Nº 10 Alegraos Peques. Corazón de Jesús (Junio 2021)

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Todos sabemos que San Juan
Evangelista era uno de los Doce Apóstoles que el
Señor eligió, y que además escribió uno de los
evangelios. Pero además, tenemos que saber que
dentro del grupo de los Apóstoles pertenecía a ese
grupo de tres que eran los favoritos del Señor: San
Pedro, Santiago el Mayor y San Juan. Son a estos
tres a los que por ejemplo se los lleva al Monte
Tabor, donde se transfigura; o al Huerto de
Getsemaní, donde suda sangre antes de comenzar la
Pasión.
En el Evangelio a San Juan se le denomina
como "el Apóstol al que el Señor más amaba", era
el favorito del Señor, su predilecto.
¿Por qué era el favorito del Señor? San Juan
era el favorito del Señor porque era virgen, y
representa la consagración, el corazón entregado
solo a Dios. Por eso el Señor en los Evangelios
vemos que le premia con gracias impresionantes.
Vamos a enumerar algunas:
1ª Si recordamos en la Última Cena, es a él a
quien le deja recostarse sobre su pecho y le
descubre el nombre del traidor, y a la vez le hace
sentir sus mismos sentimientos. Tiene una
intimidad especial con San Juan. San Juan escucha
y palpa el amor del Corazón de Cristo.
2ª Es el único Apóstol que se mantiene fiel al
Señor en la Cruz, donde solo lo acompañaron la
Virgen María, las santas mujeres y San Juan.
3ª El Señor deja a su Madre al cuidado de San
Juan. "Desde entonces la acogió en su casa", nos
dice el Evangelio. El tesoro más querido del Señor,
la Santísima Virgen María, la confía al cuidado de
San Juan.
4º Una vez resucitado, cuando se aparece en el
Lago Tiberiades y les invita a echar las redes a la
derecha para pescar, es San Juan el que reconoce al
Señor en la orilla. San Juan tiene la cualidad de
saber descubrir al Señor.
Como vemos por medio de estos ejemplos,
aunque habría más que se encuentran relatados en
los Evangelios, San Juan Evangelista tiene un
puesto de honor en el Corazón del Señor, porque
al Señor es imposible ganarle en generosidad. Y así,
a los que entregan su corazón al Señor les muestra
una intimidad hasta llegar a sentir los mismos
sentimientos del Corazón de Cristo, para poder
acompañar y consolar al Señor incluso en los
momentos de mayor sufrimiento. Pero a la vez les
regala las gracias más sobreabundantes, y les da una
"visión sobrenatural" para saber ver a Dios en cada
instante.
Por Alfonso González.

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María Magdalena fue traspasada por el
Corazón de Jesús. Una mirada de misericordia al
cruzarse con el Maestro haría que su vida
cambiara para siempre. Se dice de ella que era
una mujer pecadora, no conocemos su infancia ni
las heridas que podría haber tenido en el corazón.
Solo sabemos que Jesús -Él si conocía su historia y
veía hasta lo más profundo-, lejos de juzgarla,
supo perdonarla y amarla hasta el punto de
restituir la dignidad que ella misma había perdido,
como persona y como hija de Dios.
Misericordia no es sinónimo del “todo vale”;
creo importante destacar que Jesús no pasó por
alto su pecado: sabía que había ofendido al Padre,
se había ofendido a ella misma y era consciente
del daño que se había provocado en el alma de
esta mujer. El pecado nos hace daño, nos hiere y
nos aleja del único y verdadero Amor que es el de
Dios. Por esta razón, en su primer encuentro
después de perdonarle Jesús añade: “Vete y no
peques más”. Es aquí cuando el corazón de María
Magdalena se vio empapado por un amor puro,
incondicional, que colmaba todos sus anhelos. Ese
amor es el que la libera, la sana, la va a empujar a
ordenar su vida y a salir de su vida de pecado. Y no
solo eso, sino que la va a convertir más tarde en
una de sus principales discípulas, en “apóstol de
los Apóstoles”.
