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J u eve s 9 de agosto de 2018 /1<br />

DossierSiete<br />

Gente en situación de calle<br />

especial@paginasiete.bo / EDITOR: / EDITORA: GABRIEL CARLA DÍEZ HANNOVER LACUNZA<br />

l NORMA La ausencia<br />

de una ley específica para<br />

la gente en situación de calle<br />

imposibilita que este<br />

grupo sea atendido de manera<br />

integral. Hace cinco<br />

años, legisladores buscan<br />

sin éxito promulgar una<br />

norma para este sector.<br />

La violencia sexual<br />

y el alcohol son las<br />

principales causas para<br />

que niños y adultos<br />

dejen sus hogares.<br />

Los adultos mayores<br />

sin hogar viven en<br />

soledad y despojados<br />

de sus bienes.<br />

Población de calle SIN ATENCIÓNA<br />

INTEGR AL por falta a de norma


2 Página SIETE J u eve s 9 de agosto de 2018<br />

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especial@ p a g i n a s i e te . b o Especial<br />

w w w. f a c e b o o k . c o m / p a g i n a s i e te @ p a g i n a _ s i e te<br />

Desde el 2013 se espera que un proyecto de ley vea la luz, ahora se elabora uno nu evo<br />

La falta de una norma deja a la gente<br />

en situación de calle sin derechos<br />

l RESPONSABILIDAD Existen voces que consideran más que necesaria la integración del Estado al trata -<br />

miento de esta temática para trabajar en políticas y “dar línea”sobre acciones para avanzar en el problema.<br />

Gabriel Díez Lacunza / La Paz<br />

Desamparados e invisibles.<br />

Esa es la realidad de<br />

la gente que vive en situación<br />

de calle en el país. Pese a que<br />

los legisladores buscan promover<br />

una norma hace cinco años,<br />

no hay indicios de que vaya a<br />

aprobarse. De hecho, ahora trabajan<br />

en un texto nuevo pero no<br />

saben cuándo estará listo, ni qué<br />

directrices debe seguir. Mientras<br />

tanto, quienes son parte de<br />

esta población han perdido sus<br />

derechos fundamentales.<br />

Esta falta de normativa específica<br />

obliga a los miembros de instituciones<br />

-privadas más que todo-<br />

que trabajan con esta población<br />

a intervenir con lo que consideran<br />

que es mejor.<br />

¿Qué pasa con el Estado? Es el<br />

gran ausente. Para los investigadores,<br />

el Ministerio de Justicia<br />

debería liderar la búsqueda de<br />

soluciones para esta problemática.<br />

Su participación es indispensable<br />

para que se generen políticas<br />

en favor de esta población.<br />

En la actualidad, Bolivia avanzó<br />

en el tema, pero lo que tiene no<br />

es suficiente. Cuenta con un<br />

Censo de Personas en Situación<br />

de Calle (2015), elaborado por el<br />

Viceministerio de Defensa Social<br />

y Sustancias Controladas, el<br />

Instituto Nacional de Estadística<br />

y la Red Nacional por la Defensa<br />

de los Derechos de la Niñez y<br />

Adolescencia en Situación de<br />

Calle. Además, tiene el Modelo<br />

Integral de Prevención y Atención<br />

de Niñas, Niños y Adolescentes<br />

en Situación de Calle, así<br />

como el Protocolo para la Prevención<br />

y Atención de esta población<br />

de menores de edad.<br />

Pese a esto, los profesionales<br />

que han trabajado durante varias<br />

décadas en este tema coinciden<br />

en que aún falta mucho por avanzar.<br />

Al no contar con instrumentos<br />

de trabajo para la gente adulta<br />

y adulta mayor en esa condición,<br />

lo único que queda es adaptar el<br />

modelo y protocolo para ayudar a<br />

este sector.<br />

El derecho a la vivienda es el más visible que se ve vulnerado entre esta población.<br />

Documentos para la atención de esta población<br />

u Censo • El Censo Nacional<br />

de Personas en Situación de<br />

Calle se trabajó entre 2013 y<br />

2014. Este estudio toma en<br />

cuenta a población de las nueve<br />

capitales de Bolivia, además de<br />

El Alto.<br />

uProtocolo • En la actualidad<br />

existe el Protocolo para la<br />

Prevención y Atención a Niñas,<br />

Niños y Adolescentes en Situación<br />

de Calle, que fue publicado<br />

el 2016 entre el Viceministerio de<br />

Cinco años tras una ley<br />

En octubre de 2013 salieron las<br />

primeras noticias de un proyecto<br />

de ley para niños, niñas y adolescentes<br />

en situación de calle. Uno<br />

de los asambleístas que presentó<br />

el proyecto fue el diputado oficialista<br />

Saúl Garabito. Sin embargo,<br />

las novedades de esta futura<br />

norma se fueron perdiendo<br />

en el tiempo y se entrepapelaron<br />

en los escritorios del Legislativ<br />

o.<br />

En la actualidad, el senador<br />

Efraín Chambi tomó la posta de<br />

su colega de partido -el Movimiento<br />

Al Socialismo- y trabaja<br />

con las distintas instituciones en<br />

pos de tener una norma amplia<br />

para este sector. Después de un<br />

par de reuniones que se dieron<br />

entre marzo y abril de este año,<br />

trascendió que el nombre del<br />

proyecto a discutirse sería la ley<br />

de prevención, atención y protección<br />

integral para niñas, niños<br />

y adolescentes y familias en<br />

situación de calle.<br />

Gabriel Díez L. / Página Siete<br />

Seguridad Ciudadana y Unicef.<br />

uModelo •Otro de los instrumentos<br />

de trabajo es el Modelo<br />

Integral de Prevención y<br />

Atención de Niñas, Niños y<br />

Adolescentes en Situación de<br />

Calle (2014). De igual manera,<br />

fue elaborado entre el Viceministerio<br />

de Seguridad Ciudadana<br />

y Unicef.<br />

uNormas • El Código Niño,<br />

Niña, Adolescente es la norma<br />

que define de manera más<br />

clara la situación y acciones a<br />

tomar a favor de esa población<br />

vulnerable. Tanto la Ley de la Juventud<br />

como la Ley del Adulto<br />

Mayor y su decreto reglamentario<br />

versan sobre la problemática<br />

pero no a profundidad.<br />

uL ey • Según diferentes<br />

actores vinculados a la temática,<br />

un nuevo proyecto de ley para<br />

esta población está en elabora<br />

c i ó n .<br />

Sin embargo, hoy en día no se<br />

tiene el panorama 100% claro<br />

respecto a qué es lo que se debe<br />

incluir, qué es lo que se debe eliminar,<br />

ni cómo armar el documento<br />

para que sea consistente.<br />

Es una disyuntiva constante en<br />

la que están las instituciones que<br />

la trabajan junto a Chambi.<br />

Pese a ello, el legislador es optimista<br />

respecto a que pronto se<br />

tendrá un texto sólido y coherente<br />

para pasarlo a la Asamblea<br />

Legislativa Plurinacional.<br />

Chambi explica que está en una<br />

etapa de elaboración colectiva,<br />

de consensos y que más adelante,<br />

aunque no sabe cuándo con<br />

exactitud, se podrá hablar con<br />

más certezas. “Con esta norma<br />

(se busca) comprometer al Estado<br />

para que tenga cierta corresponsabilidad<br />

(…). No podemos<br />

permitir que los niños estén en la<br />

c a l l e”, afirma.<br />

El director de la ONG Munasim<br />

Kullakita, Ariel Ramírez,<br />

considera que es un tema que<br />

siempre se va relegando, pese a<br />

los avances de las reuniones de<br />

este año. “Llega una nueva ley y<br />

la van relegando. Hasta la fecha<br />

deberíamos haber tenido más<br />

reuniones, pero lastimosamente<br />

no (se dio)”.<br />

Sin normas no se garantizan los<br />

d e re c h o s<br />

Cuando se habla de gente en<br />

situación de calle es preciso enfatizar<br />

que se trata de personas<br />

que van perdiendo sistemáticamente<br />

sus derechos constitucionales<br />

dictados en diferentes leyes<br />

y normas. Entre los principales<br />

están el derecho a la vivienda,<br />

a la salud, a la alimentación y a la<br />

integridad física, psicológica y<br />

s ex u a l .<br />

Ese último es quizá uno de los<br />

puntos más delicados cuando se<br />

habla de niños, niñas y adolescentes<br />

en situación de calle, pues<br />

se constituye en el factor principal<br />

para que decidan abandonar<br />

el hogar. Esto debido a la violencia<br />

sexual sufrida en sus hogares<br />

por parte de sus padres, padrastros,<br />

hermanastros, tíos, etc.<br />

La investigación Violencia a niñas<br />

y adolescentes en las calles de El Alto<br />

(2007) reveló que 29 muchachas,<br />

de un total de 50, se encontraban<br />

en situación de calle luego de sufrir<br />

violaciones. De esos 29 casos,<br />

16 se registraron en el seno familiar<br />

y 13 en la calle.<br />

Por otra parte, los psicólogos<br />

Marcela Losantos y Jorge Domic<br />

concuerdan en que vivir en la calle<br />

significa una pérdida paulatina<br />

de derechos. A ello se suma,<br />

afirma Domic, que quienes están<br />

en esa condición viven una especie<br />

de “muerte social”.<br />

DIRECTOR A: ISA B E L MERC ADO HEREDIA<br />

Su b d i re c to ra : Mery Vaca Villa<br />

Jefe de Redacción: Alcides Flores Moncada<br />

Jefe de Informaciones: Juan Carlos Véliz Morejón<br />

Director Gráfico: Edmundo A. Morales C.<br />

Coordinación: Carla Hannover.<br />

Periodista: Gabriel Díez Lacunza<br />

Infografía : Rubén Aruquipa.<br />

Fotos : Freddy Barragán, Sara<br />

Aliaga y Archivo Página Siete<br />

Esta investigación fue realizada en el<br />

marco del Fondo Concursable Spotlight III<br />

de Apoyo a la Investigación Periodística en<br />

los Medios de Comunicación que impulsó<br />

la Fundación para el Periodismo con el<br />

apoyo del European Journalism Centre.


