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8 Página SIETE J u eve s 9 de agosto de 2018
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Viene de la página 7
Gabriel Díez L. / Página Siete
En muchos casos, “volar”o ingerir
constantemente bebidas
alcohólicas les hace engañar al
hambre. El “v uelo” es más frecuente
en los niños, niñas y adolescentes
y se refiere a inhalar
sustancias como thinner para
abstraerse de la realidad.
El pasado 27 de mayo Roger
cumplió 33 años, el mismo día en
que Juan Carlos C. Q. recaía en la
bebida. Para Roger vivir en la calle
“es una lástima” por el hambre,
el frío, la preocupación y el
arrepentimiento. “Aquí vienen a
l l o ra r ”, dice Roger desde un canchón
en San Antonio.
Su comida favorita es el fricasé
aunque casi nunca lo puede
comprar. “Uhhh, el fricacho, ¡es
la muerte!”, sonríe con expresión
pícara. Su película favorita
es R ocky.“Me gusta lo que Rocky
Balboa empieza de humilde y sigue
siendo más humilde arriba”.
Promete que cuando nazca su
hijo dejará la calle.
Observar más para que
dejen de ser invisibles
En La Paz basta con observar
con detenimiento debajo de los
puentes, cerca de algunos ríos y
en las mismas áreas céntricas para
ver a aquellos que se han vuelto
invisibles. Son más de lo que
alguien se puede imaginar y sus
puntos de encuentro para dormir
son varios.
Están aquellos que viven por el
Bosquecillo de Pura Pura, en cajeros
del centro, Miraflores y zona
Sur, debajo de las cabeceras de
los puentes trillizos y en la pasarela
de la curva de Holguín en la
entrada hacia Obrajes a una nada
del río Choqueyapu. También están
quienes un día aparecen en la
puerta de la iglesia de San Francisco
recibiendo el beso del sol en
la cara luego de “zapatear de frío”
durante la noche y al otro en el
Montículo de Sopocachi.
No falta el que armó su “t o-
r ra n t e”, lugar de pernocte, a
200 metros de la casa presidencial
de San Jorge en la terrosa
bajada hacia el río Choqueyapu.
También están los diferentes
grupos cuyos miembros duermen
juntos en otros puntos de
la ciudad: los de “Villa Copa”,
Villa San Antonio, los “Lobos de
Villa Pampahasi”, “los Guerreros
de Obrajes”, “la Minera”,
“la Tribuna” y aquellos que se
asientan en el cementerio La
Llamita en plena avenida periférica,
entre otros.
Vivir en la calle es vivir
entre violencia y amistad
La gente en situación de calle
es, en general, solidaria entre
sí. Sin embargo, también existen
episodios de violencia entre
ellos y, en algunos casos,
hacia transeúntes. Pese a ello,
los especialistas observan que
no hay que caer en el estigma
de que estas personas son un
p e l i g ro.
Silvina (nombre ficticio) dice
tener 29 años y parece de 40. Tiene
una hija de nueve años, otro
Algunas personas encuentran lugares en las laderas para lavar sus prendas de vestir. Éstas lo hicieron en Cotahuma.
Una faceta de vivir en la calle es encontrar dónde y cómo dormir por las noches
u To r ra n te s • Cuando se
habla de torrantes se hace referencia
a lugares donde la gente
en situación de calle pernocta.
Una de las explicaciones del término
es que en “coba”, lenguaje
del hampa, se denomina “to -
rrar ”a dormir. En La Paz el término
se utiliza más para denominar
lugares naturales o adaptados
donde se hace recurrente
esta práctica de descanso nocturno.
Hay torrantes en distintos
puntos de la ciudad, cerca
de los ríos, debajo de los puentes,
en la montaña misma, en
pequeñas cuevas, etc.
uC a j e ro s • Los cajeros automáticos
se convierten en una
opción cuando las personas en
situación de calle no encuentran
dónde dormir. Según testimonios,
en algunas ocasiones
de cinco y el último, de tres; no
los ve desde hace cuatro meses,
están con la madre de ella. Según
diversas investigaciones, el
abandono de los hijos es un factor
para que éstos terminen viviendo
en la calle. ¿Cíclico? Ella
quiere salir del consumo dependiente
del alcohol para revertir
esa situación.
“En la calle pasas muchas cosas.
Aunque toman, me han tocado
buenos amigos que me cuidan,
nunca se han atrevido a tocarme.