Esta es la verdadera misericordia de Dios, la
que brota de cuando un pecador reconoce y llora
sus pecados después de un encuentro personal
con Aquel que es el Amor, y ese encuentro le lleva
a transformar su vida y a dejarse redimir por su
sangre.
Hoy el Señor quiere llegar también a todos
los corazones. Él, en la Eucaristía, es el mismo que
se paseaba hace más de 2000 años en Jerusalén.
Ojalá vivamos como María Magdalena, a los pies
del Cuerpo eucarístico de Jesús, derramando
sobre ellos el perfume de nuestro amor
agradecido, de nuestra sincera contrición y de
nuestra asombrada adoración. Si lo hacemos, si
nos dejamos mirar por Él, podremos reconocer a
Jesús también en nuestros hermanos pobres, en
los que sufren, en los que están enfermos o en los
que no le conocen, y derramar sobre sus pies el
bálsamo de nuestra compasión, de nuestra
ternura y de nuestra atenta solicitud.
Por Ana Belén García.

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“Niños… ¡si supierais cuánto os quiere el Corazón de Jesús!”, decía San Manuel González.
En el siglo XVII, Santa Margarita Mª de Alacoque recibió en Francia un mensaje de Jesús, que se le
apareció abriéndole su Corazón: “Mi Corazón arde de amor por ti”. Jesús quería resaltar por encima de
todo ¡su amor por nosotros!, tan intenso y tan grande que lo representaba mostrando su Corazón ardiente.
La corona de espinas son los pecados veniales, que lo hacen sangrar.
La Cruz representa nuestros pecados graves, que le causaron la muerte.
Los rayos de luz son las gracias que derrama sobre nuestras almas.
Las llamas de fuego muestran el amor tan grande y tan ardiente que nos
tiene.
La Virgen de Fátima pedía a los Pastorcitos: “No ofendáis más a Dios
Nuestro Señor, que ya está muy ofendido”. Vemos que el Corazón de Jesús
sufre. ¡Consolémosle! Con nuestra vida, con nuestras obras, con nuestra
oración, con nuestra compañía ante el Sagrario, con nuestros sacrificios.
“Míralo… Es el Corazón herido, por mi pecado. Ámalo, es el
Corazón que tanto ama, y Él no es amado. Y Él tiene sed de tu amor”.
Algunas devociones al Corazón de Jesús son:
Por Jimena Castillo
(8 años),
Paracuellos de Jarama.
En muchas parroquias los jueves suele haber
Adoración Eucarística. La Eucaristía es el sacramento del
amor, donde late vivo el Corazón de Jesús.
La Hora Santa consiste en acompañar a Jesús una hora,
frecuentemente meditando la Pasión, concretamente el pasaje
del Huerto de los Olivos. Jesús agonizando allí acudió a sus
Apóstoles buscando compañía y consuelo:
“¿No podéis velar una hora conmigo?” (Mt 26, 4).
Es una bonita costumbre cristiana colocar en la puerta
de las casas una pequeña placa del Corazón de Jesús. También
colocar una imagen del Sagrado Corazón en un lugar de honor
en la casa, donde toda la familia pueda venerarle.
Esto se llama la entronización del Corazón de Jesús
en nuestro hogar, que puede hacer un sacerdote que invitemos
a casa.
Por Dámaris Mora.

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Beato Bernardo de Hoyos
La historia del P. Bernardo de Hoyos
comienza en un pueblo de Valaldolid llamado
Torrelobatón. Allí nació en el año 1711.
Sus padres eran católicos muy
devotos, y enviaron a Bernardo a estudiar a
un colegio jesuita.
Desde muy pequeño él quiso ser
sacerdote, y por fin, a pesar de todas las
dificultades que encontró, pudo recibir el
sacramento del Orden Sacerdotal a los 23
años en la Compañía de Jesús.
Mostróme su
Corazón todo
abrasado en amor,
y condolido
de lo poco
que se le estima.
Bernardo nunca había oído hablar del
Sagrado Corazón hasta que un día recibió el
encargo de copiar fragmentos de un libro
titulado “Del culto al Sacratísimo Corazón
de Jesús”. Desde este momento, su devoción
irá creciendo cada día.
