ESCAPULARIO Febrero 2020

FARO, ANTORCHA Y ESCALERA
E
l día 2 de
Febrero, Fiesta
de la Presentación del
Señor en el Templo y la
Purificación de la Virgen
María (popularmente
conocida como fiesta de
la Candelaria), la Iglesia
invita a todos sus hijos a
dar gracias y orar por todos
los que, a través de
la gran variedad de carismas,
hemos consagrado
nuestra vida a Dios por
medio de los Consejos
Evangélicos de pobreza,
castidad y obediencia,
imitando así a Jesús que
eligió vivir pobre, casto
y obediente, desde que
descendió al seno de
María hasta su muerte en
la Cruz.
La vocación a la vida
religiosa es un inmenso
Don de Dios. Todos somos hombres y mujeres “vocacionados”. El Señor nos
“pensó” desde toda la eternidad y nos ha creado con vocación a una misión
concreta en nuestra vida. El descubrirla “impacta”. Es como si de pronto toda
tu historia se concentrara en ese “hallazgo”.
De la mano de la Virgen María y escuchando la fuerza carismática que San
Juan Pablo II transmitía cuando nos invitaba a todos los jóvenes: ¡Abrid las
puertas de vuestro corazón a Cristo, no tengáis miedo! Me decidí a abandonarme
con confianza a Jesús y a nuestra Madre.
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