El revelado de La memoria

Anhelos fotográficos
1.
Navegar en la idea de que mis reliquias fotográficas estaban vacías. No
obstante, al profundizar en el ejercicio hecho conmigo misma, descubrir
que sí tenía con que llenar aquellos frascos para luego abrir en el presente.
Para mi memoria no había nada, para mi corazón y mi sensibilidad
era todo lo contrario: Los llenaba de emociones que me transmitían
un mensaje. El abrazo de mi papá, la multitud familiar celebrando, mi
hermano guiñándole el ojo a la vida, mi mamá en su traje de ballet, el
retrato de mi tia en un papel rico en textura, mi hermano soplando la
vela de su cumpleaños. Picos disruptivos de emociones en las fotografías
que aún sin la claridad de las historias, lograban resaltar y mantener el
valor de aquellas fotografías. Saber que lo que estaba experimentando
era un encuentro en el cuál, según Walter Benjamin el aura de las fotografías
me estaban dando una respuesta. No obstante aún no tenía la
claridad suficiente como para identificar el porqué detrás de cada una
de mis emociones.
2.
Mi memoria oscura
Ser consciente del vacío narrativo en las fotografías, reconocer que
aquellos fragmentos que llamaba reliquias en realidad para mi memoria
estaban vacíos. Una memoria oscura donde no existían instantes
grabados. No obstante un material sensible que seguía resonando, aquel
punctum que insistía en escoger aquellas reliquias sin importar que no
hubiera claridad en las historias detrás. Querer navegar en la oscuridad
para encontrar matices que enriquecieran el material sensible, que saliera
la imagen latente que para los ojos no era visible , pero que para el
ser si. Adentrarse más en el porqué y encontrar la manera de dotar de
visibilidad al concepto de Reliquia que surgió de mis fotografías escogidas
en un principio. Un enigma por resolver que se complejizó al descubrir
que no había información grabada en mi memoria las reliquias
fotográficas escogidas.