18.07.2020 Views

548.Historias de mi granja Otilia Peverini de Ampuero

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.



Ediciones New Life


Historias de mi granja

Otilia Peverini de Ampuero

Dirección: Adriana Morales

Diagramación del interior: Andrea Olmedo Nissen

Diseño de la tapa: Nancy Reinhardt

Ilustración de la tapa: Shutterstock

Libro de edición argentina

IMPRESO EN LA ARGENTINA

Printed in Argentina

Primera edición

Cuarta reimpresión

M M XIV-2M

Es propiedad. © New Life (2003).

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

־‎78-950769-169-0‎ ISBN 9

Peverini de Ampuero, Otilia

Historias de mi granja / Otilia Peverini de Ampuero / Dirigido por Adriana

Morales - 1a ed., 4a reimp. - Florida : New Life, 2014.

112 p .; 21 x 14 cm.

ISBN 978-950-769-169-0

1. Narrativa testimonial. 2. Relatos para niños. I. Morales, Adriana, dir. II. Título.

CDD A863.928 2

Se terminó de imprimir el 05 de noviembre de 2014 en talleres propios (Av. San Martín

4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su

manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros

medios, sin permiso previo del editor.

-108053-


^ g r9<Jecfmí6f1b09

Es bueno alabar a Dios por su inmenso amor y su misericordia

hacia ־nosotros Siento profunda gratitud al Señor, mí Dios,

quien capacita mis dedos enfermitos para sostener Sa lapicera

y me ayuda a escribir estos sencillos relatos que con amor

dedico a los corderitos del rebaño de Jesús.

״es También agradezco a dos personas que me iniciaron en

cribir y relatar historias. Ellas descansan ya: mi hermana Ester y

mi esposo, Víctor. ¡Gracias, de corazón!

Estando ya afectada con un problema de salud, Noemí Vargas

de Bruno me dijo:

-¿Por qué no escribe relatos para niños? Usted puede hacerlo.

Y ese fue el comienzo de estos trabajitos. Gracias al empujoncito

de esta buena amiga.

Muchos otros, en persona o por escrito, manifestaron aprecío

por esta sencilla tarea que realicé con placer. A todos les

agradezco muchísimo.

¡Ojalá los niños gusten de estas historias verídicas y les sirvan

para desarrollar un hermoso carácter! Es lo único que podremos

llevar al cielo.

Otilia

3


Prólogo 919 S e g lM edición (2010)

La obra que tienes en tus manos es uno de ¡os clásicos

de la literatura infantil dentro del habla hispana de la Iglesia

Adventista. Por años, Otilia Peverini de Ampuero ha deleitado

a grandes y pequeños con sus historias. Si bien los episodios

aquí narrados fueron escritos dentro de un contexto rural,

diferente a la realidad en que vivimos hoy, sus enseñanzas no

han perdido valor.

En esta nueva edición, se ha actualizado el lenguaje, se

ha agregado un glosario de palabras y se sugieren algunas

actividades especialmente pensadas para trabajar con los

niños dentro del aula o en el hogar. No tenemos dudas de que

la abuela Otilia seguirá influyendo con sus historias en cada

lector del siglo XXL

Los editores

4


Prólogo 919 pr*ír1>er*9 eJicíóh (133?)

Las historias para leer y contar que aparecen en este libro

son el resultado de las vivencias y eí recuerdo de la autora, y

del amor que siente por los niños. A ellos, no 10 dudamos, deleitará

con estos relatos vividos en su infancia y contados en

un lenguaje sencillo.

Las historias ayudarán a los niños a ser útiles a sus semejantes,

a desarrollar virtudes, a ser atentos, ahorrativos, veraces,

puros y nobles.

Otilia Peveriní de Ampuero acompañó el largo y bendecido

trabajo de su esposo y ejerció al mismo tiempo, y por su cuenta,

su propio ministerio en favor del prójimo. Luego, desde su

silla de ruedas, con sus dedos lesionados,continuó derramando

bendiciones, pensando especialmente en los niños.

Es un privilegio poder ofrecer a nuestros pequeños lectores

Historias de mi granja, un libro destinado a los niños, a quienes

esperamos que ayude a ser felices, y a los padres, en su tarea

de educara sus hijos.

Los editores

5


Mee

־ז*-‏

Agradecimientos............................................. .......3

Prólogo a la segunda edición (2010)........................................4

Prólogo a la primera edición (1993).......................................... 5

El ruego del libro (poesía)................................ ...................8

El zapatito de charol................. ...................... ................................ 9

Misioneritos................................ ......................................................13

¡Yo te ayudo!............................................... ............................... . 14

Mi maneota (poesía)................ 17

El Petizo sabio..................................................................................19

Por un plato de locro........................ ........................................21

Tengo miedo ............................................. 23

¡Oh, qué alegría! (poesía).......................................................27

Prestara Dios............................... ................29

¡Víboras!.................................................................................................. 31

Compartiendo.............................................. ..................................35

Fue solo una broma........................... .............39

Una sonrisa (poesía)................... 42

Jesús mira el corazón............................................................43

Piececitos (poesía)....... .............. 46

Perros y perritos.................................................. ............................47

Canela .......................................... .....47

El valiente Negrito................... 48

Tref............................... .................48

En bicicleta ................. 49

Concierto (poesía)....... ........ 54

6


״..‏ verdad.............................................................................55 La pura

El corderito...................................................... 59

63 ‏.............״.״.״.״,״.,״.״.״.....‏oportuna Una Sección

Mi mamita (poesía) 66

״..‏ ...,........6 7 chuequíta............................................ La

״...״......״.......״״..״.......״.״״״..״.״.....‏poesía).69‎‏)‏ E! gorrión

־....־־....״..־...........״..״...״.״.״״.........־..״...״־־...........־.״.־...‏‎71‎ Musí

״.‏ ״ ״.״״ ״.‏ ״.״״״.‏ ״ ״ ״ ״ ״ ״.‏ ״ ״ ״ ״ ״.‏ ״.‏ ״ ״ ״ ״ ״ ״ (poesía)73 El gato

Totó...........................................................................................................75

........................................................... 79 ״milagroso San Antonio

No j u z g u e s ...83

‏.״״.....״ . 7 . 8 . . . Perdóname

‏..״״.״״״ . 8 9 . . . . . . perdió Cuando Musí se

״ ״ ״.‏ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ״ ¡Cuidados93

״״.......״ . 9 7 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . fiel Cabsto^ei amigo

¡Abajo las armas! 101

E! ángel de Jehová 105

109 ״ ״ ״ ״..‏ ״ ״.‏ ״ ״.‏ ״ ״ ״.‏ ״ ״ ״......‏ ״ ״ ״ ״ ״ ״..........‏ ....... ״ ״ ״ ״.‏Jardinerito

7


El ruego del litro

He aquí, niña mía,

que me han hecho tu amigo;

he aquí que cada día

conversarás conmigo.

Verás, cuando oigas locas

historias infantiles,

qué charladoras bocas

son mis hojas sutiles.

Mi saberes liviano,

mi saber no es profundo.

Niña, me das ¡a mano

y yo te muestro el mundo.

Mis hojitas nevadas

piden sólo un favor:

de tus manos rosadas

un poquito de amor.


El z9p9t)lfco Je chörol

Raúl y su hermana Andrea vivían en el campo y eran

inseparables para sus travesuras; con frecuencia recibían

algunos ־retos Y su mamá, que los armaba mucho, no pasaba

por alto sus faltas»

Una tardecita de verano, la mamá los llamó.

-Lávense, cámbiense y traigan al Petiso.

A Raúl y a Andrea les encantaba salir a pasear, sobre todo si

montaban su caballo preferido.

-¿Adóndevamos,yqué hay que hacer,mamá?-preguntaron

los dos juntos.

-A la casa de los Olivera -respondió la mamá, preparándose

para peinar los rulos de Andrea.

Pronto, el manso caballito estuvo junto al portón.

-Lleven estos alimentos a doña Azucena -dijo la mamá, y

comenzó a meter en la a lfo rja naranjas, papas, maíz, pan casero

y una botella con leche.

-¡Qué bueno! ¿Y podemos jugar un poco con los chicos?

-exclamaron.

-Sí, pero estén en casa para la puesta del sol.

La madre los ayudó a montar y colocó detrás de Andrea

la pesada carga. Andrea rodeaba con sus brazos la cintura de

Raúl, quien guiaba al Petiso.

-No olviden, regresen antes de que se ponga el sol.

-Sí, mamá, ya oímos.

Y partieron felices. La casa de los Olivera apenas asomaba

entre la arboleda, allá sobre la loma.

Ni bien descargaron la bolsa, doña Azucena repartió a sus

numerosos hijos algunas naranjas y les prometió que comerían

el pan casero con la cena.

9


10

Historias de mi granja

Andrea había llevado su muñeca y Raúl la pelota, así que^

nenas y varones se entregaron de lleno a sus juegos favoritos.

Estaban muy contentos. E! tiempo pasó rápidamente.

-¡El sol, se puso el sol! -gritó Raúl, mirando el horizonte.

-¡Oh, vamos! -respondió Andrea, dejando el juego sin

terminar.

-¡Mira,ya se asoma la luna!

-Mejor, así no estará tan oscuro el camino.

-¡Adiós, adiós! -repetían los que se iban y los que quedaban.

-¡Vuelvan pronto!

El Petiso apuró el paso. No fue necesario talonearlo.

-¡Para! ¡Para! ¡Se me cayó un zapatoí-exclamó Andrea.

-¡Shiii! ¡Shiii! -ordenó Raúl y el Petiso detuvo, obediente,

su rítmico trotecito.

-¿Qué pasa?

-¡Mi zapato! -repitió angustiada Andrea.

Ambos desmontaron.Ya era de noche.

Fuera del camino había pasto alto.

Retrocedieron un poco mientras buscaban en el pastizal

con una rama.

Los grillos cantaban. Las luciérnagas rompían la oscuridad

con sus lintemitas. Una lechuza chilló. Comenzaba la vida

nocturna en el bosque cercano.

El temor comenzó a encender la imaginación de los niños

y, en cada ruido y cada movimiento, creían ver un peligro. Pero

ninguno decía nada.

Andrea no quería regresar sin su zapatito pero, por más que

buscaban, no veían nada, solo pasto y sapos.

Cansados, con miedo y con la conciencia intranquila por

no haber obedecido a su mamá y regresar temprano, se

detuvieron.

-Pidámosle ayuda a Jesús -dijo Raúl, y allí mismo se

arrodillaron-: "Señor, perdónanos. Desobedecimos a mamá.

Ayúdanos encontrar el zapato. En el nombre de Jesús, gracias.

Amén"


El zapatito de charol

ו

ו Abrieron los ojos antes de pararse y, ¡oh maravilla!, allí, sobre

una mata de pasto,a la luz de la luna, brillaba el zapato de charol.

-Un ángel lo puso aquí mientras orábamos.

-O nos abrió los ojos.

Agradecieron a Dios y montaron al paciente Petiso. En eso

escucharon:

-¡Chicos! ¿Qué les pasó? ¡Mamá está preocupada por

ustedes! -era Néstor, su hermano mayor.

Le contaron todo.

Entonces, en pleno campo y en la noche oscura, resonaron

sus voces que cantaban felices alabanzas a Dios.

A lfo rja :

bolsa grande para colgar del lomo del caballo.

Talonear: dicho de un jinete: incitar al caballo con los

talones para que avance.

Jesús es el que guía tu camino. Siempre pide su ayuda frente a

cualquier dificultad.

. Antes de salir de tu casa para ir a la escuela, hacer las compras o ¡

de viaje, ora a Jesús y él mandará a sus ángeles para cuidarte.



Nísíofieritos

ó,

omo un gran ramillete de flores con distintas fragancias y

Ccolores, es un grupo de niños. ¡Qué difícil es que estén en silencio

y orden!

¿Podría estar quieta y muda una bandada de pajaritos?

Seguro que oiríamos aunque sea el ruidito de sus alas al volar.

Un grupo de niños llega al hospital con la misión de alegrar

a los pacientes internados. Reconozco a mis amiguitos Andrea,

Dany, Mariela, Celeste, Sergio, Romina, Jessica, Gustavo y

muchos más, que sienten placer en llevar flores, canciones y la

frescura de su presencia a los enfermos.

Los presenta una enfermera.

-Estos chicos tienen algo para decirles.

-¡Buenas tardes! -saludan los niños.

Uno pregunta:

-¿Les gustaría que les cantemos?

-¡Cómo no! -contesta una empleada, en nombre de las

compañeras de la sala.

Y cantan:

¿Por qué hoy te preocupa el mañana?

Tu corazón se llena de pesar.

Si Dios tiene cuidado de las aves,

de ti, sin duda, ha de cuidar.

Conoce tus pruebas,

tus cargas él lleva.

Si Dios tiene cuidado de las aves,

de ti, sin duda, ha de cuidar.

ו

3


14

Historias de mi granja

Las enfermas, conmovidas, se secan algunas lágrimas.

Los niños entonan varios cantos más.

-Ahora Sergio repetirá unas palabras de Jesús.

-"Vengan a mí todos los que están cansados de sus cargas,

y yo los haré descansar.

-Vamos a pedir a Dios que las sane y le daremos las gracias

porque oirá nuestra oración.

Mariela eleva una sencilla oración y todos dicen:״¡Amén!"

Luego dan una florcita a cada internada.

-¡Gracias, chicos! Vengan otra vez.

-¡Benditos sean, hijstosí

Cuando los médicos hicieron su visita esa tarde, una

paciente les dijo, sonriente:

-Podrían darnos de alta. Todas hemos mejorado con la

visita de unos chicos que cantaron, recitaron y rezaron por

nosotras. ¡Fue un remedio tan lindo!

-Lo preferimos antes que las inyecciones -agregó

bromeando, otra paciente.

Todo niño puede realizar pequeños actos de amor que, con

la bendición de Dios, se convertirán en grandes resultados.

Me parece oír a Jesús en aquel día,diciéndoles con dulcísima

voz:

-Chicos, entren al cielo, porque estuve enfermo y ustedes

me visitaron (Mateo 25:31 -40).

¡Yo te ayudo!

"Durante su infancia, Jesús manifestó una disposición

especialmenteamable.Susmanosvoluntariasestaban siempre

listas para servir a otros" {El Deseado de todas las gentes, p. 49).

-¡Yo te ayudo, mami! ¡Yo ayudo, papi!

Me parece verlo corriendo con el escobillón mucho más

alto que él o con la palsta para recoger la basura. Corría

respondiendo a la pregunta:


Misioneritos

5 ו

-¿Quién me ayuda?

Sin saber leer, porque apenas tenía tres años, Arielito

practicaba lo que enseñó Jesús: "Más bienaventurado es dar

״recibir que

Arielito se complacía en ayudar para todo trabajo, tanto

que la mamá le cosió un delantalcito.Y ¿saben qué le compró?

Una linda escobita. Daba gusto verlo barrer la vereda.

También tenía interés en las tareas del papá como en las de

la mamá. Así que el papá le compró pequeñas herramientas

para trabajar en la huerta y el jardín.

-Mami, ¿puedo ayudarte a amasar el pan?

-Sí, querido.

Arielito se trepaba a un taburete y amasaba y amasaba. Se

le caía la masa una y otra vez. Al fin, su pancito era tan moreno

que servía solo para su perrito.

-Papi, déjame cortar el césped.