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Especial<br />

Página SIETE J u eve s 9 de agosto de 2018<br />

especial@ p a g i n a s i e te . b o<br />

3<br />

“Como programa<br />

trabajamos una metodología<br />

de la<br />

complejidad que es<br />

el ECO 2. Es trabajar<br />

el contexto, la<br />

fa m i l i a ”.<br />

Nieves Guevara, GAMLP<br />

3 .76 8<br />

PERSONAS<br />

viven en situación de<br />

calle en Bolivia, según<br />

el censo especializado<br />

que se publicó en<br />

2015 y que contempló<br />

11 ciudades.<br />

“Vayas a Nueva<br />

York o vayas a la Patagonia,<br />

hay hombres<br />

y mujeres en<br />

situación de calle.<br />

No es un problema<br />

de La Paz”.<br />

Pastor Jon Ugalde, Remar<br />

15 %<br />

DE LOS CASOS<br />

que ingresan anualmente<br />

a la asociación<br />

cristiana “Remar ” Bolivia<br />

corresponden a<br />

gente en situación de<br />

calle.<br />

“En casos de niños<br />

y adolescentes no<br />

puedes decir ‘no es<br />

mi familiar’. Eres<br />

corresponsable de<br />

velar y proteger sus<br />

d e re c h o s ”.<br />

Mirko Terán, GAMLP<br />

A su vez, el coordinador del<br />

programa Adolescentes Protagonistas<br />

del Desarrollo de S ave<br />

the Children, Jaime Villalobos,<br />

afirma que quienes viven en la<br />

calle no deberían ser objeto de<br />

lástima, sino de derecho y oportunidad.<br />

“Se está tratando de<br />

volver a una situación de derecho<br />

y ahí hace mucho el espíritu<br />

humano y la resiliencia”, dice.<br />

Gabriel Díez Lacunza / Página Siete<br />

Se trabaja con lo que se tiene<br />

La población compuesta por<br />

niñas, niños y adolescentes está<br />

especialmente protegida por la<br />

normativa boliviana, aunque ésta<br />

no es suficiente. De hecho, el<br />

modelo y el protocolo para gente<br />

en situación de calle con los que<br />

el país cuenta son específicos para<br />

ese grupo. El resto de las poblaciones,<br />

es decir adultos y<br />

adultos mayores, no tienen ninguna<br />

normativa explícita.<br />

Los diferentes actores que trabajan<br />

con menores que viven en<br />

las calles ven como una ventaja<br />

contar con dichos protocolos. Están<br />

también aquellas organizaciones<br />

que desarrollan materiales<br />

propios con base en investigaciones<br />

especializadas. Para ello<br />

toman en cuenta los documentos<br />

citados. “Es un gran avance”, dice<br />

la directora de la alianza Maya<br />

Paya Kimsa, Janneth Pérez.<br />

Para el director de Política Social<br />

del Gobierno Autónomo Departamental<br />

de La Paz, Eugenio<br />

Vásquez, una de las debilidades<br />

en las labores de atención a la niñez<br />

y la adolescencia en situación<br />

de calle es el poco conocimiento<br />

que se tiene del protocolo.<br />

“Por eso es que la Gobernación<br />

está asumiendo como un reto<br />

el socializarlo en todos los niveles”,<br />

afirma.<br />

Para los expertos en el tema sería<br />

más útil si se contara con un<br />

protocolo más general que abarque<br />

a toda la población en situación<br />

de calle y con modelos únicos<br />

de intervención. El primer<br />

punto es necesario porque en la<br />

actualidad deben adaptar el protocolo<br />

existente, hecho para trabajar<br />

con niñez y adolescencia, a<br />

poblaciones de adultos y adultos<br />

mayores. El segundo punto busca<br />

uniformizar el trabajo que se<br />

realiza para así “jalar todos para<br />

un mismo lado”.<br />

“Lo que necesitamos en el país<br />

es un protocolo de modelo de intervención<br />

que te diga cómo trabajar.<br />

Eso no existe. Cada institución<br />

tiene un modelo y trabaja<br />

bajo lo que cree que es bueno, esa<br />

es una dificultad”, explica el responsable<br />

operativo de Personas<br />

en Situación de Calle de la Alcaldía<br />

de La Paz, Mirko Terán.<br />

El trabajo infantil es una de las causas para que los menores de edad abandonen sus hogares definitivamente.<br />

“(Son) procesos de<br />

discriminación, de<br />

marginalidad económica,<br />

política,<br />

social y cultural<br />

que se genera a través<br />

del Estado”.<br />

Antonio Moreno, sociólogo<br />

El censo no tiene datos precisos<br />

Otra de las tareas pendientes,<br />

aseguran varios de los entrevistados,<br />

es la actualización del<br />

Censo de Personas en Situación<br />

de Calle de junio de 2015 que<br />

consigna 3.768 individuos en las<br />

nueve capitales de departamento,<br />

más El Alto. De hecho, una de<br />

las siete recomendaciones hechas<br />

en esa misma investigación<br />

señala que se debe realizar un<br />

censo de manera periódica.<br />

Entre las observaciones realizadas<br />

a ese estudio censal está la<br />

supuesta inexactitud de los datos.<br />

Ello a partir de que pudieron<br />

interferir factores externos como,<br />

por ejemplo, batidas policiales<br />

y de movilidad urbana habitual<br />

de las personas que componen<br />

esta población. Otros elementos<br />

de “s e s go”, según el director<br />

de la fundación Munasim<br />

Kullakita, Ariel Ramírez, son<br />

que se basó en simple observación<br />

e ir sólo a puntos focales de<br />

las ciudades, pero no en áreas<br />

periféricas. Esto último por tema<br />

de escaso personal.<br />

Para la jefa de unidad de Prevención<br />

Holística del Viceministerio<br />

de Defensa Social, Rosario<br />

Valenzuela, todas las críticas con<br />

fundamento son válidas, mientras<br />

más específicas, mejor. “Así<br />

será más fácil debatir y mejorar<br />

el documento, pues todo documento<br />

es perfectible”, sostiene<br />

Va l e n z u e l a .<br />

En el mismo documento del<br />

censo se habla de elementos a<br />

mejorar en un futuro. Pese a ello,<br />

en una de las conclusiones se explica<br />

que al tratarse de un primer<br />

censo nacional es valorable que<br />

se haya logrado hacer visible la<br />

realidad de una “población oculta”a<br />

nivel sociológico.<br />

“Hacer un censo con población<br />

en situación de calle es bien difícil,<br />

hay que elaborar una estrategia<br />

práctica y adecuada para esta<br />

p o b l a c i ó n”, sostiene el presidente<br />

de la Red Nacional por la Defensa<br />

de las Niñas, Niños, Adolescentes<br />

y Familias en Situación<br />

de Calle, Denis López.<br />

“Es una realidad<br />

triste que como bolivianos<br />

y paceños<br />

deberíamos asumir.<br />

Es una realidad<br />

muy cruda”.<br />

Mery Mendoza, administradora<br />

del comedor San Calixto para<br />

gente de escasos recursos<br />

El Estado debe agarrar el timón<br />

Un elemento de coincidencia<br />

entre los entrevistados fue la necesidad<br />

de que el Estado “tome la<br />

posta”y comience a generar políticas<br />

públicas específicas para este<br />

sector de la población. Una de<br />

las oficinas identificadas como<br />

número uno para hacerse cargo de<br />

esto fue el Ministerio de Justicia.<br />

“Sí o sí tiene que estar (el Ministerio)<br />

de Justicia, le compete<br />

(…). (El Ministerio de) Salud es<br />

súper importante también”, comenta<br />

López. Comparten esta<br />

visión Eugenio Vásquez, de la<br />

Gobernación paceña, y el jefe de<br />

la Unidad de Atención Integral a<br />

la Familia de la Alcaldía de El Alto,<br />

Harry Suaznábar.<br />

Pese a que este medio estableció<br />

contacto con la unidad de comunicación<br />

del Ministerio de<br />

Justicia hace varias semanas para<br />

conocer su versión, hasta el cierre<br />

de este dossier no se pronunció<br />

ninguna autoridad ni funcionario<br />

de esa repartición estatal.<br />

Por su parte, Valenzuela considera<br />

que la “problemática calle”<br />

debe ser abordada necesariamente<br />

desde enfoques multisectoriales<br />

y no limitar su tratamiento<br />

a una sola entidad que<br />

encabece las acciones y políticas.<br />

“Me parece un poco inútil la<br />

discusión de remitirse a la ‘cabe -<br />

za de sector’, no podemos minimizar<br />

la complejidad de la problemática.<br />

Si son varias cabezas<br />

de sector que se involucran en el<br />

tema y definen lineamientos claros,<br />

me parece genial”.<br />

De momento, en el departamento<br />

de La Paz´ están más activos<br />

y vinculados de forma directa<br />

con esta problemática la Gobernación<br />

y los gobiernos municipales<br />

de La Paz y El Alto. Estas<br />

tres instancias cuentan con áreas<br />

que trabajan con esta población<br />

pese a, en algunos casos, limitaciones<br />

de tipo presupuestario o<br />

de personal asignado a tareas específicas.<br />

Responsabilidad de la<br />

comunidad<br />

¿Cómo responde la sociedad<br />

ante esta situación de gente en situación<br />

de calle? Mirko Terán, de<br />

la Alcaldía paceña, brinda una<br />

respuesta después de 15 años de<br />

experiencia trabajando con esta<br />

población: “La gente dice ‘así ha<br />

sido y así va a seguir siendo, qué<br />

interesante, pero háganlo ustedes’.<br />

Es un proceso largo de generar<br />

conciencia en el ciudadano.<br />

No hay soluciones mágicas. Es<br />

una comunidad que demanda<br />

que se los solucionen sus problemas<br />

cuando en realidad tiene que<br />

ser la comunidad la que lo haga”.<br />

“Todos los días llega un niño<br />

nuevo a situación de calle. Si no<br />

trabajamos el antes, van a seguir<br />

l l e g a n d o”, reflexiona Ramírez,<br />

de Munasim Kullakita (Quiérete<br />

Hermanita).


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Gabriel Díez Lacunza / La Paz<br />

La violencia sexual y problemas<br />

con el alcohol al interior<br />

del hogar son los principales<br />

factores para que gente<br />

de todas las edades decida vivir<br />

en la calle. En ello coinciden diversos<br />

investigadores y estudios<br />

sobre el tema.<br />

Y es que las violaciones y el alcoholismo<br />

son recurrentes en el<br />

cotidiano paceño. Sólo en 2017,<br />

en La Paz, se registraron 397 casos<br />

de violencia sexual. En tanto<br />

que siete de cada 10 bolivianos<br />

consumen bebidas alcohólicas,<br />

según datos del Viceministerio<br />

de Seguridad Ciudadana publicados<br />

en abril de este año.<br />

Cuando se comenzó a investigar<br />

el problema de la gente en situación<br />

de calle en el país, ya por la<br />

década del 80, la violencia sexual,<br />

consumo de alcohol además del<br />

trabajo infantil saltaron como las<br />

principales causas para que se dé<br />

esta situación.<br />

Las violaciones son la razón<br />

principal para que los niños, niñas<br />

y adolescentes opten por escapar<br />

de sus hogares para así evitar<br />

más agresiones. El alcohol, en<br />

cambio, es el factor principal para<br />

que los adultos opten por dejar<br />

o sean expulsados de sus hogares;<br />

este vicio también está<br />

presente entre los jóvenes.<br />

Sin embargo, no son los únicos,<br />

existen otros elementos que fueron<br />

identificados a lo largo de los<br />

años como expulsores hacia la calle.<br />

Uno de ellos, la violencia intrafamiliar<br />

en sus diferentes tipos:<br />

verbal, psicológica y física,<br />

que también son responsables de<br />

que muchos niños o adolescentes<br />

dejen sus hogares.<br />

La edad determina el caso<br />

La iniciación temprana en el<br />

ámbito laboral, la muerte y/o<br />

abandono de los progenitores, la<br />

rebeldía, los hábitos de delincuencia,<br />

cuando los padres son<br />

sólo proveedores económicos y<br />

descuidan otros aspectos de la<br />

formación de sus hijos y “malas<br />

i n fl u e n c i a s ” son algunos de los<br />

factores que inciden en que niños,<br />

niñas y adolescentes vivan<br />

en las calles.<br />

En el caso de jóvenes mayores<br />

de 20 años y adultos en general,<br />

el consumo de alcohol y problemas<br />

derivados fueron detonantes<br />

para que no retornen más a<br />

sus hogares. Por otra parte, la<br />

gente adulta mayor que vive en la<br />

calle da cuenta más que nada de<br />

situaciones de abandono, despojo<br />

de bienes o herencias y no<br />

tener dinero suficiente como para<br />

pagar un cuarto en alquiler.<br />

Trabajo infantil, a un paso de<br />

vivir en la calle<br />

Especialistas coinciden en que<br />

el trabajo infantil en muchas ocasiones<br />

representa un gran riesgo<br />

para los menores por la cercanía<br />

de un entorno “n o c i v o” que podría<br />

propiciar una temprana salida<br />

y estadía en la calle.<br />

“Su etapa de diversión, de juegos,<br />

de esparcimiento, es reemplazada<br />

por jornadas de trabajo y,<br />

en algunos casos, por el desarrollo<br />

Causas para dejar el hogar y vivir en la calle<br />

A lo largo de 30 años se han identificado más de 20 motivos por los cuales gente de todas las edades sale del seno familiar y comienza a<br />

dormir en la vía pública.<br />

PARA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES PARA PERSONAS JÓVENES Y ADULTOS PARA PERSONAS ADULTAS MAYORES<br />

