Publicación CEPYME500 2018

#DGIPYME
De naturaleza más transversal son los instrumentos
financieros que la DGIPYME gestiona a través de las
dos sociedades mercantiles adscritas a la Secretaría
General: ENISA y CERSA.
La primera presta apoyo en las primeras fases de la vida
de las empresas, por lo que lógicamente las beneficiarias
de sus préstamos son preferentemente compañías micro
y pequeñas. ENISA comparte el riesgo empresarial
con los gestores a través de la fórmula del préstamo
participativo, para cuya concesión no se exigen más
garantías que la presentación por parte de un equipo
gerencial solvente de proyectos de inversión viables.
La DGIPYME viene aportando anualmente 98,5 millones
de euros con los que dota tres líneas de préstamos
participativos de ENISA: a empresas de base
tecnológica, a jóvenes emprendedores y a pymes. La
presencia de medianas empresas entre los beneficiarios
es menor que en los programas netamente industriales,
pero, de nuevo, más significativa que el peso de éstas
en el conjunto de la población empresarial. Del total de
operaciones de financiación aprobadas por la empresa
pública desde el año 2012, un 3% se realizaron con empresas
medianas, acumulando el 11% del importe global
prestado, lo que representa 55,4 millones de euros.
Por su parte, CERSA favorece la financiación de las
pymes reafianzando las garantías otorgadas por la red
de sociedades de garantía recíproca (SGR) compuesta
por más de 50 oficinas en todo el país. Aparte del propio
sistema bancario, no hay una red semejante especializada
en la financiación de pymes, lo que sitúa al sistema de garantías
en una muy buena posición para canalizar financiación
no bancaria a pymes. Mayoritariamente, las garantías
se dirigen a la financiación de circulante, pero cada vez
más se destinan a cubrir el riesgo de financiación no bancaria
y a avales comerciales. Se trata de un instrumento
muy orientado a pequeñas empresas, al que también
recurren las medianas.
De las más de 13.000 pymes reavaladas por CERSA
en 2017, el 2,5% eran medianas, sumando operaciones
que avalaban un importe de 86 millones de euros, más
del 6% de toda la financiación avalada por las Sociedades
de Garantía Recíproca en el año.
Pero, sin duda, en los programas e iniciativas de la
DGIPYME en los que más activas se muestran las medianas
empresas es en los relacionados con el estímulo
a la innovación y, particularmente, con el reto que plantea
el cambio tecnológico derivado de la digitalización
de los procesos productivos y los servicios.
El programa de apoyo a Agrupaciones Empresariales Innovadoras
(AEI) se dirige a favorecer el establecimiento
y la consolidación de redes de colaboración basadas en
la innovación, en las que participen empresas, centros
tecnológicos, centros de investigación y de formación.
La Dirección General hace un seguimiento de esta fórmula
de cooperación empresarial a través de un registro
específico en el que se contabilizan en la actualidad
91 AEI, que integran a cerca de 7.000 empresas, de las
que poco más de 1.000 son medianas, un 18%.
Por último, no puedo dejar de reseñar el interés con
el que este segmento empresarial ha acogido las
diversas iniciativas que integran la estrategia Industria
Conectada 4.0, puesta en marcha en 2015, y con la
que pretendemos estimular y acompañar a la empresa
industrial española en su proceso de transformación
digital. Baste como ejemplo la acción de consultoría especializada
e individualizada que, bajo el título Activa
Industria 4.0, permite a las empresas disponer de un
diagnóstico de situación y de un plan de transformación
que identifique las soluciones de digitalización más adecuadas
a su posicionamiento actual, estableciendo a la
vez una hoja de ruta para su implantación.
LOS MINISTERIOS DE INDUSTRIA,
COMERCIO, Y ECONOMÍA Y APOYO
A LA EMPRESA, TRABAJAN PARA ELIMINAR
EL “EFECTO ESCALÓN”.
Después de una experiencia piloto en 2016, el pasado
año la mitad de las 187 empresas participantes eran
medianas, a las que se dirigieron en los planes de
transformación recomendaciones mayoritariamente
sobre sensorización para integración de sistemas de
planificación de recursos empresariales, modernización
de los canales digitales de venta y distribución y robotización
en áreas puntuales de los procesos productivos.
En definitiva, parece claro, y con esta convicción trabajamos
en la DGIPYME, que las empresas de dimensión
media reúnen los atributos idóneos para configurarse
como uno de los motores del modelo de crecimiento
económico al que debemos aspirar. Un crecimiento
sostenible, basado en empresas más productivas,
que aporten mayor valor añadido, conectadas, internacionalizadas
y comprometidas definitivamente con
la innovación.
CEPYME500 | 013