Annales Populi Romani
La historia de Roma desarrollada en clave de prensa actual, como si de un anuario, revista o, incluso, periódico, se tratara.
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2. CULTURA. REPORTAJE: AB URBE CONDITA
Espurio Tarpeyo estaba al frente de la ciudadela de
Roma. Su hija, una vestal, es sobornada por el oro
de Tacio (rey de los sabinos) para que deje entrar en
la ciudadela a unos hombres armados -ella había
salido casualmente fuera de las murallas a buscar
agua para las ceremonias del culto-. Cuando
entraron, la hicieron morir aplastándola con sus
armas, bien para dar la impresión de que la
ciudadela había sido tomada por la fuerza, o bien
para dejar sentado el precedente de que los traidores
en ningún caso podrían confiar en los compromisos.
La leyenda añade que los sabinos llevaban,
ordinariamente, brazaletes de oro de gran peso en el
brazo izquierdo y anillos de gran belleza con joyas
engastadas, y que habían apalabrado con ella “lo
que llevaban en la mano izquierda”: por eso echaron
sobre ella los escudos, en vez de darle las alhajas de
oro. Hay quien dice que ella, basándose en el
acuerdo de entregar lo que había en la mano
izquierda, pidió expresamente las armas y, al
sospechar que les tendía una trampa, la hicieron
morir con su propia recompensa (1, 11.)
Reanudadas las hostilidades, las propias
mujeres sabinas se interponen entre los dos ejércitos,
alegando que no están dispuestas a perder en la guerra
ni a sus padres ni a sus maridos, de forma que los dos
pueblos acaban fundiéndose en una sola comunidad.
Tiempo después, Rómulo es elevado a los cielos,
dejando el trono vacío.
Horacios y Curiacios
El rapto de las sabinas, por J.L. David.
Después de la apoteosis de
Rómulo, gobiernan en Roma tres reyes de ascendencia latina. El primero fue Numa, un rey
místico cuyas reformas religiosas nos cuenta nuestro autor que le eran inspiradas por la ninfa
Egeria. Livio demuestra dominar a la perfección la técnica del dramatismo del relato cuando nos
narra el episodio de los Horacios y los Curiacios, acaecida durante el reinado de Tulo Hostilio,
sucesor de Numa. Y es que al estallar la guerra entre Roma y Alba Longa se decidió que ésta se
resolviese en combate singular entre tres gemelos que había en el ejército albano -los Curiaciosy
otros tres que había en el romano -los Horacios-. Los Curiacios mataron a dos de los Horacios.
El Horacio restante, ileso, corrió como si huyera y fue perseguido por los tres Curiacios, tocados
en mayor o menor grado por las heridas de sus combates con los otros dos enemigos. Uno a
uno, en combate individual, el Horacio fue dando muerte a los Curiacios y se alzó con la
victoria, pero:
Iba Horacio en cabeza, mostrando ante sí los
despojos de los tres gemelos. Su hermana, una
doncella que había estado prometida a uno de
los Curiacios, le salió al encuentro de la puerta
Capena y, al reconocer sobre los hombros de su
hermano, el manto guerrero de su prometido que
ella misma había confeccionado, se suelta los
cabellos y entre lágrimas llama por su nombre a
su prometido muerto. Encolerizan al orgulloso
joven los lamentos de una hermana en el
momento de su victoria y de una alegría pública
tan intensa. Desenvaina, pues, la espada y
atraviesa a la muchacha mientras la cubre de
reproches: “Marcha con tu amor a destiempo a
reunirte con tu prometido -dice-, ya que te
olvidas de tus hermanos muertos y del que está
vivo, ya que te olvidas de tu patria. Muera de
igual modo cualquier romana que llore a un
enemigo.” Una acción semejante les pareció
horrorosa a los senadores y al pueblo, pero su
1. Annales Populi Romani
proeza reciente le servía de cobertura. No
obstante
©
fue
Agustín
acusado
Ayuso.
ante el
2011-2012
rey (1, 26.)
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