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Nº 12 Alegraos Peques La santidad en los niños (abril 2022)

¿Se puede ser santo siendo un niño? "Las virtudes que se alcanzan desde niños tienen un brillo especial" (S. Juan de la Cruz).

¿Se puede ser santo siendo un niño?

"Las virtudes que se alcanzan desde niños tienen un brillo especial" (S. Juan de la Cruz).

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Abril 2022 Página 2

1 Samuel 3

Samuel fue un profeta muy importante, su vida

viene relatada en el Antiguo Testamento.

Cuando tenía aproximadamente cuatro años,

sus padres lo llevaron al sacerdote israelita Elí para que

se quedara a vivir en el Templo (a pesar de que era tan

pequeño, ¡sus padres le dejaron allí viviendo con gente

extraña!). Pero la historia comienza cuando la madre de

Samuel, no pudiendo tener hijos, rezo al Señor para que

le concediera un bebé, y prometió consagrarlo a Dios

de por vida en señal de agradecimiento. Por eso fue

llevado tan pequeño al tabernáculo.

Samuel se quedó muy contento allí sirviendo al

Señor desde pequeño.

Dios quería de él. Rezo y ofreció toda su vida al servicio

del Señor.

Hoy día, podemos oír siempre la voz del Señor si

estamos atentos. La Santa Misa y los sacramentos de la

Eucaristía y Penitencia son dos buenas maneras de

hacerlo. También, abrir nuestros corazones al Señor

entregando nuestro tiempo para servir a los demás.

Si somos vigilantes y cuidadosos, siempre

podemos escuchar al Señor decir nuestro nombre y

nosotros, como el profeta Samuel cuando era niño,

decirle de todo corazón: “Habla, Señor, que tu siervo

escucha”.

Por Montse Huete (Paracuellos de Jarama).

Un día, cuando era un poco más mayor, estaba

dormido y Dios lo llamo tres veces. Samuel, pensando

que era el sacerdote Elí quien lo llamaba, fue corriendo

a su lado: “Aquí estoy, Señor, vengo porque me has

llamado”. Elí respondió que él no había sido.

sacerdote se dio cuenta que era Dios quien lo llamaba y

le dijo: “Cuando Dios te llame le dirás: “Háblame Señor

que tu siervo te escucha” ”.

Desde entonces Samuel fue muy obediente a

Dios y oyó siempre su palabra. Pasaron los años, y se

convirtió en el último juez de Israel. Él ungiría reyes:

primero a Saúl, y al apartarse éste del camino de Dios, al

gran Rey David.

El

Pero a nosotros, ¿qué nos enseña hoy la vida de

Samuel cuando era niño? ¿Qué harías tú si escucharas la

voz de Dios llamándote por tu nombre? Samuel la oyó

cuando le llamaba en sueños, y se levantó rápido para

ver quien le hablaba y qué era lo que quería. Cuando

supo que era Dios, enseguida puso en práctica lo que

Por Miriam Torquemada (9 años, Madrid).


Abril 2022 Página 3

San Mateo nos cuenta un paisaje breve, pero

muy profundo, acerca de la relación de Jesús

con los niños. Narra como los niños se

acercaban a Jesús. ¡Cómo sabe un niño

arrimarse a quien bien le quiere! Los

apóstoles les tratan de echar, para

que no molesten al Maestro…

pero Jesús interviene

enérgicamente: “¡Dejadlos! ¡No

impidáis a los niños acercase a

Mí!” El Corazón de Jesús tiene

una gran predilección para con

los niños.

“De los que son como ellos es

el Reino de los Cielos”. El encanto de

los niños reside en su inocencia, muy

relacionada con “bienaventurados los

limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt

5, 8).