Fuente: Entrevistas con<br />

personal de Alcaldía de La<br />

Paz, Alcaldía de El Alto,<br />

Gobernación de La Paz,<br />

miembros de ONG Maya<br />

Paya Kimsa, Munasim<br />

Kullakita, Remar, entre<br />

otras, investigaciones<br />

especializadas y<br />

testimonios / Gráfico:<br />

Rubén A. / Página Siete<br />

a) Violencia intrafamiliar:<br />

Agresión sexual (principal<br />

causa)<br />

Verbal<br />

Psicológica<br />

Física<br />

Discriminación<br />

b) Incorporación al mercado<br />

laboral:<br />

Para ayudar a los padres<br />

(principal causa)<br />

Luego de abandono de<br />

padres<br />

Luego de muerte de uno o los<br />

dos padres<br />

c) Otros:<br />

Frustración<br />

Poca atención y cuidado por<br />

parte de padres<br />

Convivencia dificultosa con<br />

nuevos integrantes de la<br />

familia (madrastras,<br />

padrastros, hermanastros,<br />

etc.)<br />

Depresión<br />

“Malas compañías”<br />

Inicio de consumo de<br />

bebidas alcohólicas o<br />

algún tipo de droga<br />

Sólo en 2017 hubo 397 casos de violencia sexual contra menores<br />

Violación, alcohol y trabajo<br />

infantil, causas para ir a la calle<br />

l MOTIVOS Según los rangos etarios existen diferentes factores expulsores del hogar y<br />

estar en situación de calle. Sin embargo, el foco está en la violencia intrafamiliar.<br />

de actividades disociales”, explica<br />

el sociólogo Antonio Moreno<br />

Valdivia. Como una consecuencia<br />

de la migración campo-ciudad y<br />

las pocas oportunidades laborales,<br />

los menores “se ven obligados<br />

a colaborar con la economía familiar,<br />

lo cual genera un acercamiento<br />

prematuro y forzado al contexto<br />

de la calle”, indica una publicación<br />

del 2011 de la ONG Maya Paya<br />

Kimsa (MPK).<br />

El director de la fundación Munasim<br />

Kullakita -cuya traducción<br />

del aymara al castellano quiere<br />

decir “Quiérete, Hermanita”-<br />

Ariel Ramírez, afirma que los niños<br />

trabajadores son una población<br />

que tiene un alto riesgo de<br />

caer en situación de calle.<br />

“Estos niños comparten un<br />

mismo contexto. El niño en situación<br />

de calle está, por ejemplo,<br />

en la San Francisco, el niño<br />

en situación de trabajo infantil<br />

también está ahí y el niño que<br />

acompaña a su mamá en el tema<br />

de comercio informal también y<br />

en algún momento se van a conocer”,<br />

indica.<br />

El trabajo infantil está<br />

amparado por ley<br />

El problema se agrava en el<br />

país porque el trabajo infantil esta<br />

amparado en el artículo 129 del<br />

Código Niño Niña y Adolescente,<br />

que autoriza que menores<br />

desde los 10 hasta los 14 años<br />

puedan trabajar.<br />

La norma causó polémica,<br />

pues no faltaron quienes la apelaron.<br />

De hecho, el 9 de febrero<br />

de este año se dio a conocer la<br />

sentencia 025/2017 del Tribunal<br />

Constitucional Plurinacional<br />

(TCP) que dictamina que el artículo<br />

129 del mencionado código<br />

es inconstitucional.<br />

Pero tres días después de la noticia,<br />

la secretaria de Coordinación<br />

de la Unión de Niños, Niñas<br />

y Adolescentes Trabajadores de<br />

Bolivia, Estefani Yucra, firmó un<br />

pronunciamiento rechazando tal<br />

medida del TCP. En esa carta afirma<br />

que las cuestiones legales no<br />

cambiarán la “triste realidad” y<br />

que seguirán existiendo “niños<br />

trabajando desde los cinco años”<br />

porque es su derecho y necesitan<br />

a) Expulsión del seno familiar:<br />

Por consumo problemático de<br />

bebidas alcohólicas<br />

Por consumo de drogas<br />

b) Problemas familiares:<br />

Económicos<br />

Relaciones de pareja<br />

Frustración<br />

Depresión<br />

Abandono de la pareja<br />

Muerte de hijos/hijas<br />

hacerlo para vivir dignamente y<br />

no mendigar.<br />

Hacia el 2012 existían aproximadamente<br />

100 mil niños, niñas<br />

y adolescentes trabajadores, según<br />

datos del censo de ese año.<br />

Los niños dejan su hogar para<br />

frenar agresiones<br />

Las violaciones en el seno familiar<br />

son el principal motivo para<br />

que esta población salga a las calles,<br />

se lee en la investigación Vio -<br />

lencia a niñas y adolescentes en las calles<br />

de El Alto (2007) de Antonio Moreno,<br />

Ismael Moreno y María Colomo.<br />

A veces los que terminan diciendo<br />

“a l t o”son los hijos e hijas,<br />

antes que las madres, y se van de la<br />

casa, complementa la directora de<br />

MPK, ONG con sede en El Alto,<br />

Janneth Pérez Molina.<br />

“¿Sufrió violación sexual?”, se<br />

lee en una parte del documento<br />

del 2007. De un total de 50 encuestadas,<br />

29 respondieron sí, 17,<br />

no y cuatro se abstuvieron de responder.<br />

De esas 29, 16 afirmaron<br />

que el hecho fue perpetrado por<br />

su padre o padrastro y las otras 13<br />

a) Abandono de sus familiares<br />

(principal)<br />

b) Desalojo de cuartos en alquiler<br />

c) Problemas de herencias y<br />

despojo de bienes (principal)<br />

d) Pérdida de documentos de<br />

identidad y, como consecuencia,<br />

impedimento de cobrar<br />

renta para pagar alquiler de un<br />

cuarto.<br />

dijeron que fue en la calle. Cuando<br />

se preguntó por la edad de la<br />

primera relación sexual, tres<br />

dijeron que fue a los seis años o<br />

menos, 21 expresaron que fue entre<br />

los siete a nueve años, 17 dijeron<br />

entre 10 a 12 años y nueve respondieron<br />

de 13 a 15 años.<br />

“A través de la investigación<br />

hemos comprobado que la mayoría<br />

de las niñas han salido de<br />

su hogar precisamente por violencia<br />

sexual; no son los factores<br />

económicos, los factores culturales<br />

como muchas investigaciones<br />

señalan, no. El factor determinante<br />

es la violencia sexual”,<br />

afirma Antonio Moreno en entrevista<br />

con Página Siete.<br />

Como consecuencia, uno de los<br />

desencadenantes para que existan<br />

mujeres en situación de violencia<br />

sexual comercial es el abuso<br />

sexual en casa, dice el responsable<br />

operativo de Personas en Situación<br />

de Calle de la alcaldía de La<br />

Paz, Mirko Terán. En El Alto, según<br />

investigaciones de Maya Paya<br />

Kimsa y de Munasim Kullakita,<br />

esta situación es más visible a tra-


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Especial<br />

Página SIETE J u eve s 9 de agosto de 2018<br />

especial@ p a g i n a s i e te . b o<br />

5<br />

Producción / Archivo / Página Siete<br />

A rch i vo<br />

Gabriel Díez / Página Siete<br />

La violencia sexual es el principal factor expulsor.<br />

Los cajeros se convierten en<br />

opción para dormir en la calle.<br />

El nylon y el cartón son dos elementos de sobrevivencia.<br />

“Hemos visto que<br />

mayormente vienen<br />

de familias disfuncionales<br />

(en la<br />

que) se separó de<br />

su pareja, es lo más<br />

principal”.<br />

Osvaldo Arias, pastor<br />

33%<br />

DE LOS NNA<br />

en situación de calle<br />

salieron de sus casas<br />

por violencia intrafamiliar<br />

según un diagnóstico<br />

de la Unicef<br />

para Bolivia (2014)<br />

“Uno de los factores<br />

expulsores para<br />

que un niño o niña<br />

decida que la calle<br />

es un lugar más seguro<br />

que su casa es<br />

la violencia”.<br />

Ximena Rojas, investigadora<br />

10 0 . 0 0 0<br />

NIÑOS Y ADOLES-<br />

CENTES<br />

en situación de trabajo<br />

existían en Bolivia<br />

hacia el 2012 según<br />

el censo de ese<br />

año<br />

“Las personas adultas<br />

tienen una problemática<br />

de pareja<br />

y los menores generalmente<br />

son maltratados<br />

y abandonados”.<br />

Claudia López, GAMEA<br />

vés de las historias de vida que recabaron<br />

a lo largo de los años.<br />

“Varias de ellas nos dicen que<br />

cuando tienen que ir a ‘hacer piez<br />

a’con una persona adulta sienten<br />

asco porque nunca han tenido<br />

un acto sexual y si lo han tenido<br />

ha sido a través de una violación<br />

y la amiga le recomienda<br />

que inhale para repeler el asco<br />

hacia el mal llamado cliente”, explica<br />

Ariel Ramírez.<br />

Las oficinas de esta fundación<br />

están ubicadas a unas cinco cuadras<br />

de la Ceja de El Alto. En una<br />

de las rondas nocturnas que hacen<br />

las educadoras de calle y a la que<br />

asiste el equipo de Página Siete es<br />

posible ver cómo muchachas menores<br />

de 18 años esperan a algún<br />

“c l i e n t e”. Después de conversar<br />

brevemente con ellas viene la confirmación<br />

de las educadoras: la<br />

mayoría tuvo problemas de agresión<br />

sexual en sus hogares y ahora<br />

viven en esta situación.<br />

Es difícil abordarlas con la pregunta<br />

incómoda, más aún si están<br />

en constante alerta de que la Policía<br />

no haga patrullaje y las disperse.<br />

Sus miradas son desconfiadas<br />

pese a que reconocen a las tres mujeres<br />

de Munasim Kullakita y dosifican<br />

cada palabra, cada elemento<br />

que pueda brindar alguna información<br />

que las comprometa.<br />

En el caso de la violencia intrafamiliar<br />

ésta es la causa de mayor<br />

impacto (33%) para salir a la calle,<br />

según el Diagnóstico Situacional<br />

de Niñas, Niños y Adolescentes<br />

en Situación de Calle, publicado<br />

en 2014 por Unicef y el Viceministerio<br />

de Seguridad Ciudadana.<br />

En tanto que el abuso sexual de<br />

padres, hermanos u otros parientes<br />

representa el 8%.<br />

En El Alto, ese mismo estudio<br />

indica que el 45% de menores en<br />

situación de calle salen de sus hogares<br />

debido a la violencia intrafamiliar.<br />

Mientras que el 9% lo hace<br />

tras haber sufrido abuso sexual.<br />

El artículo 34 del Código de Familias<br />

(2014) establece el deber de<br />

convivencia de los hijos con sus<br />

padres y que los primeros no pueden<br />

abandonar el hogar “siempre<br />

y cuando no sean objeto de abuso,<br />

explotación, maltrato o violencia<br />

física, psicológica, sexual o negligencia<br />

”.<br />

En Bolivia, cada día 13 mujeres<br />

son víctimas de alguno de los delitos<br />

sexuales contemplados en la<br />

Ley 348. Para garantizar a las mujeres<br />

una vida libre de violencia:<br />

abuso sexual, violación, violación<br />

de infante, niña, niño o adolescente,<br />

acoso sexual, estupro, actos sexuales<br />

abusivos y padecimientos<br />

sexuales, según datos de la Coordinadora<br />

de la Mujer.<br />

De alcoholismo y otros vicios<br />

La mayoría de los casos de gente<br />

adulta que vive en la calle está<br />

relacionada en origen con la bebida.<br />

Existen, por supuesto, excepciones<br />

a la regla pero el común denominador<br />

suele ser ése.<br />

“Muchas de estas personas han<br />

empezado como bebedores sociales,<br />

luego se han vuelto problemáticos<br />

y luego dependientes del<br />

alcohol”, sostiene Nieves Guevara,<br />

parte del equipo del Programa<br />

de Atención en Situación de Riesgo<br />

de la Alcaldía paceña.<br />

Bernardo (nombre ficticio) viste<br />

una chamarra gamuza con polar<br />

color café. Su apariencia es desaliñada,<br />

tiene cabellos frondosos y<br />

ya cumplió 45 años. Tiene la mirada<br />

tímida y cuenta en voz bajita<br />

que sus familiares lo echaron de su<br />

casa porque bebía mucho.<br />

A Bernardo le sorprende cómo<br />

llegó a “caer en el vicio”sin darse<br />

cuenta y desde hace varios días<br />

duerme donde el sueño lo pesca.<br />

En una fría noche de miércoles cena<br />

una carne con fideo en la avenida<br />

Periférica de La Paz con su amigo<br />

Ángel (ficticio), también alcohólico.<br />

Samuel (no es su nombre real)<br />

tiene 25 años pero aparenta más.<br />

Los viernes almuerza en el refugio<br />

municipal Zenobio López de la<br />

avenida Zavaleta. Conoció la calle<br />

a los 16 años a esa edad también comenzó<br />

a consumir alcohol, ahora<br />

suele dormir cerca de los puentes<br />

Trillizos. En un momento quiso rehacer<br />

su vida y se casó hace tres<br />

años; vivía en Villa Fátima con su<br />

esposa y su pequeña hija. “Por el<br />

problema del alcoholismo me ha<br />

d e j a d o”, relata.<br />

Gabriel Díez / Página Siete<br />

Producción Archivo / Página Siete<br />

A m b i e n te s del albergue municipal Zenobio López, ubicado en La Paz.<br />

El alcohol es un factor expulsor entre gente joven y adultos.