-Cuando seas más grande, hijito. Es peligrosa la máquina

para los chicos.

-¡Ya soy grande, papi!

Y se colocaba en punta de pies.

Cuando Ariel cumplió seis años y fue a la escuela, ya sabía

hacer muchos trabajitos: lustraba sus zapatos, se bañaba y

vestía solo, cosía botones, secaba la loza, regaba las plantas,

bañaba a su perrito, etc.Todos lo queríamos.

O jalá hubiese m uchos niñoscom o Arielito, que corran diciendo:

"¡Yo te ayudo!" Y lo hagan con alegría Jesús los bendeciría.


16

Historias de mi granja

Amiguito, es más lindo dar que recibir. Brinda tu ayuda a las

personas que te aman y serás feliz.

Exparimenta?

1. Piensa una forma de ayudar a cada miembro de tu familia

durante una semana.

2. Realiza la tarea.

3. Observa la cara de cada miembro de tu familia cuando

vean lo que has hecho por ellos.

4. Y ahora, ¿cómo te sientes tú?


Hi m »ei69

Manecita

rosadita,

muy experta

yo te haré,

para que hagas

buena letra

y no manches

el papel.

Cariñosa

quiero verte

como el beso

del amor,

sin torcerte,

sin envidia,

com edida

־ambición en la

Siempre dulce

y compasiva

con quien sufra

cualquier mal,

siempre ayuda



El petizo 9QU0

¡podem os decir que algún a n im a l es sabio?

I Dios ha d o tado a los anim ales, a unos más que a otros, de

m isteriosos sentidos de peligro, de lealtad, de deber y de cariño.

Joel y Petizo, su caballito, se quieren y se entienden.

Montando a su caballito, Joel silba feliz mientras cumple

con su trabajo en el campo. Es como un paseo para ambos.

¡Hay tanto para observar hasta donde dan los ojos! Van al

trotecito.

De pronto, Petizo se detiene en seco. Es tan brusca su parada

que, por un pelo, no lo despide a Joel por sobre su cabeza.

-¡Vamos, Petizo! -le dice, taloneándolo.

Nada. No se mueve.

-¡No seas m añoso! -y le da suavemente con el rebenque.

Como si fuera una estatua, el caballito no obedece.

Joel se impacienta. No lo apalea como Balaam a su fiel asna,

pero le da un segundo rebencazo.

Petizo sigue firme en su "capricho"

Joel decide desmontar y tirarlo de las riendas; tal vez

arranque de una vez.

Joel se desliza y... da un salto hacia atrás. El sabio Petizo

aprieta firmemente, bajo el casco de una pata delantera, una

enorme víbora yarará, la que procura clavar sus largos colmillos

en la pata dei animal pero, como éste la pisa cerca de! cuello,

la yarará apunta inútilmente sus ataques al casco del Petizo.

El casco es duro como la piedra. Solo se oye el "toe toe" de los

ataques de la víbora.

Si Petizo levanta la pata, lo pica.

Con el rebenque, Joel mata a la yarará y recién entonces el

Petizo levanta la pata con un resoplido de alivio.

19


20

Historias de mi granja

Joel se abraza al cuello de su amigo y,con lágrimas y caricias, ,

le dice:

-¡Perdóname! Tenías razón. Fui malo contigo. Nunca más te

pegaré.

Seguramente, Petizo entendió y lo perdonó, porque arrima

el hocico húmedo a la cara del chico,dando otro resoplido de

reconciliación, como diciendo:

-Todo está bien entre nosotros Somos los amigos de siempre. ,

M añoso:

persona que tiene una mala costumbre.

Rebenque: látigo de cuero.

Riendas:

Casco:

cada una de las dos cuerdas que están unidas

al caballo y que permiten dirigirlo.

En los caballos, uña del pie o de la mano, que

se corta y alisa para colocar la herradura.

La amistad es un regalo de Dios. La posibilidad que nuestro

Creador nos ha dado para hacernos de amigos es maravillosa.

Cuida a tus amigos, incluso a tus mascotas, no los dañes con

bromas que solo te causan grada a ti.

Si ves algún compañero sólito en el recreo, acércate a él, está

necesitando un amigo.


Pop Uh plQfco Je locpo

Crispin, un muchacho de pocas aspiraciones, vivía de

changas y, cuando So acosaba el hambre, se arrimaba a casa

y ״.‏comía comía hasta que el estómago parecía un tambor.

No se preocupaba por trabajar. Su carácter bonachón y

haragán anunciaba que era difícil que progresara. Todos lo

compadecíamos.

Si se sentía enfermo, recurría a mamá, quien comenzaba

por hacerlo bañar.

Crispin tenía un alma que salvar, además de un cuerpo que

alimentar, y nosotros los chicos le hablábamos de Jesús y su

amor,y del bello hogar que nos ofrece.

A Crispin le encantaba el /ocro. Si lo dejaban, hubiese

comido la porción de diez personas como s! fuera un camello

o un dromedario, que pueden reservar alimento por varios

días.

Un día Crispin devoraba su plato de locro. Mi hermana lo

observaba compasiva y de nuevo le habló de las delicias del

cielo.

Él la escuchaba atento y, de pronto, preguntó:

-¿En el cielo hay locro?

-Pienso que no. ¡¡Allí comeremos mucha fruta!!

-Entonces, no quiero ir al cielo...

Pobre Crispin. Para él, comer y beber tenía más atractivo

que la eternidad en compañía de Cristo, los ángeles y Sos

redimidos.

No parecen sabias estas elecciones,pero ¿acaso no son com o Esaú

o Crispin las personas que desprecian!a salvación p o r otras malas

elecciones que nos separan de nuestro am ante Salvador Jesús?

21


ז

22

Historias de mi granja

Dios nos ha creado como criaturas Ubres, eso significa

que podemos hacer elecciones, Ä veces tomar decisiones y ser

responsables de ellas se complica, porque es más fácil echarles la

culpa a otros.

Toma decisiones sabias de la mano de Jesús y podrás ser

responsable de ellas sin dificultad.

Hoy elige por Jesús y serás sabio.


Tengo miedo

Juancitoera inteIigente,aplicadoy buen compañero.El mejor

alumno de su grado de su escuelita rural. Pero le temía a la

oscuridad. Le corrían por el cuerpo escalofríos al enfrentar las

sombras de la noche, y su hermanita lo acompañaba dándole

valor.

ÉS sufría más cuando los niños en la escuela, conociendo su

punto débil, se burlaban de él.

El maestro de la escuela ru ra l era muy querido por todos. A

esa escuela asistían veinte alumnos.

El buen maestro se propuso ayudar a Juancito. Luego de

conversar con los padres de los niños, una noche después de

cenar, reunió a los chicos en la escuela y les propuso realizar

juegos nocturnos.

Jugarían a quiénes eran valientes frente a la oscuridad.

Habría metas y premios para incentivarlos.

-¿Quiénes participarán? -preguntó el maestro.

-¡Yo! ¡Yo! -exclamaron todos menos Juancito,quien procuró

esconderse detrás del grupo.

Contando con un primito que los visitaba, eran ocho, entre

cinco y once años de edad.

-Antes de comenzar el juego -prosiguió el maestro-,quiero

repetir que en la oscuridad no hay nada raro.Tal vez pisen hojas

secas que crujan o se encuentren con un inofensivo sapo. Pero,

recuerden que tanto a la luz del día como en la oscuridad, el

án.gel guardián va a nuestro lado.

Cuando todos estuvieron listos para jugar esa nochecita,

los chicos se miraron, Juancito estaba pálido.

-La primera prueba será ir al aula que está a oscuras y traer

un borrador y una tiza.

23


24

Historias de mi granja

-¡Qué fácil! ¡Voy yo! -exclam ó Alicia, de diez años.

-No, Alicia, deja ir a los más pequeños. Tú harás algo más

difícil -sugirió e! maestro.

-Yo iré -dijo Delia, que tenía cinco añitos.

Pronto regresó con el borrador y la tiza. El maestro la besó y

le dio una cajita con seis ¡ápices de eolores.Todos aplaudieron.

-Ahora, ¿quién dará cinco vueltas a la casa sin correr y

cantando? El buen canto ahuyenta el miedo y atrae a ¡os

angelitos.

-Yo -respondió el entusiasta Luis, de siete años, que estaba

con su primo Juan.

Dio !as cinco vueltas cantando a todo pulmón, provocando

el ladrido de los perros y la risa de todos. Volvió muy feliz.

Recibió felicitaciones y un hermoso cuaderno.

Los chicos ardían de curiosidad por saber qué más habría

en esa caja tan cerrada donde el "señor maestro"guardaba sus

sorpresas.

-Aunque ustedes no puedan vencer el tem or a la oscuridad

por el premio -dijo, haciéndoles una guiñadlta-, espero que

¡es guste lo que esta caja contiene. Como dijo el famoso

filósofo Williams Morris: T a virtud consiste en el esfuerzo, y

no en eS premio".

-Quiero ver a! valiente que vaya hasta el fondo de la quinta

y traiga una naranja ombligo que hay solamente allí.

Tres levantaron las manos gritando:

-¡Yo! ¡Yo!

-Decidám oslo por sorteo.

El maestro tomó cuatro fósforos y quitó la cabeza de uno.

Los colocó entre sus dedos de modo que no se vieran las tres

cabezas, diciendo:

-Irá quien saque el fósforo sin cabeza.

Le tocó a Rolando, a quien no gustaba la oscuridad, pero no

quería ser menos que su primo Luis.

Pronto regresó con una naranja húmeda por el rocío. El

maestro se la dio con un compás nuevecito. Al verlo, Juancito


Tengo miedo

25

abrió más Sos ojos y la boca. ¡Cuánto habría querido tener el

valor de Rolando y ser dueño de ese lindo compás!

La meta más emocionante que presentó el maestro era un

־Alicia desafío hasta para Sa intrépida

A dos cuadras de distancia había una arboleda, llamada

Isleta״ de Sos pirinchos" porque allí anidaba una colonia de

־semillas Allí había un timbó cargado de interesantes ־pirinchos

¿Quién iría, sin sendero ni luna que So alumbrase, y traería un

puñado de bonitas semillas de timbó?

Hubo un breve silencio־Eran las Una־‎20‎ hora más y debían

ir a Sa cama.

“ Señor,yo voy, no tengo miedo -se aventuró Alicia, aunque

־rapidez el corazón le latía con

־tiempo -Muy bien, Alícia.Te tomaremos el

Les pareció mucho esperar Sos diez minutos que tardó

Alicia en regresar triunfante con las mejillas coloradas y ambas

־timbó manos repletas de las ruidosas semillas de

Alicia? ¡Bravo! ¿Qué Se daremos a ״

-¡El mejor premio! -sentenció el grupo de chicos.

-Mereces este buen libro de relatos, valiente niña -dijo el

־todos maestro, con la aprobación de

Cada uno había pasado una prueba y recibido un premio,

menos Juancito que se mantenía encogido en un rincón y a

punto de lloran

El maestro había ideado ese "concurso" por él, y no

permitiría que el fracaso lo acomplejara más. Debía darle otra

oportunidad.

-Niños,cuando Dios creó este mundo hizo la Suzy el sol para

el día, y la luna y las estrellas para la noche־Todo es perfecto

y bello. Se pone el sol y toda la naturaleza parece descansar

y refrescarse. No hay nada de malo en las ־sombras Lo único

que debemos temer es hacer algo malo, sea en la luz o en las

sombras.

Juancito no perdía palabra y, echando atrás Sos hombros y

la cabeza dijo:


26

Historias de mi granja

-Señor maestro, quiero probar. ¿A dónde voy?

Escoge donde prefieras, pero canta en voz alta. Queremos ״

oírte.

-Iré aS jardín y traeré algunas flores, si mamá me lo permite.

La madre, que presenciaba todo mientras cosía, dijo

emocionada:

-¡Claro, hijito!

Juancito fue y regresó cantando,y en sus manos traía varias

preciosas flores que entregó a su mamá. Era tierno de corazón.

La madre lo felicitó y besó.

-¡Hurra por Juancito! ״ exclamaron todos.

El maestro le palmeó la espalda y, llamándolo "nuestro

׳,'‏hombrecito sacó de ¡a caja un precioso trompo a cuerda.

Juancito casi no podía creerlo. ¡Había soñado tanto con un

trompo!

Desde esa noche memorable, Juan fue otro niño; más

decidido, seguro de sí mismo y feliz, gradas a la sabia

comprensión y al amor de un maestro cristiano.

Escuela rural:

establecimiento donde se brinda

enseñanza, ubicado en el campo,

seña de complicidad que se hace cerrando

momentáneamente un ojo mientras queda

el otro abierto.

Árbol leguminoso muy corpulento, cuya

madera se utiliza para hacer canoas.

¡ h

Amigo: aunque estés solo o en compañía, aunque estés al rayo

del sol o en la oscuridad de ia noche, nunca estás solo. Dios está

contigo. No temas, él te ama y te cuidará.

Sigue el consejo del maestro rural: si tienes miedo, canta

alabanzas a Jesús y el miedo desaparecerá.


¡Oh, qtló Ä |M 9S

¡Oh, qué alegría! ¡Oh, qué placer!

Oye, mi madre, ya sé leer.

A Dios bendigo y a ti también

y al que me enseña todo este bien.

Soy pequeñito, mas seré fie!

a los esfuerzos de! hombre aquel,

que de la ciencia con sencillez

abre las puertas a !a niñez.


:

־‎7‎

P9, Jilo en ¡» n&gffoe

\ ^

- M ‏______________________&־_‏h3‎‏____‏ Y

m ^ V a ______a ____ * _?_____^

___

m ^ a

_____ 3 ____________________

j ___ _______Ö_______ w — W Φ __ y y

^ .....__________________

&

ר

כ_____‏

‏___________־־

Ve, di lo en las mon- ta - ñas, en to - das par-tes, por do- quier.

ן

______________________

--------------- i--------------

- f ñ ____h_______ ______________

_____es!_________^ ________________ 1 ב -----------s ή

_____________________________w______m *

~ w L

Ve, di-10_en las mon- ta - ñas: que Cris - to,el Rey na - ció.

____ J... 1____ J 1_____ fi h___ ׳ J1____

___m___ m±____“ __ -----------^ 1------

_____ » _________ *

י*״

Ίζ Γό--------

1 ,Pas - to - res pi - a - do - sos, con gran ad - mi - ra - ción, o -

y ~ L = — - j — j J 1 1 .

- ך ,

- M ._b_______ m ___ m ___ ‏_____יי m ____ — 7 ---------- -----------------1

־־־־ ״

,, ‎1‎‏------------------------------------ז---------------------------‏I‏-‏

כ

־ ־

‏—׳־<-------------‏

______ í j 2 ___________

״ .

r

π

W - — ---------------------------------------------------------------- ------------- f j ______ 0 _ = r ________________________________________ i

ye - ron, ju - bi - lo - sos, del don de sal - va - ción.


Prester 9 bios

Mamá,mamá,un linyera,viene un linyera!-exclamó Blanquita,

excitada, mientras se apretaba contra la falda de su madre.

-¿Y por qué tienes miedo? Es un pobre hombre que necesita

algo -respondió la mamá mientras salía a su encuentro.

-Buen día,patroncita.

-Buen día, buen hombre.

-Patroncita, ¿tendría algo para comer?

-Sí, espere un momento.