Cuando nacemos, desgraciadamente a

consecuencia del pecado original que heredamos

de Adán y Eva -nuestros primeros padres-,

nacemos en pecado. Si lo pensamos, no tiene

mucho sentido celebrar nuestro cumpleaños, pues

nuestra llegada al mundo… ¡tuvo lugar 9 meses

antes!, y el motivo de verdadera alegría y

celebración debería ser el aniversario de nuestro

Bautismo, pues fue ahí cuando realmente nacimos

a la Vida de la gracia. “Cuando nacemos, nacemos

para morir; pero una vez que nos bautizan,

morimos para vivir”.

Con el Bautismo comenzamos la vida para la

que Dios nos ha pensado, que no es una vida

rastrera “en este valle de lágrimas”, sino la vida del

Cielo… que comenzamos ya aquí. Estamos de

peregrinación, pero ya vamos experimentando

nuestra vida de hijos de Dios, y gustando aquí -

aunque con los sufrimientos

propios de la tierra- un

preludio de lo que nos

Mt 19, 14

espera en el Cielo,

participando de la Vida de Dios.

Los niños tienen el alma

limpia, reina en ella la

Gracia… y esa vestidura

blanca del Bautismo

debemos

procurar

conservarla, y no estropearla.

“De los que son como ellos es

el Reino de los Cielos”. Qué

importante es que en nuestros

primeros años de vida la gracia

reine en el alma, y estemos a salvo

de pecados y escándalos, que dañan

tan gravemente el pequeño y frágil corazón

de un niño.

San Juan de la Cruz explicaba que “las

virtudes que se adquieren siendo un niño tienen un

brillo especial”. Arraigarán con gran fuerza en esa

persona, que las desarrollará vigorosamente en su

juventud y vida adulta.

Santo Domingo Savio en la película “San Juan

Bosco” afirma que

“Hay que amar a Dios

desde niño, porque si no

podría ser demasiado tarde”.

Y así es… ¡cuántos santos lo han sido porque

en su infancia fueron educados en el amor a Dios y

en la práctica de las virtudes!

Por Dámaris Mora (Torrejón de Ardoz).


Abril 2022 Página 4

Santa María Goretti, mártir de la pureza

Por María Hualde

(11 años, Daganzo).

El 5 de julio de 1902 fue en busca de María

que estaba sola en la cocina, y la amenazó con un

cuchillo para que accediera a sus deseos impuros.

María se negó advirtiéndole que lo que pretendía era

pecado, por lo que éste la atacó, clavándole el cuchillo

catorce veces.

María no murió inmediatamente, sino que fue

trasladada al hospital, donde los médicos la operaron

sin anestesia (porque no había). Allí, durante todo un

día, la santa soportó heroicamente un gran

sufrimiento, orando, ofreciéndoselo a Dios y a la

Virgen de los Dolores. María pudo recibir la Comunión

y la Unción de los Enfermos. Antes de morir, dijo:

“Sí, perdono a mi asesino por el amor de Jesús, y

quiero que él también venga al paraíso. Que Dios lo

perdone, porque yo ya lo he perdonado”.

Santa María Goretti nació en Corinaldo (Italia),

en 1890. Fue la segunda de seis hijos en una familia

de campesinos. Perdió a su padre a los diez años por

causa del paludismo, y la madre de María Goretti tuvo

que trabajar. Dejaba la casa y los hermanos menores

a cargo de María, el ángel de la familia, quien

realizaba sus obligaciones con alegría, rezando

constantemente con el rosario que llevaba en la

muñeca y estudiando el catecismo. No había en ella

pizca de capricho, desobediencia o mentira. Se nutría

del Amor de Dios. A los once años hizo su primera

comunión haciéndose, desde entonces, el firme

propósito de morir antes que cometer un pecado.

Cuando María tenía 11 años, vivían en una casa

compartida con otra familia de no tan buenas

costumbres, y cuyo padre era bebedor. Tenían un hijo

llamado Alessandro de 19 años, que se enamoró de

María. Este chico, influenciado de lecturas impuras,

se dedicó a perseguir a María haciéndole propuestas

sexuales deshonestas. La santa las rechazaba.