6 Página SIETE J u eve s 9 de agosto de 2018<br />

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especial@ p a g i n a s i e te . b o Especial<br />

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Gabriel Díez Lacunza / La Paz<br />

“¿Qué hará cuando ya no haya<br />

albergues de invierno?”. Enrique<br />

lanza una respuesta<br />

casi inmediata. “El sueño de todo<br />

indigente es tener su cuartit<br />

o”, le brillan los ojos. De cuerpo<br />

menudo y con una herida en la<br />

nariz, ha pasado los últimos dos<br />

años, tiene 48, durmiendo en la<br />

Ceja y Villa Dolores, en El Alto,<br />

cuidando puestos de venta de<br />

verduras durante la noche.<br />

A Enrique también le tocó dormir<br />

con los “potosinos”de la Terminal<br />

de buses de La Paz. “Tra t a r é<br />

de ahorrar, lo importante es que el<br />

cuartito no cueste mucho”, dice<br />

este hombre que es alcohólico en<br />

recuperación y que salió de su hogar<br />

por problemas económicos<br />

luego de perder su trabajo.<br />

Para quienes han perdido o dejado<br />

su hogar, vivir en la calle es pensar<br />

cada día en volver a vivir bajo techo,<br />

tener una pieza propia, por<br />

más pequeña que sea. Es gastar la<br />

suela del zapato, el cual siempre es<br />

un obsequio usado, sin rumbo hasta<br />

encontrar de nuevo a la noche.<br />

Vivir en las calles de La Paz obliga,<br />

a quienes no tienen techo, a llevar<br />

encima tres chompas como<br />

mínimo. Obliga a buscar refugio<br />

bajo los puentes, en los mercados,<br />

al lado del río y tomar un trago para<br />

engañar al hambre.<br />

En sí, vivir en la calle implica la<br />

pérdida paulatina de derechos,<br />

aseguran los investigadores. Esa<br />

condición será cada vez más difícil<br />

de resolver mientras no se implementen<br />

políticas públicas adecuadas<br />

y no se trabaje en una normativa<br />

específica para esta población.<br />

Se trata de un sector de la población que está invisibilizado por la població<br />

“El sueño de todo indigente es t<br />

frente al hambre, al frío y a la vio<br />

l CRÓNICA La Paz y El Alto son ciudades donde estar en situación de calle se vuelve mucho<br />

pública, en aceras, parques, mercados y plazas –apenas tapada con cartones y nylon–debe so<br />

Freddy Barragán / Archivo /Página Siete<br />

No es lo mismo en La Paz,<br />

peor en El Alto<br />

Estar en situación de calle no es lo<br />

mismo en la sede de Gobierno que<br />

en Santa Cruz, Cochabamba o cualquier<br />

otra ciudad del país y el mundo,<br />

afirman los investigadores.<br />

En La Paz impera el frío casi todo<br />

el año, principalmente por las<br />

noches, más aún en verano y otoño<br />

cuando llueve y en invierno cuando<br />

las temperaturas bajan al mínimo<br />

y oscilan entre los 0 y 2 grados<br />

bajo cero. En El Alto la situación es<br />

mucho peor; el 24 de mayo, por<br />

ejemplo, hubo un descenso hasta<br />

los 6,2 grados bajo cero ¿dónde se<br />

re f u g i a ro n?<br />

El censo de personas en situación<br />

de calle (2015) da cuenta de la<br />

existencia de 3.768 personas en<br />

esa condición en toda Bolivia. De<br />

esas, 1.797, el 48%, se distribuyen<br />

entre las ciudades de La Paz (726)<br />

y El Alto (1.071), siendo este último<br />

el municipio con más casos a<br />

nivel nacional.<br />

De un rato al otro<br />

“terminas en la calle”<br />

Los especialistas asumen que si<br />

bien existen factores comunes para<br />

que la gente salga de sus hogares<br />

para vivir en la calle -violencia<br />

sexual, trabajo infantil y alcohol,<br />

entre los principales-, cada historia<br />

de vida es distinta.<br />

Lo que las hace similares es la<br />

tristeza, el hambre, muchas veces<br />

el consumo de bebidas alcohóli-<br />

Vivir debajo de un puente es una realidad para mucha gente en situación de calle en el país.<br />

“Nunca lo había hecho<br />

pero lo tuve que<br />

hacer, me tuve que<br />

quedar caminando<br />

las calles. He optado<br />

por venirme aquí<br />

( Te r m i n a l ) ”.<br />

Celia S., de 72 años<br />

“Hacía como un toldito<br />

y ahí dormía.<br />

Me han dado dos<br />

colchas y encima de<br />

las (cajitas) de tomate,<br />

ahí me dormía”.<br />

Enrique S. (48)<br />

cas y lágrimas ocultas que salen en<br />

algún momento y hacen quebrarse<br />

al entrevistado.<br />

En una noche de junio, cuando<br />

el invierno ya se ha instalado en La<br />

Paz, Celia S. de 72 años busca cobijarse<br />

en el albergue transitorio<br />

para población migrante de la Terminal<br />

de buses. Sentada en una silla<br />

mientras tramitan su ingreso,<br />

cuenta su historia. “De aquí bajando<br />

hay unas personas que<br />

duermen, ahí estaba durmiendo<br />

pero llegó la lluvia con tal tremenda<br />

fuerza que me ha mojado. Me<br />

tuve que levantar y buscar un lugar<br />

dónde vivir pero no me han<br />

querido alquilar porque me decían<br />

que tengo que tener una gara<br />

n t í a ”, lamenta. Celia no bebe, es<br />

religiosa. Viste una chompa negra<br />

plomiza abierta, un vestido negro<br />

estilo noventero con dibujos de<br />

argollas de colores y botas amarillas;<br />

un moño sujeta su cabello<br />

plateado, tiene los dientes bastante<br />

deteriorados.<br />

Otra noche, cerca del barrio de<br />

San Antonio bajo, descansan tres<br />

amigos en un pequeño cuarto<br />

prestado a cinco metros de la orilla<br />

del río Orkojahuira, que con sus<br />

aguas se lleva los desechos domiciliarios<br />

de zonas como Villa Fátima,<br />

Miraflores, Villa Copacabana y Barrio<br />

Gráfico, entre otros.<br />

Para llegar al lugar es preciso<br />

portar una linterna potente para<br />

“Sí, (me ha tocado<br />

dormir en la calle),<br />

en el basurero, casi<br />

me he muerto. Sin<br />

cama (colcha), sin<br />

chompa, sin nada”.<br />

Mery C., de 40 años pero<br />

aparenta muchos más.<br />

“Estábamos tapados<br />

con cartones y a mi<br />

alrededor estaban<br />

ellos (mis amigos).<br />

Era en un cajero tarjetero<br />

público en Villa<br />

Fátima”.<br />

Samuel, nombre ficticio, (25)<br />

ver a través de la neblina y usar<br />

chamarra doble para contrarrestar<br />

el viento casi helado. Parece la escena<br />

de una película de terror.<br />

Luego de tocar una puerta guinda<br />

de un metro sesenta, de un precario<br />

cuarto de adobe sale José<br />

Luis, un hombre joven y de baja<br />

estatura. “Estábamos roncando”,<br />

dice. “¡Ñandú, te buscan!”, continúa.<br />

Luego de unos segundos salen<br />

Wálter El General(de 41 años) y<br />

Gustavo, el Ñandú, ambos más altos<br />

y dicharacheros que el que<br />

abrió la puerta. Los tres tienen<br />

problemas con la bebida desde<br />

hace varios años.<br />

La conversación la lidera Nieves<br />

Guevara, una de las trabajadoras<br />

del Programa de Atención a<br />

Personas en Situación de Riesgo<br />

Social de la Alcaldía de La Paz. Como<br />

suele suceder en las noches de<br />

invierno, los miembros de este<br />

equipo les llevan chocolate caliente<br />

para conversar sobre sus estados<br />

de salud y de ánimo.<br />

Un par de semanas más tarde,<br />

en otra visita, El General cuenta su<br />

historia. El escenario es un poco<br />

diferente; cincuenta metros más<br />

arriba del de aquella noche, siempre<br />

a escasos metros del río que en<br />

esta época tiene un nivel bajo.<br />

Cinco y media de la tarde y están<br />

reunidas siete mujeres y tres hombres.<br />

Es una actividad de visita de<br />

personal de la comunidad tera-


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7<br />

ón pese a que, en algunos casos, están lado a lado de los peatones<br />

ener su cuartito” para hacerle<br />

lencia de las calles paceñas<br />

o más complicado por los factores climáticos. En ocasiones, la gente que pernocta en la vía<br />

oportar temperaturas de varios grados bajo cero, fuertes lluvias e incluso nevadas.<br />

E x i ste n familias enteras viviendo en las calles. En algún caso se encontró hasta a cuatro generaciones.<br />

