, y en <strong>Cuba</strong> lo hizo con el<br />

Proyecto Bellamar del 2003 en colaboración con<br />

la Sociedad Espeleológica.<br />

Jesús (Musi) Martínez<br />

Espeleólogo Ingeniero geólogo<br />

Miembro del Grupo Humboldt<br />

Más allá de su nombre y filiación,<br />

casi no hay datos sobre el<br />

autor del mapa de la intrincada<br />

caverna Farallones de Moa.<br />

Son unos 4 km de galerías, inundadas,<br />

secas, a distintos niveles, con importantes saltos<br />

de agua y grandes derrumbes, en ocasiones muy<br />

laberínticas. Cartografiarlas debe haber sido un<br />

dolor de cabeza no libre de riesgos.<br />

Claro que Martínez no pudo hacerlo solo, pero<br />

no tenemos los nombres de otros cartógrafos.<br />

Se supone que todos sean -como el propio<br />

Martínez- miembros del Grupo Espeleológico<br />

Humboldt, fundado en 1970 en el Instituto Superior<br />

Minero-Metalúrgico de Moa.<br />

Presidido hace 46 años por el joven espeleólogo<br />

Carlos E. Hernández, este fue el primer<br />

equipo en explorar Farallones, y puede haber<br />

sido clave en salvar el sitio de la destrucción<br />

cuando se quiso abrir allí una cantera de mármol.<br />

<strong>Cuba</strong>Geográfica 10


Salvador Massip a William Morris Davis<br />

“¿Pudiera verlo antes de regresar a <strong>Cuba</strong>? Me gustaría ofrecerle, personalmente, mis servicios...”<br />

Armando H. Portela<br />

La carta que motiva estas líneas tendrá pronto cien años.<br />

Su original se conserva en la Biblioteca Houghton de la Universidad<br />

de Harvard y allí la hallaron Yvonne Massip-Figueredo,<br />

decana de Admisiones de la Universidad de Rutgers,<br />

en Nueva Jersey y nieta de Salvador Massip, junto con su<br />

esposo Danilo Figueredo, historiador y prolífico autor de<br />

Bloomfield College, en el mismo estado.<br />

Al percatarse de su excepcional importancia, compartieron<br />

con <strong>Cuba</strong>Geográfica el singular hallazgo, como contribución<br />

a la historia de la Geografía de <strong>Cuba</strong> y tributo a la memoria<br />

de Massip.<br />

Tesoros como este deben ser conocidos por todos. La Biblioteca<br />

Houghton se esmera en hacerlo posible.<br />

En el verano de 1919 un joven<br />

tan talentoso como desconocido,<br />

desde hace tres años profesor<br />

de Geografía e Historia en el Instituto<br />

de Segunda Enseñanza de Matanzas,<br />

hace una estancia en la Universidad<br />

de Columbia, Nueva York, y busca<br />

contacto con William Morris Davis<br />

(1850-1934), el “Padre de la Geografía<br />

norteamericana”, a quien escribe una<br />

carta cándida tentándolo a hacer algo<br />

que parece su sueño urgente: le habla<br />

de las terrazas y los corales del norte<br />

de Matanzas, como invitándole a que<br />

le preste atención al relieve y a la geografía<br />

de <strong>Cuba</strong>.<br />

Sin embargo, muy a pesar del entusiasmo<br />

que se advierte en todo su mensaje,<br />

no tiene éxito. Davis, con 69<br />

años, profesor de Harvard, ícono científico<br />

internacional, con casi todo su<br />

currículum ya escrito y listo para empezar<br />

a recibir homenajes, no parece<br />

11


William M. Davis Salvador J. Massip Douglas W. Johnson<br />

dispuesto a cambiar la rutina por la halagadora<br />

carta de un joven profesor<br />

cubano.<br />

El joven es Salvador Massip, el infatigable<br />

fundador de la enseñanza<br />

moderna y la investigación de la Geografía<br />

de <strong>Cuba</strong>, que con apenas 28<br />

años y sin más respaldo que el de su<br />

propia determinación –y el de una beca<br />

para estudiar en Columbia– da sus<br />

primeros pasos en el camino de<br />

renovar la profesión que ha<br />

abrazado.<br />

Como hombre dotado de<br />

una sensibilidad especial,<br />

Massip anda solo. Su genio<br />

le permite anticipar lo que<br />

es necesario y su temple le<br />

hace procurarlo sin esperar<br />

por nadie. Anda contra la<br />

corriente, porque en la segunda<br />

década de su Independencia, a <strong>Cuba</strong> le<br />

basta con lo que se sabe de su territorio<br />

–que es casi empírico– y los naturalistas<br />

se dedican a catalogar rocas y plantas;<br />

los ingenieros a mejorar los planos<br />

y el país a bañarse en el dinero del azúcar,<br />

a asimilar tierras riquísimas y a<br />

recibir cientos de miles de inmigrantes.<br />

Sin embargo, el profesor de Matanzas<br />

no solo cree que <strong>Cuba</strong> demanda<br />

otra Geografía, sino que está resuelto a<br />

dársela. Por su cuenta y con sus medios.<br />

Probablemente Massip tiene eso en<br />

la mente cuando le ofrece sus servicios<br />

a Davis para hacer observaciones de<br />

campo de las terrazas marinas de Matanzas<br />

y de los depósitos de corales<br />

–que admite no conocer– y cuando le<br />

revela que enseña en el bachillerato los<br />

elementos de la Teoría del Ciclo Geográfico,<br />

la misma que en esa época<br />

trata de explicarlo casi todo, al menos<br />

en lo que se refiere a las etapas de la<br />

evolución del relieve y sus formas.<br />

Davis es la figura de referencia de la<br />

Geografía de entonces,<br />

y sus<br />

ideas, aún<br />

demasiado frescas y potentes para generar<br />

mucha resistencia, son las que<br />

captan toda la atención. Hasta ese momento<br />

no han surgido –o no se han difundido<br />

bien– los puntos de vista alternativos<br />

de Walther Penk, el alemán de<br />

los pedimentos, y se vive a una distancia<br />

astronómica de las ideas de Innokenti<br />

P. Gerasimov sobre las morfoestructuras<br />

y el matrimonio de la geodinámica<br />

endógena con la exógena.<br />

Al gusto de Massip deben haber sido<br />

irresistibles la claridad ejemplar de los<br />

trabajos de Davis, la terminología tan<br />

descriptiva que ha creado y la lógica<br />

deductiva que despeja el desorden de<br />

las formas del relieve en una serie inevitable<br />

de etapas de desarrollo, como<br />

los estadíos de la vida de un organismo.<br />

Eso contrasta, como la luz y la<br />

sombra, con “la tradición de los estudios<br />

ambientales en <strong>Cuba</strong>, cuyos antecedentes<br />

aparecen en el naturalismo<br />

científico del siglo XIX, y<br />

de cuya escuela había<br />

surgido, por ejemplo,<br />

Carlos de la Torre” [1].<br />

La descripción geográfica<br />

escolástica prevalece entonces en<br />

<strong>Cuba</strong> y Massip -su enterrador- no<br />

dejó de criticarla implacablemente ni<br />

cuando esta ya no era más que un recuerdo<br />

viejísimo.<br />

Massip ha llegado al ciclo geográfico<br />

bajo la tutela de Douglas W. Johnson<br />

(1878-1944), “el más distinguido<br />

de los muchos discípulos de William<br />

Morris Davis” [2]. Johnson enseña en<br />

[1] ramos Guadalupe, Luis E., (2015) Sociedad Geográfica de <strong>Cuba</strong>.<br />

Medioambiente y Sociedad en la primera mitad del siglo XX. Revista Anales de la<br />

Academia de Ciencias de <strong>Cuba</strong>. Vol. 5, Nº2.<br />

[2] Bucher, Walter H., (1946) Biographical memoir of Douglas Wilson Johnson<br />

