ESCAPULARIO Febrero 2020

SOBRE EL PRIMER PROCESO
HISTÓRICO DEL CARMELO:
de Comunidad local a Orden universal
Me decido a decir
algo sobre este
particular pensando sobre
todo en nuestros queridos
laicos jóvenes en su proceso
de formación carmelita.
Para un seguimiento fácil
del tema, en este corto
espacio sólo se citan las
fechas y pormenores indispensables.
Nuestros orígenes son bien conocidos. Pero cuando se lee la historia
con los ojos de la fe, hechos que a simple vista parecerían casuales revelan
la acción de Dios, que avala los planes de los que lo buscan. Una tal lectura
revela que aquel grupo de cruzados y peregrinos llegados a Palestina a
finales del siglo XII no decidió quedarse en el Monte Carmelo sólo porque
los invasores le impidieron llegar a Jerusalén. En aquella situación el
Espíritu Santo condujo a aquel grupo de laicos a madurar en aquel lugar
su “propósito” de vivir en obsequio de Jesucristo, estando seguros, como
Abraham, de que Dios provee (cfr. He 11,19), ya que Dios está cerca de los
que lo invocan de corazón (S 144,8). Así se realizó en ellos lo que dice el profeta:
Os traje a la tierra del Carmelo para que comieseis sus frutos (Jr 2,7)…
Allí me buscaréis y me encontraréis (Jr 29,13). No eligieron, pues, un lugar al
azar, sino el conocido Monte Carmelo, opción que la bendición y acción de
Dios fecundó. Otra decisión arbitraria tal vez habría resultado fallida para
su propósito, pues “si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los
constructores (S 126,1).
56