“Antes dormía en la<br />

San Francisco, en la<br />

Alonso de Mendoza,<br />

dormía en los<br />

rinconcitos, me tapaba<br />

con cartoncito<br />

s ”.<br />

Julia Ch., ronda los 60 años<br />

péutica San Vicente.<br />

El General tiene tres hijos y conoce<br />

ese lugar de reunión y pernocte<br />

desde hace cuatro años; esto pese<br />

a tener una vivienda. La casa donde<br />

dormían aquella noche es de Is -<br />

maco, un adulto mayor que se dedica<br />

a comercializar arena; a veces<br />

les presta su cuartito de dos por<br />

tres metros para que descansen.<br />

“Veintitantos murieron acá”,<br />

dice El General con expresión seria.<br />

Se refiere a personas que en los<br />

últimos años tuvieron esa fatal<br />

combinación de vivir en situación<br />

de calle y beber alcohol.<br />

Él mismo cuenta que estuvo desde<br />

sus nueve años en la calle, no tiene<br />

ningún recuerdo de su madre.<br />

“Mi papá se fue con<br />

otra, tengo 10 hermanastros.<br />

Se fue.<br />

Lo que hice fue decepcionarme,<br />

me<br />

faltaba mi padre, yo<br />

l l o ra b a ”.<br />

Édgar, nombre ficticio, (36)<br />

Conoció, junto a sus seis hermanos,<br />

a su papá hasta que tuvo ocho años.<br />

“Un día ha entrado en el cajón, qué<br />

le vas a decir, hemos llorado”. Comenzó<br />

a vivir debajo del puente Vita.<br />

Allí atrapaba el calor cubriéndose<br />

con periódicos y grandes bolsas<br />

vacías de fideo.<br />

Combatir el frío y el hambre<br />

son las luchas diarias<br />

Quienes dicen haber vivido en<br />

la calle o que lo hacen actualmente<br />

coinciden en que el frío es el peor<br />

enemigo. La situación empeora<br />

cuando al frío se le suman vientos<br />

helados, prolongadas lluvias e incluso<br />

nevadas. Ese es el escenario<br />

que impera en La Paz y El Alto la<br />

“Las primeras veces<br />

que he vivido en la<br />

calle ha sido donde<br />

los ‘Vatos Locos’en<br />

la Vita. De la Vita he<br />

bajado a la plaza<br />

E g u i n o”.<br />

Silvina, nombre ficticio, (29)<br />

mayor parte del año.<br />

¿Se puede dormir mojado? Pregunta<br />

necia, sí, pero necesaria.<br />

“No, no se puede”, verdad de Perogrullo<br />

contestada por más de un<br />

entrevistado ¿Cómo entonces hacen<br />

estas personas para conciliar<br />

el sueño cuando el agua se escurre<br />

por debajo de su carpa, en medio<br />

de sus cartones y humedece sus ya<br />

fríos cuerpos?<br />

A Rolando lo abandonaron<br />

cuando tenía 10 años. Sus padres<br />

se separaron luego de muchas peleas.<br />

Hoy, a sus 40, duerme a veces<br />

por el Prado, a veces por la avenida<br />

Camacho en una carpa improvisada.<br />

Saliendo del comedor San Calixto<br />

relata su experiencia con el<br />

Sara Aliaga / Página Siete<br />

“Me falta cama.<br />

Duermo sobre cartón,<br />

te roban cosas<br />

de valor. Da miedo,<br />

te patean la carpa, te<br />

quieren robar”.<br />

Rolando (40).<br />

clima. Trata de dormir temprano<br />

en la noche y abre los ojos de nuevo<br />

a las seis de la mañana. “Des -<br />

pierto por frío y por hambre (...) A<br />

veces no puedo levantarme, mi<br />

pie se congela y ni caminar”.<br />

Mery es amiga de Rolando. Ella<br />

se dedica a cuidar un garaje por la<br />

exfábrica Soligno pero a veces<br />

duerme donde puede. Una vez la<br />

desesperación la llevó a meterse en<br />

un contenedor de basura. “Casi me<br />

he muerto, sin cama (colcha), sin<br />

chompa, sin nada”, cuenta desde la<br />

puerta del mercado Antofagasta.<br />

Sobre el frío dice que es un peligro.<br />

“Un joven se ha muerto pues. Se ha<br />

congelado, mucho tomaba, ¡ay<br />

no!”, cierra los ojos.<br />

Según un reporte del diario El<br />

País de Tarija, de junio de este año,<br />

en Bolivia murieron congeladas<br />

tres personas en situación de calle<br />

en 2013 y tres en 2014. “En este año<br />

(2018), la Fuerza Especial de Lucha<br />

Contra el Crimen (FELCC) de<br />

La Paz realizó en menos de 24 horas<br />

el levantamiento de dos personas<br />

fallecidas por hipotermia”,<br />

añade ese medio.<br />

La responsable del Proyecto Calle<br />

de la Alcaldía alteña, Claudia<br />

López, explica que en ese municipio<br />

fallecieron 10 personas en situación<br />

de calle sólo en el pasado<br />

mes de julio.<br />

Juan Carlos C. Q. tiene varias cicatrices<br />

en la cara y la nariz un poco<br />

torcida. Este hombre de 35 años<br />

tuvo una recaída en el alcohol durante<br />

el Día de la Madre. ¿Qué<br />

edad tenías cuando dormiste por<br />

primera vez en la calle? “A mis 9<br />

años. Me he ido a dormir en la calle.<br />

Estaba solo. Estaba dando<br />

vueltas caminando y así se pasó la<br />

n o c h e”. ¿En qué zona te detuviste?<br />

“En Villa Victoria. Me hizo frío,<br />

siempre hace frío en la noche”.<br />

“M a c h e te a r”o“vo l a r”p a ra<br />

hacerle frente al hambre<br />

Henry (35) de momento duerme<br />

en un albergue y lustra calzados.<br />

Hace dos años y medio salió a la<br />

calle tras la muerte de su pareja,<br />

quien “tomaba mucho”. Fue por<br />

vergüenza que se marchó, vivían<br />

en la casa de ella. Cuando cruzó la<br />

puerta del domicilio de la avenida<br />

Buenos Aires entendía lo que significaba.<br />

“Sabía que me iba a esperar<br />

el frío y el hambre”.<br />

¿Hubo algún día en el que no comiste<br />

nada? “Sí, cuando no tenía<br />

plata”, afirma Henry unos 10 minutos<br />

antes de almorzar en el albergue<br />

municipal Zenobio López.<br />

¿Cómo podrías describir esa sensación<br />

de tener hambre y no poder<br />

comer? “Uhhh –menea la cabeza–,<br />

me iba a pedir pan. He subido a la<br />

Rodríguez, me han invitado platanito,<br />

esito nomás he comido”.<br />

En una visita nocturna a uno de<br />

los habituales sitios de reunión de<br />

estas personas, por San Antonio,<br />

personal de la Alcaldía de La Paz,<br />

linterna en mano, ingresa en un<br />

terreno baldío. Son casi las ocho y<br />

media y nadie asoma a la vista.<br />

“Han debido ir a ‘m a c h e t e a r’… sa -<br />

len a pedir comida”, dice Nieves<br />

Gue vara.<br />

“Vivir en la calle es una pérdida<br />

constante y paulatina de derechos”,<br />

afirma la coordinadora del<br />

Instituto de Investigaciones en<br />

Ciencias del Comportamiento de<br />

la Universidad Católica Boliviana,<br />

Marcela Losantos, pues la<br />

Constitución Política del Estado<br />

detalla que toda persona tiene derecho,<br />

entre otras cosas, a: la integridad<br />

física, psicológica y sexual,<br />

a la salud, a un hábitat y vivienda<br />

adecuada y acceso universal y<br />

equitativo a los servicios básicos,<br />

al agua y a la alimentación.<br />

“Estar en situación de calle es<br />

una de las peores formas de vida”,<br />

complementa la directora de la<br />

ONG Maya Paya Kimsa, Janneth<br />

Pérez .<br />

Continúa en la página 8


8 Página SIETE J u eve s 9 de agosto de 2018<br />

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Viene de la página 7<br />

Gabriel Díez L. / Página Siete<br />

En muchos casos, “volar”o ingerir<br />

constantemente bebidas<br />

alcohólicas les hace engañar al<br />

hambre. El “v uelo” es más frecuente<br />

en los niños, niñas y adolescentes<br />

y se refiere a inhalar<br />

sustancias como thinner para<br />

abstraerse de la realidad.<br />

El pasado 27 de mayo Roger<br />

cumplió 33 años, el mismo día en<br />

que Juan Carlos C. Q. recaía en la<br />

bebida. Para Roger vivir en la calle<br />

“es una lástima” por el hambre,<br />

el frío, la preocupación y el<br />

arrepentimiento. “Aquí vienen a<br />

l l o ra r ”, dice Roger desde un canchón<br />

en San Antonio.<br />

Su comida favorita es el fricasé<br />

aunque casi nunca lo puede<br />

comprar. “Uhhh, el fricacho, ¡es<br />

la muerte!”, sonríe con expresión<br />

pícara. Su película favorita<br />

es R ocky.“Me gusta lo que Rocky<br />

Balboa empieza de humilde y sigue<br />

siendo más humilde arriba”.<br />

Promete que cuando nazca su<br />

hijo dejará la calle.<br />

Observar más para que<br />

dejen de ser invisibles<br />

En La Paz basta con observar<br />

con detenimiento debajo de los<br />

puentes, cerca de algunos ríos y<br />

en las mismas áreas céntricas para<br />

ver a aquellos que se han vuelto<br />

invisibles. Son más de lo que<br />

alguien se puede imaginar y sus<br />

puntos de encuentro para dormir<br />

son varios.<br />

Están aquellos que viven por el<br />

Bosquecillo de Pura Pura, en cajeros<br />

del centro, Miraflores y zona<br />

Sur, debajo de las cabeceras de<br />

los puentes trillizos y en la pasarela<br />

de la curva de Holguín en la<br />

entrada hacia Obrajes a una nada<br />

del río Choqueyapu. También están<br />

quienes un día aparecen en la<br />

puerta de la iglesia de San Francisco<br />

recibiendo el beso del sol en<br />

la cara luego de “zapatear de frío”<br />

durante la noche y al otro en el<br />

Montículo de Sopocachi.<br />

No falta el que armó su “t o-<br />

r ra n t e”, lugar de pernocte, a<br />

200 metros de la casa presidencial<br />

de San Jorge en la terrosa<br />

bajada hacia el río Choqueyapu.<br />

También están los diferentes<br />

grupos cuyos miembros duermen<br />

juntos en otros puntos de<br />

la ciudad: los de “Villa Copa”,<br />

Villa San Antonio, los “Lobos de<br />

Villa Pampahasi”, “los Guerreros<br />

de Obrajes”, “la Minera”,<br />

“la Tribuna” y aquellos que se<br />

asientan en el cementerio La<br />

Llamita en plena avenida periférica,<br />

entre otros.<br />

Vivir en la calle es vivir<br />

entre violencia y amistad<br />

La gente en situación de calle<br />

es, en general, solidaria entre<br />

sí. Sin embargo, también existen<br />

episodios de violencia entre<br />

ellos y, en algunos casos,<br />

hacia transeúntes. Pese a ello,<br />

los especialistas observan que<br />

no hay que caer en el estigma<br />

de que estas personas son un<br />

p e l i g ro.<br />

Silvina (nombre ficticio) dice<br />

tener 29 años y parece de 40. Tiene<br />

una hija de nueve años, otro<br />

Algunas personas encuentran lugares en las laderas para lavar sus prendas de vestir. Éstas lo hicieron en Cotahuma.<br />

Una faceta de vivir en la calle es encontrar dónde y cómo dormir por las noches<br />