A veces se van a machetear”,
dice Silvina. Una vez al
mediodía lo pegaron a su amigo
y por defenderlo le dieron un
hebillazo en la cara dejándole
una cicatriz.
Uno de sus amigos es Édgar
pueden dormir hasta cuatro
personas en un solo cajero. Lo
más común, sin embargo, es ver
casos individuales.
uM e rc a d o s • Los centros
populares de abasto son otro lugar
escogido por las personas en
situación de calle para pasar la
noche. En algunos casos, en
mercados abiertos, la gente que
se encuentra en esa condición
duerme entre cajones de verduras
y cartones. En otros, las mismas
vendedoras les permiten
pernoctar cerca, alrededor o
dentro de sus puestos con tal de
que se los cuiden. Sin embargo,
esto no es tan frecuente.
uA l o j a m i e n to s • El fenómeno
de dormir en alojamientos
es más recurrente en la ciudad
de El Alto y es una práctica
(36), no es su nombre real. Es ancho
sin ser gordo y ronda el metro
setenta y cinco de estatura.
En la cabeza lleva una boina negra
que dice “Armada Boliviana”.
Está desde hace ocho años
en situación de alcoholismo y calle
aunque empezó a los 13 inhalando
clefa en Pampahasi. La noche
anterior a la entrevista durmió
cerca de uno de los puentes
trillizos.
Aunque dice ser muy violento,
en la entrevista se muestra tranquilo.
“A veces me da mi delirium
tremen s, agarro mis cuchillos y
quiero hacer algo. Pero eso sí,
respeto a las mujeres, a las personas
mayores de edad, a mis amigos,
también a sus esposas y muj
e re s ”.
de los últimos años. De hecho,
la proliferación de este tipo de
hospedajes momentáneos
permite a las personas en situación
de calle pernoctar ahí para
combatir el frío. Existen tarifas
desde los 5 bolivianos. En algunos
casos las y los adolescentes
y las y los jóvenes en situación
de calle se agrupan para tomar
una pieza en conjunto.
uMateriales • Cuando
una persona está en situación
de calle es muy probable que
comience a dormir en la misma
vía pública. Distintos testimonios
dan cuenta de ello. Lo mejor
sería tener al menos una colcha
para cubrirse del viento helado
de las calles paceñas y alteñas.
Sin embargo, lo que pueden
conseguir es, por lo general,
cartones y bolsas nylon. En
El VIH es una realidad que les
ro n d a
Un total de 12 de las 16 personas
en situación de calle fallecidas
en 2017 en la ciudad de El Alto,
eran portadoras de VIH. Ese
dato se refleja en la investigación
Vivir solo o morir acompañado. La experiencia
de vivir con VIH en jóvenes en
situación de calle.
Sobre esta temática subyacente,
la responsable departamental
de ITS VIH-SIDA del Sedes
La Paz, Marcela Garnica,
explica que en La Paz, hasta el
año 2015, un 20% de casos correspondía
a personas en situación
de calle.
La mayoría de los entrevistados,
cuando se toca el tema, son
conscientes de esta situación.
estas ciudades es imposible
pernoctar en la calle si es que
por lo menos no se está con dos
pantalones, dos a tres chompas
y, por lo menos, una chamarra.
uM i gra n te s •En La Paz se
habilitan por temporadas albergues
transitorios para gente
migrante de otros departamentos.
Generalmente se abren las
puertas de estos espacios en
época de invierno y para fin de
año. Los destinatarios de estos
espacios y servicios (se les brinda
cama, alimento, áreas de
aseo, etc.). Son migrantes campesinos
principalmente de Potosí,
en mayor medida, que llegan
a la ciudad en una dinámica
de conseguir dinero para subsistir.
La problemática de estas
personas amerita una investigación
específica y completa.
Remberto (nombre ficticio) a sus
33 años limpia parabrisas cerca
del subterráneo del Prado paceño
desde hace un lustro. Su padre falleció
congelado en la calle.
Ahora él tiene un cuarto para
sus cinco hijos. De su experiencia
de dormir en torrantes y en la vía,
15 años, está al tanto de las enfermedades.
“Hay amigos que se han
contagiado con el VIH por tener
relaciones sin protección”.
¡Ah, la calle! “El que vive aquí
siempre está con su mochila cargada
de penas y decepciones”,
finaliza Remberto sentado en la
fuente de la plaza del Estudiante
de La Paz. A él, a Enrique, a Silvina,
a Juan Carlos por ahora solo
les queda “el sueño de tener su
cuar tito”.