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Ficha Técnica P AUTOR/A: P TÍTULO
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Un día, a la salida de una fiesta
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Un sueño real
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—Hija, no creas —murmuró la mu
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las mujeres que allí vivían, o qu
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Cruz, al ver a padre e hija sumidos
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Elena: —¿Te apetece bailar? Trag
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estás, ¿quiénes son? Clara, volv
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Seire, su prima. Y eso a aquélla n
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—Creo que sobre las dos o tres de
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contó a su mujer lo ocurrido, pero
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la montaña, me contestas. Pero rec
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—Todo tiene su explicación —an
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que la tormenta lo sorprendía en l
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—Mira, Clara —solicitó la anci
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Consciente de lo que aquella debía
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afirmó: —Hija, debemos irnos, pe
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pudiera. Pasaron tres días y Alber
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lata, respondió tras darle un mord
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—Ay, mi niña, cuánto me alegro.
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— Vaya, veo que no olvidas un nom
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a mi casa y se lo vamos a decir a m
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mucho la felicidad. Al escuchar aqu
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mientras su madre trasteaba en ella
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llegó una ambulancia. En ella se l
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Si no llega a ser por ti, mi prima
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—Trajo a sus padres y a su amor C
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castillo… quien no pudo asistir a
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Llámame bombón. 22 de diciembre d
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y monas. ¡Ya lo verás! —Venga,
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—Mamá, vamos a ver —resopló,
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—Pichurra, lo asumo. Eres un caso
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—Nicolay…, Nicolay, ¿estás bi
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Pero lo supo rápidamente, cuando v
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necesito que cumplimentemos los pap
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—Pero… —No hay peros que valg
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divertida porque sonrió y le pregu
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ápidamente se cobijó junto a Nico
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—Sí, tu maridito, usease, ese co
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Frente al espejo, Soledad se lo toc
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—Estás…, estás ¿embarazada?
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Gema no sabía quiénes eran Iñaki
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Aquella voz. Aquel acento. Aquella
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enterarse de eso, Gema sonrió, y
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miró a su preciosa mujer. —Sígu
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dijo a sí misma en voz alta: —¡
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—Me gusta más cuando me llamas b
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Parte 1. Saltando por encima de ped
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la macabra escena. Miedo, dolor…
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ojos azules, muy acordes con su pel
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ese momento, Lidia apareció junto
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que ella buscaba por haber matado a
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Aquella tarde, tras caminar durante
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—¿Cómo sé que no estás intent
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sabido darle a ese detalle su valor
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Cuando comprobó que no aparecía n
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Gaúl y Dracela se miraron sorprend
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—A cada segundo que pasa, me pare
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La dragona, viendo que Bruno sonre
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—No hay que darlas. Después de t
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Confundida por lo que aquel beso le
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Cuando doblaron la esquina, la luz
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Doblaron la esquina a la carrera y
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—Te he dicho que te estuvieras ca
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la mirada. Si le hacía algo a aque
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El guerrero vio entonces cómo Lidi
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Parte 2. Meses después, a muchos k
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ellos y qué hacía buscándolo? La
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ella. La hacía sonreír cuando no
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de Bruno en pleno combate para libe
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al verlos comer. —Te cuidas que d
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—Hazle saber que ya no crees que
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—¿Me acabas de llamar fea y culo
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Dracela apareció e instantes despu
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Encantada de sentirse parte del gru
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querido. Ella soltó entonces la ma
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incitaron al cocinero a que prepara
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Sin tiempo que perder, el enano loc
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De pronto, una extraña lluvia dora
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la cascada del Gran Pantano sea má
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Tras pensarlo durante unos segundos
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Con cuidado de no asustarlo, se ace
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Risco, que a cabezón no lo ganaba
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sentado en la piedra y, ofreciéndo
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uena suerte, ellos siempre salían
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Pantano, un lugar temido por todos.
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Encantado por su dulzura, Bruno se
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y le sonrió. Ambos estuvieron char
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—¿Crees que Bruno me amaba? Pene
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—Asuntos personales. Pero, tranqu
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—No. Durante unos segundos que pa
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Bruno no la dejó seguir hablando.
