07.10.2018 Views

Ideas 20181007

Ideas 20181007

Ideas 20181007

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Página SIETE Domingo 7 de octubre de 2 018<br />

19<br />

Locamente millonarios,<br />

la opulencia en el<br />

hiperrealismo<br />

¿Cómo se explica el éxito<br />

mundial que ha obtenido<br />

Locamente Millonarios? Se trata<br />

de una cinta que no tiene<br />

ningún acierto narrativo relevante<br />

y que sin embargo ha ganado el favor<br />

del público y ha recibido amplios<br />

elogios de parte de la crítica<br />

especializada.<br />

Alguien podría decir que lo interesante<br />

se encuentra en que<br />

constituye una prueba más de la<br />

globalización del cine, ya que se<br />

trata de un filme financiado por<br />

un estudio norteamericano, pero<br />

realizado en el Asia con actores de<br />

este origen, pero ni siquiera esto<br />

es una novedad ya que en los últimos<br />

años Netflix ha vuelto este<br />

modelo moneda corriente.<br />

l Ayala escribe sobre la película dirigida por Jon M. Chu.<br />

Ro d r i g o<br />

Aya l a<br />

B l u s ke<br />

C i n e a sta<br />

“El<br />

asunto no<br />

sería tan<br />

triste si es<br />

que la mediocridad<br />

del argumento<br />

de la<br />

película no<br />

fuera tan<br />

comple -<br />

mentaria a<br />

la mediocridad<br />

del<br />

sistema político<br />

en el<br />

que vivimos”.<br />

El “o l o r”de la riqueza<br />

Lo más interesante de la cinta,<br />

por lo puntual, pero a su vez engañoso,<br />

es la frase de Napoleón<br />

con que se abre: “Cuando China<br />

se despierte el mundo temblará”.<br />

En la medida en que el metraje<br />

avanza, nos damos cuenta<br />

de que el realizador no se refiere<br />

ni a la geopolítica, ni a la acumulación<br />

de poderío militar, y ni siquiera<br />

al crecimiento económico<br />

por parte del gigante asiático.<br />

La historia nos habla de los<br />

multimillonarios chinos, que en<br />

este caso ni siquiera viven allí, sino<br />

que generaciones atrás fijaron<br />

residencia en Singapur; ese pequeño<br />

enclave asiático del ultrac<br />

a p i t a l i s m o.<br />

En todo caso el detalle tiene<br />

coherencia con el desarrollo<br />

posterior del argumento. Algunos<br />

teóricos contemporáneos<br />

aseguran que los millonarios de<br />

hoy ya no tienen patria. Son nómadas<br />

que van de país en país,<br />

buscando ventajas logísticas o<br />

impositivas. Un ejemplo real es<br />

el de Eduardo Saverin, un migrante<br />

brasilero que se hizo multimillonario<br />

gracias a Facebook<br />

en Estados Unidos y luego renuncio<br />

a la nacionalidad norteamericana<br />

a fin de pagar menos<br />

impuestos, radicándose precisamente<br />

en Singapur.<br />

Saverin (en la vida real) y los<br />

personajes de la película (en una<br />

ficción que se esfuerza por glorificar<br />

este segmento de esa vida<br />

real), pertenece a ese 1% por<br />

ciento de la población mundial<br />

que según datos de Oxfam acumula<br />

más de la mitad de la riqueza<br />

mundial y que el año pasado se<br />

embolso un 82% de la ganancia<br />

generada en el planeta (en ese<br />

marco viven los ocho personajes<br />

reales cuya riqueza es equivalente<br />

a la de otros 3.500 millones de<br />

seres humanos).<br />

¿Podemos imaginarnos como<br />

una porción de seres humanos<br />

tan pequeña, gasta una cantidad<br />

de dinero tan grande? Eso es lo<br />

que trata de mostrarnos la película<br />

de la mano de Rachel, una<br />

joven profesora universitaria<br />

norteamericana de ascendencia<br />

china que acompaña a su novio,<br />

el heredero de una de las familias<br />

mas ricas de Singapur, a la boda<br />

de unos parientes en Singapur.<br />

El gran atractivo de la cinta entonces<br />

es hacer gala de la forma<br />

en la que estos privilegiados despilfarran<br />