Blanquita se quedó como una piedra mirando de pies a

cabeza al llamativo pordiosero. Tenía abundante barba... y

esos ojos escondidos debajo de las tupidas cejas tenían una

expresión de tristeza. Parecían querer sonreírle. Sus ropas

viejas se veían limpias. Hasta las manos y las uñas estaban

limpias. Blanca inspiró hondamente. Su buen olfato no

percibió olor a tabaco ni a alcohol. En su mente de cinco años

había mil preguntas acerca de ese hombre que la miraba con

ternura. Pero no abrió su boca. Ya le preguntaría a su mamá.

Ellos vivían en una casa aislada en el campo. Rara vez

llegaban extraños. Por eso el linyera, como allí llamaban a los

vagabundos, le llamaba tanto la atención.

Pronto la mamá regresó con un buen desayuno. Lo invitó a

pasar a descansar bajo la galería. Mientras él devoraba el pan

casero con queso, leche y frutas, ella le hablaba del amor de

Dios. Al mendigo se le humedecieron los ojos.

Entonces, les contó su penosa vida.

■Blanquita era toda oídos. Se emocionó mucho al escuchar

el relato. De pronto, le susurró algo al oído de la mamá, y salió

corriendo. Al momento volvió con la carita iluminada y una

monedita apretada en la mano.Se la entregó al caminante.Sus

padres le habían enseñado economía y generosidad.

29


30 Historias de mi granja

El pobre siguió caminando con expresión de paz. Había

escuchado algo del amor de Dios.

Blanquita lo siguió con la mirada hasta que un recodo del

camino ¡o escondió de su vísta.

Esa tarde, cuando ella volvía de recoger flores silvestres

por el mismo sendero que había recorrido el desconocido, vio

algo que brillaba en el suelo y lo recogió.

-¡Mamá, mamá, mira lo que encontré en el camino!

Emocionada, le mostraba en la palma de la mano tres

monedas como la que le había dado al linyera.

-Hijita, el cielo te devolvió triplicado lo que regalaste. Era

todo lo que tenías,y lo diste con alegría.Se cumplió la promesa

de Proverbios 19:17: "A Jehová presta el que da al pobre, y el

bien que ha hecho, se lo volverá a pagar'7

-Mamá, deben habérsele caído a alguien y le harán falta

-dijo compasiva Blanquita.

-No te aflijas, hijita, el Dios que cuida de las aves pondrá en

su camino otras manos dadivosas.

Blanquita abrazó a su mamá y ambas sonrieron felices.

Ml·

Linyera:

Pordiosero:

Recodo:

Afligirse:

persona vagabunda, abandonada, que vive

de variados recursos,

persona que pide limosna,

curva que forman las calles, caminos, ríos, etc.

sentir sufrimiento físico o tristeza.

Dios ama a todos por igual, sin hacer diferencia de personas.

Las personas que se encuentran sufriendo son las más

necesitadas. ¿Conoces a alguien?

Prepárale un regalito que tenga el mensaje de amor y esperanza

que Jesús nos da.

¿Se ¡o diste? ¿Le gustó? ¿Qué te dijo?


I Píkor99l

n una encantadora y agreste región de! norte santafecino hay

£

gran variedad de serpientes: la inofensiva verde que vive en los

árboles confundiéndose con una ram a; la culebra que come, p o r

igual, ratones, aves o ranas; la irrita b le y peligrosa cascabel, lo

m ism o que la yarará; la peligrosa, vistosa y escurridiza coral; la

enorm e curiyú y tantas otras.

• Un día, la abuelsta Cecilia estaba buscando choclos y

pisó una serpiente que la mordió en la pierna. La decidida

abuela se cortó un tajo profundo en forma de cruz. Sangró

profusamente. Esta decisión valiente le salvó la vida, pero

quedó con una molestia en su pierna, que la hacía renguean

• Don Antonio fue a hacer una siestita, pero una víbora de

la cruz se le adelantó y se acostó debajo de la almohada. Fue

oportuno que don Antonio diera vuelta su almohada antes de

acostarse y, tras un golpe certero, Sa intrusa no se despertó más.

• Elina lavaba la loza después de cenar y, de pronto, pisó

algo resbaladizo que en un segundo se le enroscó en la pierna.

"¡Ay!" gritó Elina. Sacudió la pierna y arrojó lejos a una bonita

coral, que no la picó porque, al tener una boca tan chiquita, no

podía prenderse de una superficie grande como una pierna.

Nunca se debe meter el dedo en su boca porque puede

morder y su veneno es mortífero... Además, no la picó porque

la coral no es agresiva, sino tímida.

.. · Anselmo fue de noche al pozo en busca de agua. Halló

el balde más pesado que de costumbre. Al asomarse sobre

el brocal, vio a la pálida luz de la luna un gran bulto negro

enroscado en la manija del balde. Saltó la curiyú y volvió al

pozo. Nadie bebió de ese pozo hasta desagotarlo, eliminar la

31


32

H is to ria s d e m i g ra n ja

curiyú y hacer una prolija limpieza; pueden imaginarse...

• Una gallina clueca empollaba doce huevos. Al oírla

cacarear, acudimos al gallinero especial para las futuras

mamás gallinas. No podíamos creer lo que veíamos: la gallina

protestaba frente a una enorme víbora cascabel que le había

usurpado el puesto y, echada sobre los huevos, hacía sonar sus

cascabeles. Sacando la lengua y olfateando, lista para atacar,

cubría la nidada. Nos preguntamos:

-¿Comerá los huevos uno tras otro?

-¿O planea incubar los huevos?

Fuera cual fuese la intención de Sa cascabel, con mucha

prudencia y habilidad, mi hermano la sacó del nido y la mandó

donde no podría comer huevos, ni pollitos... La mamá gallina

volvió a su trabajo con un cloqueo de gusto por el problema

resuelto.

• Es interesante observar a las víboras cuando desborda

el río Paraná. Este inunda todos los terrenos bajos, y convierte

metros y metros de tierra en un inmenso lago, donde asoman

las copas de los árboles que están minados de esos reptiles.

Las acuáticas como la curiyú son buenas nadadoras; pero, las

terrestres no se sueltan así no más de los árboles, su refugio.

Al pasar nosotros en un bote en viaje exploratorio, parecen

dispuestas a arrojarse al bote y, las más audaces, soltándose

del árbol, se enroscan en los remos listas a reptar hasta el bote.

Por supuesto, no aceptamos esa compañía aunque hubieran

prometido que no nos picarían. Algunos estudiosos de las

serpientes aseguran que son o no peligrosas de acuerdo al

trato que se les da.

Es cierto que todos los anim ales, unos más, otros menos,

responden a la bondad, o reaccionan a la crueldad con mordiscos,

rasguños y picaduras.

Respecto de las víboras, en general se tiene repudio, tem or y

desconfianza. ¿A qué se deberá?


¡Víboras!

33

Choclos:

mazorca tierna del maíz.

Renguear: caminar con dificultad en un pie porque se

encuentra lesionado.

Usurpar:

N idada:

cerco alrededor de la boca de un pozo, para

evitar el peligro de caer en él.

se dice de la gallina y de otras aves cuando se

echan sobre los huevos para empollarlos.

apoderarse de una propiedad.

conjunto de los huevos puestos en el nido.


34

Historias de mi granja

En un principio, cuando Dios creó los animales, "la serpiente

era en aquel entonces uno de los seres más inteligentes y bellos de

¡a tierra. Tenía alas, y cuando volaba presentaba una apariencia

deslumbradora, con el color y el brillo del oro bruñido" (Elena G. de

White, Patriarcas y profetas, p. 36).

Está mal ayudar al diablo para hacer caer a otros en el mal.

En el nuevo Edén habrá víboras, pero serán buenas, hermosas y

aladas. ¿ Te gustaría verlas y jugar con ellas? Prepárate.

MÉÉttMNMltfMiiÉÉM


G o to p H ie h J o

Alda le entusiasmaba pasar al frente de sus compañeritos de

la Escuela Bíblica respondiendo a la Invitación de la maestra:

-¿Quién desea compartir algo y cantar?

Ida era la primera en adelantarse, tomar dos muñequitas que

le pasaba la maestra y, acompañada de todos los niños, cantar:

Yo tengo dos muñequitas hoy

y tú ninguna, ¡qué lástima!

Y como te amo compartiré

y ahora una tendrás también.

Otra niñita recibía la muñeca que Ida ¡e extendía y así

continuaba el bonito juego con otros niños y otros objetos.

Todoscomprendíanqueelcantitoy la actividad se realizaban

para desarrollar hábitos de generosidad y compasión hada los

necesitados.

La mamá de Ida se esforzaba en enseñarle a ser generosa,

pero a la nena le costaba vencer el egoísmo.

-Mira, hijita, cómo Dios nos da tantas cosas: aire puro, sol,

lluvia,flores, aves, alimentos y todo lo que necesitamos. Y Jesús

dijo que son más felices los que dan que los que reciben.

Llegó el tiempo cuando Ida entró a la escuela. Un día su

mamá le preparó, para la merienda, unos bizcochos que le

gustaban mucho a su hijita,y le dijo:

-Tedoybastantesparaquecompartas con tus compañerías.

-Sí, mamá.

Y salieron juntas hacia la escuela.

A la media tarde tuvieron un recreo más largo y todas

sacaron sus meriendas para comer.

Ida comenzó a comer con gusto un bizcocho.

35


36

Historias de mi granja

-jíVimm! ¡Qué delicioso!

Los contó, eran doce. Su mamá le había dado muchos para

que compartiera. Pero eran tan ricos que ella decidió comer

hasta seis, y convidar el resto.

Comió los seis. Miró para todos lados por si alguien la

observaba...Parecía que no.Con disimulo,siguió mordisqueando

los bizcochos de chocolate. Vio que otras niñas riendo se

convidaban mutuamente y eso la hizo sentir culpable. Pero

¿valdría la pena dar solo dos?... Decidió que no convidaría y se

comió todos.

Entonces, sintió sed y bebió agua bien fría.

Sonó el timbre y regresaron al aula.

Al poco rato, Ida sintió dolor de cabeza, de estómago y un

gran malestar general.

Se retorció en el asiento.

La maestra notó la carita pálida,a punto de Slorar.Se Se acercó.

-¿Qué te pasa, Ida, te sientes mal?

-Quiero ir a casa, estoy enferma.

-Llamaré a tu mamá.

Hubo un murmullo en el aula y una niña menos tímida que

las otras dijo:

-¡Señorita! Ida comió un montón de masitas con chocolate...

El estómago de Ida protestaba retorciéndose.

-Vamos al baño, querida -dijo la maestra, ayudándola a

ponerse en pie.

No bien salieron del aula, sucedió lo que debía suceder:

la niña vomitó todas las galletitas. Una vez vacío el pobre

estómago, Ida sintió un gran alivio.

Pero cuán avergonzada estaba. En lugar de compartir, había

sido egoísta y tacaña. Además de golosa, había dañado su

cuerpo y desobedecido a su buena mamá.

A los ojos de Jesús son preciosos ¡os niños que com parten sus

juguetes; alim entos, flores, etc., especialm ente si lo hacen con los

pobres.


Compartiendo

37

Dares hermoso,se siente felicidad en el corazón. Es un principio

del cielo. Dios nos dio todo, hasta un único Hijo.

¿No lo imitaremos con amor?

Es muy iindo poder compartir ¡o que tenemos. Prepara en tu

casa, con la ayuda de un adulto, algo rico para llevar a ¡a escuela de

merienda esta semana.

No elijas a Ios amigos con quienes compartir, abre tu corazón y

bríndales a todos algo rico.

¡Tu corazón se agrandará y se elevará hasta el cielo!



nie goto um brotM

Puede haber bromas inocentes. Las hay de mal gusto. Bromas

pesadas. Y ¿oíste hablar de bromas trágicas?

No te relataré una tai, pero sí una pesada que pudo terminar

en una tragedia.

Toño se entretenía inocentemente ai borde del estanque

natural en donde se encontraban numerosas criaturas.

Miraba embelesado los cardúmenes de mojarritas,

inquietos renacuajos, larvas de mosquitos y hasta sanguijuelas.

Se agachó y convirtió su sombrerito de trapo en una red.

Lo metía en el agua lo más profundo posible y lo sacaba lleno

de "pesca" que examinaba con detención porque a Toño le

encantaba la naturaleza. Después se deleitaba moviéndolas

con un palito, observando cómo brillaban al sol, y devolvía al

agua la "pesca!

Juan, su hermano de diez años, andaba por allí, arrojando

cascotes a las aves acuáticas.

‏,‏Toño־ no te acerques tanto a! agua. Podrías resbalar y darte

un buen chapuzón. Allí es hondo el estanque.

-No me resbalo. No hagas ruido. Se asustan fas mojarritas.

-Mira que el agua está fría.

molestes. Por favor, no ״

Era pleno invierno y, aunque esa mañana el sol brillaba con

esplendor, hacía mucho frío.

Un pensamiento malo cruzó por la mente de Juan. Toño

hacía lo que él quería. ¿Y sí le daba una lección?

Como tantos hermanos, Juan creía que, por ser el mayor,

tenía el derecho de dar órdenes a su hermano, sin razonar que

el respeto y la voluntad de un niño se ganan con amabilidad y

palabras bondadosas más que con la imposición forzada.

39


4 0

H is to ria s d e m i g ra n ja

Disimuladamente, se acercó a espaldas de Toño y ¡splashS

con un empujón lo mandó al agua,

Toño manoteó, pero Sa ropa le entorpecía los movimientos

־estanque y no lograba sujetarse de Sa orilla del

Juan se asustó. Procuró tomar Sa mano de Toño, pero era

pesado y casi se vio arrastrado al agua también. Él sabía nadar,

pero no tanto como para salvar a su hermano.

-¡Auxilio! ¡Auxilio! ״ gritó Juan.

Un vecino pasaba por allí y rápidamente rescató a Toño.

ES pobre Toño temblaba todo mojado.

El buen vecino So llevó a Sa casa, seguido de Juan, quien iba

pensando cómo disminuir su culpa.

Después de que la madre Se cambió la ropa y vio que Toño

había entrado en calor, preguntó cómo había sucedido todo.

-Fue solo una broma,mamá.Le ds un empujoncitojugando...

Pero el vecino intervino diciendo:

-Un momento.Te vi cuando le diste un buen empujón y lo

mandaste de cabeza al agua. Menos mal que pasaba yo por allí.

Juan quedó mudo.

La madre de Sos niños le agradeció mucho al buen hombre.

También le dolió profundamente Sa acción de Juan. A solas le

habló y le dio su penitencia.

Estanque:

pozo de agua, puede formar como una

laguna, donde Sos animales sacian la sed

Sanguijuela; animal acuático de hasta doce centímetros

de largo y uno de grueso. Vive en aguas

dulces y se alimenta de sangre que chupa a

los animales a los que se agarra.

Cascote:

escombro, trozo de una obra de albañiSería o

de un edificio derribado.


F u e s o lo u n a b ro m a

4

ו Para hacer

Amiguito, es muy lindo hacer chistes y reírnos todos juntos.

Recuerda que cuando cuentas un chiste es importante que a iodos

les cause gracia.., si no, no es un chiste.

Comparte estos chistes con tus amigos:

-A M IG O , ¿ME PRESTAS TU SHAMPÚ?

-P E R O ¿TÚ NO TIENES EL TUYO?

״

S i PERO DICE "PARA CABELLOS SECOS״,Y E L M ÍO E S T Á

MOJADO.