Alessandro fue condenado a 30 años de

prisión, donde al principio no daba muestras de

arrepentimiento, a pesar de los esfuerzos del obispo

del lugar por su conversión. Una noche tuvo un sueño

donde María, vestida de blanco en la gloria, le dijo

que él también podía ir al Cielo. Alessandro cambió

completamente, volviéndose hacia Dios y ofreciendo

sus trabajos y sufrimientos en reparación de sus

pecados. Después de 27 años de cárcel fue liberado,

y acudió a pedir perdón a la madre de María, quien no

solo le perdonó, sino que lo defendió en público

alegando que, si Dios y su hija lo habían perdonado,

ella no tenía porque no perdonarlo. Alessandro acabó

trabajando en un convento de monjes capuchinos y

fue admitido en la orden tercera de San Francisco.

La fama de María Goretti se extendía cada

vez más y fueron apareciendo las muestras de

santidad. Se hicieron numerosos estudios donde

Alessandro testificó también, diciendo: “Toda la

culpa es mía. Me dejé llevar por la brutal pasión. Ella

es una santa, una verdadera mártir”.

Finalmente, fue canonizada en 1950. A la

ceremonia asistieron su madre y Alessandro. A esta

santa se le llama “Mártir de la pureza”. Sus

imágenes la representan como una campesina con un

lirio en la mano, que es el símbolo de la virginidad, y

con la corona del martirio.

Por Raquel Pascual (Daganzo).


Abril 2022 Página 5

Los Pastorcillos de Fátima

Eran: Lucía Dos Santos, y Francisco y Jacinta

Marto, que eran primos de Lucía. Nacieron en

Aljustrel, un pequeño pueblo de Fátima en Portugal,

en 1907, 1908 y 1910, respectivamente.

Tanto Lucía como sus primos venían de

familias humildes y muy piadosas. Fueron instruidos

en la fe católica. Esto hizo que, desde muy pequeños,

naciera en ellos un amor profundo hacia Jesús y su

Santísima Madre, que con el tiempo fue creciendo.

Salían todos los días al campo a pastorear las ovejas.

Allí jugaban y se entretenían.

Entre 1915 y 1516 se sucedieron varias

apariciones de un ángel, que les pidió oraciones y

sacrificios en reparación de los Sagrados Corazones

de Jesús y de María. La más curiosa de las

apariciones tuvo lugar en los Valinhos en 1916, cuando

después de rezar con ellos, el ángel les dio de

comulgar: a Lucía la Sagrada Hostia, y a Francisco y a

Jacinta la Sangre de Cristo.

El 13 de mayo de 1917 tuvo lugar la primera

aparición de las seis que habría en Cova de Iría,

también el día 13 de los meses próximos. En estas

apariciones, la Virgen les mostró el infierno y les

reveló tres secretos que más tarde ellos mismos

revelarían. Les pidió que se sacrificaran para reparar

su corazón. También les dijo que irían los tres al

Cielo, aunque Jacinta y Francisco lo harían antes y

Lucía se quedaría más tiempo ofreciendo su

sufrimiento por los pecadores.

Hubo mucha gente que no creyó lo que

contaron. Por esta razón sufrieron mucho hasta que

el 13 de octubre de 1917, la Virgen dio una señal de la

veracidad de lo que contaban y se produjo un milagro

en el que como algunos testigos han dicho, el sol

"danzaba" o "zigzagueaba". Sufrieron todos los

desprecios y los ofrecieron con mansedumbre.

Se sacrificaban mucho por la conversión de

los pecadores. Pasaban largas temporadas sin beber;

tanto es así que un día de agosto, debilitada Jacinta

por este motivo, le pidió a Lucía que le dijese a los

grillos y las ranas que se callasen porque empeoraban

el gran dolor de cabeza que tenía. Entonces,

Francisco le preguntó si no quería ofrecer ese

sacrificio por la conversión de los pecadores y

Jacinta rápidamente respondió que sí, que les dejase

cantar. Otra vez, mientras jugaban por el campo

Lucía se encontró una cuerda, la cogió para jugar con

ella y se la ató al brazo. Un rato después, al ver que

hacía daño, les propuso a sus primos atársela a la

cintura para ofrecerlo por los pecadores. Se la solían

apretar mucho, por lo que no era raro que se les

formasen heridas. Tanto es así que, en la quinta

aparición, la Virgen les prohibió llevarla por la noche.

