Revista Vision Ferretrea Edic 17

marketing
2. No ser consciente de lo que nos
genera mayores beneficios.
Esto parece obvio, pero no lo es, sobre
todo si ofrecemos cosas distintas
en nuestro negocio. Detengámonos
cada cierto a tiempo a pensar qué
es lo que nos genera más beneficios
y centrémonos en eso, especialmente
si todavía no tenemos estabilidad
económica. ¿Qué vendo más, paquetes
de coaching o talleres? ¿Ebooks o
charlas? A veces nos empeñamos en
ir añadiendo cosas nuevas a nuestro
negocio (lo que en inglés se conoce
como “the shiny object syndrome”, el
síndrome del objeto brillante) y dispersamos
nuestra atención en lugar de
centrarnos en lo que mejor funciona.
Un ejemplo de lo señalado anteriormente
puede ser: un caso en particular estaban
empeñados en vender yogurt helado,
de distintos tipos y aparte ofrecían
servicio de cafetería. Para lo cual se vieron
en la necesidad de contratar a un
experto, la cuestión es que, en primer
lugar, el yogurt era malísimo y casi no
se vendía; pero la dueña estaba empeñada,
era su ilusión. Jamás se había detenido,
en ningún momento, a pensar
qué era lo que más vendían y resulta
que era el café, que estaba muy bueno.
Tras hacer un pequeño análisis de mercado
ofreciendo muestras de café y yogurt
(otro punto imprescindible, estudio
de mercado), cambiaron el negocio, eliminaron
el yogurt, se centraron en café
y acompañantes y el negocio dio un giro
de 180º. Ejemplo perfecto de cabezonería,
desconocimiento de lo que te genera
beneficios y el efecto de contratar
a un experto que ve lo que no vemos.
Especialmente si estamos empezando,
debemos centrarnos en lo que más
ganancias nos da y cuando logremos
la estabilidad requerida, debemos ampliar
nuestros servicios. Esto lo podemos
aplicar a todo, no debemos intentar
unirnos a cada moda que salga y
pasar un mes probando Twitter, luego
pasar a vídeos, luego a… En esto es
muy fácil caer, nos comparamos con
otros y como esos otros ofrecen muchas
cosas nosotros también queremos,
pero olvidamos que esos otros
nos llevan unos años de adelanto y que
funciona mejor ser consistente, enfocarnos
en lo que más beneficios nos
da e ir avanzando poco a poco.
3. Acomodarnos a unas estrategias
y no cambiar nada.
Cuando ya llevamos un tiempo, hay
ciertas cosas que hacemos bien y se
convierten en algo automático. Tan automático,
que lo que antes era un desafío
para nosotros ahora es simple rutina
y nos acomodamos, y como parece
que funciona, pues ahí nos quedamos,
en nuestra famosa zona de confort. Si
nos interesa que nuestro negocio continúe
creciendo, debemos expandir esa
zona de comodidad y, cuando ya tengamos
algo dominado, podremos probar
otras cosas. Así evitaremos quedarnos
estancados tanto a nivel personal, porque
lo que hacemos ya no supone un
desafío, como a nivel profesional en el
que nuestras ganancias se estancan.
Un negocio es algo vivo, crece, cambia
y tenemos que hacerlo con él. Eso
no quiere decir que tengamos que estar
cambiando algo todos los meses,
nosotros decidimos el ritmo, pero si
queremos que nuestro negocio crezca
tendremos que hacer cosas nuevas.
En resumen, y según la experiencia de
muchos empresarios, si acabamos de
empezar y todavía no tenemos los resultados
que queremos, debemos centrarnos
en lo que más beneficios nos da hasta
que lo económico no sea un problema
y podamos pensar en otras cosas.
Olvidemos las comparaciones, y paciencia,
que estamos sembrado todavía y
no se puede recoger antes de sembrar.
Y si nos encontramos en otra etapa
más avanzada y nos gustaría crecer,
debemos pensar cómo hacer más
eficiente nuestro negocio y qué puedo
añadir para incrementar nuestras ganancias.
En este caso, nosotros ya estás
recogiendo frutos y podemos quedarnos
como estamos, o sembrar en
otros campos y aumentar la cosecha.
[22] Año 6 - 2014