UN AMIGO LLAMA POR TELÉFONO

AUNA CASA Y LE CONTESTA UNA

SEÑORA:

״

HOLA ¿YA LLEGÓ JULIO ALLÍ? ״

NO, DISCULPE, PERO AQUÍ TODAVÍA ESTAMOS EN MAYO.


ling so&rtsa

No cuesta nada una sonrisa pero vale

mucho. Enriquece a quien la recibe sin

empobrecer a quien la da. Dura sólo

un instante, pero el recuerdo de esa

sonrisa dura para siempre.

Nadie es tan rico que puede vivir sin

ella, ni tan pobre que no la merezca.

Es ¡a señal externa de la amistad

profunda.

Una sonrisa alivia el cansando. Da

fuerzas al alma, y es consuelo en la

tristeza. Una sonrisa puede ser un

tesoro desde el momento que se da.

Si crees que a ti la sonrisa no te

aporta nada, sé generoso y da una de

las tuyas, porque nadie tiene tanta

necesidad de una sonrisa como quien

no sabe recibir.

Una sonrisa cuesta menos que la

electricidad y da más luz.

La sonrisa es el idioma universal.

Hay sonrisas que no son de felicidad,

sino de un modo de llorar con bondad,


J69Ú9lliirQ el CorQzán

•jß ecuerdan cuando el pro fe ta Samuel, p o r orden de Dios, fue

¿ f V 7 u n g ir a l segundo rey de Israel? Sam uel se entusiasm ó a l

ver el p o rte y herm osura de los hijos m ayores de Isaí y, si p o r él

hubiera sido, habría escogido a l m ás lin d o.

Pero Dios le dijo siete veces "este n o " Y le explicó:

"N o mires a su parecer, n i a lo grande de su estatura... el hom bre

m ira io que está delante de sus ojos, pero Jehová m ira el corazón"

(I Samuel 16:7).

D avid era de buen parecer, pero Dios no lo escogió p o r su físico,

sino p o r su carácter: Era valiente, hum ilde, honesto, trabajador,

bondadoso, am aba la ju s ticia y, sobre todo, a m aba a Dios.

Margarita era una niña bonita, bien vestida, estudiosa, pero...

orgulloso. Miraba con desdén a los chicos que consideraba

inferiores a ella.

Cierto día su maestra de la Escuela Bíblica invitó a varios

niños de un barrio de gente muy pobre, para que fueran a

escuchar las historias bíblicas y a cantar con sus alumnos. La

maestra misma los buscó. Se lavaron, se peinaron bien y se

vistieron sus mejores ropas. Al llegar,tímidam ente entraron en

el aula.

Margarita frunció el ceño.Cuchicheó al oído de su compañera:

-¿Qué vienen a hacer estos chicos aquí?

-No hables, la maestra nos está mirando.

-¡A mí no me gusta juntarm e con ellos! -afirm ó Margarita

alejándose de ellos lo más que pudo.

Otros niños fueron amables con los visitantes,y compartieron

sus libros y asientos.

43


44

Historias de mi granja

La maestra que observaba todo sentía dolor por Margarita^

Pensó:"Algo debo hacer ahora mismo, antes de que otros se

contagien con el mal espíritu de Margarita"

-Niños, damos por terminado nuestro estudio habitual,

pero no se vayan todavía los alumnos registrados. Pregunto:

¿quiénes quieren llevar a nuestras visitas a sus hogares?

-¡Yo, yo, yo! -dijeron al unísono varios chicos y chicas,

levantando sus manos, menos Margarita.

-Vayan Raúl, Alicia y Ornar.

Eran los mayores,además buenos niños.

La maestra obsequió a cada visitante una linda tarjetita

dibujada, donde decía:"Ven otra vez; nos alegró tu visita"

Cuando se hubieron ido, la maestra cerró suavemente la

puerta y comenzó a preguntarles:

-Niños, ¿recuerdan el caso del apóstol Pedro y Cornelio?

Pedro temía contaminarse con los gentiles, pero Dios le

enseñó una gran verdad mediante una visión.

A continuación les explicó bien el relato que encontramos

en Hechos, el capítulo 10.

Al final, la maestra escribió en el pizarrón parte de So que dijo

Pedro: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de

personas, sino que... se agrada del que le teme y hace justicia"

-Memoricen este pasaje muy importante. ¿Creen que Jesús

murió por ustedes?

-¡Sí! -respondieron todos.

-¿Y por los africanos, chinos, indios y esquimales?

-¡También! -corearon.

-¿Por los pobres, feos, ateos y paganos?

-¡Sí, por todos!

-Dios no mira el color, la raza, la religión,el dinero, !os títulos,

la inteligencia, sino el corazón. Ama a todos, pero se agrada de

los humildes, de corazón puro y bondadoso.

Margarita, roja y conmovida se secaba disimuladamente

una lágrima.


J e s ú s m ira el c o ra z ó n

4 5

-Queridos niños, en el cielo nos sorprenderá ver a muchos

que aquí fueron despreciados. Si tenemos sentimientos

despectivos y de orgullo, seguramente no iremos a vivir con

Jesús. ¿Alguno de ustedes quiere orar para que Dios ¡impie

nuestros corazones de todo mal?

El más pequeño, Garlitos, se adelantó y juntando las manos

con reverencia dijo:

-Amado Jesús, te pido que me hagas bueno. Que ame a

todos ios buenos y a los que me pelean también.Quiero querer

a toda la gente y tratarla bien. Ayúdanos a todos, gradas, Señor.

Amén.

Glosario

Cuchichean hablar en voz baja o al oído de alguien, de

modo que otros no se enteren.

Unísono:

Acepción:

todos a la vez.

elegir o favorecer a unas personas más que

otras por algún motivo.

Despectivo: que manifiesta idea de rechazo o

menosprecio.

,

״ :■nJ Amigo, ¿conoces algún niño que es rechazado en dase? A veces

son niños difíciles pero ¿has pensado cómo estará su corazón?

Piensa cómo puedes ayudado; sé un niño de Jesús y bríndale tu

amistad.


PÍ6C6CÍ&08

Piececitos de niño,

azuiosos de frío,

¿cómo os ven y no os cubren?

¡Dios mío!

¡Piececitos heridos

por los guijarros, todos

ultrajados de nieve

y lodos!

El hombre, ciego, ignora

que allí donde os posáis

una flor de luz viva

dejáis;

que allí donde ponéis

Sa plantilla sangrante,

el nardo nace más

fragante.

Vosotros, que marcháis

por los caminos rectos,

sed puros, como sois

־perfectos

Piececitos de niño,

dos joyitas sufrientes,

¿cómo pasan, sin veros,

las gentes?


Perros y perritos

Conocí numerosos perros interesantes, la mayoría bien queridos

por sus amos.

C anela

Su nombre era Canela, por su hermoso color canela. Era de

Sa raza galgo. Cariñosa y muy inteligente, discreta y pacífica, al

mismo tiempo que rápida; era una perra muy trabajadora y

valiente.

Queríamos mucho a Canela.

Pero esta perra, que podría haber ganado más de un

premio en una exposición y en un concurso de belleza canina,

adquirió un feo vicio: comía los huevos de las gallinas fuera y

dentro del gallinero.

¡Cuántos castigos recibió la pobrecita! Todo fue inútil. No

aprendió a no comer huevos, era imposible mantenerla en el

campo.

Canela perdió su libertad. La llevó una familia del pueblo

que la trataba bien, pero la tenía encerrada. Ya no podía

corretear por los campos ni perseguir a zorros y liebres...

Cada vez que recuerdo a Canela me dan ganas de llorar.

¡A lo que puede conducir

un mp¡¡ Iháihütn nn vp nrirln !

Galgo:

47


48

Historias de mi granja

El valiente Negrito

-¡Oye cómo ladra el Negrito!

-¡Y está enojado con algo!

-Parece una vara que salta sobre los Unos, atacándolo.

-¡Es una serpiente inmensa que salta como si tuviera un

resorte y el Negrito la esquiva, pero no huye!

Así dialogábamos con mi hermano mientras buscábamos

una vara larga y nos dirigíamos en auxilio de nuestro Negrito

que sin ser de pedigrí, porque era de raza indefinida, se mostró

valiente como el que más. ·

Gracias a él acabamos con el peligroso animal.

Tref

Pedigrí:

planta herbácea, con raíz fibrosa, tallo recto y

hueco, como de un metro de alto.

genealogía de un animal de raza.

_______________ _______________ ______ ״

Sus amos viajaron a Alemania durante seis meses y nos

pidieron que cuidáramos de su perro policía. Amantes de los

animales, no nos costó aceptar el pedido.

Tref, era un perro fino, inteligente y activo. Pero todas sus

cualidades se desperdiciaron por no haber recibido una buena

educación siendo cachorrito y joven.

־relampa Había tomado muy malos hábitos. Si tronaba y

gueaba, el terror lo dominaba. No se conformaba con el refugio

de su cucha ni del garaje. Armaba tal escándalo que,fuese de día o

de noche,teníamos que soltarlo y corría a refugiarse ¡bajo nuestra

cama! De allí nadie lo sacaba hasta que pasaba la tormenta, ni

repitiéndole "raus" (que significaba sal).

Resultaba cómico: ¡Un perro policía temblando de miedo

debajo de una cama!


Perros y perritos

49

Por las noches no dormía. Ladraba a la luna, al viento, a

las estrellas o a cualquier cosa. Por la mañana me tomaba un

rato recoger las latas, botellas, ladrillos, palos y zapatos que le

tiraban los vecinos molestos. Nunca le acertaron.

Lo más grave de sus costumbres era que corría a los niños y

mordía a los perritos. Un día entró en el patio del vecino dueño

de un viejo bulldog, a quien Tref aborrecía y, como dormía, lo

atacó y lo lastimó en la cabeza.

Gracias a la atención del veterinario,felizm ente sanó bien.

Muchas fechorías hizo Tref. Una sola cosa lo salvó: nos

defendía lealmente de todo intruso. Habría dado la vida por

nosotros.

Hasta los más defectuosos poseen alguna buena cualidad.

Fechoría: mala acción

Policía.

Bulldog

En bicicleta

Hace muchos años leí en la revista El monitor de la juventud,

editada por la Casa Editora Sudamericana, la historia de un

misionero que viajaba en bicicleta por una de las islas del

grupo de Las Antillas.

En un caluroso día, iba em pujando su bicicleta cuesta


50

Historias de mi granja

arriba por una montaña. Además de que viajaba en subida,

la bicicleta estaba muy cargada con equipaje, alimentos y

material de e van g elizad o s por lo cual nuestro hombre había

desmontado e iba empujando su bicicleta, deteniéndose de

vez en cuando, tanto para descansar como para admirar el

hermoso paisaje.

De pronto se dio cuenta de la presencia de un perro grande

en el camino.

La flaca sombra que proyectaba el animal llegaba casi a los

pies del hombre, quien, al verlo, volvió los ojos con sorpresa y

quizá con un poco de desconfianza, pues había oído historias

de perros salvajes en la zona.

Como el anima! le ocupaba el camino, después de

asegurarse de que no hubiera otros compañeros caninos en

los alrededores, el misionero le habló y el perro respondió con

el característico movimiento de la cola del perro manso.

Animándose, el misionero continuó su camino al lado del

animal quien, inm ediatam ente,com enzó a seguirlo olfateando

el gran paquete atado en ia parte de atrás de la bicicleta.

Después de un rato, el misionero se dio cuenta de que el

flaco animal que lo seguía estaba realmente hambriento y,

aun cuando en el paquete llevaba alimentos que esperaba

que le alcanzaran para varias comidas, se compadeció del

perro, desató el paquete y Se dio a su nuevo compañero algo

de comida. Luego, continuó su camino.

No había ido muy lejos cuando el perro volvió a alcanzarlo

y continuó detrás de él, siempre oliendo el paquete, ahora más

pequeño.

Como ya era hora de almorzar, nuestro hombre hizo

un alto, sacó su comida y la compartió con su hambriento

amigo. Después de un buen descanso, continuaron camino

hacia la cumbre, donde encontraron un pequeño almacén.

Allí el misionero compró leche condensada, galletas y otras

provisiones, las que también compartió con el perro y luego,


Perros y perritos

ו‎5‎

como su camino iba ahora en bajada, montó en su bicicleta y

continuó su viaje.

El perro trató por algún tiempo de mantenerse a la par de

él, pero como la velocidad de la bicicleta aumentaba porque

iba en bajada, después de un rato se quedó atrás.

Yendo de un lugar a otro en su ministerio, el misionero

pronto olvidó al perro y, después de varios días, habiendo

terminado su gira por aquella zona, inició el regreso por el

mismo camino que había tomado a la ida: escabroso, entre

montañas, lleno de subidas y bajadas.

Con ese m otivo,״volaba" en su bicicleta en las bajadas, y se

bajaba de ella y la empujaba en las subidas.

En una de estas ocasiones,cuando estaba a la mitad de una

subida bastante trabajosa,com enzó a molestarlo un pequeño

Terrier que, sin ser peligroso, atraía a otros perros con sus

ladridos, los cuales podían hacerle daño.

Efectivamente, pronto se vio seguido por una multitud

de perros que parecían venir de todas direcciones y que

manifestaban intenciones poco amistosas, con gruñidos,

aullidos y ladridos de toda especie. Parecía que no se atrevían

a atacarlo, pero esperaban la oportunidad para hacerlo, tan

pronto lo vieran demasiado cansado para proseguir su camino.

La lucha era desigual. Las fuerzas del hombre iban

disminuyendo. Ya casi no podía mover su bicicleta y pronto

se vio rodeado por una cuadrilla de hambrientos perros, que

parecían querer devorarlo.

Su corazón se sobresaltó de tem or cuando oyó el ladrido

de otro perro que no podía ser sino otro más que se unía.

Silenciosam ente,el misionero oraba para que el Dios que lo

había enviado a ese lugar a predicar el evangelio lo guardara

en esta situación peligrosa.

El perro se acercaba. Pronto los arbustos que había al lado

del camino se abrieron por el paso de un enorme animal, que

se lanzó al camino directam ente en dirección a él.


52

Historias de mi granja

El misionero sintió que lo abandonaba la poca fuerza que le

quedaba. Cayó a! suelo, cerró los ojos y esperó el ataque.

Los gruñidos y aullidos se mezclaron en una sorprendente

confusión y, sin embargo, no sintió los agudos dientes que

esperaba que le desgarraran las carnes.

Era extraño,y más aún cuando se dio cuenta de que la jauría

se dispersaba en todas direcciones, pero sin hacerle ningún

daño. Seguramente, Dios había contestado sus oraciones.

Todo estaba en calma. Con lentitud abrió los ojos y se

incorporó.

Allí,frente a él, en el camino,estaba el perro al que pocos días

antes había tratado bondadosamente.Con toda calma se lamía

las heridas de las mordeduras recibidas en la pelea, mientras el

movimiento de su cola levantaba pequeñas nubes de polvo.

Cuando el misionero lo llamó, se acercó para recibir unas

bien merecidas caricias. Luego, juntos terminaron de subir la

pendiente donde, hombre y perro, compartieron una buena

comida. De allí en adelante, nunca más se separaron.

-------

osario

Canino: perro

Escabroso: terreno desigual, Heno de tropiezos y estorbos

Pendiente: inclinado, en declive. ^

re rrfer


I

Perros y perritos

Nuestro Señor Jesús dio su vida para darnos salvación. Únete

en amistad con Jesús así como ¡o hicieron el misionero y su

nuevo perro amigo. Él está dispuesto siempre a pelar por ti contra

cualquier peligro.