Tal y como había dicho la Virgen, Francisco

falleció en 1919 y Jacinta en 1920; ambos de

neumonía. Fueron canonizados el 13 de mayo de 2017.

Por otra parte, Lucía murió a los 97 años de edad

tras haber sido monja dorotea, y más tarde haber

pertenecido a la Orden de la Carmelitas Descalzas.

Está abierta su causa de beatificación.

Los pastorcillos de Fátima vivieron siempre

agradando a Dios y ofreciendo todo por y para Él.

Por Zhoe Torres (12 años, Madrid).

Por Marta Albi (14 años, Madrid).


Abril 2022 Página 6

Recuerdo, cuando era muy niño -un mocoso, vamos- cuando todavía la leche en lugar de existir

como ahora en tetrabrik, había que ir a la lechería del pueblo todas las mañanas y se hervía antes de

beberla; que iba con mis dos jarras de leche… y cuando me tocaba, decía: “Soy el hijo del médico, dice mi

madre que me dé dos jarras de leche…”. Me servía la leche y bien cargado, sin pagar y con una sonrisa de

oreja a oreja, me las llevaba a mi casa... Recuerdo que no pagaba nada… mi único mérito era ser “el hijo del

médico” y eso me servía y me llenaba de un orgullo impresionante.

Uno de mis juegos preferidos -a mi madre no le gustaba- era subirme a una mesa, cuanto más alta

mejor, y tirarme en plancha al suelo, sin red, pero con los brazos de mi padre esperando para evitar me

estampara contra el suelo... Lo pasaba en grande… Cada vez me tiraba con más fuerza, y llegara lo lejos

que llegara, siempre estaba mi padre evitando la catástrofe…, hasta que mi madre “nos regañaba” y se

acababa “la diversión”.

Estos ejemplos, nos recuerdan que “cada niño que nace nos trae la sonrisa de Dios, y nos invita a

reconocer que la vida es un don suyo, un don que es preciso acoger con amor y cuidar con esmero… Que

estos pequeños puedan crecer no solo con buena salud, sino también en la fe y en el amor a Dios, que hoy

en el bautismo los hace hijos suyos” (Benedicto XVI, 7-01-2007).

A lo largo de los Evangelios vemos como Jesús tiene una predilección especial por los niños. Tan

importante son los niños para Jesús, que San Juan Pablo II dice que el Evangelio podría ser leído como “El

Evangelio del Niño”.

Dirá a los Apóstoles: “Dejad que los niños se acerquen a Mí, no se lo impidáis”, y añadirá: “porque

de los que son como ellos es el Reino de los Cielos” (Mc 10, 14). En otra ocasión, cuando los Apóstoles

estaban discutiendo sobre quién era el más grande, pondrá en medio a un niño y dirá: “Si no os hacéis

como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos” (Mt 18,3). Y pronunciará las severísimas palabras de

advertencia: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en Mí, más le vale que le cuelguen al

cuello una piedra de molino y le hundan en lo profundo del mar” (Mt 18, 16).

Sin duda, el Señor quiere mucho a los niños, los quiere con un amor impresionante… porque como

nos dice el Papa Francisco: “Dios no tiene dificultad para hacerse entender por los niños, y los niños no

tienen problemas para comprender a Dios” (18-03-2015).

Entre el corazón de los niños y el Corazón del Señor hay “una sintonía particular”. En el niño hay

unas cualidades que nunca pueden faltar a quien quiere entrar en el Reino de los Cielos. Al Cielo solo van

los sencillos como los niños, los que están llenos de entrega confiada y son ricos en pureza y bondad. Quien

es así puede encontrar en Dios a un Padre, y llegar a ser, gracias a Jesús, Hijos de Dios.


