25.04.2020 Views

NÚMERO 5

Revista para Fotógrafos de Naturaleza www.objetivonatural.com

Revista para Fotógrafos de Naturaleza www.objetivonatural.com

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Con el paso de las horas, la temperatura ha ido elevándose

y -aunque no puede decirse que haga calor- se

hace más llevadera al superar la línea del termómetro

la barrera de los cero grados. Y este fenómeno se evidencia

al comprobar cómo la nieve comienza a fundirse

formando pequeños arroyos que irán creciendo y aportando

vida a lo largo de todo su recorrido, montaña

abajo, hasta alcanzar el valle, donde se remansarán en

la presa del Tranco de Beas, pequeño mar interior de la

Sierra de Segura.

Son cientos de arroyos y saltos de agua los que irán

modelando el paisaje y seduciendo al fotógrafo de naturaleza

conforme los vaya descubriendo. Próximo al

lugar donde ahora me encuentro se forma una cascada

-que llaman de los Goterones- a la que me dirijo para

tomar algunas imágenes. No es el momento mejor ya

que en primavera, con el deshielo, el salto de agua es

soberbio; pero ahora la vista queda compensada con

la nieve del entorno, cuyo manto ejerce un especial

atractivo que no podrá contemplarse más tarde con la

llegada del calor.

Mi presencia en el lugar, frente al salto de agua, es

lo único que altera la tranquilidad de este placentero

rincón de la Sierra de Cazorla. El suave murmullo del

agua al deslizarse por la roca es cuanto se escucha y

mis pisadas en la nieve sólo vienen a perturbar el silencio

que reina a mi alrededor. El ambiente de quietud y

la fragancia que se percibe en este santuario natural

penetra hasta el fondo de los sentidos y, de nuevo, me

siento dichoso .

Con el paso de las horas y conforme avanza el día

la claridad de la atmósfera comienza a diluirse hasta

convertir el paisaje en una sinfonía de sutiles contrastes

que aprovecho para captar con mi cámara. Son

momentos majestuosos -desde el punto de vista de la

fotografía- que no hay que desaprovechar.

El tiempo en la montaña -durante los meses de invierno-

acostumbra a ser cambiante, y aunque esto pueda

suponer una contrariedad para el excursionista no lo

es así para el fotógrafo de naturaleza, quien con toda

seguridad sabrá sacar partido de ello en cualquier momento.

Aunque hay que tenerlo siempre muy presente

para evitar posibles percances que nada tendrían que

ver con la toma de imágenes.

104 www.objetivonatural.com

Vuelve a caer la temperatura y al nivel de altitud en

que me encuentro hace que el frío se muestre con crueldad

después de que el sol dejara de ser -en este casoun

aliado del fotógrafo. La lente se empaña y me veo

obligado a pelear continuamente con este contratiempo

añadido cada vez que pretendo tomar una instantánea.

El frío ha endurecido la nieve y se forman placas de

hielo, por lo que estimo prudente descender de cota y

tomar un sendero por el que moverme con mayor seguridad

ya que el equipo limita bastante mis movimientos.

Y es que a mi edad creo firmemente que ninguna

fotografía justifica el riesgo de un posible daño físico.

Conforme desciendo encuentro mejor temperatura,

pero la humedad forma espesas nieblas que impiden ver

en la distancia. Otro fenómeno atmosférico que no quiero

dejar escapar pero que me obliga a afanarme con el

manejo de la lente y su constante enturbiamiento.

Me considero muy afortunado por las oportunidades

que hoy me ha brindado la naturaleza -de las que creo

haber sacado todo el partido a mi alcance- pero creo

llegado el momento de regresar y experimentar las comodidades

que brinda el automóvil… pero no sin antes

visitar el nacimiento del río Guadalquivir.

Durante la temporada de estío, este arroyo suele carecer

de agua y únicamente es visible un pequeño charco,

donde se supone que mana el río al que los árabes

denominaron “río grande” (wadi al-Kabir) y que tras un

largo recorrido acabará desembocando en la población

gaditana de Sanlúcar de Barrameda.

Aprovecho la quietud y soledad del lugar para localizar

-sin prisas y sin estorbo alguno- los mejores encuadres

para mis fotografías y, de paso, gozar de su pintoresco y

bucólico entorno.

El día invernal -corto en horas de sol- comienza a languidecer.

Y llegados a este punto, no queda más remedio

que volver a desandar el camino de regreso antes de

que se presente la noche y se adueñe de estos espacios.

Pero cuando ya estaba a punto de guardar definitivamente

el equipo para acomodarlo en el automóvil apareció

en escena el amigo raposo en solicitud de alguna

migaja que llevarse a la boca. El otrora taimado zorro

se ha familiarizado tanto con los humanos -quienes le

proveen graciosamente de alimentos- que ha terminado

cambiando sus hábitos esenciales.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!