Presentacion Gambusinos de la Selva
Gambusinos de la Selva es el prefacio de una novela de interpretación historica desarrollada por Alberto Oriza que incursiona en este genero. Se situa en el Estado de Quintana Roo, recien surgido como territorio bajo el mandato del General Porfirio Diáz y evoluciona en dicho territorio dando una vista de la vida en esa región alejada del país. Entre conflictos armados, intereses encontrados, y el permanente enfrentamiento a la selva, se desarrolla la vida del protagonista, pasando de militar improvisado a comerciante y chiclero. Es un intento de recreación que inicia en 1908 y concluye en 1954.
Gambusinos de la Selva es el prefacio de una novela de interpretación historica desarrollada por Alberto Oriza que incursiona en este genero. Se situa en el Estado de Quintana Roo, recien surgido como territorio bajo el mandato del General Porfirio Diáz y evoluciona en dicho territorio dando una vista de la vida en esa región alejada del país. Entre conflictos armados, intereses encontrados, y el permanente enfrentamiento a la selva, se desarrolla la vida del protagonista, pasando de militar improvisado a comerciante y chiclero. Es un intento de recreación que inicia en 1908 y concluye en 1954.
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GAMBUSINOS DE LA SELVA
PREAMBULO
O
tra jornada en vela, desde que cayó Chan Santa Cruz el 5 de mayo
de 1901 no había logrado el añorado descanso. Ahora tras un día
de viaje forzado, se encontraba en la puerta de la hacienda donde José
María de la Vega lo había citado a las afueras de Saaban.
Las noticias de lo publicado en la prensa de Mérida lo tenían más
que molesto, pues sabía que otra vez estaban usando sus logros para
llevarse el éxito. Y lo más molesto era que siempre manchaban su
nombre cuando las aventuradas afirmaciones de su colega eran desmentidas
con los hechos de los mayas levan-tados.
Aunque era un diestro jinete, a sus años, no estaba para estos recorridos
forzados. Situación que lo te-nía, en conjunto con todos los
problemas, más allá de los límites de la tolerancia para estos politiquillos.
—¿En dónde está el general? — más que pregunta era orden, no
quería perder tiempo en antesalas.
—En el salón principal, mandó a que le preparáramos un cuarto
para que se refresque. Si gusta seguirme… — dijo en el tono más
servicial posible el sargento que encabezaba la seguridad de la
hacienda.
—¡No gusto, y hágase a un lado! — dejó su montura mientras hablaba
sin dar tiempo a replicas — Atienda este animal y que me
tengan otro listo, no tardaré mucho y necesito regresar antes
del amanecer.
Con un movimiento brusco, que hasta hizo recular al animal,
aventó las riendas al oficial, que no sabía cómo actuar ante tal intensidad
de persona. Delgado y con unos bigotes imponentes. Demostraba
sin duda que él tenía el mando y no necesitaba demostrarlo.