Breve historia del Africa subsahariana - Eric Garcia Moral
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Esclavos y predadores<br />
EL HOMBRE BLANCO LLEGÓ A LAS COSTAS<br />
Las primeras carabelas portuguesas llegaron a las costas occidentales de África a<br />
mitad <strong>del</strong> siglo XVI. Entre 1444 y 1446 arribaron a las playas de Senegambia. Los<br />
primeros contactos fueron hostiles debido a las incursiones que los lusos llevaron a<br />
cabo con el objetivo de capturar personas. Estas personas, bereberes de la actual<br />
Mauritania y subsaharianos de Senegambia, llegaron a Lisboa convertidas en<br />
esclavas: durante estos primeros años de tanteo, poseer a uno de ellos como siervo<br />
doméstico era señal de prestigio en la sociedad lisboeta. No obstante, a medida que<br />
navegaban más hacia el sur, sus magros intentos por penetrar en el interior en busca<br />
<strong>del</strong> famoso oro <strong>del</strong> Sudán o de esclavos que llevar a la metrópolis acabaron cuando<br />
vieron el alto coste que pagaban ante unas sociedades africanas bien pertrechadas y<br />
organizadas que opusieron una feroz resistencia e imprimieron dolorosas derrotas a<br />
las fuerzas lusas. Fue por esta razón por la que el rey de Portugal decidió prohibir<br />
tajantemente cualquier incursión armada y promover los acuerdos pacíficos con los<br />
poderes locales, inaugurando así la trata o intercambio pactado antes de que se<br />
acabara la década de 1440.<br />
Este cambio de actitud se plasmó en relaciones comerciales en las que los<br />
portugueses consideraban a sus interlocutores africanos como iguales. Al principio, el<br />
comercio se concentraba en obtener productos preciados: los portugueses ofrecían<br />
manufacturas, caballos y armas de fuego y los africanos daban oro, marfil, pimienta,<br />
cera y productos agrícolas y ganaderos; los esclavos, que eran cambiados por caballos<br />
principalmente, no suponían el grueso de los intercambios porque la demanda sólo<br />
era para abastecer de siervos domésticos a las aristocracias ibéricas. De hecho, los<br />
portugueses se articularon en torno a circuitos comerciales preexistentes a escala<br />
africana o incluso llegaron a actuar de intermediarios entre diversos puntos de la<br />
costa. Por ejemplo, en 1471 llegaron al golfo de Guinea en lo que posteriormente se<br />
denominó la Costa de Oro (actual Ghana). Allí encontraron una pequeña islita a la<br />
que llamaron a mina d’ouro, o simplemente Mina. Desde este punto litoral ansiaban<br />
acceder al comercio <strong>del</strong> oro que se producía en las tierras <strong>del</strong> interior pero, para<br />
establecerse en el lugar, necesitaron el consentimiento <strong>del</strong> soberano africano que<br />
dominaba aquella franja costera. Una vez acordado el pacto, los portugueses erigieron<br />
un fuerte en la isla cuyas ruinas son hoy todavía visibles. En sus comienzos, São<br />
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