Estando delante del Santísimo, Jesús
mismo le dijo que quería fuese él quien
extendiese en España esta devoción. En
Valladolid recibió la que llamamos “la Gran
Promesa” del Corazón de Jesús:
“Reinaré en España,
y con más veneración
que en otras partes”.
Desde entonces, su labor para extender
esta devoción no cesó. Escribió el libro
“Tesoro escondido”, que difundió por todo el
mundo, y redactó la primera novena en
España en honor del Corazón de Jesús. Su
convento de Valladolid se ha convertido hoy
en la Basílica Nacional de la Gran Promesa.
Su apostolado fue incansable, a pesar de
su corta vida. Murió de tifus un año después
de ser ordenado sacerdote, con solo 24
años. Fue beatificado en el año 2010.
Por Montse Huete.
"Entendí que no se me daban a gustar
las riquezas de este Corazón para mí solo,
sino para que por mí las gustasen otros.
Yo no salgo del Corazón Sagrado,
allí Él me encontrará”.

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Santa Margarita Mª de Alacoque
Las cosas en la casa de Margarita no iban
muy bien. Desde la muerte de su padre se
habían instalado en su casa tres parientes, que
habían relegado a segundo término a la madre
de Margarita y habían tomado en sus manos el
gobierno de la casa. Era una guerra continua, ya
que todo estaba bajo llave, de tal modo que
ellas no podían hacer nada sin el permiso de sus
parientes.
Margarita empezó a dirigir todos sus
afectos, su dicha y su consolación hacia el
Santísimo Sacramento del altar. Pero ni
siquiera esto le fue posible libremente, ya que
la Iglesia de su pueblo quedaba a gran distancia
y Margarita no podía salir de la casa sin el
permiso de sus familiares. En repetidas
ocasiones un familiar le daba permiso y otro se
lo negaba.
Pero si Margarita sufría por su situación,
era más todavía el sufrimiento que le causaba al
ver la condición de su madre. Ella, enferma con
una erisipela en su cabeza que le producía una
hinchazón e inflamación muy peligrosas, se veía
continuamente cerca de la muerte. Y cuánto
más rogaba Margarita a sus parientes para que
ayudasen a su madre, ellos, sin mucho interés,
buscaron tan solo un cirujano que apenas la vio
una vez. Éste, después de hacerla sangrar por
un rato, les dijo a todos que solo un milagro
podría salvarla. Viendo el descuido hacia su
madre en medio de su estado crítico,
Margarita, en su angustia, acudió al Señor: "Mi
Soberano Maestro, si Tú no lo quisieras, no
sucedería esto, pero os doy gracias de
haberlo permitido para hacerme semejante a
ti".
Y así iba creciendo
en Margarita un gran amor
a la oración y al Santísimo
Sacramento. Ella se
lamentaba, pues sentía que
no sabía cómo orar, y fue
el Señor quien le enseñó.
Él la movía a arrodillarse
ante Él y a pedirle perdón
por todas sus ofensas.
Cuando su madre y sus parientes
empezaron a hablarle de matrimonio, la joven
Margarita sintió un gran temor, ya que con
cuatro años había hecho una promesa de
castidad al Señor, entregándose
exclusivamente a Él. Pero era grande la presión,
ya que no le faltaban pretendientes y su madre
le insistía llorando, diciéndole que no tenía más
esperanzas para salir de la miseria en que se
hallaban. Todo esto fue muy duro para
Margarita, quien sufría horriblemente. El
demonio la tentaba continuamente, diciéndole
que si ella se hacía religiosa, esta pena mataría
a su madre.
La ternura hacia su madre comenzó a
sobreponerse con la idea de que, siendo aún
niña cuando hizo el voto y no comprendiendo
bien lo que era, bien podría obtener dispensas.
Comenzó pues Margarita a mirar al mundo y a
arreglarse para ser del agrado de los que la

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buscaban. Procuraba divertirse lo más que
podía. Pero durante todo el tiempo en que
estaba en estos juegos y pasatiempos,
continuamente el Señor la llamaba a su Corazón.