Abril 2022 Página 7

Los niños son sencillos, “no entienden de diplomacia” dicen las cosas como las ven, dicen lo que

sienten, por eso a los adultos nos ponen en muchos apuros con sus preguntas. Son confiados, un niño en

los brazos de su padre sería capaz de ir a la Luna sin temor.

Pero lo que más asombra es esa bondad y pureza que se pone de manifiesto de forma maravillosa el

día de la Primera Comunión, cuando Jesús por primera vez llega a su alma y a su corazón, es un encuentro

inolvidable que se suele recordar como uno de los días más hermosos de la vida. ¡Cuántos niños en la

historia de la Iglesia han encontrado en la Eucaristía una fuente de fuerza espiritual, incluso heroica!

Podríamos recordar los niños y niñas santos que vivieron en los primeros siglos de la Iglesia y que aún hoy

son conocidos y venerados en toda la Iglesia: Santa Inés, San Tarsicio, Santa Águeda, Santos Justo y Pastor…

pero luego, también a lo largo de toda la historia, como Santo Domingo Savio, por ejemplo; y tantas almas

ejemplares.

Y si vemos que el Hijo muestra una especial confianza con los niños, así la Madre de Jesús, la Virgen

María ha dirigido a lo largo de la Historia su atención maternal a los pequeños, y ahí está Santa Bernardita

de Lourdes, los niños de La Salette, y mucho más cercanos los pastorcillos de Fátima, Lucía, Francisco y

Jacinta.

No sólo es que entre los niños haya santos, sino que

Jesús y María, eligen con frecuencia los niños para confiarles

tareas de gran importancia para la vida de la Iglesia y de la

humanidad. Jesús siempre atiende la oración de un niño, por

eso tiene una fuerza enorme… y llega a ser modelo para los

mismos adultos.

Cuando los niños se acercan a Jesús, escuchan sus

inspiraciones nítidamente, así pues: “¡Alabad, niños, al

Señor!” (Sal 113) y sabed que “La voz del Señor se

deja sentir ya en el alma del niño” (S. Juan Pablo II,

Carta a los Niños 13-12-1994). Si un niño se acerca a

Jesús, no sólo le ayudará a vivir bien, a ser santo,

sino también a descubrir su vocación, para seguirla

con generosidad.

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La Revista

es una

revista de evangelización destinada a los

Por Alfonso González (Cuenca).

Santo Dominguito del Val

(7 años)

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(7 y 9 años)

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Misión Trinitaria Seglar y acampados del

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Abril 2022 Página 8

“Se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de Cruz” (Flp 2, 8).

“Dadme un joven obediente y lo haré santo” (S. Juan Bosco).

La virtud de la obediencia pertenece a la virtud moral de la justicia. Es la virtud por la cual hacemos la

voluntad de Dios, a través de los mandatos de las personas que son una autoridad legítima para nosotros.

¿Por qué es tan importante la obediencia en la vida del cristiano? Porque si por un acto de

desobediencia entra el pecado y la muerte en el mundo, por la obediencia de Jesús nos abre las puertas del

Cielo. La Redención es obra de la obediencia.

“De la misma manera, si por la desobediencia de un solo hombre todos se convirtieron en pecadores,

también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos” (Rm 5, 19).

Por eso el Señor, a lo largo de su vida en la tierra, vemos que con la palabra y ejemplo nos quiso

hacer ver el valor tan fundamental que tiene esta virtud para nuestra santificación y para la salvación de

las almas. “Por eso Cristo dijo al entrar en el mundo:

me has dado un cuerpo. Entonces dije: Aquí estoy, yo

vengo para hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hb 10, 5-7).

Y así, toda la vida de Jesús es obediencia al Padre:

Siendo Niño, “bajó con ellos a Nazaret y les

obedecía” (Lc 2, 51). Jesús vivió bajo la autoridad de

sus padres, María y José, siendo consciente de que a

través de ellos obedecía también a Dios Padre.