(1878-1944), National Academy of Sciences of the United States of America,<br />

Biographical Memoirs, Vol. XXIV – Fifth Memoir. 12


Columbia desde 1912 y había sido profesor<br />

asistente de Davis en Harvard y<br />

editor de los Ensayos Geográficos de<br />

este. Es una autoridad internacional,<br />

que estudió con detenimiento la correlación<br />

de las terrazas marinas en la<br />

costa atlántica de Norteamérica con las<br />

de Europa, y extendió sus observaciones<br />

al Mediterráneo y a Sudáfrica, a las<br />

costas de Australia, Nueva Zelandia,<br />

Japón y Hawaii. Como Davis, Johnson<br />

tiene el don de la claridad en la exposición<br />

de las ideas, tanto ante su auditorio<br />

como en sus numerosos libros y<br />

artículos.<br />

Cuando Massip termina sus estudios<br />

de Geografía en Columbia en 1922 y<br />

mete en su equipaje de vuelta a <strong>Cuba</strong><br />

el diploma de Master of Arts, no ha logrado<br />

llevar consigo a Davis ni a Johnson<br />

en persona, pero sí ha podido<br />

cargar la experiencia y las ideas nuevas<br />

de la Geografía Física del primero,<br />

mientras que del segundo se lleva el<br />

método de la observación geomorfológica<br />

y el cuidado exquisito del lenguaje,<br />

que se disfruta tanto en cada trabajo<br />

que luego él mismo dejara escrito. Dos<br />

años después, en 1924, cuando ya enseña<br />

en la Universidad de La Habana,<br />

y sobre todo cuando en 1927 crea la<br />

Cátedra Libre de Geografía, impone el<br />

razonamiento deductivo y comparativo<br />

en la enseñanza geográfica e introduce<br />

la práctica y la observación en el terreno<br />

como manera de reflexión. Es así<br />

que Davis y Johnson llegan a <strong>Cuba</strong> de<br />

la mano de Massip y quedan sembrados<br />

en la raíz de todos los geógrafos<br />

que sucedieron a este.<br />

Claro que es exagerado afirmar que<br />

el “punto de partida” de la Geografía<br />

moderna en <strong>Cuba</strong> sea la carta de Salvador<br />

Massip a William Morris Davis<br />

del 24 de julio de 1919 que se reproduce<br />

por primera vez aquí,<br />

pero sin dudas este documento,<br />

que se encuentra depositado<br />

en la Biblioteca<br />

Houghton de la Universidad<br />

de Harvard, se asocia al núcleo<br />

del esfuerzo inicial de<br />

Massip y forma parte de la<br />

época fundacional de la Geografía<br />

cubana contemporánea.<br />

Profesor William M. Davis<br />

31 Hawthorne St.,<br />

Cambridge, Mass.<br />

Hartley Hall<br />

Columbia University<br />

New York<br />

24 de Julio de 1919<br />

Estimado Señor:<br />

He recibido debidamente su favor del 18 de Julio en el que<br />

me hace saber que el Dr. Barbour le entregó uno de mis<br />

artículos. Por más de tres años he expuesto y divulgado en<br />

<strong>Cuba</strong> las ideas geográficas de las cuales es usted autor y<br />

líder principal, y me agrada hacerle saber, para su satisfacción,<br />

que he tenido un éxito en mi propaganda que solo<br />

puede explicarse por el valor inigualado de las doctrinas, a<br />

pesar del pobre talento del propagandista.<br />

Lamento decir que no estoy familiarizado con los arrecifes<br />

coralinos de <strong>Cuba</strong>. Solo conozco la región de Matanzas,<br />

donde he hecho trabajo de campo. En lo que respecta a los<br />

arrecifes coralinos, no he hecho énfasis en ellos en mis salidas<br />

al campo más que en otros rasgos. Le estoy enviando algunas<br />

fotos que me gustaría mucho que tuvieran algún<br />

interés para usted. La Fig.1 representa una terraza, unos<br />

pocos metros sobre el nivel del mar. Las Figs. 2 y 2a, un<br />

coral típico encontrado en la misma terraza. La Fig. 3 le<br />

muestra la extraordinaria abundancia de corales en la región<br />

de Matanzas. A 9 kilómetros tierra adentro, a unos 100 metros<br />

de altura, en los sitios a los que apuntan las flechas en<br />

las Figs. 4 y 5, he encontrado corales, de los cuales recogí<br />

algunos.<br />

¿Pudiera verle antes de retornar a <strong>Cuba</strong>? Me gustaría<br />

ofrecerle, personalmente, mis servicios, para todo el trabajo<br />

de campo que usted quiera que yo realice en <strong>Cuba</strong>, en la<br />

costa sur (sic) o en cualquier otra parte.<br />

Recibiré con gran agrado en Hartley Hall, Habitación 607,<br />

cualquier cosa que usted tenga la amabilidad de enviarme.<br />

Muy Sinceramente Suyo<br />

Salvador Massip<br />

A la izquierda, un fragmento<br />

de la carta de Massip a<br />

William Morris Davis.<br />

13


El Instituto de Segunda<br />

Enseñanza de Matanzas<br />

y la Geografía de <strong>Cuba</strong><br />

Hay una cifra que sorprende cuando<br />

se examina la iniciativa de Salvador<br />

Massip emprendida desde un aula<br />

en el Instituto de Segunda Enseñanza<br />

de Matanzas.<br />

En 1919, cuando embarca a Nueva<br />

York siendo profesor de Geografía e<br />

Historia, la ciudad de Matanzas tiene<br />

apenas 41,574 habitantes (tantos como<br />

hoy tiene Güines) o el 1,4% de la población<br />

total de <strong>Cuba</strong>, y el Instituto de<br />

Segunda Enseñanza contaba con unos<br />

cientos de estudiantes.<br />

El aula de Massip era probablemente<br />

la única en América Latina donde se<br />

enseñaba el Ciclo Geográfico y sus estudiantes<br />

eran los únicos que salían de<br />

excursión a ver las terrazas marinas y<br />

los corales elevados a 100 m de altura<br />

y a preguntarse por qué estaban allí.<br />

Massip se había tomado muy en<br />

serio la Reforma de la Enseñanza Superior<br />

de Enrique José Varona (1900),<br />

en la que este llama a “...observar más,<br />

comparar más, meditar más, experimentar<br />

más; interrogar más a la naturaleza...”.<br />

Varona abre la puerta para un<br />

cambio y Massip está ávido de producirlo<br />

él. No ha ido a Europa por su<br />

educación, como hicieron los naturalistas<br />

que le precedieron, sino a Estados<br />

Unidos, a la Universidad de Columbia,<br />

donde se cocinan ideas nuevas que le<br />

sirven de inspiración.<br />

Conoce los trabajos de Douglas W.<br />

Johnson -su tutor- sobre las terrazas<br />

marinas y se da cuenta de que él mismo<br />

-que vive y trabaja encima de ellas<br />

El Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas a mediados del siglo XX,<br />

Salvador Massip en una de las fotos que<br />

acompañan a la carta a W. M. Davis.<br />

en Matanzas-, tiene que llevar a sus<br />

discípulos a verlas, probablemente los<br />

primeros cubanos que aprendieron a<br />

reconocerlas en el campo y los primeros<br />

que escucharon a un maestro hablar<br />

de oscilaciones eustáticas y empujes<br />

tectónicos ¡hace 100 años!<br />

Pero la determinación del maestro<br />

no basta, porque además se requiere<br />

espacio para que un genial renovador<br />

como fue él imponga la razón que arrasa<br />

con la rutina vieja. Es obvio que la<br />

enseñanza de entonces en <strong>Cuba</strong> admitía<br />

y buscaba esas razones.<br />

“Hoy, un colegio, un instituto, una<br />

universidad, deben ser talleres donde<br />

se trabaja, no teatro donde se declama”<br />

dijo Varona en 1900.<br />

Massip se lo tomó a pecho y en 1916<br />

plantó esa semilla en Matanzas: “En<br />

estas mismas aulas [del Instituto de Segunda<br />

Enseñanza] se ha llevado a cabo<br />

la transformación de nuestras ideas<br />

geográficas. La tarea ha sido ímproba<br />

y ha requerido un esfuerzo intenso y<br />

constante, pero la transformación ha<br />

sido hecha”, dijo en 1918 en su discurso<br />

Tendencias de la Geografía moderna.<br />

Así fue exactamente.<br />

La Universidad de Columbia en Nueva York, donde Massip obtuvo su diploma de Master of Arts.<br />

