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#01 SKISHOCK
HELISKI
Texto_ Antonio Kobau y Álex Blasco
Fotos_ Gorka Martínez
Guía de alta montaña_ David Pujol
Zona_ Valle de Barrados
HELISKI
Dicen que el mejor olor para despertar por la
mañana es el del café recién hecho y el pan tostado…
Pero algunos creemos que la mejor forma de
levantarse es con el olor a queroseno… Bienvenido
a la fiebre HELISKI.
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Se suele considerar a Hans Gmoser, un guía de montaña austriaco
que emigró a Canadá, como el “inventor” en 1965 del
Heliski, en las montañas Bugaboo de la Columbia Británica
canadiense. El Heliski tuvo un arranque lento, pero fue rápidamente
promocionado por las películas de esquí de Warren
Miller de los años 80 y 90, donde se encumbró como una
modalidad famosa. Representaba la adquisición de un cierto
status por parte del esquiador que lo practicaba. A partir de
esos años, el Heliski se ha ido expandiendo de forma global
por todo el mundo, y aunque no todos los países lo permiten,
existen bases de operaciones en Canadá, los EE. UU, Alaska,
Islandia, Groenlandia, Nueva Zelanda, el Himalaya indio, Nepal,
Rusia, Turquía, Noruega (zona de Voss), Suecia, Finlandia,
Argentina, Georgia, Chile y Suiza. De todas ellas, Canadá es el
área más popular para el Heliski, con más del 90% del mercado
global.
En cuanto a la operatividad, dependiendo de cada país suelen
usarse dos “modelos” de Heliski distintos, que son los llamados
modelo “europeo” y “canadiense”.
El modelo “europeo” considera al helicóptero como un “taxi”,
de forma que lo que hace el piloto es simplemente dejar al grupo
en una cima determinada (normalmente en unos puntos de
aterrizaje predeterminados por ley) y éste (junto con un guía)
se encarga de descender por su cuenta y regresar a la base.
Esto último requiere mayor experiencia en montaña, ya que
los desniveles suelen ser mayores y el terreno más variado, con
más posibilidad de imprevistos. Los descensos suelen incluir
terreno más escarpado y técnico, propio de la zona de los Alpes
donde se practica, aunque todo depende de la zona elegida.
El modelo “canadiense” opera de forma diferente, estableciendo
normalmente un “campo base” en medio de la montaña
o un valle, desde donde se sube a los riders a diferentes picos
de la zona. Cuando los descensos de la zona están agotados, se
traslada el campo base temporal a otra zona, y así sucesivamente.
Igualmente, el helicóptero se encarga de realizar el “transfer”
de los riders desde y hasta la base de partida.
Tradicionalmente, los trips de Heliski solían ser viajes lejanos
de 3 a 7 días, con el “campo base” establecido en un hotel o
lodge de madera perdido en medio de las montañas de Canadá,
y donde el lujo y la gastronomía de primera clase eran los
protagonistas. Pero en los últimos años, el Heliski se ha democratizado,
bajando precios y ofreciendo muchas alternativas a
los caros trips de una semana con todo incluido. Han surgido
múltiples opciones de vuelo que van desde los llamados “Helibautizos”,
de una sola mañana, hasta la posibilidad de alquilar
el helicóptero por horas, de forma compartida o en exclusiva
con tus amigos.
En España, hasta hace poco tiempo la regulación no estuvo
muy clara, pero últimamente se ha ido institucionalizando y
regulando esta modalidad. Actualmente, la empresa Pyrenees
Heliski es la única habilitada legalmente para practicar el Heliski
en las montañas del Pirineo, y tiene un modelo de operaciones
mixto, ya que si bien transporta a los clientes al estilo
“canadiense” con transfers y “puntos de reunión” entre bajadas,
la característica única es que no existen por ley puntos determinados
de aterrizaje, con lo cual el guía y el piloto pueden
escoger, según las condiciones climáticas y niveles de cada día,
el mejor descenso y su mejor vertiente. Por contra, por ejemplo,
en Suiza, existe una regulación muy estricta sobre donde
puede aterrizar el helicóptero para descargar a los clientes, lo
cual limita mucho la posible elección del terreno según el día.
En los grupos, los roles están claramente definidos, y una reunión
previa deja muy claro las funciones de cada persona y lo
que hay que hacer en cada momento. Los guías y pilotos se toman
muy en serio la seguridad de los clientes y ello se refleja en
las severas medidas de seguridad que se adoptan. El guía pasa a
ser el líder del grupo al que todos “obedecerán”, él se ocupa de
cargar y descargar las tablas, indicar dónde y cuándo bajar del
helicóptero, decir por donde se efectuará el descenso, etc. Un
pequeño fallo puede poner en peligro a todo el grupo, así que
la coordinación es clave.
Al contrario de lo que parece en los vídeos de los profesionales,
las bajadas suelen estar bien definidas, ya que el guía ha inspeccionado
previamente la zona y ha dado el OK para que los
riders y esquiadores bajen por allí, verificando que no haya peligro.
Y es que el guía es el responsable de verificar la seguridad
tanto del terreno como de la nieve. Su principal enemigo: las
avalanchas. Antes de subir al helicóptero, el grupo ha recibido
al menos las nociones básicas sobre el peligro de las avalanchas
y cómo actuar en caso de producirse. Aunque lo normal es que
las personas que practiquen el Heliski dispongan de conocimientos
previos y del kit básico de seguridad (sonda + pala +
ARVA), los operadores suelen prestar a los clientes el material
necesario como en el caso de la compañía Pyrenees Heliski en
Val d´Arán que pone a disposición unas mochilas de flotación
así como él último modelo de DVA ( detector de víctimas de
avalanchas) el Mammut Pulse S. También equipan a sus clientes
con reflectante RECCO y disponen de la antena RECCO en
el mismo helicóptero por si fuera necesaria su utilización. La
mochila tipo airbag que se hincha automáticamente en caso
de alud, y permite a la persona “flotar” por encima de la nieve
y no quedar enterrada, es un sistema que sin duda redobla la
seguridad en nieves inestables. Hay que tener presente que este
material es sencillamente para minimizar riesgos y para disfrutar
de la actividad con mayor seguridad ya que el riesgo cero no
existe pero si la disminución del mismo.
Todo ello permite que el Heliski no sea únicamente una modalidad
para profesionales del snowboard (llamado entonces
Heliboarding), sino que, contratando el servicio con un buen
operador y en compañía de un buen guía, cualquier persona
con un nivel medio en los dos deportes, puede disfrutar de esta
increíble experiencia. Para los amantes del freeride y de la nieve
polvo, el Heliski es un sueño llevado a la realidad: bajadas
vírgenes e interminables que acaban al fondo de un valle donde
el helicóptero ya está esperándote para la siguiente bajada..., si
tus piernas aguantan claro...Hay que tener cuidado porque todos
los que lo han probado quieren repetir; el Heliski ejerce un
poder adictivo, que hace que una vez has bajado del helicóptero
ya estés calculando cuándo puede ser la próxima vez que
empieces a oír las aspas del rotor girar, mientras compruebas tu
ARVA, te abrochas la chaqueta y te lanzas a por esa pala llena
de polvo recién caído y solo para ti y tus compañeros y por la
que no ha pisado nadie todavía...