Agradécele y alábalo por ese regalo.

í y


C oncierto

la dócil vaca muge ״!‏iMu״

y lo mismo el manso buey;

rebuzna el paciente burro,

״״.!‏be‏}״:‏bala y la oveja

Brama el toro corpulento,

״!‏perro:"{guau,guau y ladra el

Relincha e! potro impaciente,

y el gato maúlla:"¡miau!"

Pía el poHito:״pío, pío"

y el chancho gruñe:״o, o, o";

gallo, quiquiriquí!"canta‏¡״ el

y la galiina:"do,do..."

El pato castañetea

diciendo:״tué, tué, tué";

y el ganso casero grazna;

y el bello cisne, también»

"Arm!"la paloma arrulla,

y gime la tortolita;

trinan !as aves cantoras,

los loros hablan y gritan»

Chillan monos y chicharras,

la abeja zumba al volar;

y este es, ¡oh, niño! el concierto

130


L9 pUt*9 Uer* J9J

Los niños, y tam bién ios adultos, suelen m e n tir para o culta r

un m a l acto, evitar un castigo o evadir un deben Y créase o

no, algunos m ienten p o r hábito, de m o do que es difícil creerles

cuando dicen la verdad, com o le sucedió a l pastorcillo del cuento

que se divertía g rita n d o :

-¡Socorro, el lobo!

Corrían los vecinos en su auxilio y el bandido, riendo a sus

anchas, decía:

-¡Fue una b ro m a!

Un día vino el lobo y, aunque se desgañifó pid ie n d o ayuda,

nadie apareció. Apenas salvó el pellejo, pero el lobo hizo destrozos

con sus ovejltas. Porque *'en boca del m entiroso, lo cierto se hace

dudoso"

-¿Cum pliste tus tareas escolares? -pregunta la mamá a

Sarita, quien corre afuera a jugar.

-Sí, mamá -contesta con voz insegura.

La madre examina cuidadosamente los cuadernos de su

hijita y ve una suma sin term inar y un dibujo que más parece

un borrón que dibujo.

-!Sarita, ven!

Sarita realiza un lindo dibujo y termina la suma. Entonces,

podrá jugar.

Pero, a su buena madre le preocupa mucho que su nena

mienta.

Por la noche, antes de orar juntas, la mamá llama a su hijita,

quien, esperando una historia como suele relatarle su mamá,

se sienta en su falda dispuesta a escuchar.

-Cuando Satanás tentó a Eva, mintió descaradamente al

decirle:"no moriréis"¿Murió Eva?

55



El cor Jenífco

£ n el campo, cuando llega la época de los nacimientos de los

corderitos, hoy mucho trabajo porque hay que cuidar mucho

a las mamas y a sus bebés. A veces, las mamas tienen algún

problema y quedan huérfanos.

Uno de los problemas que pueden sufrir es comer una hierba

venenosa llamada "mío-mío'¡ y eso significa que un corderito

quedaría sin su mamá. Cuando esto pasa, hay que hacerse cargo

de criar al corderito.

Les cuento lo que le pasó a Leli cuando un año, lamentablemente,

muchas ovejas murieron a causa de esta hierba.

-Mamá,pobrecito el corderito,quedósolito,¿puedo criarlo?

-preguntó Leli, mirando a su mamá con ojos suplicantes.

-Ya estas cuidando uno, y te mantiene ocupada y distraída,

¿cómo serán dos?

-Se acompañarán, mamá. Blanquito llora porque está solito.

Si fueran dos, se entretendrían y no me seguirían tanto.

-Te seguirían dos hasta dentro de la casa. Pero vamos a

probar -asintió la mamá, quien también estaba encariñada

con Blanquito.

-¡Gracias, mamá! -respondió Leli, besando a su madre.

En pocos días, otras ovejas más murieron dejando solitos a

otros corderitos, así que aumentó el rebañito de Leli.

¡Y qué trabajo!... Mamaderas para los pequeños; agua y

pastos tiernos para los más crecidos; cariño y mimos para

todos.

Tenía razón la mamá: entre guiarlos al campito de cebada,

pastorearlos,y luego llevarlos al pequeño redil, se le iba buena

parte del día.

59


6 0

H is to ria s d e m i g ra n ja

Nombrarlos también fue una tarea ״importante A una,-

cordera con lana de tinte rosa la llamó Rosita.

La hora más linda era la de jugar. Leli corría por el patio

seguida del rebaño en fila india.Ella saltaba, y los seis corderitos

saltaban a la vez. Leli se detenía,y todos hacían lo mismo.Volvía

a correr, y los seis corderitos corrían saltando con las cuatro

patitas. A veces golpeaban tan fuerte el piso que la mamá se

asomaba y decía:

-¡Chicos, qué bochinche!

Era todo un bello espectáculo.

-Ya los llevo al campito -contestaba Leli.

Allí, a cada uno lo sujeta a una estaca con una soguita.

Cuando Leli se alejaba comenzaba el coro:

-¡Bee, beee, beeee, beeeee!

¡Qué lío que armaban! A Leli le costaba dejarlos, regresaba

una y otra vez para abrazarlos, hablarles y acariciarlos. ¡Cómo

los amaba! Era feliz con ellos.

Entonces, se escuchaba el ¡Samado de la mamá:

-¡LeSi,ven pronto!

-Ya voy, mamá.

-Leli, debes venir al primer llamado. Prepara en seguida la

mesa, pronto llegarán tu papá y tus hermanos.

Un día, después de almorzar, la madre le dijo a Leli:

-Cuando concluyas la limpieza de la cocina quiero hablar

contigo.

Se apuró en cumplir bien su tarea y buscó a su mamá

recordándole su promesa. A Leli le encantaba pasar tiempo

conversando con su mamá.

-Leli, querida hija, sabes que a Jesús se lo fiama el "Cordero

de Dios!Como los corderitos que estás cuidando,él fue manso

e inocente. No se quejó ni resistió cuando lo mataron. Jesús

cargó con todos nuestros pecados, siendo inocente, hasta

morir en la cruz para damos vida eterna y no muerte eterna.

Tú sabes que debemos imitarlo y ser como él. Observar


El corderito

ו‎6‎

y cuidar a tus corderitos es una linda tarea que te ayudará

a ser responsable y compasiva. Pero no debes descuidar ser

obediente y atenta con tu familia.

-Sí, mami, tienes razón. Voy a agradecerle a Jesús por mis

corderitos y también pedirle que me ayude a obedecer.

Me alegro, hijita querida.

-Mami, ¿por qué Jesús murió?

-Por amor. Nos ama más que yo a ti y más que tú a tus

corderos. Querida hija, oremos juntas a Jesús para agradecerle

su sacrificio y su amor.

Y se arrodillaron y oraron.

planta parecida al trigo, con espigas con

granos, larga y flexible.

Bochinche* alboroto, escándalo, desorden.

Estaca:

palo afilado en un extremo para clavarlo en la

tierra o en alguna otra superficie.

Es muy importante ser obediente, nos ayuda a respetar ¡as

reglas de la escuela, de la casa y de Dios. Puede ser que no nos guste

respetar reglas, pero ellas nos protegen de peligros y nos ayudan a

vivir en orden y en paz.

¿Tienes reglas en tu habitación?¿Te animas a inventarlas? Ten en

cuenta que no tienen que estar en discordancia con las de tu casa ni

con las de Dios.


V


Uh9lección oportuna

* T á c a te los dedos de la nariz! ¡No te hurguetees más la

'IJ n a r iz !

Todo el tiempo la mamá de Alcides Se decía lo mismo a su

hijito de cinco años, pero él parecía no oírla. Sus fosas nasales

lo atraían tanto que no solo metía sus deditos, sino también

algunas veces su mamá lo sorprendió introduciéndose alguna

bolita o botón en la nariz.

-!Alcides!, no hagas eso. Puedes hacerte daño y es m uy fea

costumbre.

Un día, jugando con su hermanita, vio entre Sos juguetes de

ella un cartucho vacío de! matagato de su tío Esteban.

Nunca había probado si eso cabía en su naricita, ¡Qué

gracioso! Era justam ente a su medida y, para más diversión,

le hacía cosquillas. Había dos cartuchos, de modo que se

introdujo uno en cada fosa nasal. Le mostró el descubrim iento

a su hermanita. Ella se reía al verlo con esos tapones y oírlo

hablar con voz gangosa.

Cuando comenzaron a molestarle, intentó sacárselos; pero

se fueron más adentro. La parte metálica de los cartuchos se le

resbalaba entre los dedos y no podía agarrarlos.

Alcides se asustó mucho. Sabía que había desobedecido,

pero ¿a quién podía acudir sino a su mamá?

Al verlo, ella exclamó:

-U y,¿qué has hecho?

Y, sin esperar respuesta, tomó unas pinzas y procuró pescar

los cartuchos que se introdujeron un poco más.

Alcides estaba muy asustado y comenzó a llorar.

-No llores, hijito,que será peor. Llamaré a papá.

-Vamos a llevarlo al doctor Cabezalí. Prepárense. Cuanto

63


64

Historias de mi granja

más tiempo pase, peor será. Se mojará el cartón de !os .

cartuchos y se hincharán.

Vivían sobre !a ruta de tierra a 20 kilómetros del médico

más cercano. Tenían una camioneta viejita, pero con buen

motor. Había llovido bastante y el camino estaba barroso.

-Sacaré la camioneta y probaré el camino.

El papá regresó serio.

-H ay mucho barro y la camioneta no tiene ruedas

pantaneros.Tendremos que ir con tres caballos.

-Tardaremos mucho.

-No hay otra forma. Ataré !os caballos ya. Si tan solo se

asomara el sol...

AScides estaba mudo.Tenía razón la mamá cuando advertía:

"¡No te metas el dedo en la nariz!.

-¿M e operará el doctor, mamá?

-No sé, hijito.Tal vez no...

Pronto estuvieron listos los caballos y salieron a! patio. Los

padres miraron el cielo. Notaron que las nubes se abrían y

dejaban ver la cara del sol.

-¡Gracias a Dios, sale el sol! -exclam aron ambos.

Alcides miró al sol y... ¡achís! ¡achís! ¡achís!... le saltaron ¡os

dos cartuchos como proyectiles.

Gritaron tanto de alegría que hasta los caballos se

inquietaron.

-¡Nunca más, nunca más, mamá! -prom etió Alcides

soltando el llanto contenido.

Y Alcides aprendió la lección.

La familia reconoció la bondad del Creador y le agradeció

por haber ordenado al sol que apareciera tan oportunam ente.


Una lección oportuna

65

C artucho m a ta g a to : carga de municiones que se emplea

para matar o espantar a animales,

Gangosa:

confusa, nasal.

Pantaneros: neumáticos fuertes, preparados para transitar

por caminos con barro o resbaladizos.

Proyectiles: cuerpo arrojadizo, especialmente si se lanza

con arma de fuego; por ejemplo, una bala,

una bomba, etc

¡Qué hermosos ¡os milagros que Dios hace en nuestras vidas cada

día! El poder respirar, comer, correr y jugar son milagros de los que

muchas veces no nos damos cuenta. El sol que sale todos los días y el

agua que tomamos. El que nuestro cuerpo funcione milagrosamente.

Haz una lista de milagros que Dios ha hecho en tu vida y

compártela con tu familia.

Agradece a Dios por cada uno.

fan


Ni

HQtitlQ

Mi casa es un cielo

de dicha y de paz,

no hay ángel tan bueno

־mamá como mi

"Arriba, paloma mía,

׳׳reina mí cielo, mi sol, mí

me dice en las mañanitas,

־peina y ella me viste y me

Sale al umbral de la puerta,

me da sus santos consejos,

y no me pierden sus ojos,

hasta que me ven muy lejos.

Cuando vuelvo de la escuela,

sumida está en sus quehaceres,

me da unos cuantos besitos

y me mira los deberes.

Tiende los blancos manteles

y a su lado me hace estar

me da los postres mejores,

porque a mí me quiere más.

Mi casa es un cielo

de dicha y de paz,


L9 chuequee

ñluestm Dios creó los animales domésticos para ayudarnos y

I V darnos felicidad. Algunos que no son hogareños nos sorprenden

cuando tienen conductas mansas y dóciles.

-¿Es verdad que has domesticando un gorrión común? -me

preguntó un buen vecino.

-Sí,es algo no planeado. ¡Y tiene un humor!

- -Ha sido declarado plaga nacional. ¿Qué viste de atractivo

en ese gorrión, para mimarlo?

-Es interesantísimo. Además, ¿quién tiene corazón para

rechazar a un pichondto herido, empapado por la lluvia, que

le ponen a uno en la mano?

-¿Machito?

-No, por el pico y el plumaje es "nena! Por eso, y por una

patita quebrada que cicatrizó mal, la llamamos "Chuequita"

-¿Crees que aprenderá algo bueno?

-Es de naturaleza salvaje. No soporta la jaula. Se mataría

chocando contra los alambres, pero responde a su nombre, y

aunque ama la libertad, al llamarla se posa en mi brazo o en

el hombro y me picotea suavemente la oreja. Es su modo de

acariciarme. Para ella,soy su mamá. Me sigue mientras hago ¡as

tareas domésticas, y goza prendida de mis hombros mientras

cultivo el jardín. ¿No es linda?

-¡Hum...! -se limitó a responder mi vecino, sin parecer

convencido en !0 más mínimo.

Pasaron las semanas. Chuequita nos daba solo alegrías.

Escogió como su dormitorio el alero de la galería. Pronto se

arregló con su alimentación. Buscaba la compañía de sus

semejantes. Pero, aunque estuviese con ellos revolcándose en

67


H isto ria s d e m i g ra n ja

el polvo del camino o volando, al vernos a mi esposo o a mí,

como una flecha venía a posarse en el hombro, en la cabeza o

en la mano. Nos hacía unos arrumacos y volvía con sus amigos.

Era libre y feliz, y nos alegraba la vida.

-¡Cuán frágil y corta es la vida de un pajariSlo!

No alcanzamos a disfrutar de esta singular compañía ni

siquiera un año. Un día notamos su ausencia. La llamamos:

-¡Chuequita! ¡Chuequita!

Nada. La encontramos muerta. Los pajaritos viven poco

tiempo. Lo maravilloso es que Dios también tiene cuidado de

la aves.

Jesús dijo que ni un gorrión cae sin que Dios io vea. imagina el

cuidado y el amor que tiene hada ti y hada mí. Todas sus criaturas

tienen valor para éi, y nos pide que; como seres superiores de la

creación, los tratemos con bondad.

K

parte inferior del tejado, que sale fuera de la

pared y sirve para desviar de ella el agua de

lluvia.

A rrum acos: demostración de cariño hecha con gestos o

ademanes. Mimo., carreta.

Es muy triste que muera alguien que amamos, porque lo

extrañamos. Pero es lindo saber que cuando Jesús venga va a

resucitar a todos sus hijos, ¡remos todos juntos ai cielo y allí no habrá

más dolor más lágrimas ni más muertes. ¡Será maravilloso! ¡Jesús

viene pronto! ¡Aleluya!


0 g o m ó n

Se posa todos los días

frente a mí escuela un gorrión;

nadie sabe que es mi amigo,

lo sabemos Dios y yo.