14


SALVADOR MASSIP<br />

Su último servicio<br />

a la Geografía<br />

En marzo de 1966, la revista<br />

Izvestiya Akademii Nauk SSSR<br />

en su Nº3, incluyó una nota bajo el<br />

lacónico título de Salvador Massip (en<br />

su 75 cumpleaños), firmada por I.P<br />

Gerasimov, F.F. Davitaya, S.V. Zonn,<br />

J.G. Mashbits y A.M. Ryabchikov, entonces<br />

figuras prominentes de la Geografía<br />

en la antigua Unión Soviética.<br />

Era una época de reaproximación<br />

entre aquel país y <strong>Cuba</strong>, cuando se trataba<br />

de cerrar el distanciamiento que<br />

produjo la Crisis de Octubre. Prevalecía<br />

el interés por reparar los puentes,<br />

en lugar de mantenerlos cortados por<br />

algún encontronazo previo.<br />

Los geógrafos soviéticos -que no<br />

podían actuar por su cuenta- pasaron<br />

por alto las duras críticas de Massip a<br />

la URSS en sus libros de Geografía<br />

Regional, y le dispensaron un tratamiento<br />

envidiable, el que correspondía<br />

a su talla académica, aunque inusual<br />

para un geógrafo del Tercer Mundo.<br />

En 1962, cuando Massip va a Moscú<br />

por primera vez, a quien conocían mejor<br />

los soviéticos era a Leví Marrero,<br />

cuyo libro Geografía de <strong>Cuba</strong> había<br />

sido publicado en ruso años antes,<br />

aunque Leví, que en 1960 se marchó<br />

de <strong>Cuba</strong>, nunca estuvo en ese país.<br />

Para entonces, su libro era inaccesible<br />

para el público común en la URSS.<br />

El trabajo de Izvestia... dice:<br />

“El Dr. Salvador Massip, destacado<br />

geógrafo cubano, marcó su 75 cumpleaños<br />

y el 50º aniversario del inicio<br />

de su carrera el 19 de abril de 1966”.<br />

“Los geógrafos soviéticos lo conocen<br />

bien, no solo a<br />

través de su trabajo,<br />

sino también personalmente,<br />

desde<br />

su visita a la Unión<br />

Soviética en 1962,<br />

como huésped de la<br />

Academia de Ciencias.<br />

Los contactos<br />

personales que se<br />

establecieron en esa<br />

ocasión promovieron<br />

de diversas maneras<br />

el desarrollo<br />

de la geografía en<br />

<strong>Cuba</strong> e inspiraron al<br />

Dr. Massip a iniciar<br />

el trabajo en el Atlas<br />

Nacional de <strong>Cuba</strong>”.<br />

Más adelante los<br />

autores de la nota apuntan: “... la colaboración<br />

soviético-cubana demuestra<br />

que el Dr. Massip valora la geografía<br />

soviética y trata de establecer estrechos<br />

contactos con ella. No hay dudas de<br />

que esta colaboración será de gran beneficio<br />

y que el Atlas será terminado a<br />

tiempo...”<br />

Massip pasó meses en la URSS -al<br />

menos en dos ocasiones-, pero no escribió<br />

sobre el viaje, como acostumbraba,<br />

y no se conservan conferencias<br />

sobre sus estancias en Moscú, ni sobre<br />

el desarrollo de la geografía soviética o<br />

de sus viajes por el país. Se sabe que<br />

visitó Leningrado y la Sociedad Geográfica<br />

de Rusia, cuya sede estaba allí<br />

y de la cual lo hicieron Miembro de<br />

Honor. También viajó a Kiev y probablemente<br />

fue al sur, al Gran Cáucaso.<br />

En Kiev, ante el monumento al poeta ucraniano Taras<br />

Shevchenko, en la década de 1960. Massip es el tercero de<br />

la derecha y Sarah Isalgué está al centro con vestido oscuro.<br />

Pero a fines de los 60 Massip ya no<br />

era el viajero incansable, conferencista<br />

y autor compulsivo que iluminaba al<br />

mundo académico cubano con sus observaciones<br />

sobre las tendencias modernas<br />

de la Geografía en otras partes<br />

del mundo. Si vió allí algo que le gustó<br />

o no le agradó, no lo sabremos nunca.<br />

Parece que la revisión y edición del<br />

Atlas de 1970 lo consumían hasta el<br />

agotamiento, a juzgar por los relatos de<br />

los geógrafos soviéticos que lo vieron<br />

trabajar con lupas y lámparas entre<br />

montañas de bocetos de mapas en una<br />

suite del Hotel Ukraina, en Moscú,<br />

junto a la doctora Sarah E. Isalgué.<br />

Merece que se le recuerde ahora que<br />

transcurre el medio siglo de su último<br />

gran viaje – y de su último gran servicio<br />

a la Geografía de <strong>Cuba</strong>. 15


Armando H. Portela<br />

Las reservas de agua superficiales de <strong>Cuba</strong> exceden<br />

las necesidades actuales de su economía, sin embargo,<br />

hay un déficit crónico para el uso cotidiano<br />

que se atribuye a las sequías. La solución sigue<br />

siendo construir obras hidráulicas complejas y costosas<br />

(más embalses y trasvases), pero la conservación<br />

y el uso racional no tienen la prioridad merecida.<br />

El sistema hidráulico es insostenible y está forzosamente<br />

subutilizado. Tampoco hay una evaluación clara abierta<br />

sobre las consecuencias ambientales de desviar de las<br />

acuatorias por muchas décadas el 28% del escurrimiento<br />

superficial [1] –y mucho más en algunas cuencas, como<br />

en la del Cauto– sin que se conozcan bien los efectos<br />

sobre los ecosistemas costeros, los humedales y en la sedimentogénesis<br />

de la plataforma insular o en la abrasión<br />

en las costas acumulativas.<br />

Los gastos para el mantenimiento y rehabilitación han<br />

aumentado en años recientes, pero son una fracción de<br />

lo realmente requerido para hacer funcional el sistema<br />

hidráulico en su totalidad y preservar cerca de 250 embalses<br />

en todo el país y sus miles de kilómetros de líneas<br />

de distribución. Hay embalses que quedaron abandonados<br />

desde hace un cuarto de siglo y que no tienen posibilidades<br />

de ser reutilizados, lo que perjudica al escurrimiento<br />

superficial normal, e incide en procesos secundarios,<br />

–de desertificación o salinización– que pueden ser<br />

erróneamente atribuidos a tendencias climáticas globales<br />

de calentamiento o al ascenso del nivel del mar.<br />

El sistema hidráulico cubano se diseñó para una<br />

economía planificada de escala que era parte de un bloque<br />

regional coordinado de países (el desaparecido Consejo<br />

de Ayuda Mutua Económica), que para el año 2000<br />

se proponía alcanzar 1.5 millones de hectáreas de suelos<br />

irrigados, con producciones estables de 10 millones de<br />

toneladas anuales de azúcar. También debería servir a la<br />

producción sostenida de más un millón de toneladas de<br />

cítricos, más de mil millones de litros de leche, cerca de<br />

un millón de toneladas de arroz, desarrollando a la vez<br />

una poderosa industria de derivados de la producción<br />

agrícola –sobre todo azucarera. Cuando se ideó el sistema<br />

hidráulico se suponía que para el 2000 habría en<br />

<strong>Cuba</strong> 11.7 millones de habitantes y más de 12 millones<br />

en el 2015.<br />

Por favor, pase a la página 18 16


17


EL ABASto<br />

La escena es frecuente en<br />

La Habana y en otras ciudades:<br />

un grupo de personas<br />

se para detrás de<br />

un camión cisterna para<br />

llevar a la casa el agua<br />

que necesita la familia por<br />

unos días. Si se va la pipa,<br />

la semana se convierte en<br />

un serio problema.<br />

En agudo contraste con<br />

lo anterior, se estima que<br />

la ciudad pierde entre el<br />

60 y 80% de 1.55 millones<br />

de m 3 de agua que se<br />

le envían diariamente<br />

desde las fuentes de<br />

abasto. Conservadoramente,<br />

son más de 100<br />

galones de agua perdida<br />

diariamente por cada residente<br />

de la capital, y<br />

pudieran ser tanto como<br />

160 galones per cápita.<br />

Equivale a más agua perdida<br />

cada año por el 20%<br />

de la población cubana<br />

que toda la presa Alacranes<br />

al tope de capacidad.<br />

...viene de la página 16<br />

MENOS PRODUCCIóN, MENOS POBLACIóN<br />

Hoy las producciones agrícolas mencionadas están muy<br />

deprimidas. La superficie cosechada de caña de azúcar<br />

en la actualidad es 31% de la cosechada en 1990/91, la<br />

de cítricos es el 9.8%, los pastos cultivados son el 23%, la<br />

superficie de arroz estatal de aniego es 11% mientras<br />

que la leche producida en el 2015 es el 52% de 1989 [2].<br />

No ha habido ni se prevé un aumento en la demanda<br />

de agua para la población, toda vez que el número de<br />

habitantes en la isla es 11.24 millones y la baja natalidad y<br />

la emigración continua desde 1994 mantienen la tasa de<br />

crecimiento demográfico cerca de cero. En 1994 el número<br />

de habitantes llegó a 11 millones y en el 2015 fue<br />

de 11.24 millones, para una tasa de crecimiento promedio<br />

anual de 0.1% en las últimas dos décadas.<br />

Se espera que en el 2030 la población alcance 11.29<br />

millones, para una tasa de crecimiento anual de 0.03% y<br />

que descienda a 10.88 millones en el 2050.<br />

Por otra parte, la estructura actual de los ingresos del<br />

país descansa en la exportación de servicios profesionales<br />

(médicos principalmente), en las remesas de los cubanos<br />

emigrados, en el turismo, la minería del níquel y la<br />

producción de medicamentos. Ninguno de estos pilares<br />

contemporáneos es un gran consumidor de agua.<br />

No parece probable que la economía y la agricultura<br />

cubanas vuelvan a depender de la producción de azúcar<br />

Por favor, pase a la página 20<br />

18


LA PRESA ALACRANES<br />

Un proyecto de otro tiempo<br />

La presa Alacranes fue construida en 1972<br />

como el corazón de un gran sistema de regadío<br />

y de abasto para la industria y la población del<br />

norte de <strong>Cuba</strong> central. Hoy es probable que sea un elefante<br />