u To r ra n te s • Cuando se<br />

habla de torrantes se hace referencia<br />

a lugares donde la gente<br />

en situación de calle pernocta.<br />

Una de las explicaciones del término<br />

es que en “coba”, lenguaje<br />

del hampa, se denomina “to -<br />

rrar ”a dormir. En La Paz el término<br />

se utiliza más para denominar<br />

lugares naturales o adaptados<br />

donde se hace recurrente<br />

esta práctica de descanso nocturno.<br />

Hay torrantes en distintos<br />

puntos de la ciudad, cerca<br />

de los ríos, debajo de los puentes,<br />

en la montaña misma, en<br />

pequeñas cuevas, etc.<br />

uC a j e ro s • Los cajeros automáticos<br />

se convierten en una<br />

opción cuando las personas en<br />

situación de calle no encuentran<br />

dónde dormir. Según testimonios,<br />

en algunas ocasiones<br />

de cinco y el último, de tres; no<br />

los ve desde hace cuatro meses,<br />

están con la madre de ella. Según<br />

diversas investigaciones, el<br />

abandono de los hijos es un factor<br />

para que éstos terminen viviendo<br />

en la calle. ¿Cíclico? Ella<br />

quiere salir del consumo dependiente<br />

del alcohol para revertir<br />

esa situación.<br />

“En la calle pasas muchas cosas.<br />

Aunque toman, me han tocado<br />

buenos amigos que me cuidan,<br />

nunca se han atrevido a tocarme.<br />

A veces se van a machetear”,<br />

dice Silvina. Una vez al<br />

mediodía lo pegaron a su amigo<br />

y por defenderlo le dieron un<br />

hebillazo en la cara dejándole<br />

una cicatriz.<br />

Uno de sus amigos es Édgar<br />

pueden dormir hasta cuatro<br />

personas en un solo cajero. Lo<br />

más común, sin embargo, es ver<br />

casos individuales.<br />

uM e rc a d o s • Los centros<br />

populares de abasto son otro lugar<br />

escogido por las personas en<br />

situación de calle para pasar la<br />

noche. En algunos casos, en<br />

mercados abiertos, la gente que<br />

se encuentra en esa condición<br />

duerme entre cajones de verduras<br />

y cartones. En otros, las mismas<br />

vendedoras les permiten<br />

pernoctar cerca, alrededor o<br />

dentro de sus puestos con tal de<br />

que se los cuiden. Sin embargo,<br />

esto no es tan frecuente.<br />

uA l o j a m i e n to s • El fenómeno<br />

de dormir en alojamientos<br />

es más recurrente en la ciudad<br />

de El Alto y es una práctica<br />

(36), no es su nombre real. Es ancho<br />

sin ser gordo y ronda el metro<br />

setenta y cinco de estatura.<br />

En la cabeza lleva una boina negra<br />

que dice “Armada Boliviana”.<br />

Está desde hace ocho años<br />

en situación de alcoholismo y calle<br />

aunque empezó a los 13 inhalando<br />

clefa en Pampahasi. La noche<br />

anterior a la entrevista durmió<br />

cerca de uno de los puentes<br />

trillizos.<br />

Aunque dice ser muy violento,<br />

en la entrevista se muestra tranquilo.<br />

“A veces me da mi delirium<br />

tremen s, agarro mis cuchillos y<br />

quiero hacer algo. Pero eso sí,<br />

respeto a las mujeres, a las personas<br />

mayores de edad, a mis amigos,<br />

también a sus esposas y muj<br />

e re s ”.<br />

de los últimos años. De hecho,<br />

la proliferación de este tipo de<br />

hospedajes momentáneos<br />

permite a las personas en situación<br />

de calle pernoctar ahí para<br />

combatir el frío. Existen tarifas<br />

desde los 5 bolivianos. En algunos<br />

casos las y los adolescentes<br />

y las y los jóvenes en situación<br />

de calle se agrupan para tomar<br />

una pieza en conjunto.<br />

uMateriales • Cuando<br />

una persona está en situación<br />

de calle es muy probable que<br />

comience a dormir en la misma<br />

vía pública. Distintos testimonios<br />

dan cuenta de ello. Lo mejor<br />

sería tener al menos una colcha<br />

para cubrirse del viento helado<br />

de las calles paceñas y alteñas.<br />

Sin embargo, lo que pueden<br />

conseguir es, por lo general,<br />

cartones y bolsas nylon. En<br />

El VIH es una realidad que les<br />

ro n d a<br />

Un total de 12 de las 16 personas<br />

en situación de calle fallecidas<br />

en 2017 en la ciudad de El Alto,<br />

eran portadoras de VIH. Ese<br />

dato se refleja en la investigación<br />

Vivir solo o morir acompañado. La experiencia<br />

de vivir con VIH en jóvenes en<br />

situación de calle.<br />

Sobre esta temática subyacente,<br />

la responsable departamental<br />

de ITS VIH-SIDA del Sedes<br />

La Paz, Marcela Garnica,<br />

explica que en La Paz, hasta el<br />

año 2015, un 20% de casos correspondía<br />

a personas en situación<br />

de calle.<br />

La mayoría de los entrevistados,<br />

cuando se toca el tema, son<br />

conscientes de esta situación.<br />

estas ciudades es imposible<br />

pernoctar en la calle si es que<br />

por lo menos no se está con dos<br />

pantalones, dos a tres chompas<br />

y, por lo menos, una chamarra.<br />

uM i gra n te s •En La Paz se<br />

habilitan por temporadas albergues<br />

transitorios para gente<br />

migrante de otros departamentos.<br />

Generalmente se abren las<br />

puertas de estos espacios en<br />

época de invierno y para fin de<br />

año. Los destinatarios de estos<br />

espacios y servicios (se les brinda<br />

cama, alimento, áreas de<br />

aseo, etc.). Son migrantes campesinos<br />

principalmente de Potosí,<br />

en mayor medida, que llegan<br />

a la ciudad en una dinámica<br />

de conseguir dinero para subsistir.<br />

La problemática de estas<br />

personas amerita una investigación<br />

específica y completa.<br />

Remberto (nombre ficticio) a sus<br />

33 años limpia parabrisas cerca<br />

del subterráneo del Prado paceño<br />

desde hace un lustro. Su padre falleció<br />

congelado en la calle.<br />

Ahora él tiene un cuarto para<br />

sus cinco hijos. De su experiencia<br />

de dormir en torrantes y en la vía,<br />

15 años, está al tanto de las enfermedades.<br />

“Hay amigos que se han<br />

contagiado con el VIH por tener<br />

relaciones sin protección”.<br />

¡Ah, la calle! “El que vive aquí<br />

siempre está con su mochila cargada<br />

de penas y decepciones”,<br />

finaliza Remberto sentado en la<br />

fuente de la plaza del Estudiante<br />

de La Paz. A él, a Enrique, a Silvina,<br />

a Juan Carlos por ahora solo<br />

les queda “el sueño de tener su<br />

cuar tito”.


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9<br />

Gabriel Díez Lacunza / La Paz<br />

Estar en situación de calle es<br />

una lucha diaria contra el<br />

frío y el hambre. La ecuación<br />

se complica cuando un adulto mayor<br />

es quien debe atravesar por<br />

ello y además se encuentra solo y<br />

recordando cómo fue una vez la familia<br />

que tuvo y que lo abandonó.<br />

Sonia M. nació en Llallagua, un<br />

municipio minero del norte del<br />

departamento de Potosí. Hace un<br />

año que su vida es mascar coca y<br />

vender “cositas” (dulces, pañuelos<br />

desechables y papel higiénico),<br />

lo hace frente a la Terminal de buses<br />

de La Paz. Sentada en el interior<br />

de su especie de carpa relata lo<br />

que le sucedió.<br />

“Mis hermanos han vendido la<br />

casa de Llallagua a la muerte de<br />

mis papás y no me han dado un<br />

c e n t a v o”, dice seria. ¿Tiene amigos<br />

de la calle? “No, no, no. Soy sola, a<br />

mí me va a ver sola”. El de ella es<br />

sólo uno de los tantos testimonios<br />

de adultos mayores viviendo en<br />

las calles paceñas. Solos en su mayoría,<br />

no suelen agruparse como<br />

hacen los menores, jóvenes y adultos<br />

en la misma condición.<br />

Si de cifras se trata...<br />

En el 2015 existían 183 personas<br />

mayores de 60 años sin hogar<br />

(el 4,8% del total de esa población)<br />

según el Censo de Personas<br />

en Situación de Calle. Esta situación<br />

se da pese a que la vivienda,<br />

según el Informe Nacional de<br />

Desarrollo Humano del PNUD<br />

(2015), “constituye un elemento<br />

fundamental para garantizar la<br />

dignidad humana”.<br />

Esta cifra puede ser mayor, explican<br />

investigadores de la temática<br />

calle. Esto, tomando en cuenta<br />

que en el censo no se trabajó en<br />

muchas zonas periféricas de las<br />

nueve capitales ni de El Alto.<br />

Vacío normativo<br />

La Ley del Adulto Mayor y su<br />

decreto reglamentario 1807 versan<br />

sobre garantizar alimentación y<br />

salud y el diseño de mecanismos<br />

de acceso a viviendas de interés<br />

social para adultos mayores en<br />

condición de vulnerabilidad. Sin<br />

embargo, no se menciona de manera<br />

específica a la población en situación<br />

de calle.<br />

Por otra parte, el 22 de diciembre<br />

del 2016 Bolivia ratificó, mediante<br />

la Ley 872, el texto de la<br />

Convención Interamericana sobre<br />

la Protección de los Derechos<br />

Humanos de las Personas Mayores.<br />

Ahí se establece, entre otros<br />

aspectos, que los Estados adoptarán<br />

medidas para prevenir,<br />

sancionar y erradicar el abandono.<br />

Además, llama a desarrollar<br />

políticas para personas adultas<br />

sin hogar.<br />

“Es preocupante”, dice el presidente<br />

de la Red Nacional por la<br />

Defensa de las Niñas, Niños, Adolescentes<br />

y Familias en Situación<br />

de Calle, Denis López. Cuestiona<br />

que desde el Estado no se contemple<br />

a la población adulta mayor en<br />

esa condición de manera específica.<br />

“Existe un vacío (normativo)<br />

tremendo (…) no hay una normativa<br />

que los pueda acoger”.<br />

Su ley no ampara a quienes están en situación de calle<br />

Adulto mayor vive en soledad<br />

y“d e s p o j a d o” de sus bienes<br />

l VULNER ABLES Las personas mayores de 60 años que duermen en las calles fueron<br />

víctimas de abandono y, en algunos casos, se les negó el derecho propietario de su casa.<br />

Algunas personas se dedican<br />

a la venta de artículos y<br />

viven en el mismo lugar.<br />

Este investigador, quien además<br />

es subdirector de la alianza<br />

Maya Paya Kimsa con sede en El<br />

Alto, afirma que las distintas instituciones<br />

que trabajan en la temática<br />

de gente en situación de<br />

calle debe adaptar el protocolo<br />

existente, enfocado en niñez y<br />

adolescencia, a gente adulta y<br />

adulta mayor.<br />

Gabriel Díez / Página Siete<br />

Ante esta situación, instancias<br />

como el Gobierno Autónomo Municipal<br />

de La Paz han optado por<br />

elaborar un protocolo que no sólo<br />

vea el tema de niñas, niños y adolescentes<br />

en situación de calle, que<br />

es de lo que más abunda literatura<br />

y estudios oficiales. Una de las integrantes<br />

del equipo del Programa<br />

de Atención a Personas en Situación<br />

de Riesgo, Nieves Guevara,<br />

indica que eso está en proceso.<br />

Gabriel Díez / Página Siete<br />

El abandono a las<br />

personas adultas mayores<br />

es una causa para<br />

que vivan en la calle.<br />

Dificultades de vivir en la vía<br />

Casi todos los días una pareja de<br />

ancianos, ella de 90 años y él de<br />

aproximadamente unos 80, no recuerda<br />

su edad, bajan desde la zona<br />

norte hasta la plaza de la iglesia<br />

de Obrajes a almorzar. El brazo social<br />

de esa iglesia brinda fichas a<br />

personas de escasos recursos. Con<br />

una notoria pérdida de fluidez en<br />

la expresión del lenguaje dicen<br />

que duermen por la Buenos Aires<br />

pero no dónde exactamente.<br />

Quizá uno de los casos más conocidos<br />

en la sede de Gobierno es<br />

el de Jorge. Duerme encima de un<br />

colchoncito y tapado con una frazada<br />

celeste y cartones, como techito,<br />

en la calle Panamá de Miraflores.<br />

“Es muy triste verlo así”, dice<br />

Zulema, desde una tienda frente<br />

a su solitario hogar.<br />

El maltrato extra familiar hacia<br />

un adulto mayor se da cuando no<br />

tiene recursos para atender sus<br />

necesidades de salud, vivienda,<br />

alimentación, “y vive en situaciones<br />

de pobreza o indigencia”, según<br />

la Defensoría del Pueblo. La<br />

pobreza, según en PNUD, significa<br />

no tener los ingresos suficientes<br />

para satisfacer necesidades<br />

básicas, mientras que en la indigencia<br />

ni siquiera se puede cubrir<br />

necesidades alimenticias.<br />

Como parte de una respuesta<br />

al problema, entre 2012 y 2017,<br />

521 familias de adultos mayores<br />

en extrema pobreza se beneficiaron<br />

con proyectos de vivienda<br />

social, según datos proporcionados<br />

por la Agencia Estatal de Vivienda<br />

a Página Siete.


