A SOLAS CON ELLOS Texto: Javier Fernández Bilbao Ilustración: Vicente Balbastre
A ver si me explico: No seré yo quien diga que lo que pasó no fue una hecatombe. Sí, claro que lo lamento mucho. Yo también dejé atrás una familia y todo eso. Y bueno, no hay nada que se pueda hacer al respecto. Lo que no se puede negar es que, para los pocos que hemos quedado, esto se ha convertido en un puñetero chollo. El doctor está medio chiflado, pero el cabrón es muy listo. Gracias a él tenemos un miserable «por qué» de que aún podamos arrastrar nuestros culos de un lado a otro. Lo dice él, y aquí no hay nadie más inteligente para proponer otras teorías. No éramos los más listos, tampoco los más fuertes o los más guapos; pero qué duda cabe que éramos especiales por algún motivo. De hecho, todos los demás la palmaron. Nosotros sobrevivimos sin hacer nada extraordinario. Sólo tuvimos que sentarnos y observar cómo el mundo entero se iba al garete; así, sin más. Por mi parte, lo que dice el doctor está bien. Yo, por supuesto, sabía que mi sangre era del tipo HH. Rara. Muy rara. Por aquí anda algún gilipuertas, que hasta que el doctor no le extrajo una muestra, ni siquiera lo sabía. Ello no significa que seamos mutantes, ni nada por el estilo. —«Un 0.0004% de la población mundial. Esa era la estadística que se manejaba» —dijo el doctor cuando aún le funcionaba bien el coco—. «En total no seremos ni dos millones». Esa cifra no es nada. Hubieron de pasar cuatro años, hasta que el humo hizo que tropezase con las primeras personas: el doctor y su pequeño grupo. Él era un líder. Ahora es un tipo del que casi todos se ríen. —«Todos los fenotipo Bombay se hallan esparcidos por el mundo. Y yo he podido dar con cuatro de ellos». Hasta que los encontré ya había destrozado una docena de coches de lujo. Quemé Ferrari, cuatro o cinco Lamborghini, y varios Hummer. ¿Para qué iba a tener cuidado? Es un verdadero placer achicharrar rueda en el asfalto o ver cómo revienta un motor. Tremendamente excitante. Luego, te sientas tranquilamente en un bordillo, te masturbas, y enciendes un pitillo mientras ves cómo se consume entre las llamas un coche de 400.000 pavos. No comentaré otros excesos por pudor, pero han sido muchos y muy variados. Una vez acostumbrado a la soledad y al vacío, fijé mi vista en las cosas que antes me estaban prohibidas. Todo a mi entera disposición. De todo he hecho, y de todo he probado. Y, francamente, hay ratos que lo he pasado cojonudamente bien. Luego te vas cansando un poco; te aburres de más cosas, y te emborrachas. Coges un montón de vídeos porno, unas «delicatesen», varias botellas, y te recluyes tres o cuatro días en la habitación más lujosa de cualquier hotel con las cortinas echadas. Te entra un poco de nostalgia, de soledad, y te gustaría que las tetas de Tory Lane te acompañaran en ese momento, mientras ves en una pantalla de plasma de 50 pulgadas cómo se folla a dos tipos a la vez. No sabes si llueve o hace sol, y pierdes la noción del tiempo. Cuando decides salir, estás desorientado. El mundo aún sigue ahí, con sus edificios y sus calles desiertas. A tu entera disposición. Y vuelves a comportarte como un salvaje. Regresas a la armería, y coges lo que queda. Después te pasas días gastando munición contra cualquier cosa que aún se mantenga intacta. 7
- Page 2 and 3: PLANETAS PROHIBIDOS es una revista
- Page 4 and 5: EDITORIAL En el momento en que escr
- Page 8 and 9: Nunca pensé, al provocar ese incen
- Page 10 and 11: HOMBRES DE CÉSPED Texto: Rodolfo M
- Page 12 and 13: Mejor cambio de postura. Al hacerlo
- Page 14 and 15: guien la miraba. Sonreía. Le guiñ
- Page 16 and 17: everendo Dodgson. Un tipo al que le
- Page 18 and 19: Fue como si hubiera dado una señal
- Page 20 and 21: Ella alzó la vista. Estaba preocup
- Page 22 and 23: Nunca se acercaban a la yerba. No h
- Page 24 and 25: Otro paso más. Y otro. Y, de pront
- Page 26 and 27: 26 LA ABADÍA DE LA CÍCLICA FLOR T
- Page 28 and 29: nos y bajorrelieves de la fachada e
- Page 30 and 31: comenzaba a pasarle factura y tergi
- Page 32 and 33: como aquel niño que llevaba en bra
- Page 34 and 35: Desde nuestra primera reunión inau
- Page 36 and 37: Regalo trabajado Texto: Malena Sala
- Page 38 and 39: dos. Sólo cuencas vacías, redonda
- Page 40 and 41: las luces y otra parte de sí, esta
- Page 42 and 43: Carlos emitió un aullido ensordece
- Page 44 and 45: 44 Texto: CARLOS M. FEDERICI Ilustr
- Page 46 and 47: llevaba implantado de fabricación
- Page 48 and 49: PRIMERA ETAPA: Para Córdoba, el or
- Page 50 and 51: «El material que los compone es ul
- Page 52 and 53: SEGUNDA ETAPA: «Coop» Córdoba se
- Page 54 and 55: Andrómeda no tiene asuntos con sit
- Page 56 and 57:
pasó con él al final? ¿Eh?... ¿
- Page 59 and 60:
TERCERA ETAPA: Reunida en Sesión E
- Page 61 and 62:
CE IN THE SUN’, ‘RHAPSODY’,
- Page 63 and 64:
para dotar al modelo de una nueva v
- Page 65 and 66:
para una situación de este género
- Page 67 and 68:
seudocarne y la sedosidad del cabel
- Page 69 and 70:
Aquello lo inquietó. Por consiguie
- Page 71 and 72:
o envión de la mano. —Siempre su
- Page 73 and 74:
to de la dimensión tiempo..., dond
- Page 75 and 76:
Nadie atinó siquiera a moverse. Se
- Page 77 and 78:
Todo un hombre, me dijo, aunque ya
- Page 79 and 80:
que cometa desorbitado, pero nada m
- Page 81 and 82:
cuatro figuras grotescas se introdu
- Page 83 and 84:
La faz de Harka Dynn se ladeó, sus
- Page 85 and 86:
atacarlo mientras esté en el suelo
- Page 87 and 88:
con un puño moteado de lunares par
- Page 89 and 90:
—¿Conec...? ¿A la ATCP? —Les
- Page 91 and 92:
Son las cinco de la mañana; el sol
- Page 93:
LA FÁBRICA MAGNÉTICA Nuevas frecu
- Page 98 and 99:
98 Primera fase, boceto, pasar a pa
- Page 100 and 101:
100 Completa entintado de las líne
- Page 102 and 103:
Continúa el proceso de coloreado,
- Page 104 and 105:
104
- Page 106:
«Este número de Planetas Prohibid