blanco en deterioro con pocas probabilidades de volver a<br />

funcionar de la manera en que fue creada.<br />

Alacranes era el primer paso de un plan de modernización<br />

agrícola que incluía miles de hectáreas de caña de azúcar,<br />

una decena de centrales azucareros ligados a esas tierras<br />

con una capacidad de molida sumada de 26,200 toneladas<br />

diarias y el potencial de producir más de 350,000 toneladas<br />

de azúcar por año (un valor de unos $190 a $200 millones<br />

a los precios preferenciales del CAME<br />

de ese entonces). Servía también a la<br />

industria química, incluyendo los mayores<br />

productores en <strong>Cuba</strong> de ácido<br />

sulfúrico, de compuestos de cloro, sosa<br />

cáustica y acetileno, cuya producción se<br />

destinaba en primer lugar a la industria<br />

azucarera.<br />

El cierre de los centrales y el abandono<br />

de cañaverales en el 2002 transformó<br />

este territorio, dejando la<br />

capacidad industrial de molida y las<br />

tierras cañeras reducidas a la mitad.<br />

En más de cuatro décadas de existencia,<br />

a Alacranes le ha sido difícil llenarse<br />

y aliviar. Ocurre en años de<br />

huracanes o en períodos más húmedos<br />

CENTRALES AZUCAREROS<br />

Central activo<br />

Central desmantelado<br />

nombre<br />

1 - Panchito Gómez<br />

2 - Héctor rodríguez<br />

3 - Carlos Baliño<br />

4 - José R. Riquelme<br />

5 - Antonio Finalet<br />

6 - Mariana Grajales<br />

7 - Unidad Proletaria<br />

8 - El Vaquerito<br />

9 - Perucho Figueredo<br />

de lo habitual. En septiembre del 2015 en el<br />

apogeo del período húmedo, Alacranes acumulaba 38%<br />

de su capacidad. En noviembre del 2016 acumulaba 56.2%<br />

Probablemente el embalse se ha hecho excesivo cuando la<br />

producción de los centrales activos en toda la provincia es<br />

solo de 180,000 toneladas de azúcar y la de los servidos por<br />

el embalse es inferior a 100,000 t., un valor equivalente a<br />

$40 millones en el mercado mundial de hoy.<br />

Molida<br />

ton/día<br />

3 700<br />

4 600<br />

2 200<br />

2 200<br />

3 200<br />

2 000<br />

2 000<br />

2 300<br />

4 000<br />

19


...viene de la página 18<br />

u otros cultivos tradicionales. No existen los centrales ni<br />

los cañaverales para hacerlo y los mercados están abastecidos<br />

por productores mucho más eficientes y diversificados.<br />

En un ambiente comercial normal debe ser más<br />

efectivo importar arroz de productores geográficamente<br />

cercanos antes que producirlo en <strong>Cuba</strong> con baja calidad<br />

y con un elevado costo material y ambiental.<br />

CUÁNTA AGUA REQUIERE CUBA<br />

Agricultura e industria<br />

Las producciones agrícola e industrial<br />

son hoy una fracción de<br />

lo que eran cuando se crearon<br />

las reservas de agua..<br />

La superficie de cosechada de<br />

caña de azúcar disminuyó en<br />

más de dos tercios desde el final<br />

de la década de 1980 hasta la<br />

actualidad. Otro tanto sucede con<br />

la superficie de cítricos existente,<br />

que cayó 77% en el mismo<br />

período, mientras que la superficie<br />

de arroz de aniego, cultivado<br />

en granjas estatales o en cooperativas<br />

con gran control estatal,<br />

es 22% de hace 25 años.<br />

En el mismo período la producción<br />

industrial ha descendido<br />

a la mitad (53.2%), pero las industrias<br />

más consumidoras de<br />

agua han caído más que la<br />

media general. El índice de producción<br />

en la industria azucarera<br />

es hoy el 20.5% del de 1989,<br />

mientras que en la textil es el<br />

10.4% y en la industria del papel<br />

es el 8.9%. La industria alimentaria,<br />

la más consumidora de agua<br />

de todas, está actualmente a dos<br />

tercios del nivel de 1989.<br />

Depende por supuesto de la forma que adopte su economía<br />

y de si la proyección demográfica se sostiene.<br />

Inversiones agrícolas mayores implicarían mayor demanda<br />

de agua, y de igual manera sería necesaria más<br />

agua si se reanuda el crecimiento demográfico.<br />

La pronta rehabilitación de las producciones agrícolas<br />

anteriores a 1991 no es previsible. Sin embargo, el crecimiento<br />

de la población podría cambiar con la reanimación<br />

significativa de la economía.<br />

Una economía integrada regionalmente y basada en ingresos<br />

no agrícolas requeriría menos agua y menos obras<br />

reguladoras.<br />

En cualquier caso, la estrategia del desarrollo hidráulico<br />

debe dejar atrás el gigantismo para enfocarse en la eficiencia<br />

del uso y la regulación de los recursos hídricos y<br />

en la preservación del medio ambiente.<br />

La industria azucarera decrece desde 1990, y desde entonces<br />

ha sido reajustada varias veces, primero para producir<br />

de manera estable 7 millones de toneladas de<br />

azúcar (en el reajuste de 1997), 4.5 millones (en el 2002)<br />

y 2 millones (2008). En esas ocasiones lo que pudo realmente<br />

alcanzarse quedó muy por debajo de lo previsto.<br />

Si el sector azucarero se abre a la inversión extranjera<br />

para buscar producciones de derivados, se reanimarían<br />

algunos centrales y plantaciones cañeras. Sin embargo,<br />

una administración celosa del costo de producción usaría<br />

el riego con más cuidado, en todo caso, conociendo y pagando<br />

el precio real del agua de irrigación..<br />

En la agricultura, que hoy consume dos tercios del agua<br />

entregada, el descuido en el manejo de los recursos hí-<br />

20


dricos está muy extendido.<br />

Hace unos cinco años (última información disponible)<br />

el extenso sistema cubano de riego operaba al 16% de<br />

su capacidad nominal por causa del mal estado de la infraestructura<br />

de canales, estaciones de bombeo, derivadoras,<br />

zanjas etc.<br />

A los arrozales de La Sierpe, en el sur de Sancti Spíritus,<br />

llega solo la mitad del agua que se les envía desde el<br />

sistema hidráulico Zaza. En mayo del 2016 se terminó<br />

una reparación 7 km del canal magistral de la presa Zaza<br />

a un costo de 8.5 millones de pesos. Esa extensión es<br />

una fracción del sistema de La Sierpe, que tiene 1,450<br />

km de canales principales.<br />

El costo de entregar un metro cúbico de agua en La<br />

Habana es de 0.56 CUC (unos $0.60 USD). Pero solo el<br />

4% de los consumidores tiene un metro contador de<br />

agua y pagan un peso no convertible ($0.04 USD) por<br />

metro cúbico. La diferencia –el 93% del costo real– es<br />

asumida por el Estado.<br />

En Sancti Spíritus las autoridades cobran 5 pesos por<br />

cada 1,000 metros cúbicos de agua entregada a los arrozales<br />

del sur del embalse Zaza. Eso es equivalente a dos<br />

centavos por metro cúbico, una fracción ínfima (el 1.5%)<br />

comparada con $1.30 USD que se les cobran a los hoteles<br />

de Cayo Coco, apenas a 160 km al noreste de Zaza.<br />

El costo real del agua servida a los arrozales es por<br />

supuesto muy superior.<br />

Los arrozales de La Sierpe, en Sancti Spíritus, produjeron<br />

un promedio de 84,000 toneladas de arroz del 2009<br />

al 2014, que al precio prevaleciente en el mercado en el<br />

2014 representaron un valor de $33 millones USD [3].<br />

“Llegamos a utilizar más de 28,000 m3 de agua por<br />

hectárea [en las arroceras del Sur del Jíbaro]; actualmente<br />

empleamos entre 16,000 y 17,000 m3”, afirmó Orlando<br />

Linares, director de la Empresa Agroindustrial de Granos<br />

Sur del Jíbaro, al periódico Escambray de Sancti Spíritus<br />

[4]. Eso significa que en 1,250 hectáreas cosechadas en<br />

entre el 2009 y el 2013 en el Sur del Jíbaro se gastaron<br />

35 millones de m3 de agua al año, con un costo de $45.5<br />

millones, superior al valor en el mercado internacional de<br />

todo el arroz producido allí. En el mejor de los casos, el<br />

agua empleada costó unos $27 millones, muy poco por<br />

debajo de todo el valor de la cosecha.<br />

rEFErEnCIAS<br />

[1] <strong>Cuba</strong>gua, Instituto <strong>Cuba</strong>no de Recursos Hidráulicos<br />

(ICRH), Estado de los embalses del país. www.hidro.cu<br />

[2] La información estadística ha sido tomada de los Anuarios<br />

Estadísticos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información<br />

(www.ONE.cu), a no ser que se especifique otra fuente.<br />

[3] the World Bank, The Pink Sheet, December 2016<br />

[4] Camellón, José L. Arroceros espirituanos consumen menos<br />

agua para la producción del grano. Periódico Escambray, Sancti<br />

Spíritus, 25 octubre, 2013<br />

La Isla de la Juventud<br />

La capacidad de embalse de agua en la<br />

Isla de la Juventud es de 229.58 Mm3<br />

Su sistema hidráulico fue construido en<br />

los 1970 y 1980, cuando el territorio producía<br />

150,000 toneladas anuales de cítricos<br />

y era un productor importante de<br />

ganado y lácteos. Hoy esos rubros casi<br />

han desaparecido y las reservas de agua<br />

con su costoso sistema de irrigación son<br />

excesivos. La capacidad de los embalses<br />

equivale a 2,800 m3 de agua per cápita,<br />

muy por encima de las necesidades de la<br />

economía y la población actual y las del<br />

futuro previsible.<br />

En la imagen compuesta del Landsat TM,<br />

los colores han sido tratados para realzar<br />

los embaless, que se ven en un color azul<br />

intenso..<br />

21


sismicidad y espeleotemas<br />

Registro espeleológico de los terremotos<br />

Leslie F. Molerio-León, Eduardo Balado Piedra y Lizbeth Núñez Haugh<br />

La necesidad de prolongar los<br />

registros sísmicos en zonas<br />

donde los intervalos de recurrencia<br />

son largos y exceden el período<br />

cubierto por los registros instrumentales<br />

e históricos de estos eventos resultan<br />

fundamentales para garantizar la<br />

prevención y la gestión adecuada de<br />

los riesgos. De ahí que, en los últimos<br />

años, diferentes centros de investigación<br />

han promovido investigaciones<br />

paleosismológicas como aproximación<br />

a la solución de ese problema.<br />

En el mundo se han hallado evidencia<br />

de sismos marcadas en el registro<br />

geológico, lo que permite complementar<br />

el registro instrumental e histórico<br />

de terremotos con eventos prehistóricos.<br />

Los resultados se han basado en<br />

estudios tectónicos y en una cierta variedad<br />

de archivos geológicos que contienen<br />

evidencias de actividad sísmica,<br />

como la deformación de sedimentos lacustres,<br />

lentes de arena en sedimentos<br />

acumulativos de inundaciones, inestabilidad<br />

de pendientes, travertinos, deformación<br />

de terrazas y clastificación y<br />

colapso de espeleotemas en cavernas.<br />

Las espeleotemas –fracturadas o<br />

sanas– se han tomado como evidencia<br />

de antiguos sismos que trascienden los<br />

registros instrumentales e históricos y<br />

contribuyen a reconstruir la historia de<br />

la sismicidad de una región dada.<br />

El principio es simple: las formaciones<br />

fracturadas o desplazadas son consecuencia<br />

de terremotos pasados, en<br />

tanto que las sanas prueban que en la<br />

región no ha habido sismos de una<br />

magnitud determinada. Entre ambos<br />

extremos hay un espectro bastante amplio<br />

de posibilidades, ya que el agrietamiento,<br />

colapso, desplazamiento,<br />

recristalización y reparación de espeleotemas,<br />

así como la clastificación,<br />

subsidencia de pisos, recrecimiento de<br />

Este artículo se reproduce editado ☺–con autorización de su autor principal– del<br />

periódico digital espeleológoico El Explorador, Nº 141, <strong>Cuba</strong>, Febrero del 2016<br />