Cuando por fin ella se apartaba un poco para
recogerse, el Señor le hacía severas
reprensiones ante las cuales sufría
horriblemente: "Me lanzaba Jesús flechas tan
ardientes, que traspasaban mi corazón y lo
consumían dejándome como transida de dolor.
Pasando esto, volvía a mis resistencias y
vanidades".
En una ocasión Jesús le dijo: "Te he
elegido por esposa y nos prometimos fidelidad
cuando hiciste el voto de castidad. Soy yo quien
te moví a hacerlo, antes de que el mundo
tuviera parte en tu corazón…”. Finalmente, el
Divino Maestro se le apareció todo
desfigurado, igual que estaba en el momento de
su flagelación y le preguntó: "¿Querrás gozar
del placer? Yo no gocé jamás de ninguno, y me
entregué a todo género de amarguras por tu
amor y por ganar tu corazón. ¿Querrás
ahora negármelo?" Comprendió Margarita que
era su vanidad la que había reducido al Señor a
tal estado, que estaba ella perdiendo un tiempo
precioso del cual se le pediría rigurosa cuenta a
la hora de su muerte. Y con esta gracia
extraordinaria, revivió en ella el deseo de la
vida religiosa con tal ardor que resolvió
abrazarla a costa de cualquier sacrificio.
Unos años después, ya religiosa de la
Visitación en Paray-le-Monial, el Señor le
revelaría las Promesas de su Sagrado
Corazón, que tanto bien hicieron y siguen
haciendo a las almas desde entonces.
(Adaptación de corazones.org).
La Vocalía de Campamento
Se encarga de hacer posible la realización del Campamento San Javier: buscar un sitio
para llevarlo a cabo, hacer la propaganda y preparar toda la información, conseguir
los permisos, organizar las inscripciones…
Cada año se elijen a los jefes de Campamento, que a su vez elegirán a los mandos. Una misión muy
importante de la Vocalía es formar a los mandos y escuelas de mandos que subirán al Campamento, tarea
que se realiza durante todo el año con distintas actividades, fundamentalmente con marchas y
convivencias. Actividad durante el año que no puede faltar en los mandos son los Ejercicios Espirituales,
ocasión privilegiada para encontrarse con el Señor, preparación especial para después cumplir la finalidad
del Campamento: llevar almas de joven a Cristo.
“Para mí, ser mando significa una
obligación de evangelización, estar al
servicio de los acampados durante el
Campamento y ser un ejemplo para
ellos llevándolos hacia el buen camino,
al camino de la verdad y la vida según
Dios, intentando sobre todo formar
buenos cristianos y honrados
ciudadanos” (David Alcón, 16 años,
mando del Campamento. Alcalá).
“Me llamo Carmen, este va a ser mi
primer año como escuela de Mandos.
Me hace mucha ilusión, porque me
estoy preparando para ser mando, algo
que siempre he querido. Va a ser una
aventura muy guay cuidar a las niñas y
ayudarlas a creer más en Dios. Va a ser
una gran experiencia y estoy muy
emocionada” (Carmen Herreros, 13
años, escuela de mandos. Paracuellos ).
Por Dámaris Mora

Alegraos Peques Junio 2021 Página 8
Las vacaciones son un tiempo del año GENIAL, en el que hacemos un parón de nuestros estudios
o trabajo, pero en el que no debemos olvidarnos de que seguimos siendo cristianos. Las vacaciones nos
dan oportunidades especialmente valiosas, que debemos aprovechar bien.
En primer lugar, las vacaciones son un tiempo excelente para la vida interior, para crecer en
nuestro trato con el Señor. Lejos de abandonar nuestras prácticas piadosas del resto del año (oraciones de
la mañana y de la noche, rosario, lectura espiritual, Misa…), en vacaciones debemos rezar más y mejor,
puesto que tenemos más tiempo. Sería muy triste poner de excusa un viaje o el pasar unos días en otro
lugar para descuidar las cosas de Dios. En todas partes hay Misa, y si no la hay, debemos pensar cómo
vamos a hacer para asistir a la más cercana cuando planifiquemos nuestras vacaciones.