su riqueza. Es un mundo<br />

en el que las casas mediocres<br />

son imitaciones de palacios franceses<br />

del siglo XVII, en el que la<br />

despedida de soltero del novio<br />

se realiza en un trasatlántico animado<br />

por bellísimas mises de todo<br />

el mundo (que actúan como<br />

prostitutas), y en el que la despedida<br />

de soltera de la novia consiste<br />

en vales de decenas de miles<br />

de dólares para que las invitadas<br />

adquieran la ropa más cara<br />

del mundo.<br />

El mayor esfuerzo de la imaginación<br />

de los guionistas y del director<br />

Jon. M. Chu se centra en<br />

imaginar distintas formas en que<br />

nos puedan hacer “oler”el exceso<br />

de riqueza (en el sentido del<br />

aroma que a veces sentimos<br />

cuando pasamos por una churrasquería,<br />

sabiendo que no podremos<br />

detenernos a probar el<br />

asado). Y esa también es la clave<br />

del éxito de la cinta, ya que el resto<br />

de su armado narrativo es convencional<br />

y reiterado: la chica<br />

“h u m i l d e”(aunque en este caso<br />

se trate de una profesora de Harvard),<br />

despreciada por la suegra<br />

altanera, que finalmente se gana<br />

el respeto de la familia y reafirma<br />

el amor del novio.<br />

Pinceladas de hiperrealidad<br />

Locamente Millonarios pasa entonces<br />

a ser uno más de los elementos<br />

de la “hiperrealidad”, en<br />

la que según varios teóricos contemporáneos<br />

vivimos actualmente:<br />

la que anula nuestra percepción<br />

de lo auténticamente<br />

“real”, merced al uso sistemático<br />

de elementos simbólicos y/o comunicacionales<br />

que nos hacen<br />

artificialmente participes del<br />

glamur sin fin de los privilegiados<br />

(reality shows sobre las vidas<br />

de los “famosos”, vacaciones en<br />

Las Vegas u Orlando para los clasemedieros<br />

con algo de plata, e<br />

inclusive los “malls”tipo Ventura<br />

o Cine Center a los cuales podemos<br />

ingresar unas horas para sentirnos<br />

como si viviéramos en el<br />

mundo de “los otros”).<br />

El asunto no sería tan triste si<br />

es que la mediocridad del argumento<br />

de la película no fuera tan<br />

complementaria a la mediocridad<br />

del sistema político en el que<br />

vivimos: a la profesora universitaria<br />

de economía Harvard ni se<br />

le ocurre cuestionar la ética de<br />

tanto derroche, su triunfo consiste<br />

que los ricos aprendan a valorar<br />

su humildad y la acepten.<br />

En el mundo actual en todos sus<br />

niveles, a nadie se le ocurre cuestionar<br />

seriamente (más allá de la<br />

demagogia oportunista) esa realidad<br />

que describen los datos de<br />

Oxfam; ocho personas que ganan<br />

acumulan riquezas inimaginables,<br />

mientras 3.500 millones<br />

mueren de hambre. El triunfo<br />

cultural del neoliberalismo fue<br />

tan amplio en los 90 (y la respuesta<br />

de la izquierda y el liberalismo<br />

clásico tan mediocres),<br />

que hoy la desigualdad y la miseria<br />

parecen ser elementos inamovibles<br />

de la realidad.<br />

Parafraseando a algún teórico<br />

podemos decir que vivimos en un<br />

mundo en el que sabemos que<br />

“ellos mienten”(sabemos que eso<br />

de que la “mano libre del mercad<br />

o”produce riqueza y bienestar es<br />

una tontería), ellos saben que nosotros<br />

sabemos que mienten (todos<br />

entendemos que el actual sistema<br />

de acumulación de riqueza<br />

está provocando no sola la miseria<br />

de la mayoría, sino también la destrucción<br />

física del planeta).<br />

Y sin embargo nadie tiene ganas<br />

de cuestionar nada, porque<br />

nos han hecho creer que los cambios<br />

reales son imposibles. Ese<br />

parece ser el universo de la hiperrealidad,<br />

de la que Locamente Millonarios<br />

constituye una pequeña<br />

pincelada.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!