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Lámpara Minera Nº11 / Agosto 2018

Publicación oficial del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión.

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Las coplas no se olvidan de los grandes artífices<br />

del cante minero, a los que no pierde ocasión de<br />

rendir homenaje:<br />

Fueron los firmes puntales<br />

Del cante cartagenero<br />

La Peñaranda, Chilares<br />

El Rojo el Alpargatero<br />

Y Enrique el de los Vidales<br />

En la villa de La Unión<br />

No cantan los forasteros<br />

Mientras que vivan Chilares<br />

Y el Rojo el Alpargatero<br />

Ya no cantará Chilares<br />

En los bañitos de Archena<br />

Porque le dieron un tiro<br />

Entre Murcia y Cartagena<br />

En la calle de Canales<br />

Fue donde perdí el sombrero<br />

Y se lo vino a encontrar<br />

El Rojo el Alpargatero<br />

Y no me lo quiso dar<br />

Anda diciendo Escacena<br />

Que yo tengo su sombrero<br />

Y a presidio me condenan<br />

Pero sabe el pueblo entero<br />

Que él no estuvo en Cartagena<br />

Por Dios canta, Encarnación<br />

Esa minera valiente<br />

Que desgarra el corazón<br />

Para que aprenda la gente<br />

Cómo se canta en La Unión<br />

En el festival del cielo<br />

Hay un concurso esta semana<br />

Cantan Antonio Piñana<br />

Y el Rojo el Alpargatero<br />

Sólo Dios sabe quién gana<br />

¿Y qué hay de los autores? Hay casos en los que<br />

conocemos o sospechamos la paternidad de una<br />

letra, aunque la mayoría son anónimas; o, como<br />

sentenciaba Manuel Machado, esa ha de ser su<br />

aspiración si realmente quieren perdurar:<br />

Hasta que el pueblo las canta<br />

Las coplas, coplas no son<br />

Cuando las canta el pueblo<br />

Ya nadie sabe su autor<br />

Fruto de la feliz inspiración, de la chispa u<br />

ocurrencia del momento, en ellas hay apenas lugar<br />

para lo retórico o superfluo.Además, son inseparables<br />

de la música, pues nacieron para eso, para ser<br />

cantadas, y sólo así logran su plenitud. No extrañe,<br />

pues, que a veces ocurra aquello que Cervantes<br />

decía de las seguidillas de su tiempo: “cantados,<br />

sus versos encantan; escritos, suspenden”.<br />

No tiene perdón de Dios<br />

Quien estando en Cartagena<br />

No se llega hasta La Unión<br />

pa escucharle una minera<br />

al maestro Pencho Cros<br />

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