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SkiShock Magazine #001 Invierno 2019/2020

La revista de Ski en formato XXL

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#01 SKISHOCK

HELISKI

Texto_ Antonio Kobau y Álex Blasco

Fotos_ Gorka Martínez

Guía de alta montaña_ David Pujol

Zona_ Valle de Barrados

HELISKI

Dicen que el mejor olor para despertar por la

mañana es el del café recién hecho y el pan tostado…

Pero algunos creemos que la mejor forma de

levantarse es con el olor a queroseno… Bienvenido

a la fiebre HELISKI.

22

Se suele considerar a Hans Gmoser, un guía de montaña austriaco

que emigró a Canadá, como el “inventor” en 1965 del

Heliski, en las montañas Bugaboo de la Columbia Británica

canadiense. El Heliski tuvo un arranque lento, pero fue rápidamente

promocionado por las películas de esquí de Warren

Miller de los años 80 y 90, donde se encumbró como una

modalidad famosa. Representaba la adquisición de un cierto

status por parte del esquiador que lo practicaba. A partir de

esos años, el Heliski se ha ido expandiendo de forma global

por todo el mundo, y aunque no todos los países lo permiten,

existen bases de operaciones en Canadá, los EE. UU, Alaska,

Islandia, Groenlandia, Nueva Zelanda, el Himalaya indio, Nepal,

Rusia, Turquía, Noruega (zona de Voss), Suecia, Finlandia,

Argentina, Georgia, Chile y Suiza. De todas ellas, Canadá es el

área más popular para el Heliski, con más del 90% del mercado

global.

En cuanto a la operatividad, dependiendo de cada país suelen

usarse dos “modelos” de Heliski distintos, que son los llamados

modelo “europeo” y “canadiense”.

El modelo “europeo” considera al helicóptero como un “taxi”,

de forma que lo que hace el piloto es simplemente dejar al grupo

en una cima determinada (normalmente en unos puntos de

aterrizaje predeterminados por ley) y éste (junto con un guía)

se encarga de descender por su cuenta y regresar a la base.

Esto último requiere mayor experiencia en montaña, ya que

los desniveles suelen ser mayores y el terreno más variado, con

más posibilidad de imprevistos. Los descensos suelen incluir

terreno más escarpado y técnico, propio de la zona de los Alpes

donde se practica, aunque todo depende de la zona elegida.

El modelo “canadiense” opera de forma diferente, estableciendo

normalmente un “campo base” en medio de la montaña

o un valle, desde donde se sube a los riders a diferentes picos

de la zona. Cuando los descensos de la zona están agotados, se

traslada el campo base temporal a otra zona, y así sucesivamente.

Igualmente, el helicóptero se encarga de realizar el “transfer”

de los riders desde y hasta la base de partida.

Tradicionalmente, los trips de Heliski solían ser viajes lejanos

de 3 a 7 días, con el “campo base” establecido en un hotel o

lodge de madera perdido en medio de las montañas de Canadá,

y donde el lujo y la gastronomía de primera clase eran los

protagonistas. Pero en los últimos años, el Heliski se ha democratizado,

bajando precios y ofreciendo muchas alternativas a

los caros trips de una semana con todo incluido. Han surgido

múltiples opciones de vuelo que van desde los llamados “Helibautizos”,

de una sola mañana, hasta la posibilidad de alquilar

el helicóptero por horas, de forma compartida o en exclusiva

con tus amigos.

En España, hasta hace poco tiempo la regulación no estuvo

muy clara, pero últimamente se ha ido institucionalizando y

regulando esta modalidad. Actualmente, la empresa Pyrenees

Heliski es la única habilitada legalmente para practicar el Heliski

en las montañas del Pirineo, y tiene un modelo de operaciones

mixto, ya que si bien transporta a los clientes al estilo

“canadiense” con transfers y “puntos de reunión” entre bajadas,

la característica única es que no existen por ley puntos determinados

de aterrizaje, con lo cual el guía y el piloto pueden

escoger, según las condiciones climáticas y niveles de cada día,

el mejor descenso y su mejor vertiente. Por contra, por ejemplo,

en Suiza, existe una regulación muy estricta sobre donde

puede aterrizar el helicóptero para descargar a los clientes, lo

cual limita mucho la posible elección del terreno según el día.

En los grupos, los roles están claramente definidos, y una reunión

previa deja muy claro las funciones de cada persona y lo

que hay que hacer en cada momento. Los guías y pilotos se toman

muy en serio la seguridad de los clientes y ello se refleja en

las severas medidas de seguridad que se adoptan. El guía pasa a

ser el líder del grupo al que todos “obedecerán”, él se ocupa de

cargar y descargar las tablas, indicar dónde y cuándo bajar del

helicóptero, decir por donde se efectuará el descenso, etc. Un

pequeño fallo puede poner en peligro a todo el grupo, así que

la coordinación es clave.

Al contrario de lo que parece en los vídeos de los profesionales,

las bajadas suelen estar bien definidas, ya que el guía ha inspeccionado

previamente la zona y ha dado el OK para que los

riders y esquiadores bajen por allí, verificando que no haya peligro.

Y es que el guía es el responsable de verificar la seguridad

tanto del terreno como de la nieve. Su principal enemigo: las

avalanchas. Antes de subir al helicóptero, el grupo ha recibido

al menos las nociones básicas sobre el peligro de las avalanchas

y cómo actuar en caso de producirse. Aunque lo normal es que

las personas que practiquen el Heliski dispongan de conocimientos

previos y del kit básico de seguridad (sonda + pala +

ARVA), los operadores suelen prestar a los clientes el material

necesario como en el caso de la compañía Pyrenees Heliski en

Val d´Arán que pone a disposición unas mochilas de flotación

así como él último modelo de DVA ( detector de víctimas de

avalanchas) el Mammut Pulse S. También equipan a sus clientes

con reflectante RECCO y disponen de la antena RECCO en

el mismo helicóptero por si fuera necesaria su utilización. La

mochila tipo airbag que se hincha automáticamente en caso

de alud, y permite a la persona “flotar” por encima de la nieve

y no quedar enterrada, es un sistema que sin duda redobla la

seguridad en nieves inestables. Hay que tener presente que este

material es sencillamente para minimizar riesgos y para disfrutar

de la actividad con mayor seguridad ya que el riesgo cero no

existe pero si la disminución del mismo.

Todo ello permite que el Heliski no sea únicamente una modalidad

para profesionales del snowboard (llamado entonces

Heliboarding), sino que, contratando el servicio con un buen

operador y en compañía de un buen guía, cualquier persona

con un nivel medio en los dos deportes, puede disfrutar de esta

increíble experiencia. Para los amantes del freeride y de la nieve

polvo, el Heliski es un sueño llevado a la realidad: bajadas

vírgenes e interminables que acaban al fondo de un valle donde

el helicóptero ya está esperándote para la siguiente bajada..., si

tus piernas aguantan claro...Hay que tener cuidado porque todos

los que lo han probado quieren repetir; el Heliski ejerce un

poder adictivo, que hace que una vez has bajado del helicóptero

ya estés calculando cuándo puede ser la próxima vez que

empieces a oír las aspas del rotor girar, mientras compruebas tu

ARVA, te abrochas la chaqueta y te lanzas a por esa pala llena

de polvo recién caído y solo para ti y tus compañeros y por la

que no ha pisado nadie todavía...

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