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decidido a acabar con el establishment social y
religioso. Tal vez sea sólo una ingenua manera
de ampliar el concepto de marketing que rodea
a la banda, pero no deja de ser de agradecer
que Forge se detenga en estos detalles.
El éxito de ambas canciones (curiosamente, la
supuesta cara B tuvo incluso más aceptación
que la titular) se reflejó en el set list diseñado
para esta nueva manga de la gira, en detrimento
de otros temas como “If you have ghosts”. En
todo lo demás, la milimétrica y escrupulosa
puesta en escena era en parte similar a lo
visto durante los dos últimos años. Lo que sí
ha cambiado, y en esto la gira con Metallica
ha ayudado bastante, es la percepción de
Ghost como banda ya asentada en la parte
media-alta del escalafón. Tal vez sea la única
banda joven que pueda acercarse a las cotas,
tanto en recintos como en asistencia, de las
bandas clásicas que siguen girando. Toda
una alegría para su sólida base de fans. Así
pues, sus shows de Barcelona y Madrid, con
dos días de descanso entre ellos, pusieron
de manifiesto que ya pueden codearse con la
realeza; la apuesta por recintos cada vez más
grandes, arenas con capacidades de cinco
o seis mil personas, junto al ambiente que
rodea a sus shows en los que puedes ver a
gente desde los doce a los cincuenta años con
camisetas, maquillaje y demás parafernalia,
confirman que Ghost están llegando a donde
tan sólo hace un lustro sólo podían soñar
los más ilusos. En Barcelona el San Jordi
Club presentaba un inmejorable aspecto,
incluso con preadolescentes en las gradas
acompañando a sus padres, al más puro estilo
Kiss. En Madrid, el recinto era mayor (un We
Zink Center, que en su versión acotada sigue
siendo muy amplio), pero igualmente se veía
una larga cola de gente maquillada a lo largo
de la calle Goya.
Ambos shows fueron muy similares, e cuanto
a set list y espectáculo. Todo, como digo, está
estudiado al detalle, lo cual para mi gusto
encorseta un tanto a la banda, pero esto es
algo cada vez más habitual en todos los
artistas que ponen el concepto espectáculo un
tanto por encima de lo musical. Es una pena
que el factor sorpresa desaparezca, pero a
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