Formaciones<br />

secundarias<br />

quebradas y<br />

desplazadas<br />

en la cueva<br />

La Incógnita,<br />

Pinar del Río.<br />

Fotos de Leslie Molerio León<br />

espeleotemas y reexcavación de galerías<br />

no necesariamente están vinculadas<br />

a eventos sísmicos, sino que pueden<br />

deberse a otras causas, desde la deformación<br />

de las estructuras cristalinas<br />

de las propias concreciones hasta la<br />

fatiga de los materiales, pasando por la<br />

lamentable destrucción deliberada que<br />

ocasionan los turistas.<br />

Desde principios de la década de<br />

1990 comenzamos a sistematizar las<br />

observaciones que, desde mediados de<br />

los años 70, nuestro grupo de trabajo<br />

del desaparecido Centro de Hidrología<br />

y Calidad de las Aguas del Instituto<br />

Nacional de Recursos Hidráulicos<br />

había comenzado a realizar en varias<br />

cuevas cubanas (Molerio, 1990; Molerio<br />

et al., 1990a, 1990b). La abundancia<br />

de espeleotemas –particularmente<br />

estalactitas y estalagmitas– fracturadas,<br />

colapsadas, desplazadas y desprendidas<br />

de su base por razones naturales,<br />

puede sustentar los registros tradicionales<br />

de la sismicidad en un área.<br />

En <strong>Cuba</strong>, los primeros resultados de<br />

estos estudios se obtuvieron en la Cueva<br />

de La Incógnita, del Sistema de la<br />

Gran Caverna de Santo Tomás, Pinar<br />

del Río, entre 1924 y 1994, y se presentaron<br />

en 1995 al Congreso Internacional<br />

LV Aniversario de la Sociedad<br />

Espeleológica de <strong>Cuba</strong> (Molerio, 1995).<br />

En el 2012, investigadores de varias<br />

instituciones lideradas por el Centro<br />

Nacional de Investigaciones Sismológicas<br />

de <strong>Cuba</strong> (CENAIS), se unieron<br />

en el empeño de buscar huellas de la<br />

historia sismológica no escrita en nuestro<br />

archipiélago. En el VIII Congreso<br />

<strong>Cuba</strong>no de Geofísica (realizado en la<br />

Convención de Ciencias de la Tierra 22


2015) Cuevas y sus colaboradores<br />

(Cuevas et al., 2015) evaluaron, con<br />

fines paleosismológicos, evidencias<br />

geofísicas en la Falla Pinar. Pero en<br />

<strong>Cuba</strong> faltan estudios sobre los indicadores<br />

de paleosismicidad a partir de<br />

espeleotemas fracturadas en cavernas.<br />

ProBLEMA DIrECto Y<br />

ProBLEMA InVErSo<br />

La mayor sismicidad en <strong>Cuba</strong> ocurre<br />

en la parte oriental, en la sutura con la<br />

placa tectónica del Caribe, pero en la<br />

región centro-occidental también hay<br />

terremotos con cierta frecuencia.<br />

El primer estudio que vincula la paleosismicidad<br />

con los espeleotemas<br />

corresponde a Becker (1929), quien<br />

halló una relación entre el agrietamiento<br />

de espeleotemas y los terremotos en<br />

la cueva Bing en Alemania y en Han-<br />

Sur-Lesse en Bélgica.<br />

La información que suministran las<br />

espeleotemas –fracturadas o no– es útil<br />

para evaluar la paleosismicidad, porque<br />

permite resolver tanto el problema<br />

directo como el inverso. Es decir:<br />

1<br />

Las espeleotemas colapsadas o<br />

fracturadas pueden interpretarse<br />

como indicadores de sismos en los que<br />

la frecuencia del terremoto es mayor<br />

que la frecuencia natural de la concreción<br />

estalactítica o estalagmítica.<br />

Cuando la frecuencia natural de las estalactitas,<br />

por ejemplo, es mayor que<br />

las frecuencias sísmicas, la estructura<br />

mantiene su estabilidad e integridad.<br />

2Las formaciones sanas o no fracturadas<br />

son indicadores de que no<br />

han ocurrido eventos mayores de cierto<br />

nivel, eso significa que las frecuencias<br />

naturales de las espeleotemas son<br />

mayores que el rango de frecuencia<br />

sísmica y no sufren amplificación.<br />

3Una frecuencia natural mayor que<br />

el rango de la excitación sísmica<br />

significa que la espeleotema se mueve<br />

como un objeto rígido conjuntamente<br />

con su basamento.<br />

EL ProYECto PaleoSis-<strong>Cuba</strong>5<br />

El Proyecto PaleoSis-<strong>Cuba</strong>, que aquí<br />

se presenta, debe producir datos de la<br />

paleosismicidad a partir del estudio de<br />

Fractura con ligero desplazamiento en<br />

una columna de la cueva La Incógnita.<br />

las estructuras secundarias en cavernas.<br />

Retoma los objetivos básicos de las investigaciones<br />

hechas en polígonos del<br />

Occidente y Oriente de <strong>Cuba</strong> en la década<br />

de 1990 y busca resolver el problema<br />

directo e inverso de la asociación<br />

espeleotema–sismo con mediciones<br />

directas en cuevas, ensayos de laboratorio,<br />

radiometría, desarrollo de<br />

software y modelación matemática.<br />

El proyecto desea publicar sus resultados<br />

en dos años para ofrecerlos –con<br />

publicaciones y conferencias– a científicos<br />

y ejecutivos.<br />

Su objetivo general es validar indicadores<br />

de paleosismicidad derivados de<br />

espeleotemas fracturadas para identificar<br />

eventos paleosísmicos. Específicamente<br />

•<br />

se busca:<br />

Perfeccionar la metodología de<br />

identificación de evidencias paleosísmicas<br />

•<br />

en cavernas.<br />

Mejorar los estimados de peligro<br />

sísmico para las normas constructivas,<br />

la planificación urbana y la prevención<br />

de desastres<br />

Hoy se desarrolla un trabajo de documentación<br />

en los polígonos Varadero<br />

(cuevas de Ambrosio, El Pirata y otras)<br />

y Sierra de Quemado (Gran Caverna<br />

de Santo Tomás) y se extiende hacia la<br />

parte alta y media de la cuenca del San<br />

Diego (Pinar del Río).<br />

Inversiones Gamma, S.A. ha incorporado<br />

el estudio a algunos proyectos<br />

que desarrolla el Grupo de Ingeniería<br />

de su División Ambiental. Con la Facultad<br />

de Ingeniería Civil del Instituto<br />

Superior Politécnico “José A. Echeverría”<br />

la coautora Lisbeth Núñez Haugh<br />

desarrolla su ejercicio de grado por el<br />

título de Ingeniera Geofísica con la<br />

tesis: Indicadores de paleosismicidad<br />

derivados de espeleotemas fracturadas<br />

en cavernas del campo gasopetrolífero<br />

de Boca de Jaruco, Mayabeque, <strong>Cuba</strong>.<br />

rEFErEnCIAS<br />

Becker, H.K. (1929): Höhle und Erdbeben:Mit<br />

Über Höhlen-u.Karstf (1-4): 130-133.<br />

Becker, A.; Ferry, M.; Monecke, K.;<br />

Schullmann, M. y Giardini, D. (2005): Multiarchive<br />

paleoseismic record of Late Pleistocene<br />

and Holocene strong earthquakes in Switzerland.<br />

Tectonophysics 400:153-177.<br />

Cuevas J. L, et al. (2015): Evidencias geofísicas<br />

en la determinación de la falla Pinar, <strong>Cuba</strong>,<br />

con fines paleosismológicos. Convención de<br />

Ciencias de la Tierra.<br />

Lacave, C.; Levret, A.; Koller, M. (2000):<br />

Measurements of natural frequency and damping<br />

of speleothems. 12WCEE, 2118.<br />

Michetti, A.M.; Audenard M., F.A. y S.<br />

Marco (2005): Future trends in paleoseismology:<br />

Integrated study of the seismic landscape as<br />

a vital tool in seismic hazard analyses. Tectonophysics<br />

408:3-21.<br />

Molerio León, L.F. (1990): CLEO. Presentación<br />

de un Algoritmo para el Cálculo de la<br />

Estabilidad de las Cavernas. Resumen. Congr. 50<br />

Aniv. Soc. Espel. <strong>Cuba</strong>, La Habana: 89<br />

Molerio León, L. F.; Fariñas Padrón, E. y<br />

Azcue Manso, o. (1990a): Procesos Termodinámicos<br />

en la Cueva de La Virgen, Ciudad de La<br />

Habana, <strong>Cuba</strong>. Resumen. Congr. 50<br />

Aniv.Soc.Espel. <strong>Cuba</strong>, La Habana: 53.<br />

Molerio León, L.F.; et al. (1990b): Estudio<br />

Experimental de Resistencia a Cargas Dinámicas<br />

en la Bóveda de una Caverna. Resumen. Congr.<br />

50 Aniv.Soc.Espel. <strong>Cuba</strong>, La Habana: 88.<br />

Molerio León, Leslie F. (1995): Distribución<br />

del Campo de Tensiones en Espeleotemas Colapsadas<br />

de la Cueva de La Incógnita, Gran Caverna<br />

de Santo Tomás, Pinar del Río, <strong>Cuba</strong>. Resumen.<br />

Congr. Internac. LV Aniv. Soc. Espel. <strong>Cuba</strong> y<br />

Primera Reunión Iberoamericana, La Habana,:34-35.<br />

Sebela, S. (2008): Broken speleothems as indicators<br />

of tectonic movements. Acta Carsologica<br />

37/1:51-62, Postojna.<br />

23


Diez PregUntas a<br />

DOLORES S. ASOYAN<br />

La mayor satisfacción es ganarle al escepticismo<br />

La entrevistada, Dolores S. Asoyan, ante el valle del río Bolshoi Zelenchuk, en el Cáucaso norte, en el verano del 2008.<br />