En segundo lugar, en vacaciones podemos pasar más tiempo con nuestra familia y
amigos. ¡Disfrutémoslo! Pero tengamos mucho cuidado de que los ambientes y las compañías en las que
nos movemos son adecuados. Decía San Juan Bosco que “temía más a un mal amigo que a cien demonios”,
porque es fácil que en vacaciones nos encontremos en ocasiones de pecar que pongan en grave peligro
nuestra alma. La vida de la gracia es lo más valioso que tenemos, y si ponemos tantas precauciones y nos
privamos de cosas que nos encantaría hacer para protegernos del covid, muchísimo más lo debemos hacer
para proteger nuestra alma del pecado, ya que Cristo ha muerto para salvarla y quiere que vivamos la vida
del Cielo, aquí y luego eternamente.
Por último, en vacaciones tenemos mucho tiempo. D. Grati comentaba el famoso refrán “El tiempo
es oro”, añadiendo que “El tiempo es mucho más que oro, porque el tiempo es eternidad”. Ojalá
empleemos las largas horas de estos días en cultivar nuestros talentos, para después poder servir con ellos
mejor a los demás. Es perfecto desarrollar nuestras destrezas y conocimientos en costura, pintura, música,
bricolaje, informática, deportes, lectura, cocina… ¡Cuántas cosas podemos aprender! Ojalá no perdamos
absurdamente el tiempo, simplemente dejando pasar los días, porque Dios nos pedirá cuenta de cómo
hemos aprovechado el tiempo que nos regala. Es además el “estar muy ocupado en no hacer nada” algo
tremendamente perjudicial para nuestra alma, pues “la ociosidad es madre de todos los vicios”. Pidamos
un buen consejo si no sabemos cómo emplear provechosamente nuestro tiempo. Y ¡qué decir de los
beneficios de emplear nuestro tiempo en ayudar a los demás, en voluntariados o apostolados!
Recemos con San Juan Pablo II: “A María confiamos nuestro periodo de vacaciones, para valorizarlo
como tiempo propicio para descubrir la primacía de la vida interior” (Ángelus, 31 Agosto 2004).
Por Dámaris Mora
P.D. Desde Misión Trinitaria Seglar, te ofrecemos multitud de buenos planes para el verano, como
el Campamento, Peregrinaciones, marchas de bicis… ¡Infórmate!

Alegraos Peques Junio 2021 Página 9
Los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia
Queridos amigos y hermanos:
Qué alegría poder compartir con todos vosotros estas hermosas acciones que Jesús nos pide a través de su
Esposa, la Iglesia.
Los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia son las principales obligaciones de un buen hijo de Dios
respecto de su vida cristiana. Nos facilitan a los católicos ser más conscientes de nuestros deberes. Nos dijo Jesús:
“Sed perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto” (Mt 5, 48).
El catecismo de la Iglesia católica nos dice en los puntos 2041 y 2042 que “Estas leyes promulgadas por la
autoridad eclesiástica tienen por fin garantizar a los fieles el mínimo indispensable en el espíritu de oración y en
el esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo”.
Cada mandamiento tiene la finalidad de prepararnos y purificar nuestra alma, además de hacernos entender
por qué es tan importante cumplir el primer mandamiento que Jesús dijo: “Amaos los unos a los otros como Yo os he
amado” (Jn 13, 34).
El primer mandamiento «Oír misa entera los domingos y fiestas de guardar» exige a los fieles que
santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor, y las fiestas litúrgicas principales en honor de
los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar, participando en la celebración
eucarística en la que se congrega la comunidad cristiana y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que
puedan impedir la santificación de esos días.
El según mandamiento «Confesar los pecados al menos una vez al año» nos asegura la preparación de la
Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Penitencia.
El tercer mandamiento «Comulgar por Pascua de Resurrección» nos garantiza la recepción del Cuerpo y la
Sangre del Señor al menos una vez al año.
El cuarto mandamiento «Abstenerse de comer carne y ayunar en los días los días que lo mande la Santa
Madre Iglesia» nos asegura fortalecer nuestro espíritu a través de la penitencia, y así adquirir dominio sobre nuestros
instintos, cuya finalidad es tener libertad en el corazón.