Obedeció la Ley de Dios dada a Moisés en el Sinaí

(a los Diez Mandamientos): “No he venido a abolir la

Ley y los Profetas, sino a dar plenitud” (Mt 5, 17).

Mostró así mismo sumisión a las distintas

autoridades que había en Israel:

Al poder religioso: Le responde a Caifás -máxima

autoridad religiosa judía-, cuando le pregunta: “¿Eres

tú el Mesías, el Hijo del Bendito?” Nos narra S. Marcos

como Jesús calla ante muchas preguntas y acusaciones

que le dicen antes, pero a él sin embargo sí le contesta:

“Yo soy” (Mc 14, 61-62).

Y al poder político: “Dad al César lo que es del

César, y a Dios lo que es de Dios” (Lc 20, 25).

Le explicita además a Pilato: “No tendrías

ninguna autoridad si no te hubiera sido dada de lo


Abril 2022 Página 9

alto” (Jn 19, 11), enseñándonos que nuestras autoridades legítimas tienen por última instancia a Dios.

Por lo tanto, debemos obedecer a nuestras autoridades legítimas, pues a través de ellos conocemos lo

que Dios quiere de nosotros, pero siempre que:

En lo mandado no haya ningún abuso de autoridad (si extralimitan su campo, no hay por qué

obedecerles). Por ejemplo, si tenemos una enfermedad hemos de seguir lo que nos recete el médico;

nuestro profesor puede saber muchas matemáticas, pero no tiene nada que decir de medicina,

porque no es autoridad en el campo de la salud.

Si lo que mandan es pecado, pues “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 9), como

contestaron S. Pedro y S. Juan a los sumos sacerdotes que les ordenaron dejar de predicar. Ellos se

negaron a hacerlo -a pesar de estar ante la autoridad religiosa legítima en Israel-, pues lo que les

estaban diciendo contradecía directamente el mandato misionero que les había dado Jesús.

Las personas que mandan, tienen una grave responsabilidad, pues “toda autoridad venida de lo alto”, y

tienen la misión de que en cada persona sobre la que tienen autoridad se lleve a cumplimiento la voluntad

de Dios.

“Nunca se perdió el verdadero obediente” (S Francisco de Sales).

“No hay camino más rápido que lleve a la perfección suma que el de la obediencia” (Sta. Teresa de Jesús).

No podemos sino acabar con la respuesta de la Virgen María en la Anunciación:

“He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).

Por Dámaris Mora (Torrejón de Ardoz).


Abril 2022 Página 10

Nuestra nueva insignia

Desde enero 2022, tenemos nuevas insignias.

Su diseño cuadra perfectamente con la descripción de la insignia

de los Jóvenes de Acción Católica:

“La insignia muestra un crismón sobre fondo blanco, sin letra

alguna.

El color verde nos indica que toda nuestra esperanza está en el Signo santo de nuestra Redención,

que el triunfo sólo lo obtendremos si la Cruz es nuestro faro en el tormentoso mar de la vida.

El blanco del escudo nos recuerda siempre que, si nuestra vida no está aromada por la exquisita

fragancia de la pureza, que, si nuestras almas no son blancas como azucenas, no conseguiremos el triunfo,

y que, si no practicamos esta virtud, en vez de poder cultivar nuestro jardín interior, nuestra alma será un

yermo.

La X y la P enlazadas son el monograma de Cristo. Estas letras, la X (ji, griega) y la P (rho o r griega),

son las dos primeras del nombre de Cristo en griego, y este monograma, que se conoce como “crismón”, fue

usado por primera vez por el emperador Constantino, que lo hizo poner en sus lábaros o estandartes, y de

aquí estos nombres, y desde aquella fecha vienen usándose sin interrupción en toda la Iglesia. El dorado que

sirve de marco y señala las letras, nos dice que nuestra edad es la edad de oro de la vida, y que no debemos

desaprovechar un solo instante de esa magnífica edad, ya que después podremos dolernos de ello, pero

jamás volverá a nosotros”.