Cuando me siento en la banca

para estudiar la lección,

mueve el piquito y me dice

con su metálica voz:

"No estudies, zonzo, ¿no ves

cómo vivo y como yo?,

nunca faltan por el mundo

migajas de compasión".

Hoy llegó la primavera

y el maestro nos mandó

que verse sobre "El trabajo"

la humilde composición.

Estaba desalentado

y sin ánimo y valor

para el trabajo,y he visto

a mi amiguito el gorrión.

En el cono de su pico

llevaba con mucho amor

plumas, hilillos y pajas

que por el campo encontró.

Y agitándolas al aire,

como un glorioso pendón,



MUBí

Mus! era puicra,de modales finos y limpísima.Se aseaba con

su lengüita hasta que su hermoso pelaje brillaba. No se

daba prisa. Podía pasarse horas lamiéndose al sol. Echaba una

siestita, se desperezaba, y seguía simulando dormir. Lo hacía

con un ojo. Al menor ruidito estaba alerta y si algo amenazaba

su paz, saltaba, disparada como un cohete, y se ponía a salvo

sobre una alta casilla.

En invierno, su lugar favorito para dormir eran mis pies, bajo

la ropa de cama. Nunca comprendí cómo no se asfixiaba.

Aspiraba con gusto el aroma de las flores. Si estaban fuera

de su alcance, se enderezaba sobre las patas traseras. Recorría

el jardín muy feliz.

Musí iba a ser mamá. Le preparé una m u llid a camita en el

lavadero, y le enseñé el lugar, para que se familiarizara con él.

Pero Musí tenía otros planes.

Una soleada mañana abrí puertas y ventanas. Solté al perro

policía. Nadie se acercaría a la casa. Salí de compras en el

vecindario.

Al regresar, oí un ruidito en el dormitorio. Las puertas del

ropero habían quedado entreabiertas. Entre blancas sábanas

bordadasyperfumadascon lavanda,Mus! lamíadelicadamente

tres preciosos mininos. AS verme, me los presentó con el

ronroneo especial que siempre hacía para saludarme. Los

tomé con suavidad y los trasladé a la camita del lavadero. Ella

pareció conforme con el cambio de domicilio.

Pero me había equivocado. Apenas me fui, apareció en

el dormitorio con uno de sus hijitos colgado de la nuca,

empecinada en compartir con su familia nuestro dormitorio.

Esto se repitió varios días. Al final,se resignó a ocupar el lavadero.

ו‎7‎


72

Historias de mi granja

Pero la gatita tenía razón: tanto tiempo había disfrutado de

nuestra cama ¿y ahora Ies negaba a sus hljitos un rincón en e!

ropero? Como era inteligente y dócil, se adaptó al lavadero y,

cuando los mininos pudieron seguirla, nos visitaba llamando

a la puerta con las patitas. Entraba a buscar caricias para ella y

para sus tip o s,y luego se retiraba con toda dignidad.

A Musí solo le faltaba hablar. Nos recibía al pie del ómnibus

cuando regresábamos del trabajo. Compartía nuestras caminatas.

Nuestro cariño era recíproco, pero siempre guardó su

lugar, sin abusar de la confianza recibida.

Desperezarse: realizar movimientos de estiramiento

del cuerpo, especialmente después de

despertarse.

M u llid a :

Recíproco:

cosa blanda y suave que sirve para

sentarse o acostarse.

igual en la correspondencia de uno a uno.

¡Qué hermoso es disfrutar la compañía de una mascota! Ellos son

animales que necesitan de nuestro cuidado y cariño, Si tienes una;

dedícale tiempo para jugar. Si no tienes... ¿cuál te gustaría tener?


No hay corno el gato

de mi casita,

¡vaya unos ojos,

y una colíta!

Cuando estoy triste

mira y me llama

y de un saltito

sube a mi cama.

Besa mi cara,

lame mis cejas,

y un runrún manso

da a mis orejas.

Cuando oye ruidos

por los rincones,

es el Herodes

de los ratones.

Lee en mi libro,

come en mi plato,

no me abandona



Caminábamos con mi hermano Abel por un campo que

parecía ser el preferido por las lechuzas para anidar. Nos

detuvimos ante una cueva típica excavada por estos simpáticos

animales. Era un túnel de como tres metros de largo por uno

de profundidad. Por lo general, en la parte media del túnel

forman el nido y crían dos pichones. Nuestra intención era

llevarnos una iechucita, si encontrábamos una que estuviera

em plum ada.

Comenzamos a cavar... pero en lugar de encontrar los

pichones, descubrimos una enorme yarará (serpiente

venenosa) enroscada,y al parecerían nerviosa como nosotros.

Ella se había comido los pichones.

Como no creíamos que la pala fuera segura,Abel fue a buscar

una horquilla, mientras yo vigilaba al peligroso enemigo. Con

un solo golpe, Abel la ensartó en la horquilla y la mató.

Pero queríamos una Iechucita, de modo que buscamos otra

cueva y comenzamos a cavar, ahora con mayor cuidado.

-¡Mira, Abel! ¡Dos lechucitas se están comiendo una

culebrita!

-Parece que ahora es a! revés.

Escogimos al pichón más robusto.

Lo llamé Totó, y pronto respondió a su nombre con un

graznido que yo creí musical.

Era tan gracioso verlo observar algo: su cuello giraba hacia

atrás, arriba, abajo, a un lado y a otro sin mover el cuerpo. Se

posaba en mi brazo para tomar de mi mano el insecto que le

ofrecía. Era limpísimo. Cavé en el jardín una cuevita para Totó,

pero él se hizo otra a su gusto. Si alguien se acercaba a sus

dominios, armaba un tremendo a lb o ro to .

75


76

Historias de mi granja

La luz de los faroles del patio atraía muchos insectos.Totó ?

se propuso limpiar el patio. Durante horas mataba todos ¡os

insectos, sin comérselos. Anualmente sufríamos una invasión

de langostas que destruía las cosechas en ese tiempo.Totó se

ubicó bajo la galería, interceptando el paso de toda langosta

que quisiera pasar un límite que él se había fijado,y la mataba.

No le recorté las plumas de las alas.Totó gozaba de entera

libertad. Cada anochecer respondía al llamado de sus amigos.

Los vecinos creían que el grito de las lechuzas era como

señales de mala suerte,y no querían a Totó.

Una mañana,Totó no regresó. Lo llamé durante dos días y

noches.

¡Qué lástima! Habíamos perdido a un buen ayudante para

combatir plagas y a un buen amigo.

A n idar:

osario

hacer un nido o vivir en él.

Emplumada: dicho de un ave cuando ya le crecieron las

plumas de adulto.

H orquilla:

Graznido:

A lboroto:

palo que, en uno de sus extremos, termina

en dos puntas.

grito de algunas aves.

Bullido 0 ruido.

:


77

Dios creó toda ¡a naturaleza en equilibrio. Es importante no

nper ese equilibrio. Por tal motivo, no se debe matar animales,

'0jar basura, ni destruir los bosques; esas acciones rompen el

luilibrio. Lee los siguientes consejitos para ser un defensor de la creación

e Dios:

No debes tener como animal doméstico a un

animal que es salvaje o está en riesgo de extinción,

infórmate sobre los animales que están en peligro

de extinción en tu país.

Mira videos de la vida de los animales.

No compres o regales productos con pieles de

animales en extinción.

No hagas ruido ni molestes a los animales si visitas

el zoológico.

Cuéntales a otros lo importante que es cuidar de

Sos animales.


? 0 ú m ׳Ä bid

o s W W Ä

T

ú 0 k S n nP

P a‏¡׳ Ψ

P L I N c E Sp

<1 A *

R i? ! • · · Ä P

N U Np

D Ú_ n

B A L L i pÑj A

· v í . ‏:<ז

‎1‎‏^ד־־·י■·י,.‏ :

V¡■»¿ זי'-¡‏

*

r ^ ‏^׳ * ^ K


39ft flftfcoftio ftillggpogo

San Antonio sí que es milagroso decía־״ doña Filomena a

su vecina Josefa, ambas muy devotas del santo.

Josefa continuó cortando la tela, concentrada en su tarea.

Era modista.Cuando llegó al final de una marca,dejó a un lado

las tijeras, se sentó dispuesta a escuchar y, levantando la vista,

miró seriamente a su vecina al mismo tiempo que decía:

-¿A qué viene esto?

-Decía por la sequía espantosa. Me arde la garganta por el

polvo que respiro ״ y haciendo una pausa, ‏.־־añadió Podríamos

pedirle al santo que nos mande lluvia. Madrina me aseguró

que lo hacía.

-Así he oído.

-Otro milagro que hace -intervino doña Eulalia- es

encontrar lo perdido. Con una piola se cuelga la estatuilla del

santo de los pies, se So hace girar mucho, se lo suelta y, cuando

queda quieto, según donde mire, en esa dirección hay que

buscar lo perdido, y aparece.

-Además consigue novio -dijo ruborizándose Carolina, una

linda chica de quince años que se agregaba a la conversación.

Todas rieron. Volvió doña Filomena sobre el tema de la

sequía, proponiendo que ese mismo día se unieran en sus

ruegos al santo, por lluvia.

Mi hermano Abel y yo no soportábamos más. Él dijo:

-Dios manda la lluvia y a él debemos pedírsela.

-Sabemos que Dios es el que determina si lloverá o no, pero

necesitamos de un intercesor que hable por nosotros -explicó

amablemente doña Josefa.

-jesús es nuestro único intercesor y en su nombre nos

dirigimos al Padre.

79


80

Historias de mi granja

-Bueno, entonces, rueguen en e! nombre de Jesús y

nosotros pediremos a San Antonio -opinó Filomena.

Recordando cuando Elias desafió a los profetas de Baal

(1 Reyes 18) me animé a proponerles que ellas rogaran

durante cierto tiempo a su santo, y después mi hermano y yo

suplicaríamos por lluvia en el nombre de Jesús.

-Está bien, chicos -dijo Filom ena- ¿Quién comienza?

-Ustedes son mayoría. Escojan el tiempo que quieran.

Se consultaron las cuatro vecinas y decidieron dedicar ese

mismo día a sus peticiones hasta que se pusiera el sol, unas

diez horas.

Después, las siguientes diez horas nos corresponderían a

mi hermano y a mí.

Hacía un calor infernal. La tierra, resquebrajada, parecía

bronce; y el sol, metal. Las hojas de !os árboles estaban

dobladas. Las plantas secas ofrecían el triste espectáculo de

una sequía que llevaba ya tres meses. Dolía ver a los pajarillos

trabajando en busca de unas gotas de agua.

Aceptamos e! reto. El desafío no era para nosotros,sino para

Dios y su Palabra. Éramos solo dos niños que comprendían

que les había llegado el momento de testificar.

Los ojos de mi hermano brillaban de fe y entusiasmo.

Salimos en silencio. Buscamos un rincón apartado donde orar.

Lo encontramos a cien metros de distancia en las ruinas de

lo que fue un ingenio azucarero. No nos agradaba entrar allí,

pero entre esos escombros estaríamos tranquilos ya que ni

los chicos del vecindario se atrevían a entrar porque decían

que gemían y chillaban las almas en pena. Lo cierto es que era

albergue de muchísimos murciélagos.

Cuando soplaba viento, las ruinas silbaban y gemían y,

con la oscuridad, una nube de murciélagos chillaba cazando

insectos y jugueteando en el aire. Esos eran los "espíritus",

decían los vecinos.

Previamente hicimos un examen de conciencia.

-Perdón, hermanita, si te ofendí.


S a n A n t o n io m ila g r o s o

81

-Tú perdóname Sas veces que te molesté cuando jugabas a

־(‏canicas‏)‏ las "bolitas"

Unas !agrimitas, un abrazo, y todo estaba en paz entre

־ambos

״ayuda Recordamos al profeta Elias y suplicamos a Dios por

Luego quedamos en silencio.

Fuimos a ¡a casa para almorzar. Una vez limpia la cocina,

tarea en que todos colaborábamos,fuimos con Abel al ingenio

en ruinas. Llevábamos la Biblia. Los murciélagos dormían.

Nada interrumpió nuestros ruegos. Cantamos, oramos y

leimos muchas promesas divinas.Con frecuencia salimos a ver

el cielo. Ni un sola nube de lluvia. Así pasamos la tarde entre

orar, leer y mirar el cielo.

Se puso el sol rojo y quemante.

Terminó el plazo de prueba para San Antonio milagroso.

Nos postramos nuevamente agradeciendo a Dios por no

haber enviado lluvia durante el día y suplicándole que lo

hiciera ahora, para su mayor gloria.

Casi no podíamos creer lo que veían nuestros ojos:se cubrió

el cielo. Relámpagos y truenos anunciaban que algo ocurriría.

Pronto goterones levantaban la tierra reseca y el olor a

tierra mojada nos hacía felices.

-¡Vamos a casal ״ dijo Abel, corriendo con la Biblia bajo Sa

camisa.

-¡Vamos! -repetí, saltando de contenta.

A pesar del apuro, llegamos a la casa empapados.

-¡Hurra, llueve! -gritó mi hermano.

Con una leve sonrisa, doña Josefa admitió su derrota. La

alegría que le producía ver llover superaba todo sentimiento

de derrota. Bajo Sa galería,ella y su hija Carolina contemplaban

extasiadas el torrente de agua que corría por el patio.

Cuando Sa abundante lluvia hubo parado, apareció doña

Filomena bajo un gran paraguas, seguida de su hija Dorila.

-¡Cómo llueve! Era hora. No van a creer estos chicos que

ganaron. Fue de pura casualidad.


82

Historias de mi granja

-¡Gracias al cielo por este regalo! -dijo doña Josefa- Y

debemos reconocer que los chicos ganaron en buena ley.

Carolina y Dorila también estaban convencidas del fracaso

de San Antonio.

Abel tenía una expresión de alegría, pero no habló. Los

hechos eran más importantes que las palabras.

Volvimos a nuestro refugio para alabar a Dios por su

maravillosa intervención.

En el día final muchos arrojarán sus ídolos (Isaías 31:7) pero

los que confían en Dios no serán avergonzados (Isaías 49:23, ú.p.;

Salmo 22:5).

D evota:

Santo:

religiosa, piadosa.

en el mundo católico, se dice de la persona a

quien la Iglesia declara tal,y manda que se Se

dé adoración.

Intercesor: persona que habla en favor de alguien para

conseguirle un bien o librarlo de un mal.

Ingenio azucarero: fábrica donde se muele ¡a caña para

obtener el azúcar.

Extasiada: embelesada, muy admirada.

H י׳ז*■‏ü i

¡Dios es el único Dios! Él creó todas las cosas y las sostiene con su

mano derecha. Nunca dudes del poder de Dios. Confíale a él todos tus

sueños, y él te transformará en una persona grande, fuerte y feliz.


La gmn mayoría de nosotros, chicos y grandes, juzgamos por las

apariencias y, con frecuencia, nos equivocamos.

• Como sucedió en la escuelíta de mi pueblo cuando

entró al grado un compañero nuevo, tímido, callado y vestido

humildemente. Los chicos cuchicheaban:

-Debe ser un pobrete. ¡Mira qué ropas gastadas usa!

-Parece tontito. No habla con nadie comentó״■‏ Clarita.

Eduardo pertenecía a una familia sencilla y trabajadora.

A fin de año, pasó de grado con Sas notas más altas.Todos lo

miraban con respeto.

