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ideas<br />
2 Domingo 7 de octubre de 2 018 Página SIETE<br />
Demanda marítima<br />
Aún hay Bolivia…<br />
l El autor propone no judicializar este asunto. Considera que la estrategia boliviana no fue<br />
errada aunque si fue unívoca, pues optó únicamente por el juicio.<br />
AFP / ATON CHILE / Ignacio Muñoz<br />
Creo que hay mucho por<br />
decir. Y es que claro: no<br />
todos los días se vuelve a<br />
perder el mar. El periodista-historiador<br />
Robert Brockmann<br />
lanzó una tesis apabullante:<br />
terminó la Guerra del Pacífico,<br />
finalmente el 1 de octubre<br />
de 2018 se dio por concluida la<br />
contienda bélica que duró 139<br />
años. Sentí una enorme lástima<br />
al escuchar el fallo y comienzo<br />
puesta esta reflexión dejando en<br />
claro que estuve absolutamente<br />
convencido de la pertinencia de<br />
esta política.<br />
Antes de hacer cálculos políticos<br />
(imprescindibles y legítimos)<br />
de ningún tipo, manifiesto<br />
pues mi “complicidad”con el tenor<br />
de nuestra estrategia llevada<br />
a La Haya. Sin embargo, una vez<br />
conocido el score, no pretendo<br />
continuar el lamento. Me sumo a<br />
la tesis de Brockmann: la guerra<br />
terminó. No conviene, pues, lamentarse<br />
ni un solo día más, ni<br />
un minuto más. Ya no. Prosigo<br />
esta reflexión, pues, haciendo<br />
una evaluación de los errores cometidos<br />
y la necesidad de superarlos<br />
en los siguientes 139 años<br />
de vida de esta nuestra Bolivia.<br />
Diego Ayo<br />
Po l i t ó l o g o<br />
“Ya no<br />
debemos<br />
preservar el<br />
odio a Chile:<br />
escucho<br />
con pesar<br />
opiniones<br />
que refrendan<br />
el odio<br />
proponien -<br />
do no seguir<br />
usando los<br />
puertos chilenos”.<br />
Ya no debemos judicializar este<br />
asunto: considero que nuestra<br />
estrategia no fue errada aunque<br />
si fue unívoca: el juicio como opción.<br />
Ya escuché variadas voces<br />
afirmando que hay otras instancias<br />
judiciales a las que debemos<br />
concurrir.<br />
Creo que sería un inmenso<br />
error mantener ese tenor legalista.<br />
Sería seguir alimentando<br />
las cuentas bancarias de algunos<br />
abogados (todo mi respeto a<br />
esta profesión) respecto a un<br />
asunto que amerita ingenieros<br />
civiles que vislumbren un camino<br />
que una los dos océanos en 24<br />
horas; planificadores urbanos<br />
que construyan ciudades marítimas<br />
partiendo de la certeza de<br />
que La Paz (aunque no solo esta<br />
ciudad) es un enorme hinterland<br />
marítimo-urbano; aduaneros y<br />
expertos en economía marítima<br />
que diseñen puertos secos en<br />
más de un lugar facilitando el inmenso<br />
comercio proveniente<br />
del Pacífico; gestores públicos<br />
que conviertan a Bolivia en un<br />
“país de contactos” además de<br />
miles de bolivianos que produzcan,<br />
compran y consuman. En<br />
suma, este es un asunto de construcción<br />
de desarrollo, no de<br />
juicios.<br />
Ya no debemos preservar el<br />
odio a Chile: escucho con pesar<br />
opiniones que refrendan el odio<br />
proponiendo no seguir usando<br />
los puertos chilenos.<br />
Creo, a riesgo de ser tildado de<br />
antipatriota, que debemos acercarnos<br />
a Chile más que nunca. El<br />
notable politólogo Josep Colomer<br />
nos decía que el día en que<br />
España dejó su odio (y complejo)<br />
a Europa y se alió a Europa, promovió<br />
su desarrollo más que<br />
nunca en la historia; el día en que<br />
Corea del Sur dejó su odio a Japón<br />
y se alió a Japón, promovió<br />
su desarrollo más que nunca en<br />
la historia; el día en que México<br />
dejó su odio (y complejo) a Estados<br />
Unidos y…(léase lo mismo).<br />
En fin, debemos promover un<br />
desarrollo conjunto. Debemos<br />
entender que el Pacífico es nuestra<br />
casa y más vale que tengamos<br />
al menos un cuarto en ella. Soy de<br />
la idea de que debemos, si es necesario,<br />
alquilar un puerto en<br />
Arica de la misma manera que<br />
Perú lo viene haciendo.<br />
Ya no debemos mirar al pasado:<br />
ya no podemos seguir anclados<br />
en un paradigma del siglo<br />
XIX: aquel de la soberanía. Siguiendo<br />
el fabuloso libro de Parag<br />
Khanna, conviene tener en<br />
cuenta que el concepto ordenador<br />
de la realidad mundial/internacional<br />
del siglo XV al siglo<br />
XVII fue el concepto de linaje: las<br />
familias reales tenían posesiones<br />
sin continuidad geográfica. Eran<br />
fronteras siempre provisionales<br />
y a nadie se le hubiese ocurrido<br />
luchar y morir por… ¡la soberanía!<br />
No, ese concepto fue el concepto<br />
ordenador del mundo de los siglos<br />
XVII al XX. ¿Y que ordena el<br />
siglo XXI? Pues lo dice el título de<br />
su fascinante estudio: la conectividad:<br />
donde antes se mataban<br />
entre malayos y singapurenses<br />
(¿se dice así?), por problemas de<br />
límites y odios ancestrales, hoy<br />
hay tres gigantescos puentes que<br />
unen ambos países con un flujo<br />
diario de personas de al menos<br />
medio millón; donde antes se mataban<br />
cachemiros, paquistanís e<br />
hindúes a razón de 10 personas<br />
por día hoy hay una inmensa carretera<br />
ultramoderna que ha fortalecido<br />
los lazos reduciendo el<br />
número de víctimas a uno.
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