Y por último, el quinto mandamiento: «Ayudar a la Iglesia en sus necesidades». Todos los cristianos
estamos obligados en ayudar a las necesidades de la Santa Madre Iglesia, cada uno según sus posibilidades.
De la mano de la Virgen María siempre nos será más llevadero cumplir con nuestras obligaciones, pidámosle
su intercesión, para que no nos perdamos y vayamos por el camino de la verdad y de la vida, que su hijo Jesús nos
ha preparado.
Por Pedro Antonio.

Alegraos Peques Junio 2021 Página 10
La vocación es el pensamiento providencial del Creador
para cada criatura, es su idea-plan, como un sueño que se
encuentra en el corazón de Dios, porque la criatura se
encuentra en su corazón. Por lo tanto, las Vocaciones Nativas
son esas invitaciones divinas a la autorrealización que surgen en
territorios de misión y que a menudo tienen dificultades para
desarrollarse. Estas vocaciones han sido recibidas del Evangelio
de los misioneros, son el signo de que este se ha arraigado en sus
culturas y se ha convertido en la piedra fundamental para el
futuro de sus Iglesias locales.
Las Obras Misioneras Pontificias muestran cómo el apoyo
a las misiones proviene del Pueblo de Dios, y cómo Dios eligió a
los débiles del mundo para avergonzar a los fuertes (Cf. 1 Cor 1,
27-29). Los misioneros en cualquier país siempre estuvieron
convencidos de que su acción sería incompleta sin la creación de
un clero local, la creación de seminarios, monasterios y la
formación de seminaristas entre los mismos nuevos cristianos.
La sugerencia del Papa Francisco a que los jóvenes se pregunten: "¿Para quién soy yo?" (cf. Christus
Vivit) fue el lema de la “Jornada mundial de oración por las vocaciones” y la “Jornada de las vocaciones
nativas” que la Iglesia de España celebró el 25 de abril de 2021, cuarto domingo de Pascua. En línea con
esto existen las Obras Misioneras Pontificias, que apoyan y se dedican especialmente a las vocaciones
nativas para apoyar a muchos jóvenes que necesitan recursos de apoyo para responder SÍ, para dar su
RESPUESTA. Todos estamos llamados a seguir a Cristo y a vivir nuestro compromiso apostólico
integrados en el mundo. El ser humano, en efecto, está "llamado" a la vida, a llevar y encontrar en sí mismo
la imagen de Aquel que lo llamó.
Hay proyectos para apoyar a los seminaristas y hermanos en los países de misión. Los misioneros
fueron inspirados por el mandato de Jesús:
“Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced
discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer
todo lo que les he mandado. Y Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 18).
Estas misiones apoyan las vocaciones nativas, se enfocan en el compromiso con las vocaciones
sacerdotales y religiosas en las iglesias jóvenes de los países de misión.
El apoyo de estas vocaciones nativas es una colaboración con las Obras Misioneras Pontificias, y por
lo tanto con el Papa Francisco, que está muy preocupado de que las iglesias en los países de misión se
desarrollen y tengan muchas vocaciones. Las Obras Misioneras Pontificias tienen el mandato de ayudar a los
seminarios en los territorios de misión, enviando ayudas y promoviendo la cooperación de los fieles.

Alegraos Peques Junio 2021 Página 11
Jesús oró para que sus discípulos fueran santificados y consagrados en la verdad y la santidad de
Dios, lo que significa ser apartados para Dios, estar equipados con las cualidades de mente, corazón y
carácter para tal tarea o servicio.
Así como Jesús fue llamado por el Padre para servir en santidad y verdad, también nosotros estamos
llamados y equipados para la tarea de servir a Dios en el mundo como sus embajadores. La verdad de Dios
nos libera de la ignorancia y el engaño del pecado. Nos revela la bondad, el amor y la sabiduría de Dios. Y
nos da sed de la santidad de Dios. El Espíritu Santo es la fuente y dador de toda santidad. Cuando
permitimos que el Espíritu Santo obre en nuestras vidas, Él nos transforma con su fuego purificador y nos
cambia a semejanza de Cristo. ¿Está tu vida consagrada a Dios? “La vida consagrada es hermosa. Es uno de
los tesoros más preciados de la Iglesia, arraigado en la vocación del bautismo”.