En abril de 1978 Dolores S. Asoyan, junto a otros especialistas<br />

de la extinta URSS, llevó a <strong>Cuba</strong> un instrumento<br />

nuevo. Era un levantamiento aereofotográfico multizonal<br />

con el que se querían conocer las claves del desciframiento<br />

de los componentes de la naturaleza, un ensayo del primer<br />

levantamiento multizonal cósmico soviético de la zona intertropical,<br />

que llegaría poco después.<br />

Pero Asoyan llevó mucho más que unas imágenes a las<br />

que mirábamos una y otra vez con sorpresa o con dudas.<br />

Con una personalidad carismática y su espontánea sonrisa, a<br />

Lola, (como siempre la llamamos) no le fue difícil ganarse el<br />

afecto de los geógrafos cubanos. Esta especialista de raíz armenia,<br />

que desde su infancia vive en Moscú, tomaba con mal<br />

disimulada satisfacción que en La Habana o en las expediciones<br />

la creyeran cubana.<br />

Asoyan es una conocida geomorfóloga, especialista en los<br />

métodos de teledetección en la cartografía del relieve, que<br />

ha trabajado –a distancia o en persona– en varios continentes<br />

y zonas geográficas.<br />

Su nombre está ligado a un hito de la Geografía del siglo<br />

XX: en las primeras imágenes de una sonda interplanetaria<br />

soviética en los años 60, trabajando junto a su tutor Yuri A.<br />

Mescheriakov, se percató de grandes alineamientos visibles<br />

en el Sahara, un hallazgo que, sin saberlo entonces, fue el<br />

primer paso de un nuevo método de investigación geográfica<br />

cuyo alcance no ha dejado de extenderse hasta hoy.<br />

Asoyan se convirtió en uno de los primeros especialistas del<br />

mundo en el uso de las imágenes espaciales para descifrar la<br />

superficie de la Tierra.<br />

En sus 55 años de carrera la doctora Asoyan elaboró los<br />

métodos del análisis morfoestructural y la metódica de la<br />

cartografía ecólogo-geomorfológica en imágenes cósmicas y<br />

creó una clasificación de los índices de desciframiento de los<br />

objetos geográficos. Como prolífica autora, a ella se le deben<br />

más de 200 publicaciones, incluyendo artículos, mapas,<br />

atlas y monografías.<br />

En la década de 1980, Lola Asoyan era una figura habitual<br />

entre los geógrafos cubanos, con quienes compartió su<br />

aguda visión interpretativa, participó en expediciones y colaboró<br />

como mentora y consultante de especialistas.<br />

<strong>Cuba</strong>Geográfica habló recientemente con la doctora D.S.<br />

Asoyan sobre sus proyectos, experiencias y sobre las figuras<br />

admirables con quienes coincidió a lo largo de su extraordinaria<br />

carrera científica.<br />

24


CG: Con tu permiso, te vamos a<br />

llamar Lola, como siempre hicimos<br />

en <strong>Cuba</strong>. Eres una persona admirada<br />

con la cual perdimos contacto<br />

hace un cuarto de siglo.<br />

D.A: Claro que sí, y para empezar<br />

quiero enviarles un inmenso saludo y<br />

desearles un feliz año 2017 –algo que<br />

hace tiempo no puedo hacer directamente–<br />

a todos los colegas y amigos<br />

cubanos, tanto en <strong>Cuba</strong> como en otros<br />

países. En estos 25 años ustedes han<br />

estado siempre en mis recuerdos, porque<br />

los años de <strong>Cuba</strong> están entre los<br />

mejores de mi vida.<br />

CG: Lola, antes de comenzar<br />

esta entrevista me dijiste que el<br />

lunes irías al Instituto, como siempre.<br />

A los 55 años de trabajo ¿cómo<br />

mantienes los deseos, la creatividad,<br />

la capacidad de generar<br />

ideas y hacer proyectos?<br />

Me alientan mi interés por la Geomorfología<br />

y por el desciframiento aerocósmico.<br />

También el sentido del<br />

deber (después de todo mi signo es Escorpión):<br />

si me hago cargo de un<br />

asunto científico, me siento obligada a<br />

concluirlo por difícil que sea. Siempre<br />

me atrajeron los problemas a los que<br />

nadie les había prestado atención con<br />

anterioridad.<br />

CG: En ocasiones has elogiado el<br />

ambiente de libertad académica de<br />

tu Instituto, ¿no ha sido ese un estímulo<br />

para la creatividad?<br />

Absolutamente. En toda su historia,<br />

el Instituto de Geografía, tanto en la<br />

época de la URSS como hoy, se ha preciado<br />

por su ambiente de libertad para<br />

la creación científica. Para quien fuera<br />

capaz de trabajar con independencia, el<br />

Instituto organizaba y proveía los medios<br />

para hacer las expediciones más<br />

complejas. Era como abrir una puerta<br />

que daba acceso a la sexta parte de la<br />

superficie terrestre [se refiere al área<br />

de la antigua Unión Soviética, 202 veces<br />

mayor que <strong>Cuba</strong>. CG]. Esa confianza<br />

inspiraba, hacía trabajar con entusiasmo,<br />

a pesar de las dificultades y de los<br />

peligros de las expediciones. A cambio<br />

debíamos entregar nuevos datos científicos<br />

y publicaciones.<br />

CG: Cuando iniciaste la era de<br />

la teledetección en la Geografía encontraste<br />

escepticismo y resistencia,<br />

¿cómo prevaleció tu idea?<br />

Mantuve mis posiciones a pesar de la<br />

crítica e incluso de la desagradable resistencia<br />

de gente autoritaria. Como<br />

demostró el tiempo, a pesar del escepticismo,<br />

mis resultados iniciales se refrendaron<br />

y los multiplicaron especialistas<br />

en otras instituciones; por ejemplo,<br />

en la interpretación y estudio de la<br />

naturaleza de las zonas de alineamientos<br />

visibles en las imágenes cósmicas.<br />

Estas investigaciones evolucionaron<br />

con éxito hacia la búsqueda de yacimientos<br />

minerales y se integraron al<br />

estudio de la sismicidad.<br />

CG: Trabajaste en el trópico y<br />

en zonas glaciales, en ambientes<br />

continentales extremos y en zonas<br />

insulares, en orógenos activos y en<br />

plataformas. ¿Cuáles son los trabajos<br />

que más te satisfacen?<br />

Sin dudas, haber dado los primeros<br />

pasos en el mundo con la interpretación<br />

de una imagen global de la sonda<br />

interplanetaria “Zond-5”, que mostró<br />

las extensas zonas de alineamientos del<br />

Sahara. También me enorgullece haber<br />

estudiado –de nuevo por primera vez<br />

en el mundo– las posibilidades de uso<br />

de las imágenes cósmicas televisivas<br />

de escala pequeña con los satélites<br />

“Meteor-Priroda”. Tengo crédito por<br />

haber descubierto las huellas de una<br />

glaciación antigua en la Meseta Chulmanskii,<br />

al sur de Yakutia, gracias al<br />

trabajo de campo y al análisis detallado<br />

de los levantamientos aéreos.<br />

En tantos años de trabajo hay mucho<br />

más, como el “Atlas de la Naturaleza y<br />

los Recursos de la Tierra” (1998) o el<br />

“Atlas de las Islas Kuriles” (2010). Y<br />

claro, mi tesis de candidatura, que defendí<br />

en 1970.<br />

CG: ¿Qué ha cambiado en los últimos<br />

años en la teledetección?<br />

En las últimas dos décadas la tecnología<br />

de geoinformación con imágenes<br />

cósmicas fue muy atractiva y relegó a<br />

un segundo plano al análisis visual de<br />

las imágenes. Pero ahora se escuchan<br />

llamados a recurrir más a la interpretación<br />

visual para el control de las etapas<br />

finales del trabajo cuando se hace<br />

el desciframiento automático de imágenes.<br />

En mi opinión, comprobada por<br />

los años, no hay ningún método que<br />

reemplace por completo al cerebro y a<br />

la visión de una persona, así como a su<br />

capacidad de pensamiento asociativo,<br />

tan necesarios en la interpretación de<br />

imágenes.<br />

En su mesa de trabajo del Laboratorio de Cartografía, en septiembre del 2008. 25


CG: Háblanos de tus maestros,<br />

las personas junto a las cuales<br />

diste tus primeros pasos.<br />

Tuve mucha suerte en mi vida. Mi<br />

primer mentor fue Yuri A. Mescheriakov,<br />

un geomorfólogo excepcional, de<br />

gran remombre en el país y fuera de él.<br />

Mescheriakov era un hombre de talento<br />

notable, capaz de discernir el futuro<br />

en la ciencia y de prepararle el camino.<br />

Era mi tutor científico y murió súbitamente,<br />

justo antes de que yo terminara<br />

mi tesis. Fue una enorme pérdida para<br />

la Geomorofología. Aún hoy percibo la<br />

influencia de Yuri Aleksandrovich en<br />

mi trabajo.<br />

Estoy en deuda con Mijail V. Piotrovskii,<br />

destacado geomorfólogo y<br />

neotectonista, por su ayuda para asimilar<br />

las técnicas complejas del desciframiento<br />

de imágenes. Y en la cartografía<br />

y en la preparación de Atlas, a A.A.<br />

Liuty y N.N. Komedchikov.<br />

CG: Dinos tus planes inmediatos.<br />

En definitiva pareces ajena a<br />

la idea de descansar.<br />

Hay un tema que mantengo secreto<br />

desde hace tiempo. Es un asunto<br />

teórico que pospongo año tras año y<br />

que nadie ha abordado antes. Pero<br />

hablar de ello me compromete y no<br />

quiero hacerlo, porque de repente ... va<br />

y no puedo...<br />

CG: ¿Te das cuenta, Lola, de que<br />

hablar así es propio de gente muy<br />

joven llena de energías e ideas?<br />

[Por el teléfono se escucha una risa<br />

explosiva, larga y contagiosa. Cuando<br />

se calma, esboza su idea en pocas<br />

frases. Es de verdad interesante, pero<br />

no queremos traicionar su deseo de no<br />

hablar de ella hasta tanto no comience<br />

a trabajarla. Esperamos que pronto].<br />

CG - Lola, por tu trabajo y tu interés<br />

en <strong>Cuba</strong>, tu carácter y por la<br />

manera en que te enamoraste de la<br />

cultura, la arquitectura y la gente<br />

de la isla, bromeamos con el tema<br />

de darte la nacionalidad.<br />

¿Qué recuerdas de aquello, y<br />

sobre todo, qué quisieras decirles a<br />

tus colegas cubanos, y a los jóvenes<br />

que ni siquiera conoces?<br />

colegas notables<br />

y esa amistad y<br />

relación de trabajo,<br />

a pesar de<br />

todo lo que ha<br />

sucedido en este<br />

último cuarto de<br />

siglo, se mantiene<br />

hasta hoy y sigue<br />

dando algún<br />

fruto, como<br />

muestra mi colaboración<br />

con<br />

<strong>Cuba</strong>Geográfica.<br />

Hay algunos<br />

colegas –tristemente<br />

la mayoría–<br />

a los que no<br />

he vuelto a ver y<br />

con los que me<br />

comunico muy<br />

esporádicamente,<br />

pero de todos<br />

guardo una<br />

memoria especial<br />

y los sigo queriendo,<br />

quizás<br />

más que cuando<br />

estaban “cerca”.<br />

En esos años<br />

literalmente me<br />

“zambullí” en un<br />

ambiente de atención,<br />

respeto y<br />

cariño. Lo repito,<br />

esos años están<br />

entre los mejores<br />

En la Cordillera Rocosa, al norte del Cáucaso. Verano del 2009. de mi vida.<br />