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Pese a que se trata de la población que tiene una normativa más avanzada<br />

Niños acuden a cajeros, alojamientos o<br />

a la violencia sexual para tener un techo<br />

tarde de miércoles. Tiene casa<br />

pero no la frecuenta pese a tener<br />

un hijo pequeño que está en custodia<br />

de su hermano. “A h o ra<br />

duermo en un alojamiento”. Hace<br />

dos años que salió de su hogar.<br />

Por sus servicios cobra “de 50<br />

bolivianos para arriba”, lo que le<br />

alcanza para rentar una habitación<br />

en un hospedaje.<br />

El fenómeno de “hacer pieza”<br />

o robar para tener dinero y pagar<br />

un alojamiento se dio recién en<br />

los últimos años.<br />

La calle en sí ya no es una alternativa<br />

para el pernocte de los<br />

menores en El Alto y de la gente<br />

en situación de calle en general,<br />

coinciden Pérez y Ramírez. “Se<br />

reúnen entre niños y niñas, recolectan<br />

todo el dinero del día e ingresan<br />

varios a un cuarto de aloj<br />

a m i e n t o”, afirma Ramírez.<br />

La dinámica de alquilar un espacio<br />

en este tipo de hospedajes<br />

no sólo corresponde a gente en<br />

situación de calle, sino que es<br />

una práctica habitual entre jóvenes<br />

y adolescentes en general,<br />

sostiene el jefe de la Unidad de<br />

Atención Integral a la Familia de<br />

la Alcaldía de El Alto, Harry<br />

Suaznábar. Ante ello, lanza una<br />

advertencia. “Es aquí donde col<br />

REALIDAD En El Alto los menores que no están en sus hogares hacen “lo que sea”para no dormir en la calle.<br />

El robo y someterse a violencia sexual comercial son formas para conseguir dinero para pagar un hospedaje.<br />

Gabriel Díez Lacunza / La Paz<br />

“<br />

Quiero trabajar en una casa,<br />

dormir en un catre, levantarme<br />

tranquilo y sin temblar<br />

de frío”. El testimonio fue<br />

recogido en 1989. Es de un niño<br />

que vivía en las calles paceñas.<br />

Su deseo es tan intenso como la<br />

desesperación de una joven de 17<br />

años que en la actualidad debe<br />

“hacer pieza” y así huir del frío<br />

de la noche alteña. “Mi chico me<br />

ha pegado, ¿dónde voy a dormir?”,<br />

el llanto es desconsolad<br />

o.<br />

En El Alto hay niños en situación<br />

de calle desde los ocho años<br />

y la niña más pequeña identificada<br />

en un escenario de violencia<br />

sexual comercial tiene 11 años,<br />

dice el director de la fundación<br />

Munasim Kullakita, Ariel Ramírez<br />

.<br />

La temática de niños, niñas y<br />

adolescentes en situación de calle<br />

cobró fuerza en el país a finales<br />

de la década del 80 hasta mediados<br />

de los 90. Una de las causas<br />

de esta situación, según investigaciones<br />

de la época, fue la<br />

crisis económica que atravesó el<br />

país; otra, la migración campo-ciudad<br />

derivada de tal fenóm<br />

e n o.<br />

Todo ello acentuaba la pobreza<br />

y, entre otras cosas, obligaba a<br />

las madres y padres a dar el visto<br />

bueno para que sus hijos se incorporen<br />

al mercado laboral. Esto,<br />

afirman especialistas, en esos<br />

días y ahora, es un factor de riesgo<br />

para empezar a vivir en la calle.<br />

No obstante, el elemento determinante<br />

para su salida a la calle,<br />

coinciden, es la violencia intrafamiliar,<br />

sobre todo la sexual.<br />

En 2015 el censo especializado<br />

para esta población identificó en<br />

La Paz a 726 personas. De éstas, el<br />

24,8% tienen entre 0 a 19 años de<br />

edad. Mientras que en la ciudad<br />

de El Alto existen 1.071 y el porcentaje<br />

es mayor para ese rango<br />

etario (40,8%).<br />

En la actualidad, esta población<br />

es con la que más se avanzó<br />

en cuanto a normativa e instrumentos<br />

de prevención e intervención.<br />

Sin embargo, ello no<br />

implica que deje de ser una población<br />

vulnerable. Los expertos<br />

afirman que “hay que seguir trab<br />

a j a n d o”.<br />

M e n o re s encontradas en<br />

un alojamiento de El Alto<br />

durante un operativo.<br />

Niños, niñasy adolescentes en situación de calle en Bolivia<br />

De ser “de la calle”a estar en<br />

“situación de calle”<br />

En un inicio existía una diferenciación<br />

en la denominación de esta<br />

población. Se hablaba de niños<br />

“d e”y“e n”la calle. Los primeros<br />

eran aquellos que habían hecho de<br />

la calle su hogar permanente y habían<br />

roto todo vínculo con su familia;<br />

los segundos, en cambio tenían<br />

todavía un lazo, aunque débil,<br />

con su entorno familiar. Un<br />

ejemplo de estos últimos son los<br />

menores trabajadores.<br />

“(Ya) no decimos niño de la calle<br />

porque hacerlo es generarle<br />

pertenencia pero no es así. Por<br />

u Preva l e n c i a • Según<br />

datos y conclusiones del censo<br />

de personas en situación de calle<br />

(2015) existen más casos de<br />

niñas, niños y adolescentes<br />

(NNA) en esta condición en La<br />

Paz, El Alto, Cochabamba y<br />

Santa Cruz.<br />

u La Paz • En ese documento<br />

se establece que los<br />

NNA en situación de calle y alto<br />

riesgo están en zonas como<br />

Pampahasi, Villa Armonía, Villa<br />

Copacabana, Gran Poder, plaza<br />

Eguino, plaza Alonso de Mendoza,<br />

plaza Triangular, El Prado,<br />

Estación central, avenida del<br />

Poeta, avenida de Los Leones,<br />

Obrajes y Chasquipampa.<br />

uEl Alto • El censo indica<br />

que en el Distrito 1 es donde<br />

existe mayor concentración de<br />

NNA en situación de calle. Zonas<br />

como la Ceja, 12 de Octubre,<br />

Villa Dolores, Mirador Corazón<br />

de Jesús, avenida Panorámica,<br />

plaza Cívica y el Barrio<br />

Chino son algunos de los lugares<br />

de concentración y de pernocte<br />

de esta población.<br />

circunstancias de la vida está viviendo<br />

en la calle y es por eso que<br />

decimos ‘niño, niña y adolescente<br />

en situación de calle’”, explica<br />

Janneth Pérez, directora de la<br />

Alianza Maya Paya Kimsa, con<br />

sede en El Alto. En general, las<br />

instituciones y entidades estatales<br />

que trabajan la temática han<br />

optado por esta denominación.<br />

“Hacer pieza”para pagar un<br />

a l o j a m i e n to<br />

u Actividades • Los menores<br />

de edad que están en situación<br />

de calle realizan distintas<br />

actividades. Tomando en<br />

cuenta que vivir en esta condición<br />

es una pérdida de derechos,<br />

cada día ven la mejor forma<br />

de generar recursos económicos<br />

para no dormir en la calle<br />

y poder pagar un alojamiento,<br />

especialmente en El Alto. Los<br />

varones, algunos, piden dinero<br />

en las calles o lo sustraen mientras<br />

que las adolescentes “hacen<br />

pieza” (son objeto de violencia<br />

sexual comercial).<br />

Carmen (nombre ficticio) es<br />

“p i e c e ra ” –vive de violencia sexual<br />

comercial–en la Ceja y en la<br />

zona 12 de Octubre de El Alto para<br />

conseguir dinero. De esa forma<br />

puede pagar un alojamiento<br />

barato y evita dormir en la calle.<br />

Al presentarse dice tener 24 años<br />

pero, luego, un lapsus la traiciona<br />

y sale a relucir su edad verdadera,<br />

16 años.<br />

Accede a la entrevista cerca de<br />

la plazuela Cívica de la Ceja una<br />

A rch i vo


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11<br />

“En casos de niños<br />

y adolescentes no<br />

puedes decir ‘no es<br />

mi familiar’. Eres<br />

corresponsable de<br />

velar y proteger<br />

(sus) derechos”.<br />

Mirko Terán, GAMLP<br />

24 , 8 %<br />

PERSONAS<br />

en situación de calle<br />

en La Paz tiene entre<br />

0 a 19 años según el<br />

Censo especializado<br />

“Hago ‘pieza’por<br />

aquí nomás, por la<br />

Ceja, para dormir<br />

en alojamiento (...).<br />

Hay hartos niños en<br />

la calle, de 13, 14<br />

años”.<br />

Carmen (16), nombre ficticio<br />

33,4%<br />

DE LA POBLACIÓN<br />

alteña en situación de<br />

calle duerme en un<br />

alojamiento; se da<br />

más en gente joven<br />

“Por circunstancias<br />

de la vida está<br />

viviendo en calle y<br />

es por eso que decimos<br />

‘niño, niña y<br />

adolescente en situación<br />

de calle’”.<br />

Janneth Pérez, Maya Paya Kimsa<br />

A rch i vo<br />

Punto de vista<br />

XIMENA ROJAS LANDÍVAR<br />

Investigadora en la materia<br />

La problemática de niños y niñas en situación de calle es más evidente en la ciudad de El Alto que en La Paz.<br />

