ESCAPULARIO Febrero 2020

Espiritualidad Carmelitana
Nada se perdió en el camino de esta transformación, porque aquellos
santos varones guardaban en lo más profundo de su identidad carmelita
un desierto espiritual, el de la vida interior, en el cual se seguía elaborando
la miel de la contemplación, en el cual Cristo seguía siendo el centro de la
vida de la comunidad y de las personas, y en el cual María seguía guiando
a sus hijos y hermanos. En este período (primera mitad del s. XIII) surgen
los primeros santos del Carmelo, el legislador Alberto de Jerusalén, los sicilianos
Ángel Mártir y Alberto de Trápani, el santo del escapulario Simón
Stock, entre otros, a los que después siguieron grandes figuras, santos y
santas de fama universal.
Una vez consolidado el Carmelo en Europa, aquel grupo inicial de laicos
fue configurado por la Iglesia como institución clerical. Pero de sus raíces
laicales siempre brota la predilección del Carmelo por acompañar a los laicos
en el seguimiento de Jesús, por caminar junto a los que, desde los orígenes,
se unen en torno a sus conventos e iglesias atraídos por la Madre del
Carmelo en “gremios”, cofradías, Tercera Orden, etc. Una importancia especial
tuvieron los grupos y movimientos de mujeres, que dieron origen a las
monjas de la Orden del Carmen y que inyectaron a la misma nueva vitalidad.
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