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Una vez acabaron, los animaron a pr
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Bruno suspiró. Sin duda el hombre
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cruzaba el rostro, negó con la cab
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Sin embargo, la sonrisa se les cort
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- Page 198 and 199: décima de segundo, se le heló el
- Page 200 and 201: —De acuerdo, guapo Mancuerda —s
- Page 202 and 203: —Lo sé —asintió Lidia con pes
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- Page 206 and 207: espada, gritó con voz temblorosa a
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- Page 212 and 213: alejó. A partir de ese instante, c
- Page 214 and 215: Sobresaltada y tomando de pronto co
- Page 216 and 217: —Una vez que ya sé que es medio
- Page 218 and 219: William sonrió. Sin duda aquella m
- Page 220 and 221: 2. Pipipipiiiiiiii… Pipipipiiiii
- Page 222 and 223: tableta. Desde que le había regala
- Page 224 and 225: evisarlas cuando oyó: —¿Por qu
- Page 226 and 227: emediar el inminente desastre. —
- Page 228 and 229: —, si eso ha hecho que me vuelvas
- Page 230 and 231: 3. Al día siguiente, Lizzy se leva
- Page 232 and 233: —He oído que esta noche quizá v
- Page 234 and 235: Ver cómo ella le sonreía y cómo
- Page 236 and 237: —Tranquila, Elizabeth, y discúlp
- Page 238 and 239: Extasiada por lo que aquel hombre l
- Page 240 and 241: pero estuvo pendiente de su marcha.
- Page 242 and 243: —Quédate. No interrumpes nada. C
- Page 246 and 247: —Qué interesante. Ambos reían p
- Page 248 and 249: Molesta por aquello, Lizzy no sonri
- Page 250 and 251: Su jefe, mirándola, insistió. —
- Page 252 and 253: se separó y comentó: —Creo que
- Page 254 and 255: insistió. —No voy a dirigirte la
- Page 256 and 257: Como si mirase una nave especial,
- Page 258 and 259: la madre de Lizzy abrió la puerta
- Page 260 and 261: William, al interpretar sus palabra
- Page 262 and 263: Sin duda lo era. William era más q
- Page 264 and 265: —De acuerdo, Elizabeth. Pásalo b
- Page 266 and 267: —¡Que es tu jefe! —Lo sé… l
- Page 268 and 269: aquella muchacha e intuyó que su l
- Page 270 and 271: —Ven conmigo —pidió él cogié
- Page 272 and 273: Casi sin respiración, asintió y s
- Page 274 and 275: esaba hasta bajar a su monte de Ven
- Page 276 and 277: cuchicheó: —Eres una máquina de
- Page 278 and 279: 6. El domingo, cuando se despertó
- Page 280 and 281: Sorprendida pero encantada por lo q
- Page 282 and 283: Mientras caminaban por las empedrad
- Page 284 and 285: cómo visto? Sin ganas de polemizar
- Page 286 and 287: —El barbero de toda la vida de mi
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- Page 290 and 291: puedo sentir cerca. Cinco minutos d
- Page 292 and 293: —¡Será perra! —se quejó Lizz
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7. Al día siguiente, cuando se lev
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—Elizabeth… La joven le tapó l
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Una mañana como cualquier otra, mi
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William sonrió. No esperaba menos
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Un «¡ohhhh!» general se oyó de
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—Cuando saliste de casa, me recib
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Diario de una chirli. Sábado 15 de
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fin, excepto en que ambas somos rub
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—Ni idea. Se va como enloquecida
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llevarla al parque para que se rela
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luego, Chirli, luego dices que Davi
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—Creo… —digo a punto del infa
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—Tarjeta, por supuesto —añado
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Él me mira. Yo lo miro. Él sonrí
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Tras encontrarnos con mamá y la t
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¿sabes por qué me llaman Chirli?,
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Pili me trae el café, y yo sin dar
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ante La Perla mis ojos se clavan en
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—Uff… menos mal —suspiro aliv
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—Porque no lo necesito. De verdad
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¡Fóllame! Y justo cuando aquel pe
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pensaba, pero bueno, puedo vivir si
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Siento… tenerte tan abandonado, p