® También sucedió que en el internado de un colegio

las niñas miraban con cierta envidia a Margarita, que con

frecuencia lucía un nuevo vestido a la última moda. La oreían

rica. Trabajaba pocas horas por semana y se cuidaba mucho

las manos para no dañarlas. AS cabo de poco tiempo, supieron

que un tío con mucho dinero ayudaba a Margarita, y que su

madre era modista y Se cosía toda la ropa.

• En una gran ciudad, cuando todavía corrían tranvías

eléctricos, Anita creció con el defecto de juzgar; hasta que ella

misma fue víctima de un juicio injusto.

Una hermosa tarde de primavera, pensó cuánto gozaría

Mi mí, una niñita pobre, en el parque de juegos al otro extremo

de la ciudad. El trayecto en tranvía llevaba media hora. Eso ya

sería un paseo para Mimí, porque su mamá trabajaba mucho y

rara vez la sacaba a pasear.

Aunque Ana y Mimí no eran parientes, eran parecidas en

ciertos rasgos y ¡qué coincidencia!, esa tarde ambas vestían

un saco azul del mismo tono y zapatos marrones. Mimí era

83


84

Historias de mi granja

chiquita; y Ana, robusta, a pesar de sus 18 años. Por su trato ^

y apariencia podía pasar bien por la mamá de la niñita de 6

años. Subieron al tranvía y Mimí escogió sentarse junto a !a

ventanilla; así disfrutaba mejor del paseo.

Todo iba bien hasta que el tranvía paró en una esquina. Y

Anita vio que el perrito de Mimí se había soltado de su cadena

y la había seguido y se lo veía ahí con la lengüita afuera. Se

acercó a la ventanilla donde se asomaba su dueñita. Saltaba

hacia Mimí llorisqueando:

-¡Es Lulú! ¡Se escapó! -exclamó Mimí.

-¡Pobrecito! ¿Qué hacemos con él?

En ese momento arrancó el tranvía y no se detuvo sino al

final de cuatro largas cuadras. Allí se repitió la escena: varios

pasajeros que observaron lo que pasaba que miraban con

disgusto a nuestras amiguitas. Un señor, levantándose de su

asiento, miró con enojo a Anita y en voz alterada le recriminó:

-Señora, ¡esto es una crueldad! Podría atar a su perrito. ¿Le

parece lindo salir con su hija y sentarse tranquila mientras el

pobre animal corre detrás de ustedes?

Ana procuró mantener la caima aunque estaba muy

avergonzada.

-Señor, el perro no es mío ni esta niña es mi hija. No sé cómo

el perrito se soltó y sigue a su dueña.

-¡Todavía niega! Se parecen y hasta visten igual. Nosotros

somos de la Sociedad Protectora de Animales y podríamos

denunciarla y hacerle pagar cara esta crueldad.

Mientras tanto Lulú seguía corriendo tras el tranvía.

Anita, roja de indignación y a punto de estallar en lágrimas

al ser juzgada injustamente, bajó con Mimí en la próxima

esquina.

Pronto las vio Lulú, que saltaba de contento, ajeno a lo que

estaba pasando

Tomaron un taxi para volver a casa sin el paseo soñado por

Mimí.


No juzgues

85

Mim! decidió ser más cuidadosa con su travieso Lulú. ¿Y

Anita? Comprobó qué mal se siente uno cuando es juzgado

por las apariencias y se prometió que, con la ayuda de Dios,

procuraría vencer ese feísimo defecto.

Jesús dijo: "No juzguéis, poro que no seáis juzgados. Porque

con el juicio con que juzgáis, seréis juzgodos,ycon lo medida con

que medís, os será medido" (Moteo 7:1,2).

vehículo parecido al tren que circula sobre

raíles en el interior de una ciudad o sus

cercanías,y que se usa principalmente para

transportar viajeros.

sentimiento de enfado o enojo que causa

alguien o algo.

M __ W m ₪ ₪ M ₪ á fe

IxcLUcrUÚ

¿Has sufrido alguna vez que te hayan acusado por hacer algo

malo injustamente? ¡Es muy feo! Aceptar las diferencias de nuestros

compañeros es necesario para no juzgar. ¡Quizá sea interesante

descubrirlas diferencias! Si todos fuéramos iguales, seria muy

aburrido. No busques amigos iguales a ti. ¡Disfruta de las distintas

cualidades de tus amigos! ¡Podría ser divertido!



PerJóiwnie

n la Palabra de Dios hay indicaciones clarísim as respecto del

£

p e rdón.

• En el Padrenuestro (M ateo 6:12).

• En la respuesta de Cristo a la pre gunta de Pedro (M ateo

18:2122).

• Cuando nos acercamos a l a lta r con algo pendiente con

nuestro p ró jim o (M ateo 5:23,24).

• En el proceder de Dios con los pecados confesados (Isaías

43:25).

• En la p a rá b o la de los dos deudores (M ateo 18:23-35).

Debemos p e rd o n a r sie m pre , aunque el que nos h irió no lo

re c o n ó zca n m e n o s,p id a perdón. No digam os, com o algunos:"Te

perdono')y luego pensemos para nuestros adentros: "Esta no me

la olvido así nom ás".

Debemos p e d ir p e rd ó n sie m p re , aunque el ofendido no

quiera perdonarnos. Eso queda entre él y Dios, quien nos lleva a l

arrepentim iento genuino (Romanos 2:4).

¡Cuánta fa lta nos hace para reconocer nuestros errores y ser

tiernos de corazón para perd o n a r ta l com o Dios nos p e rdona!

Parece más fá cil p e d ir perdón a Dios que a un semejante. Pero,

cuán bueno es reconocer de in m e d ia to nuestra fa lta y arreglar

con nuestro prójim o.

־patio Mi madre horneaba el pan en un horno a leña, en el

Hacía calor. Con las mejillas rojas, se la veía muy cansada. Yo

tenía siete años y la ayudaba.

-Hijita, busca un repasador limpio.

-Aquí está,mamá -y lo puse en un canasto con pan caliente.

Ella no me oyó.

87


-Te dije que trajeras un repasador limpio.

-Ya lo traje, mamá.

Tan cansada estaba que no lo vio.

-¿Por qué desobedeces y, además, mientes?

-¡Pero, mamá...!

No lloré. Me sabía ¡nocente. Entonces miró mejor y lo vio. Al

instante me abrazó, diciendo:

-¡Perdón, hijita, perdóname!

Solté el llanto, no por el reto, sino por la emoción. Nunca

olvidaré ese ejemplo de rápida humillación.

"Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,

perdonándoos unos o otros, como Dios también os perdonó a

vosotros en Cristo" (Efesios 4:32).

Nadie es perfecto en esta tierra. Todos cometemos errores. ¡Qué

bueno es tener un corazón humilde y pedir perdón! También es

importante que seamos tolerantes hacia ios errores de nuestros

amigos, compañeros y familiares. Perdonar es una de las formas

de demostrar cuánto amamos. Dios nos perdona porque nos ama

infinitamente. Si estás enojado con alguien, no esperes más, ve y

pídele perdón.


GU9M0 Musí 96 perdió

Nuestra gatita Musí era una mamá cariñosa, cuidadosa y

muy limpia.Sus dos mininos de suave pelo gris eran motivo

especial de su atención. Esa lengüita rosada y áspera, a manera

de lija, no dejaba de lamer a sus rechonchos gatitos, hasta que

los veía peinaditos desde las orejas hasta la cola.

A veces, Sos pequeños procuraban escapar del aseo, como

suelen hacer algunos chicos enemigos del agua, pero Musí no

perdonaba; con sus manos los sujetaba mientras que con esa

lengüita dale que te dale. Era una escena como para filmar...

Un día M u s í desapareció. No podía ser que abandonara

a sus crías, a quienes amaba como buena madre que era.

Pasaron las horas,y nada...

Los gatitos comenzaron a lloriquear. Les di leche tibia.

Lamieron un poquito, pero no les gustó. Querían a su mamá.

Buscamos con mi esposo por todo el vecindario,preguntando

casa por casa. Nadie ¡a había visto ese día. Llamamos:

-¡Mus¡, Musí!...

Nadie respondió como hacía Musí, que venía corriendo y

con un״grrr"sefrotaba contra nuestras piernas.

Llegó la noche. Acomodé a los gatitos en su cajón y los entré

al lavadero. Lloraban tan lastimosamente que nadie, ni ellos

ni nosotros, dormimos. A pesar de levantarme, darles leche y

procurar consolarlos, no logré calmarlos.

Y así pasaron tres días con sus noches. Hambrientos,al tercer

día, tomaron toda la leche hasta lamer el platillo. Lloraban de

noche y dormitaban de día So mismo que la mayoría de los

bebés.

Tanto a mi esposo como a mí nos entristecía perder a

Musí o pensar que estaría sufriendo, herida, sin poder volver.

89


90

H is to ria s d e m i g ra n ja

De pronto, se me ocurrió. ¿Estaría encerrada en la fábrica de

productos químicos?

Cerca de casa, tras una frondosa arboleda, había un edificio

de tres plantas con mirador, estilo chalé. En sus mejores

tiempos, había sido una próspera academia de inglés, rodeada

de frutales y de bellos árboles. Cuando la academia cerró, el

caserón sirvió para distintos usos; entre otros, como fábrica

de productos químicos. En el tiempo de nuestra historia,

era especial para la imaginación de los chicos, quienes lo

miraban como a un castillo encantado, y decían que se oían

ruidos y gritos en la noche. Por cierto que allí dormían búhos,

murciélagos, gorriones y las lauchas corrían a sus anchas.

Sospeché. ¿Habría idoMusia explorare! edificioabandonado?

Aunque el portón y la puerta estaban bien cerrados, las

ventanas del subsuelo tenían vidrios rotos. Podría haber

entrado por allí...

Busqué al cuidador que guardaba las llaves, quien, aunque

era amable, no tenía interés en molestarse tratándose nada

menos que de ¡una gata!

Le rogué, contándole de los gatitos llorones.

-Entre usted, señora, yo la espero afuera.

Por lo visto, no le atraía el lugar.

Decidí recorrer cada recoveco llamando: ¡Musí! ¡Musí!

Bajé al subsuelo, ¡qué olor! ¡Qué corridas de ratas!

Nada.

Una escalera central y amplia unía las tres plantas y, a! final

una escalera caracol conducía al mirador.

-¡Musí! ¡Musí! ¿Estás acá?

El travieso eco repetía: ¡iiiiii! ¿aaaaaa?...

Ascendiendo por la escalera caracol me pareció oír un débil

"¡miau! ¡miau!"

Sí, allí estaba mi pobre Musí, con unos ojos de terror. Se

abrazó a mi cuello como un niño asustado. Le agradecí al

cuidador.


C u a n d o M u s¡ s e p e rd ió

9

ו Musi se me prendió con tal fuerza que recién aflojó al ver a

sus hijitos. ¡Y qué encuentro más tierno fue ese!

Antes de bebery comer,aun estando sedienta y hambrienta,

les dio de mamar a sus hijitos, que estaban felices. Luego los

lamió y aseó más que nunca. Musí aprendió la lección. Nunca

más se metió en ese feo caserón.

Aseo:

limpieza.

Frondosa: espesa, tupida, cerrada,

A veces, los niños caen en una trampa como la de Musí. El diablo

tiene mil maneras de hacerlos pecar y sufrir

iGracias a Jesús, que es poderoso y Heno de amor! Él quiere

rescatamos del pecado, ;Jesús es nuestro Salvador!



¡CUiJQJol

La llamábamos "la Iagunita"aunque no era sino un pozo que,

en época de lluvias, se llenaba de agua.

Las lluvias arrastraban semillas y huevos desde otras charcas,

y las aves que la visitan se encargaban de llevar más. Pronto, en

sus orillas crecían plantas y arbustos. Las raíces prendidas en el

sedimento barroso daban vida a las plantas acuáticas.Cuando el

pozo estaba lleno, se encontraban varios tipos de aves,tortugas,

peces, plantas e insectos. Con el tiempo las plantas flotantes

como el nenúfar y el cam alote cubrían la superficie del agua, el

sedimento aumentaba y, si no llovía bastante, "la lagunita"se

volvía una playa pequeña y fangosa. La vida desaparecía poco a

poco,y solo sobrevivían algunas plantas.

Nuestra "lagunita" estuvo floreciente durante años. Nos

atraía; entonces, íbamos muy seguido a jugar ahí.

Mamá nos permitía ir siempre con la advertencia:

"¡Cuidadito! ¡Tengan mucho cuidado!" Se encontraba a pocas

cuadras de casa y, en el silencio del campo, sin dificultad

oíamos la voz clara de mamá cuando nos llamaba.

Cuando nos acercábamos a la charca, emprendían un

ruidoso vuelo gallaretas, chajás, m a rtin pescador y otras aves

que frecuentaban el lugar. Allí nos entreteníamos observando

los cardúmenes de m ojarritas, la multitud de larvas de

mosquitos, los graciosos renacuajos. Buscábamos caracoles,

sus huevitos rosados y tantas bellezas que se descubren en el

agua de״una lagunita"

Una tarde, nos descalzamos y, con el agua hasta las

rodillas, usamos los sombreritos de tela o paja como redes.

Sacábamos la "red" repleta de bichos y, luego de examinarlos,

les devolvíamos la libertad.

93


94

Historias de mi granja

De pronto,mi primita se miró las piernecitas.Algo la molestaba.

-¡Oh, miren esos gusanos! -exclamó.

Era una gran cantidad de sanguijuelas que se le habían

prendido a las piernas. Instantáneamente, todos nos miramos

las piernas.

-¡Ay! ¡Ay! -gritamos, no de dolor sino de impresión a! ver

prendidas a nuestras piernas esas ventosa hinchadas con

nuestra sangre. ¡Qué horribles y asquerosos animalitos!

Las que estaban repletas se soltaban solas.Pero si tirábamos

de las vacías o a medio llenar, se cortaban por la mitad y la

voraz cabeza quedaba prendida, bien prendida en la piel.

Comenzamos a llorar desesperados... No nos causaba gracia

esperar a que se dejaran caer hartas de nuestra sangre.

-¡Salgamos dei agua pronto! -sugirió mi hermana de 10

años. De un salto, nos pusimos en la orilla y, con distintos

métodos como pasto, palitos y cortezas de ramas, procuramos

deshacernos de las hambrientas sanguijuelas. Nos raspamos

las piernas con tal energía que llegamos a lastimarnos más de

lo que lo hacían las sanguinarias sanguijuelas...

Al fin nos vimos libres de ellas. Pero nadie quiso entrar en la

"lagunita"y rescatar un sombrerito que había quedado sobre

unas totoras.

Al recordar esa aventura, todavía una sensación muy

desagradable recorre mi cuerpo... Por cierto que esa charca no

nos atrajo más.

Niños, ta l com o "la ¡a g u a ita " de m i infancia son las tentaciones

del diablo: parecen inocentes, atractivas, m ezcladas con cosas

lindas. Son en apariencia inofensivas pero, cuando querem os

reaccionar, nos tienen atrapados. Resulta im posible deshacernos

de sus tram pas p o r nuestros propios medios. Solo el poder de

Jesús nos librará de las sanguijuelas del pecado.

Tenía razón m i m a m á cuando nos advertía: "¡Cuidado con la

la g u n ita !"


¡C u sd a d o !

9 5

r ■ Fangosa: barrosa, pantanosa, turbia

Nenúfar:

H l U B i .. Ü

m im

W f-T ■

f1erfoeuQj0s:

Chala:

G a i í a r e w s

M o jarrita


Historias de mi granja

Antes de cruzar la calle mira en 10$ dos sentidos.