En la celebración de la Eucaristía, la Presencia Real de Jesús se hace realidad. Lo que está
sucediendo es el misterio de Dios comunicado por Jesucristo a través de su muerte y resurrección. “Esto es
lo que hace insustituible a la Eucaristía, es la garantía de su identidad y no puede separarse del
sacerdocio´´ (Su Santidad el Papa Emérito Benedicto XVI). Esto hace que sea la fuente y cumbre de
vocaciones nativas propagadas por los misioneros en las tierras de la misión.
San José nos sugiere tres palabras clave para la vocación de cada uno: sueño, servicio y fidelidad.
Todo el mundo sueña con encontrar satisfacción en la vida. Es el amor el que da sentido a la vida, porque
revela el misterio de la vida. Lo poseemos verdaderamente solo si lo regalamos generosamente. San José,
protector de Jesús y de la Iglesia, es protector de las vocaciones.
Dios le dijo a José: “José, hijo de David, no temas” (Mt 1, 20). “No temas” son las palabras que el Señor
también te dirige a ti, querida hermana, y a ti, querido hermano, siempre que sientas que, incluso en medio
de la incertidumbre y la vacilación, ya no puedes demorar más tu deseo de entregarle tu vida.
Rezo para que experimenten este mismo gozo, queridos hermanos y hermanas, que generosamente
harán de Dios el sueño de sus vidas, sirviéndole en sus hermanos y hermanas. ¡Que San José, protector de
las vocaciones, nos acompañe con su corazón paternal! María, Madre y modelo de toda vocación, ruega por
nosotros.
Jesús nunca deja de llamar sacerdotes,
diáconos y consagrados para su Iglesia. ¿Podría estar
llamándote?
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mtrinitarias
Por Onesmus Makuu Mutonye,
seminarista de Kenia.
Colabora con
La Revista
es una
revista de evangelización destinada a los
niños, especialmente a los JUVENILES de
Misión Trinitaria Seglar y acampados del
Campamento San Javier.
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Donativo orientativo: 2€/revista; 10€
al año.
revista.alegraos@gmail.com

Les daré las gracias que necesitan.
Daré paz a sus familias.
Les consolaré en todas sus penas y tristezas.
Seré su refugio seguro durante la vida
y sobre todo a la hora de la muerte.
Bendeciré las cosas buenas que hagan.
Los pecadores encontrarán en mi Corazón
el perdón y la misericordia infinita.
Los que me aman poco, me amarán más.
Las almas que me aman, se acercarán más a Mí.
Bendeciré los lugares donde la imagen de
mi Corazón esté expuesta y sea venerada.
Daré a los sacerdotes el don de ayudar a aquellos
que están más lejos de Mí.
Las personas que propaguen esta devoción
tendrán escrito su nombre en mi Corazón
y no será borrado jamás.
PRIMEROS VIERNES DE MES
“Yo te prometo, por el gran Amor de mi Corazón,
que regalaré a todos los que comulguen nueve
primeros viernes de mes seguidos, la gracia de
serme fieles hasta la muerte. No morirán en pecado
mortal, ni sin recibir los sacramentos, y mi
Corazón será su refugio el último día de su vida”.
Dirección y Maquetación: D. MORA HUERTA.
Revista de evangelización de
Misión Trinitaria Seglar
JUVENILES
Plaza de la Libertad, 4.
28862 Belvis del Jarama (Madrid)
608-945-931
misiontrinitariaseglar@gmail.com
Redacción: A.B. GARCÍA CANO, D. ALCÓN JIMÉNEZ,
M. HUETE LÓPEZ, D. MORA HUERTA, O. MAKUU MUTONYE,
P.A. LÓPEZ RODRÍGUEZ y A. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ.
Imágenes: J. CASTILLO COPERO.
Colabora: REV. D. J.M. CABEZAS CAÑAVATE.