Sería injusto no<br />

¡Ay, ay ay. La epopeya cubana! mencionar aquí a mi colega y amigo<br />

Los trabajos en <strong>Cuba</strong> en los experimentos<br />

Trópico 1-2 y 3 entre 1978 y pecable organizador e impulsor de los<br />

Francisco Rivero Reyes, que fue el im-<br />

1991 me produjeron una satisfacción trabajos conjuntos de teledetección, los<br />

inmensa. Tengo el recuerdo cálido de prime-ros que desarrollaron la Academia<br />

de Ciencias de la URSS y la de<br />

las expediciones por <strong>Cuba</strong> occidental,<br />

central y oriental, del trabajo en el Instituto,<br />

de los contactos en otras institu-<br />

¿Mi consejo a los más jóvenes? Tra-<br />

<strong>Cuba</strong> en la región tropical.<br />

ciones donde siempre me trataron con bajar en el campo, y en épocas de escasos<br />

recursos para las expediciones,<br />

gran respeto y sincero afecto. Recuerdo<br />

los paseos por La Habana y su magnífica<br />

arquitectura, los espectáculos de cos y las claves de desciframiento.<br />

emplear los levantamientos aerocósmi-<br />

ballet, la generosidad de la gente del Pero además, cuando tengan la información<br />

científica comprobada y estén<br />

campo. Me acuerdo mucho de la naturaleza<br />

sorprendente de <strong>Cuba</strong>.<br />

convencidos de sus resultados, defiendan<br />

su posición siempre.<br />

Me hice de grandes amigos y de<br />

26


La historia en pocas palabras<br />

Impulsan la producción<br />

de petróleo en <strong>Cuba</strong> y<br />

las grandes compañías<br />

adquieren derechos<br />

Especial para The New York Times<br />

8 de enero de 1958<br />

LA HABANA — La búsqueda de<br />

petróleo en <strong>Cuba</strong>, que ha traído a escena<br />

a una ráfaga de operadores de petróleo<br />

independientes y creó casi un boom en<br />

1954 y 1955, se ha calmado para dar<br />

paso a la exploración científica y la perforación<br />

de prueba.<br />

No ha habido ningún hallazgo grande,<br />

a pesar del hecho de haberse perforado<br />

100,000 (no indican las unidades, presumiblemente<br />

en pies -CG) de pozos en<br />

la Isla desde mayo de 1954. Los pozos<br />

someros perforados en pequeños yacimientos<br />

de las provincias de Camagüey<br />

y La Habana produjeron solamente de<br />

50 a 200 barriles diarios.<br />

Según <strong>Cuba</strong> Petroleum News Digest<br />

de La Habana, la producción de<br />

petróleo en <strong>Cuba</strong> fue de 57,163 barriles<br />

en 1954, 381,824 barriles en 1955 y<br />

543,121 en 1956. En la primera mitad<br />

de 1957 se produjeron 193,160 barriles.<br />

Aún se perfora en yacimientos conocidos,<br />

pero la producción está declinando.<br />

Muchas compañías de petróleo independientes<br />

han cedido sus concesiones a<br />

compañías mayores. Estas compañías<br />

tienen planes de perforar este año varios<br />

pozos de prueba profundos.<br />

<strong>Cuba</strong> consume de 55,000 a 60,000 barriles<br />

diarios de productos de petróleo.<br />

La capacidad de refinación en <strong>Cuba</strong> se<br />

incrementará a 85,000 barriles diarios<br />

para mediados de año. Shell-Mex Petroleum<br />

Company, miembro del grupo<br />

Royal Dutch-Shell, ha construido una<br />

planta de 28,500 barriles en la Bahía de<br />

La Habana. Texas Company está terminando<br />

ahora una refinería en Santiago<br />

de <strong>Cuba</strong> y la Esso Standard Oil Company<br />

ha expandido su refinería de<br />

Belot, del otro lado de la bahía, en La<br />

Habana, hasta 35,000 barriles diarios.<br />

Todo el petróleo refinado, con la excepción<br />

de la pequeña producción cubana,<br />

es importado.<br />

Fragmentos del mapa topográfico 1:50.000 de Cayo Rosario, Sumidero y Trinidad.<br />

En 1958 <strong>Cuba</strong> publicó un mapa que sigue hoy en uso y que seguramente<br />

continuará así hasta tanto no llegue la nueva generación de plataformas<br />

digitales móviles interactivas y desaparezca el papel impreso que siempre<br />

viaja al campo en una carpeta segura. Quizás eso no esté tan lejos.<br />

Pero hace casi 60 años, la edición del mapa 1:50,000 produjo tal impacto<br />

que el diario The New York Times le dedicó una breve nota que dice así:<br />

Miércoles, Enero 8, 1958, página 88<br />

<strong>Cuba</strong> Tiene un Mapa Nuevo<br />

Levantamiento topográfico le<br />

cuesta $1,000,000 al Gobierno<br />

La Habana — Acaba de ser<br />

completado un mapa topográfico de<br />

<strong>Cuba</strong> y pronto estarán disponibles las<br />

copias. <strong>Cuba</strong> es el primer país en el<br />

Hemisferio Occidental que tiene un<br />

mapa semejante a escala 1:50,000.<br />

El mapa consiste de 324 páginas<br />

de 18x24 pulgadas en cinco colores.<br />

Fue hecho a partir de 4,000 fotografías<br />

aéreas tomadas a 30,000 pies.<br />

Cada mapa muestra 18 millas cuadradas.<br />

El Gobierno ha hecho un pedido<br />

de 5,500 copias.<br />

El trabajo, que fue realizado por<br />

Aero Service Corporation de<br />

Filadelfia, requirió un año, y costó al<br />

Gobierno $1,000,000.<br />

según el Departamento de estadísticas Laborales de estados Unidos,<br />

$1 millón, en dólares de 1958, equivalen a $8.34 millones en el 2016<br />

27


EN CIFRAS (2016)<br />

UNIVERSIDADES CUBANAS<br />

Cómo clasifican en el mundo<br />

Clasificar las universidades es polémico. Pero<br />

en la medida en que la sociedad se hace más<br />

competitiva y productiva, que crece el número de<br />

estudiantes y graduados y las universidades son<br />

más numerosas y accesibles, las clasificaciones<br />

ganan popularidad e importancia.<br />

Cada universidad tiene personalidad y proyección<br />

propias, por tanto es difícil medirlas con un<br />

rasero común. Los argumentos empleados para<br />

ello deberían tener en cuenta sus puntos fuertes,<br />

su historia y la sociedad a la que sirven. Así, la<br />

clasificación no es un veredicto único o irreversible.<br />

Basta modificar el peso de alguna variable<br />

para cambiarlas de puesto.<br />

Esta clasificación mundial de las universidades<br />

publicada en julio del 2016 es obra del Consejo<br />

Superior para las Investigaciones Científicas de España<br />

y aparece en http://webometrics.info.<br />

Considera la trayectoria académica y docente de<br />

miles de universidades a partir de su presencia,<br />

impacto, apertura y excelencia en el escenario<br />

académico. Los detalles se explican en ese portal.<br />

En la gráfica se muestran las universidades cubanas<br />

en su entorno, con el acento en las universidades<br />

latinoamericanas y en las de la antigua<br />

Unión Soviética, por donde pasaron decenas de<br />

miles de cubanos entre 1960 y 1990.<br />

Desde inicios del siglo XX, en algunas universidades<br />

de EEUU y Puerto Rico han estudiado miles<br />

de cubanos y sus descendientes. En varias de<br />

estas ha habido tradición de mantener colecciones<br />

y de hacer estudios cubanos. Hoy es posible<br />

que alguna de estas universidades abra programas<br />

de colaboración directa con pares de la isla.<br />

La posición de las universidades cubanas es muy<br />

desigual. Mientras la Universidad de La Habana<br />

está en el 6% superior de la escala (de casi 30000<br />

centros clasificados), y las de Las Villas y la CUJAE<br />

están en el 10% de las mejores, el resto se aleja<br />

rápido. Vale la pena considerar qué se requiere<br />

para mejorar en la escala.<br />

Dr. José Ramón Hernández Santana<br />

Nota: Los diez primeros puestos en la lista son:<br />

1- Harvard, 2- Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT),<br />

3- Stanford, 4- Berkeley, 5- Michigan, 6- Cornell,<br />

7- Washington, 8- Columbia, 9- Pennsylvania y 10- Oxford.<br />

La matrícula y los graduados en universidades cubanas<br />

Las cifras de matriculados en las universidades (en verde) y de estudiantes graduados (naranja)<br />

están cayendo rápido. Corresponde con la disminución de la población joven en <strong>Cuba</strong>, pero quizás<br />

también con la pérdida de atractivo de algunas carreras. El número<br />

de matriculados en universidades es hoy menos de la cuarta parte<br />

de lo que fue hace ocho años, mientras que el número de graduados<br />

cayó 60% en los últimos cinco cursos. Los jóvenes en carreras de<br />

Ciencias Naturales (donde se ubica la Geografía) son<br />

hoy menos del 1% del<br />

universo total de matriculados<br />

y graduados.<br />

Fuente: O.N.E.<br />

28


Emma Romeu Riaño<br />

E<br />

mma Romeu es geógrafa, graduada en la Universidad de<br />

La Habana en 1984, antigua auxiliar técnica del Instituto de<br />

Oceanología, colaboradora de la Universidad Nacional Autónoma<br />

de México, incansable viajera, periodista ambiental y poeta.<br />

Artículos suyos han aparecido en National Geographic Magazine,<br />

para Latinoamérica y en otros medios.<br />

Ha publicado más de una docena de libros de ficción y no ficción,<br />

entre ellos, un compendio de reportajes ambientales sobre <strong>Cuba</strong> y<br />