No ju g a r con ¡os enchufes._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

No correr cuando tienes píalos, cuchillos o algo cortante

en la m ano.


G9U&0, 61 QIDi^O PÍ6I

c

Cuando José lo llevó a su casa, era un precioso cachorrito con

manchas negras bien distribuidas. El pequeñito era muy

gracioso, fiel, obediente y responsable.

Lo seguía a José a todos lados pero, en ciertas ocasiones, su

dueño no podía llevarlo consigo. Entonces, le ordenaba:

-jCabito, vuelve y cuida la casa!

El perrito se detenía en seco, fingiendo no haber

comprendido, con ojitos suplicantes.

José repetía:

-¡Cabito, vuelve pronto y cuida la casa!

Entonces Cabito, con la cabeza gacha, las orejas caídas y el

rabito entre las patas, volvía obediente para cuidar la casa.

Cuando José regresaba, allí estaba el fiel perrito, acostado

en la entrada de la casa, cumpliendo su deber.

José era agricultor, iba al campo con sus caballos de

labranza, sus herramientas y el fiel Cabito.

Cuando sembraba, recorría la m elga a caballo, llevando una

bolsita con semillas, y dejaba a Cabito para que cuidara las

bolsas de semillas en un extremo del campo.

-¡Cabito, cuida las bolsas de semillas! -le recomendaba.

El animalito no se movía del puesto del deber.

José lo elogiaba y acariciaba. Cabito saltaba feliz agitando

la cola.

Una tarde fueron juntos a un campo distante. José

montaba un caballo con solo el co jin illo A l terminar la siembra,

desmontó, tiró el cojinillo sobre el pasto, bebió agua, cargó en

el caballo las bolsas vacías y la cantim plora, y decidió caminar

llevando al caballo de las riendas.

Regresaba cansado y pensativo, haciendo cálculos sobre

97


98

Historias de mi granja

lo sembrado y el rendimiento que podría dar el campo־Ya se

ocultaba el sol cuando entró a su casa.

-¿Y Cabito? -le preguntó su esposa, después del saludo.

-¿No vino? Creí que me seguía.

-¿O habrá entrado a casa del vecino a jugar con Chaplin?

-Son amigos, pero a estas horas Cabito busca su casa. ¿Le

habrá pasado algo? -comentaba doña Rosa.

-Iré a ver. ¡Cabito! ¡Cabitooo! -llamó a todo pulmón.

Oscurecía. José fijó los ojos en dirección del campo recién

sembrado, y allá lejos le pareció ver un bultito que se movía

despacito. Se detenía y volvía a moverse con dificultad.

-¡Cabsto!

-¡Guau,guau!

Y, como pidiendo auxilio,gim oteó:

-¡Juijui!

José corrió a su encuentro. Con sus afilados colmillos, el

fiel perrito arrastraba el enorme (para él) cojinillo de su amo.

Unos pocos metros y se detenía para tomar aliento. Así había

recorrido varios cientos de metros.

Cabito quiso ayudar a su amigo amo, tan distraído que se

ha olvidado el cojinillo.

José corrió al encuentro de Cabito. Lo elogió y acarició

mucho. Levantó el cojinillo lleno de polvo y pasto. Al llegar a

la casa, le sirvieron a Cabito una riquísima cena: una rica sopa

especial, con muchos huesos.


Cabito, el amigo fiel

99

Gacha:

M elga:

C ojinillo:

baja, agachada.

r

parcela de tierra arada.

manta pequeña de lana o vellón, que se

coloca sobre el lomillo del caballo para

montarlo.

C antim plora: frasco de metal aplanado y revestido de

material aislante para llevar la bebida.

G im oteó:

acción de llorisquear, suspirar, clamar.

¡Qué lindo tener amigos tan fíeles y confiables! Es maravilloso

contar siempre con una persona Jesú s es nuestro amigo y le gusta

que tengamos muchos amigos. Para eso, es necesario mostrarnos

amigos.

¿Cómo eres con tus amigos? ¿Eres leal y responsable?

¿Cumples con tu palabra? ¿Se puede confiar en ti como amigo?



flLQjo 1999ΜΊ199l ן

, Λ Ito! ¡Arriba las ״.!‏manos ¡Disparo! ¡Pum,pum, pum.J

— |/1-¡A y# me mató! -exclama Fito, tirándose al suelo y

fingiéndose muerto.

Se acerca su hermano, el "policía" y con su pistola de

juguetelo"mata"a balazos en la cabeza.

De pronto el "muerto" se levanta y dice:

-Ahora yo soy policía y tú el bandido.

¡Cómo se divertían imitando escenas que miraban en la

televisión! En la pieza tenían un montón de armas de guerra:

revólveres, pistolas, tanques de guerra, etc. Lo que no les

compraban sus padres ellos lo fabricaban con latas, maderas,

piedras, recortes de hierro, etc. Por las tardecitas,se juntaba la

pandilla del barrio y armaban tal batalla que era difícil saber

si jugaban o era una pelea real.

Más de una vez, algún chico resultaba herido y buscaba

refugio en mi casa, donde le prestaba los primeros auxilios. Al

final de la "batalla" todos se retiraban sucios y desalineados.

Los padres de Andrés no estaban de acuerdo con esos

juegos peligrosos o de violencia. Así le enseñaron.

Pero Andresito no quería ser distinto de los chicos del barrio

y quería jugar con ellos, aunque reconocía que sus padres

estaban en lo correcto.

Un domingo de tarde, cuando el grupo de amigos del

barrio jugaba a la "guerra? Andrés iba a la casa de la maestra y

pasó entre los "com batientes". Se notaban muy entusiasmados

y Andrés se detuvo a mirar.

Repentinamente, Diego llegó a la plazoleta donde se

libraba la "batalla campal" mostrando una pistola calibre 45, de

su padre, que era sargento de policía.

וסו


1 0 2

H is to ria s d e m i g ra n ja

-¡Todos cuerpo a tierra! ‏.‏ordenó״־

-¡Eh, loco! ¿está cargada? -gritaron curiosos algunos

desconfiados.

-¡Claro...que no! -aseguró Diego,comenzando a gatillar- Papá

la descarga cuando Siega a casa.

Todos lo rodearon. Andrés se acercó. De pronto...

-¡¡Pum...!!

-¡Ay! -gritó Andresito,cayendo de espaldas al suelo. Un hilo

de sangre le corría en el brazo izquierdo, donde se veían dos

orificios: entrada y salida de la bala.

A todos los invadió el pánico. Algunos gritaban, otros

corrían. Los mayores se asomaron. Alguien ayudó al herido a

incorporarse y lo acompañó a su casa, seguido por un grupo

de niños con caras muy asustadas.

-¡Podría haberlo matado!

-¡Menos mal que no le dio en la cabeza!

-¡Diego pensó que no estaba cargada!

Y siguieron los comentarios.

Pero, aunque no fuera una herida grave, a Andrés le dolía

y sufrió durante meses. El niño más inocente del barrio fue

víctima de un "juego" muy peligroso. Andrés nunca más se

tentó a jugar con esa clase de juguetes.

Combatientes: cada uno de los soldados que componen

un ejército.

Calibre:

medida interior de fas armas de fuego.

Orificios: abertura o hueco de ciertos conductos»

Pánico:

miedo extremo, o terror, producido por la

amenaza de un peligro inminente y que, con


armas! Abajo‏!־ las

03 ו

N■

S

w /Amigos, las armas y la violencia no son un juego! La violencia

surgió por el pecado en esta tierra, y trae mucho dolor y tristeza.

Hay juegos que son más divertidos. Tú eres inteligente para

inventarlos. ¿Cuál se te ocurre?

— i


os números

r ־.-‏


פ

ángel je M oug Isabel no recuerda cuándo memorizó Salmo 34:7 porque

desde pequeña su mamá le enseñaba a repetir pasajes

bíblicos hasta saberlos bien. Ella le decía:

-Repite: El ángel de Jehová.

-El ángel de "Jová" (Jehová).

-Acampa alrededor.

-Acampa "aldededol'í

-De los que le temen.

-De los que" e "temen.

-y los defiende.

-y los "defe n de"

Aunque no pronunciaba correctamente, su ángel la cuidó

siempre.

Poco a poco aprendió a hablar bien y a comprender el

significado de lo que memorizaba.

A los 8 años, Isabel tomó parte en un concurso bíblico,

organizado por la escuela, para niños de 8 a 12 años, y ganó

el primer premio: una hermosa Biblia. Pero e! haber ganado

no fue lo que más la alegró, sino comprobar que su ángel

guardián la protegía de peligros pequeños y grandes.

Isabel y su familia vivían en el campo. Un día Isabel y su

mamá fueron a llevar alimentos y ropa a una familia pobre con

numerosos hijos.

Iban en 51///cy,tirado por un caballo algo bravo, llamado Alazán.

La noche anterior había llovido y el camino estaba barroso.

La mañana estaba hermosa. El perfume de las flores

silvestres, los pajaritos cantores y las brillantes mariposas

alegraban el paisaje.

¡Qué felices cantaban las dos! Al trote largo de Alazán,

105


106

H is to ria s d e m i g ra n ja

sentían el viento fresco en la ־cara Sabían que "el ángel de *

Jehová"volaba sobre ellas.

Sucedió en un segundo.

Al doblar la esquina de un campo alambrado, la vuelta fue

muy cerrada. Una rueda del sulky chocó contra un palo firme

de la esquina.Tal fue Sa sacudida que el vehículo se desarmó y

el asiento con las viajeras cayó al suelo, mientras la copoto del

sulky les hacía de techo formando como una carpita.

-¿Estás lastimada, Isabel?

-No, mamá, estoy bien. ¿Y tú?

-Ni un rasguño.

Se miraron las caras y rieron: Sos salpicones de barro las

habían pintado graciosamente.

-La ropa también necesitaría una buena lavada.

-¿Cómo saldremos de aquí? Es pesada la capota.

-Empujemos juntas, desayunamos bien.

El caballo espantado había seguido corriendo con las ruedas

intactas hasta detenerse frente al portón de una casa.

-¡Mira, allá vienen dos hombres trayendo a Alazán con las

ruedas!

-¡Gracias a Dios!

Los buenos hombres creían que se iban a encontrar con

heridos o muertos. Al verlas tan risueñas y sin daño, decían una

y otra vez:

-¡Es un milagro,es un milagro!

-Por supuesto que es un milagro, como tantos que Dios

hace cada día para librarnos de muchos peligros -respondió

la mamá de Isabel.

Los hombres reajustaron el sulky muy bien.

Después de agradecerles, madre e hija reanudaron su viaje

y los hombres regresaron a su lugar.

Isabel tuvo qué contar a sus hermanos.Todos agradecieron

a Dios por su ángel guardián.


El á n g e l d e J e h o v á

ו

0 7 Suiky;

Capota:

Intacta:

carro con dos ruedas tirado por un caballo,

usado en el campo.

lona, cubierta, toldo.

sin daño o lastimadura, completa, perfecta.

Salpicón: chorro, lluvia, mancha.

Risueña: alegre, gozosa, contenta,

Amiguito, te propongo que elijas todas las semanas durante tres

meses un versículo de la Biblia y lo memorices. ¡Ai final sabrás catorce

versículos! ¡Las bendiciones serán muchísimas! Ss t, ·.


D om ing o Lu n es M artes M iércoles Ju e v e s V ie rn e s S á b a d o

D o m ing o L u n e s M artes M iércoles J u e v e s V ie rn e s S á b a d o

D o m ing o Lu n es M artes M iércoles J u e v e s V ie rn e s S á b a d o


Mrcflhßrffco

Raúl se deleitaba ayudando a su papá en la huerta.Observaba

todo lo que hacía, y le preguntaba sobre cada cosa nueva

que descubría.

El papá le dio un rincón del terreno para que cultivase lo que

él quisiera. Raulito miraba asombrado la variedad de semillitas

que tenía el papá en diferentes frasquitos. Eran preciosas.

Las semillitas como bolitas de los rabanitos; las minúsculas

de cebollas, perejil y zanahoria; esas blanquitas de tomate y

morrón; más todas las variedades de porotitos verdes.

Aprendió cuáles convenía remojar antes de sembrar en

surcos, almácigos o en vasitos de plástico.

Una mañana temprano corrió a la cocina, donde la mamá

preparaba el desayuno, gritando:

-¡Mamá, ven, mira cómo asoman las hojitas de los rabanitos!

La mamá dejó de acomodar los platos sobre la mesa y

acompañó a su hijito para admirar el milagro de Dios en la

naturaleza.

״

¿Ves estos como brotecitos verdes? -¡Sí, son las hojitas de los rabanitos que nacen! -respondió

Raúl, entusiasmado.

Pocos días más tarde, Raúl cosechó el primer rabanito, lo

lavó bien y So comió con las tiernas hojitas.¡Era tan ricolTiempo

después, arrancaba jugosas zanahorias y, con un amiguito, las

mordían como hacen los conejos.

Un día, la mamá necesitó ir a la ciudad durante varias

semanas para un tratamiento médico y se llevó con ella a Raúl.

Se quedaron a dormir en la casa de los tíos, quienes vivían en

un departamento sin patio, en un sexto piso.

¡Cuánto extrañaba Raúl su huerta y el espacio para corretear!

109


ח

ס Historias de mi granja

Con su primito iban a un parque cercano, pero ni bien se

acercaban a una flor para admirarla, el guardián aparecía con

una varilla y les advertía:

-¡Prohibido tocar ni una hoja!

Un mañana, cuando ambos primitos estaban jugando en e!

balcón del departamento bañado por el sol, Raulito tuvo una

brillante idea:

-¿Qué te parece si hacemos un jardincito y una huerta?

-Pero ¿cómo? No hay tierra.

-¡En cajoncitos! Papá nos puede traer tierra de casa y el tío

nos ayudará a encontrar los cajones.

Dicho y hecho. Los tíos estuvieron de acuerdo. Los tres

levantaron los cajones desde la planta baja.

Raúl y su primo los pintaron de vivos colores. Quedaron

preciosos. El papá les trajo varias bolsas de tierra negra suelta,

sin raíces de hierbas, y semillas de verduras y flores.

¡Cómo se divirtieron con sus plantas!

Iban cada día a regarlas y ver cómo brotaban.

Un día, Raulito llevó a la cocina un puñadito de lechugas,

rabanitos y perejil para la ensalada;y un ramillete de clavelinas

a la mamá enfermita.

Las dos madres se emocionaron mucho. Una dijo:

-Nunca comí una ensalada más rica.

La otra añadió:

-Nunca vi flores más preciosas y perfumadas.

Y los papás:

-Estamos orgullosos de nuestros hijos.


J a r d in e r it o

ו

ו ו


as historias para leer y contar que aparecen en

este libro son el resultado de las vivencias, el recuerdo

y el amor que la autora siente por los niños, a

quienes, no lo dudamos, deleitará con estos relatos y

situaciones verídicos experimentados en su infancia,

contados en un lenguaje sencillo y ameno.

Nos sentimos complacidos de poder ofrecer, a

nuestros pequeños lectores, H istorias de m i granja,

un libro destinado a los niños, a quienes esperamos

ayude a ser felices, y a los padres en su tarea de

deleitar y educar a sus hijos.

־‎978-950-769-1690‎ ISBN

Ediciones New Life

789507 691690II

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!