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50 años de “II”.
Uno de los grandes discos de la historia del rock and roll. El segundo disco de Led Zeppelin cumplía en 2019 los 50
años y no podíamos obviarlo. Un trabajo que cambió la música y la vida de muchos de nosotros. Hemos querido rendirle
un humilde tributo desde las páginas de Rock Bottom Magazine. Es un buen momento para volver a sacar el disco de
su funda, pincharlo en tu reproductor, que comience a sonar “Whole Lotta Love”… y perder la cabeza una última vez.
“Camino de no retorno”, por javistone.
Allá por 1990 contaba yo apenas con
dieciséis primaveras y quedaban aún un par
de años para que Nirvana lo pusieran todo
patas arriba. La escena musical, por aquel
entonces, no parecía especialmente excitante
desde mi habitación. No tenía amigos con
los que compartir música y mi discografía
se ceñía sobre todo a discos propios de U2,
Simple Minds… a los heredados de mis
padres (Elvis, Pink Floyd, Otis Redding,
Beatles o Miguel Ríos), así como a una
cantidad casi ilimitada de cintas, grabadas
la mayoría de otras cintas, posiblemente
grabadas también de otras cintas. El blues,
por raro que pudiera parecer, ya había hecho
aparición en mi vida. Los vinilos eran caros
y la radio era el mejor medio para descubrir
nuevas canciones, era muy divertido estar
pendiente siempre de lo que pudiera sonar y
darle inmediatamente, de forma simultánea,
a los botones play y record del radiocasete
para guardar la canción de turno. El Popular
1 tampoco había caído en mis manos aún,
lo haría al año siguiente en una excursión
a Sevilla, algo que cambiaría por completo
mi visión del mundo… De esta forma mi
percepción del espectro musical, aunque
amplio para mi edad, era tremendamente
limitado en aquel entonces. Pero eso cambió
una fría tarde de febrero.
Tenía la mala costumbre de bichear siempre
en las colecciones de discos de los padres
de mis amigos cuando iba a sus casas,
nunca sabías qué podías encontrarte. Entre
acetatos de música clásica, José Luis
Perales o María Dolores Pradera, podías
hallar auténticas maravillas. Así supe de
gente como John Lee Hooker, B.B. King o
Aretha Franklin, por ejemplo. Pero aquella
tarde el descubrimiento fue mayúsculo.
Mi amigo Fran me dejó indagar entre las
pertenencias familiares y me encontré con
la edición española del single “Whole Lotta
Love” de Led Zeppelin. Conocía a los
Zeppelin de oídas, pero no había escuchado
nada en concreto. El tema en cuestión,
además, no lo conocía. Me dijo que me lo
prestaba, pero que bajo ningún concepto
podía perderlo. Cuando llegué a mi casa lo
puse en el tocadiscos de mi cuarto tan pronto
como pude. Aquello me voló completamente
la cabeza, debí ponerlo fácilmente cuarenta
veces seguidas, subiéndole el volumen en
cada ocasión. ¿Qué diablos era aquello?
Esa guitarra no sonaba a nada que hubiera
escuchado antes, parecía de otro mundo, uno
muy por debajo de nuestros pies. Sentía que
me abrasaba, una pulsión primitiva y sexual
que no parecía venir de la canción, sino
que era la canción la que hacía que saliera
de mi interior. Y eso que, como más tarde
comprobé, aquel single… ¡venía sin la parte
del orgasmo de Robert Plant! En cualquier
caso me quedé completamente en shock,
aquello superaba cualquier cosa que hubiera
escuchado hasta entonces.
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