México y decenas de artículos periodísticos. Es autora reconocida<br />

de literatura infantil, donde la biodiversidad, la Geografía y la conservación<br />

del medio ambiente son temas principales.<br />

Su obra ha sido publicada por Mcgraw Hill, Santillana, Scholastics,<br />

Alfaguara, etc., en Estados Unidos, México y España.<br />

Su libro más reciente es “Ahora que me da un minuto la vida”.<br />

En la actualidad vive y trabaja en Boston, Massachusetts.<br />

Geografía cubana<br />

San Antonio y Maisí desde sus puntas<br />

estiran el lienzo húmedo,<br />

Zapata y Varadero también amparan la distancia,<br />

y malcrían colores que se burlan del fango<br />

o son manto a delfines o velo a las gaviotas.<br />

Adentro del enmarque<br />

las alturas se jactan vestidas por pinares,<br />

las lagunas son casas,<br />

los ríos bañan pastos, las cuevas son prolíficas<br />

en los hongos de piedra.<br />

Hay cuatro mil cien islas<br />

ajenas de vecinos que dan marco<br />

al lagarto,<br />

y al sur un medallón guarda los mil tesoros,<br />

toronjas y muñecas,<br />

y a todo el gran conjunto<br />

de pequeñas y grandes<br />

los ciclones frecuentes le despeinan las palmas,<br />

le desbordan los llantos, le rompen las labranzas.<br />

Y cuando todo pasa, o cuando nada<br />

pasa,<br />

el mar, que siempre es cuna,<br />

consuela al archipiélago.<br />

Poema de Emma romeu del libro<br />

Renovación de la luna,<br />

Ediciones Alpsipa, 2013<br />

Coloquio<br />

co-lo-quio<br />

Diccionario de la Real Academia Española<br />

3. m. Reunión en que se convoca a un número limitado de personas para que debatan un<br />

problema, sin que necesariamente haya de recaer acuerdo.<br />

La revista me motiva a la exploración<br />

con nuevos elementos<br />

importantes [...] El artículo de<br />

las fracturas me ayuda mucho<br />

en mis investigaciones y exploraciones.<br />

Alfredo Contreras,<br />

Matanzas, <strong>Cuba</strong><br />

como se afirma en el trabajo, algunas<br />

más evidentes que otras.<br />

Ahora veo el origen y la evolución<br />

[de las caletas y las cuevas<br />

inundadas] con claridad.<br />

Ing. Daniel del Valle,<br />

Alicante, España<br />

Las fracturas de distensión<br />

CG., Nº3 junio-diciembre 2016<br />

Muy interesante; ahora veo<br />

como un todo cosas que yo<br />

conocía por separado [...] Es un<br />

artículo dirigido a especialistas<br />

y no al gran público.<br />

Creo que el origen de todas las<br />

caletas de esa costa entrando<br />

desde Girón son las desembocaduras<br />

de ríos subterráneos,<br />

Escríbanos a:<br />

ahportela@yahoo.com<br />

magazantonio@yahoo.com<br />

o deje su opinión en el portal<br />

de internet de <strong>Cuba</strong>Geográfica.<br />

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Su mensaje puede ser editado<br />

para mayor claridad y para<br />

ajustarlo al espacio.<br />

29


NOVEDADES DE LA BIBLIOTECA GEOGRAFICA<br />

RecuRsos hidRogRáficos<br />

supeRficiales de la<br />

República<br />

Dominicana<br />

A<br />

José<br />

Luis Batista le han publicado<br />

un libro fuera de <strong>Cuba</strong> que puede<br />

ser uno de esos permanentes manuales<br />

de consulta y referencia.<br />

Se trata de un estudio minucioso de la<br />

disponibilidad natural del agua en la<br />

República Dominicana, de su balance<br />

anual, distribución, uso y vulnerabilidades.<br />

Es de los que necesita estar en las<br />

manos de cualquier especialista que deba<br />

hacer alguna obra hidráulica, o algún<br />

cálculo para el manejo del agua.<br />

Recursos hidrográficos de la República Dominicana<br />

tiene un alto valor implícito al exponer<br />

un método para el estudio del balance<br />

hídrico que sirve en Dominicana o en otras<br />

partes del mundo que tengan una geografía<br />

razonablemente parecida.<br />

Recursos... ha sido publicado con el auspicio<br />

del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH),<br />

una de las primeras instituciones académicas del Hemisferio,<br />

bajo la sombrilla de la Organización de Estados Americanos, la<br />

OEA, de la que <strong>Cuba</strong> no es parte desde 1960.<br />

<strong>Cuba</strong> fue fundadora del IPGH, con Salvador Massip como uno<br />

de sus primeros presidentes, por eso es penoso –por decirlo<br />

de una forma mínima– que la geografía cubana haya estado<br />

ausente de sus actividades por más de medio siglo. Sobre<br />

todo por los adelantos que produjo en las ciencias naturales,<br />

incluyendo en Hidrología e Hidrogeología,<br />

lo que no debe asociarse nunca a<br />

los problemas que hoy enfrenta <strong>Cuba</strong><br />

con la calidad, la administración y<br />

disponibilidad de agua.<br />

No es la primera vez que el IPGH patrocina<br />

un libro de geografia hecho<br />

por cubanos en tiempos recientes. En<br />

el 2014 se publicó un estudio de las<br />

costas dominicanas compilado por el<br />

el doctor Elías Ramírez. Pero Recursos…<br />

se aparta de ese por tratarse<br />

de una monografía que revela el<br />

beneficio, para algunos países de la<br />

región, de contar con la experiencia<br />

y la competencia de ciertos especialistas<br />

cubanos antes de que el<br />

tiempo los agote sin reemplazo.<br />

El libro de Batista recuerda esfuerzos<br />

que se hicieron en el pasado,<br />

como el que produjo Los suelos de<br />

<strong>Cuba</strong>, de Hugh H. Bennett y Robert V.<br />

Allison en 1928, que echaron las bases para<br />

el conocimiento y el manejo de los recursos naturales.<br />

Para los dominicanos Recursos… dejará dividendos<br />

en la creación de obras hidráulicas, o en la educación para el<br />

manejo del agua superficial.<br />

Satisface ver que el aporte que mucho antes hicieran en <strong>Cuba</strong><br />

extranjeros como Bennett, como el Hermano León o el padre<br />

Viñes, hoy lo hace un cubano en Dominicana.<br />

Ojalá que se sepa reconocer y que el Dr. Batista lo perciba.<br />

Batista Silva, J. L. (2016) Recursos hidrográficos superficiales<br />

de la República Dominicana, Instituto Panamericano de Geografía<br />

e Historia, Santo Domingo, Editora Búho, 392 p.<br />

Librerías Cuesta, Santo Domingo, www.libreriacuesta.com<br />

La revista Geomorfologia, de la Academia<br />

de Ciencias de Rusia, publicó<br />

en su Nº2 de 2016 una nota en memoria<br />

de Dmitri A. Lilienberg firmada por la reconocida<br />

especialista armenia Dolores S.<br />

Asoyan y por geomorfólogos cubanos.<br />

El trabajo se dedicó en primer lugar, a<br />

destacar el “período cubano” de las sustanciales<br />

investigaciones y observaciones<br />

geomorfólogo-geodinámicas que<br />

produjo Lilienberg en <strong>Cuba</strong> durante más<br />

de un cuarto de siglo, las que lo convirtieron<br />

en un líder natural de las ciencias<br />

geográficas en la isla y en una autoridad<br />

internacional en la geodinámica endógena<br />

y en el desarrollo de los arcos insulares<br />

y las zonas montañosas<br />

Los autores también destacaron el aporte<br />

de Lilienberg -como un educador natural-<br />

a la formación de especialistas en<br />

<strong>Cuba</strong> y en otras partes del mundo, a la<br />

fundación del Polígono Geodinámico de<br />

Santiago de <strong>Cuba</strong> y a la edición de los<br />

Atlas Nacionales de 1970 y de 1989, las<br />

mejores obras del Instituto de Geografía.<br />

Se trata de un homenaje de geógrafos<br />

cubanos a la memoria de su maestro.<br />

Asoyan, D.S.; Portela, A.H.; Hernández,<br />

J.r. y Magaz, A.r. (2016) Aporte a<br />

las ciencias geólogo-geográficas del destacado<br />

geomorfólogo, talentoso maestro y<br />

colega Dmitri A. Lilienberg (1928-2005),<br />

Revista Geomorfologia, Academia de<br />

Ciencias de Rusia, Ed. Nauka, Nº2, abriljunio,<br />

pp 121-129 (en ruso) 30


Este número de <strong>Cuba</strong>Geográfica (CG) fue editado por<br />

Antonio R. Magaz García y Armando H. Portela Peraza.<br />

Desde La Habana, Leslie Molerio aportó una interpretación<br />

de la paleosismicidad a partir de indicadores espeleológicos.<br />

CG necesita ahora de su auxilio para construir un medio<br />

de comunicación sostenible para todos los que se interesen<br />

en la geografía cubana.<br />

Envíe su trabajo de hasta de 3,500 palabras, preferiblemente<br />

con fotos (JPEG, 150 Kb mínimo) mapas y gráficos<br />

(EPS, PDF, JPEG) con buena resolución, con textos insertados<br />

legibles, y con colores y trazos definidos.<br />

Los temas son geográficos, los puntos de vista y enfoques<br />

son libres y son responsabilidad única de los autores.<br />

Los trabajos deben ser originales o copias de documentos<br />

históricos de valor para la Geografía cubana, debidamente<br />

acreditados a la fuente inicial.<br />

A los autores (y coautores) se les ruega que nos hagan llegar<br />

una foto reciente y una breve reseña (de 20 a 30 palabras)<br />

sobre sí mismos para ser utilizadas con su crédito en los<br />

artículos a publicar.<br />

CG se reserva el derecho necesario de redactar y editar<br />

los trabajos para su publicación.<br />

Dirija su colaboración a:<br />

Armando H. Portela - ahportela@yahoo.com<br />

Antonio R. Magaz - magazantonio@yahoo.com<br />

CG es un esfuerzo que se hace sin interés de lucro y no puede<br />

prometer honorarios ni compensación por ningún aporte.<br />

Miami, 1º de enero del 2017<br />

<strong>Cuba</strong>Geográfica ISSN 2473-8239

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