(IZQUIERDO MOLI, Francisco. Manual de los Jóvenes de Acción Católica (1950). LA EDITORIAL: Zaragoza).

Además, añadimos la peculiaridad de hacer el centro circular, simbolizando la importancia central

de la Eucaristía, que debe ser el centro de nuestra vida.

Llevaremos con alegría y honor

esta insignia en nuestro pecho, siendo

conscientes de que en él llevamos la

Cruz y el Corazón de Cristo, que late

en la Eucaristía; y es lo que el mundo

necesita que se le muestre.

Felicitamos a los nuevos

militantes que se impusieron la

insignia en septiembre 2021 en

Berrocales.


Abril 2022 Página 11

LOS 7 PECADOS CAPITALES

Une cada pecado capital con la virtud que le vence:

Soberbia

Avaricia

Envidia

Ira

Pereza

Gula

Lujuria

Humildad

Generosidad

Caridad

Paciencia

Diligencia

Templanza

Castidad


Carlo no nació en una familia practicante, pero

desde pequeño le atrajo enormemente el amor de Jesús en

el Sagrario. Comenzó pidiéndoles a sus padres que le

llevasen a iglesias a “saludar a Dios”, y pronto fijó la

práctica de la Misa diaria, afirmando que “la Eucaristía es

mi autopista –es decir, el camino más rápido y seguro–

para ir al Cielo”, a donde él fue con solo 15 años.

Le encantaba el mundo de la informática, y

aprovechó sus conocimientos para el apostolado. Publicó

una página web sobre milagros eucarísticos, para extender

por las redes sociales la locura del amor de Dios, hecho

carne por nosotros, esperándonos en los Sagrarios.

Realmente la Eucaristía es el momento más

importante y milagroso de todos, pero… ¿sabemos

exactamente el valor que tiene?

La Eucaristía es el momento en el cual Jesús,

nuestro Dios, vuelve a redimirnos a través de la conversión

de un pan en su Cuerpo; la conversión de una simple copa

de vino, en su Sangre, derramada por nosotros.

Jesús en la Eucaristía vuelve a hacer el milagro más

grande de Amor, Él se deja triturar por tus dientes de nuevo,

tus dientes llenos de mancha, de pecado, y lo hace por

amor, porque sabe que sin Él no somos nada. Pero eso no es

nada, Jesús lo hace a través de un trozo de pan.

El pan es un recurso muy fácil de conseguir. En

nuestras casas, gracias a Dios siempre suele haber pan, es el

alimento más fácil de encontrar. ¡Qué bonito esto! Jesús

quiere llegar a todos, y de la manera más sencilla y humilde.

Conforme al vino, también podemos sacar alguna

que otra conclusión. El vino no es un vino cualquiera, sino

vino dulce. Dulce como voz de Dios que nos invita a la conversión.

Debemos endulzar nuestros corazones para que

pueda el Señor llegar a más almas a través de nosotros. El

proceso de hacer el vino es machacando las uvas, para que

pueda salir su jugo. Nosotros debemos de ser pisoteados

también para que el jugo que tiene nuestra vida, que no es

poco. Muchas veces somos pisoteados, y lo debemos

soportar, pues Él lo soportó.

Por Jorge Mora (15 años).

Dirección: D. MORA HUERTA.

Revista de evangelización de

Misión Trinitaria Seglar

JUVENILES

Plaza de las Palmeras 1, 3ºD.

28850 Torrejón de Ardoz (Madrid).

608-945-931

Maquetación: G. ORGAZ TORCAL y D. MORA HUERTA.

Redacción: M. HUETE LÓPEZ, D. MORA HUERTA,

R. PASCUAL MARTÍN, M. ALBI RANERI

y A. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ.

Imágenes: M. HUALDE PASCUAL, Z. TORRES TAPIA,

M. TORQUEMADA COMAS.

Colabora: REV. D. J.M. CABEZAS CAÑAVATE.

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