mienza el problema de situación<br />

de calle (…) podrían quedarse en<br />

esa dinámica”.<br />

Una semana después del encuentro<br />

con Carmen, ya en la noche,<br />

toca visitar la misma zona en<br />

compañía de tres educadoras de<br />

calle de la fundación Munasim<br />

Kullakita (Quiérete, Hermanita,<br />

de la traducción del aymara). En<br />

un tiempo menor a 10 minutos se<br />

puede observar al menos a 10<br />

mujeres jóvenes, la mayoría menores<br />

de edad según cuentan las<br />

educadoras, que esperan a<br />

“clientes”.<br />

En una esquina a media cuadra<br />

de la calle Raúl Salmón y sobre la<br />

1 de la Ceja, dos amigas están paradas.<br />

Visten jeans y chamarras<br />

delgadas pese a que hace bastante<br />

frío, casi son las 22:00. Cuando<br />

se les habla sonríen pero no sostienen<br />

la mirada, giran la cabeza<br />

una y otra vez hacia los costados.<br />

Casi en murmullos dan a entender<br />

que debemos retirarnos, que<br />

se las perjudica.<br />

Segundos antes de la despedida<br />

pasa corriendo Braulio (nombre<br />

ficticio), un niño de 12 años.<br />

Cuando ve a sus dos amigas se<br />

detiene un rato, las abraza y una<br />

de ellas lo sostiene con una expresión<br />

casi maternal. Le preguntan<br />

hacia dónde va pero no<br />

responde y se pierde corriendo<br />

entre los vehículos.<br />

Los niños son altamente<br />

vulnerables a la trata y el tráfico<br />

En el caso de las adolescentes en<br />

situación de calle la trata y tráfico<br />

de personas es un peligro latente.<br />

“Son mucho<br />

más vulnerables”,<br />

afirma Pérez<br />

de Maya Paya<br />

Kimsa. Esta<br />

situación es refrendada<br />

en documentos<br />

como<br />

el Diagnóstico de<br />

necesidades de adolescentes<br />

y jóvenes<br />

mujeres en situación<br />

de violencia sexual comercial en la<br />

ciudad de El Alto (2015) de Stepping<br />

Stones y el Diagnóstico Situacional de<br />

Niñas, Niños y Adolescentes en Situación<br />

de Calle de El Alto, publicado por<br />

Unicef y el Viceministerio de Seguridad<br />

Ciudadana en 2014.<br />

En La Paz, en cambio, la incidencia<br />

de ese delito es menor, según<br />

explica la jefa de la División de<br />

Trata y Tráfico de la Fuerza Especial<br />

de Lucha contra el Crimen,<br />

19 8 0<br />

FUE LA DÉCADA<br />

en la que la temática<br />

de niñez en situación<br />

de calle comenzó a<br />

hacerse visible<br />

Gaby Coca. Ello, sin embargo, no<br />

implica que las personas menores<br />

de edad, en especial, no sean propensas<br />

y vulnerables a la trata y<br />

tráfico, explica.<br />

En algunos casos son víctimas<br />

de pedofilia<br />

Otro de los peligros identificados<br />

para las y los niños en situación<br />

de calle es<br />

la presencia de<br />

hombres pedófilos.<br />

Los invitan<br />

a sus casas<br />

para que no estén<br />

en la calle,<br />

supuestamente<br />

con la intención<br />

de que no pasen<br />

frío, sostiene<br />

Pérez de MPK, y<br />

ahí abusan sexualmente de ellos.<br />

A estas personas los mismos niños<br />

les dicen “t í o”o“Lucho”, que en<br />

jerga de la calle quiere decir amigo.<br />

Cuando sirve encontrar algo<br />

con techo y una puerta<br />

En El Alto la práctica de dormir<br />

en alojamientos pagando desde<br />

cinco bolivianos la noche se ha<br />

vuelto común, especialmente entre<br />

la población joven en situación<br />

de calle. Sin embargo, no todos<br />

pueden darse ese lujo porque no<br />

consiguen dinero durante el día y<br />

reciben las primeras luces de la<br />

mañana desde el interior de un cajero<br />

automático.<br />

En La Paz, en cambio, el hábito<br />

de dormir en alojamientos no está<br />

tan arraigado entre niños, niñas<br />

y adolescentes en esa condición.<br />

Aún duermen en carpas improvisadas<br />

o en cajeros automáticos<br />

de bancos como acción más<br />

común.<br />

Y, en resumen, ¿qué es vivir en<br />

situación de calle para un niño?<br />

“Soy un perro de la calle, caminando,<br />

yo me llamo Andresito<br />

con sólo 10 años, ya lo ves, un<br />

maldito, su único delito (es) que<br />

no tiene sus padres. Fue abandonado<br />

y bautizado por la calle,<br />

con la panza vacía, con los chicles<br />

todo el día”.<br />

Ese es un extracto de El rap del<br />

A n d re s i t o , single grabado y distribuido<br />

en CD por el proyecto<br />

Hormigón Armado, donde uno<br />

de los niños lustra calzados que<br />

frecuenta el Prado paceño cuenta<br />

lo que muchas veces la sociedad<br />

ignora, la historia detrás de<br />

cada uno de ellos.<br />

“En 2018 se ven<br />

niños en la calle”<br />

Uno de los factores expulsores,<br />

y para mí el mayor, para<br />

que un niño o niña decida que la<br />

calle es un lugar más seguro que<br />

su casa es la violencia intrafamiliar,<br />

(aquí incluyo la negligencia y<br />

toda forma de maltrato). Esto no<br />

con el afán de culpar únicamente<br />

a las familias porque para que este<br />

tipo de violencia se genere tienen<br />

que haber muchas razones, entre<br />

ellas, las violencias estructurales.<br />

Este concepto lo extraigo de la<br />

metodología internacional del<br />

trabajo de calle, estas violencias<br />

son generadas por los mercados<br />

dominantes como el desempleo,<br />

la pobreza y la explotación.<br />

Una niña de 10 años dijo una<br />

frase que me llevó a reflexionar<br />

mucho, sobre el por qué las personas<br />

deciden quedarse a vivir en<br />

la calle. “La calle no es buena y no<br />

es mala, hay que saber cruzarla”.<br />

Y en realidad la calle tiene cosas<br />

buenas para las personas que<br />

optan por hacerla su casa, pero<br />

también tiene cosas malas.<br />

Entre las cosas buenas son las<br />

que encuentran en la calle y no<br />

las encontraron en la comunidad<br />

donde se desenvolvían; por<br />

ejemplo, la inclusión, pues los<br />

niños, las niñas, los adolescentes,<br />

los jóvenes, las familias y los<br />

adultos que están en situación<br />

de calle se sienten incluidos en<br />

un grupo, tienen la sensación<br />

que necesitamos todos los seres<br />

humanos de pertenecer a algo,<br />

de ser respetados y protegidos.<br />

Porque, aunque no lo creamos,<br />

entre estas personas se generan<br />

lazos de amistad, respeto, cuidado<br />

y familia.<br />

Entre las cosas malas es que<br />

también hay violencia en la calle<br />

que es una respuesta a las<br />

violencias estructurales, a este<br />

círculo de violencia que se genera<br />

y no tiene fin.<br />

En el censo que se hizo el año<br />

2013 uno de los resultados que<br />

dio es que había pocos niños y<br />

niñas en situación de calle que la<br />

mayoría eran jóvenes y adultos,<br />

pero la situación cambió. Ahora<br />

en 2018 se ven niñas y niños pequeños<br />

en calle. Es imprescindible<br />

hacer un nuevo censo y diagnóstico<br />

para tener una lectura<br />

clara y actual.


12 Página SIETE J u eve s 9 de agosto de 2018<br />

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especial@ p a g i n a s i e te . b o Especial<br />

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“Es importante<br />

realizar otro censo<br />

el 2020, siempre y<br />

cuando se coordine<br />

con todas las<br />

instituciones priva<br />

d a s ”.<br />

Rosario Valenzuela,<br />

Viceministerio de Defensa Social<br />

“Los que nos estamos<br />

haciendo cargo<br />

de la situación<br />

de trabajo con esta<br />

población de jóvenes<br />

y adultos somos<br />

las instituciones<br />

privadas”.<br />

Denis López, Red Calle<br />

“La gente tiene en<br />

su imaginario que<br />

esta población es<br />

peligrosa pero no<br />

es así, son personas<br />

que están estigmatizadas<br />

(…) el<br />

tema es social”.<br />

Eugenio Vásquez, Gob. La Paz<br />

“El programa de<br />

Riesgo Social de la<br />

Alcaldía está elaborando<br />

un protocolo<br />

de atención a<br />

personas en situación<br />

de calle. Está<br />

en ese proceso”.<br />

Nieves Guevara, GAMLP<br />

“Se trata de comprometer<br />

al Estado,<br />

municipios y<br />

go b e r n a c i o n e s ,<br />

que tengan cierta<br />

c o r re s p o n s a b i l i -<br />

dad y no permitir<br />

que suceda”<br />

Senador Efraín Chambi<br />

Gabriel Díez Lacunza / La Paz<br />

Si bien Bolivia avanzó en la<br />

temática de situación de<br />

calle, aún quedan pendientes.<br />

Todavía no tiene una<br />

ley específica. Falta que el Estado<br />

tome las riendas de esta problemática,<br />

afirman especialistas<br />

y está pendiente la elaboración<br />

de un nuevo censo.<br />

Hoy en día las diferentes instancias<br />

que trabajan con gente<br />

en situación de calle deben<br />

adaptar el protocolo existente<br />

(2016) de prevención y atención<br />

a niños, niñas y adolescentes para<br />

abordar a jóvenes, adultos y<br />

adultos mayores.<br />

“Los que nos estamos haciendo<br />

cargo de la situación de trabajo<br />

con esta población de jóvenes y<br />

adultos somos las instituciones<br />

privadas, en el marco de utilizar<br />

el mismo protocolo y su metodología,<br />

pero para ellos no tenemos<br />

alternativas”, afirma el presidente<br />

de la Red Nacional por la Defensa<br />

de las Niñas, Niños, Adolescentes<br />

y Familias en Situación<br />

de Calle, Denis López.<br />

Instituciones privadas deben adaptar protocolo de niñez y adolescencia<br />

Aún falta la ley, i n te gra c i ó n<br />

del Estado y un nuevo censo<br />

l N O R M AT I VA En 2013 se trabajó un proyecto de ley para personas en situación de<br />

calle; sin embargo, esa norma nunca vio la luz. En la actualidad se elabora uno nuevo.<br />

Una sesión en la<br />

ALP durante la gestión<br />

2010-2014.<br />

A rch i vo<br />

Ley relegada<br />

Hace cinco años surgió una<br />

iniciativa parlamentaria para generar<br />

una ley para este sector de<br />

la población. En ese entonces, el<br />

diputado Saúl Garabito fue uno<br />

de los proyectistas pero, según<br />

López, se priorizó el Código Niño,<br />

Niña Adolescente.<br />

En la actualidad, la Red Nacional<br />

y el senador Efraín Chambi<br />

trabajan en un nuevo proyecto<br />

de ley que tendrá como uno de<br />

sus principales objetivos el establecimiento<br />

de políticas claras.<br />

Según lo conversado con ambos,<br />

hay avances, pero aún falta mucho<br />

por hacer y existen obstáculos<br />

por superar para que esta<br />

norma “vea la luz”.<br />

Justicia con más protagonismo<br />

Una recomendación recurrente<br />

de los distintos entrevistados<br />

es que el Ministerio de Justicia<br />

debe “sí o sí”tomar mayor protagonismo<br />

en la problemática de<br />

gente en situación de calle. En la<br />

búsqueda de la contraparte para<br />

la elaboración de este reportaje,<br />

desde la unidad de comunicación<br />

de esa cartera se solicitó que<br />

se realice las consultas al Ministerio<br />

de Gobierno, indicando<br />

que es el ente competente.<br />

En relación a ello, la jefa de la<br />

unidad de Prevención Holística<br />

del Viceministerio de Defensa<br />

Social, Rosario Valenzuela, al ser<br />

efecto de una multiplicidad de<br />

problemáticas sociales, debe ser<br />

abordada desde enfoques multisectoriales.<br />

“Me parece un poco inútil la<br />

discusión de remitirse a la ‘cabe -<br />

za de sector’, no podemos minimizar<br />

la complejidad de la problemática”,<br />

dice Valenzuela.<br />

Este medio se contactó con la<br />

unidad de comunicación del Ministerio<br />

de Justicia para conocer<br />

su posición sobre este tema. No<br />

hubo respuesta.<br />

Documentos de trabajo<br />

El Censo de Personas en Situación<br />

de Calle es una herramienta<br />

útil, afirman los especialistas, y a<br />

la vez con deficiencias y sesgada.<br />

Uno de los suscriptores de esta<br />

idea es el director de la fundación<br />

Munasim Kullakita, Ariel Ramírez.<br />

Desde el Programa Calle de la<br />

Alcaldía alteña y la Red Nacional<br />

consideran que es necesario un<br />

nuevo censo para tener aproximaciones<br />

más reales.<br />

El censo fue realizado en el<br />

marco de la Estrategia de Lucha contra<br />

el Narcotráfico 2011-2015, el Plan<br />

Nacional de Reducción de la Demanda<br />

de Drogas y el Modelo de Intervención<br />

Integral e Intersectorial para la Prevención<br />

y Atención de Niños, Niñas y Adolescentes<br />

en Situación de Calle.<br />

Una de las observaciones que<br />

se hace a los distintos documentos<br />

de trabajo para la gente en situación<br />

de calle es que se enfoca<br />

la problemática desde una perspectiva<br />

de seguridad ciudadana.<br />

Lo que correspondería es cambiar<br />

ese enfoque y abordarlo como<br />

lo que es, un temática de carácter<br />

social, explica el jefe de la<br />

Unidad de Atención Integral a la<br />

Familia de la Alcaldía de El Alto,<br />

Harry Suaznábar.<br />

Coincide con este criterio el<br />

director de Política Social de la<br />

Gobernación de La Paz, Eugenio<br />

Vásquez. “La gente tiene en su<br />

imaginario que esta población es<br />

peligrosa pero no es así, son personas<br />

que están estigmatizadas<br />

(…) el tema es social”, refiere.<br />

Tanto el Protocolo para la Prevención<br />

y Atención de Niñas, Niños y Adolescentes<br />

en Situación de Calle (2016)<br />

como el Modelo Integral de Prevención<br />

y Atención (2014) de esa misma<br />

población meta fueron coordinados<br />

por el Viceministerio de<br />

Seguridad Ciudadana y Unicef.<br />

Sujetos de derecho<br />

u CPE • La Constitución<br />

Política del Estado versa en sus<br />

artículos 15 al 20 sobre los derechos<br />

fundamentales. Entre<br />

esos están a la integridad física,<br />

psicológica y sexual, a no sufrir<br />

violencia sexual, física ni psicológica,<br />

al agua y a la alimentación,<br />

a la salud, a una vivienda<br />

adecuada y al acceso equitativo<br />

y universal a los servicios de<br />

agua potable, alcantarillado y<br />

electricidad, entre otros. De los<br />

mencionados, todos son violentados<br />

cuando se habla de<br />

gente en situación de calle. Por<br />

eso, se afirma, que estar en esa<br />

condición significa una pérdida<br />

consecutiva de derechos.

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