Nº 12 Alegraos Peques La santidad en los niños (abril 2022)
¿Se puede ser santo siendo un niño? "Las virtudes que se alcanzan desde niños tienen un brillo especial" (S. Juan de la Cruz).
¿Se puede ser santo siendo un niño?
"Las virtudes que se alcanzan desde niños tienen un brillo especial" (S. Juan de la Cruz).
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Abril 2022 Página 2
1 Samuel 3
Samuel fue un profeta muy importante, su vida
viene relatada en el Antiguo Testamento.
Cuando tenía aproximadamente cuatro años,
sus padres lo llevaron al sacerdote israelita Elí para que
se quedara a vivir en el Templo (a pesar de que era tan
pequeño, ¡sus padres le dejaron allí viviendo con gente
extraña!). Pero la historia comienza cuando la madre de
Samuel, no pudiendo tener hijos, rezo al Señor para que
le concediera un bebé, y prometió consagrarlo a Dios
de por vida en señal de agradecimiento. Por eso fue
llevado tan pequeño al tabernáculo.
Samuel se quedó muy contento allí sirviendo al
Señor desde pequeño.
Dios quería de él. Rezo y ofreció toda su vida al servicio
del Señor.
Hoy día, podemos oír siempre la voz del Señor si
estamos atentos. La Santa Misa y los sacramentos de la
Eucaristía y Penitencia son dos buenas maneras de
hacerlo. También, abrir nuestros corazones al Señor
entregando nuestro tiempo para servir a los demás.
Si somos vigilantes y cuidadosos, siempre
podemos escuchar al Señor decir nuestro nombre y
nosotros, como el profeta Samuel cuando era niño,
decirle de todo corazón: “Habla, Señor, que tu siervo
escucha”.
Por Montse Huete (Paracuellos de Jarama).
Un día, cuando era un poco más mayor, estaba
dormido y Dios lo llamo tres veces. Samuel, pensando
que era el sacerdote Elí quien lo llamaba, fue corriendo
a su lado: “Aquí estoy, Señor, vengo porque me has
llamado”. Elí respondió que él no había sido.
sacerdote se dio cuenta que era Dios quien lo llamaba y
le dijo: “Cuando Dios te llame le dirás: “Háblame Señor
que tu siervo te escucha” ”.
Desde entonces Samuel fue muy obediente a
Dios y oyó siempre su palabra. Pasaron los años, y se
convirtió en el último juez de Israel. Él ungiría reyes:
primero a Saúl, y al apartarse éste del camino de Dios, al
gran Rey David.
El
Pero a nosotros, ¿qué nos enseña hoy la vida de
Samuel cuando era niño? ¿Qué harías tú si escucharas la
voz de Dios llamándote por tu nombre? Samuel la oyó
cuando le llamaba en sueños, y se levantó rápido para
ver quien le hablaba y qué era lo que quería. Cuando
supo que era Dios, enseguida puso en práctica lo que
Por Miriam Torquemada (9 años, Madrid).
Abril 2022 Página 3
San Mateo nos cuenta un paisaje breve, pero
muy profundo, acerca de la relación de Jesús
con los niños. Narra como los niños se
acercaban a Jesús. ¡Cómo sabe un niño
arrimarse a quien bien le quiere! Los
apóstoles les tratan de echar, para
que no molesten al Maestro…
pero Jesús interviene
enérgicamente: “¡Dejadlos! ¡No
impidáis a los niños acercase a
Mí!” El Corazón de Jesús tiene
una gran predilección para con
los niños.
“De los que son como ellos es
el Reino de los Cielos”. El encanto de
los niños reside en su inocencia, muy
relacionada con “bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt
5, 8).
Cuando nacemos, desgraciadamente a
consecuencia del pecado original que heredamos
de Adán y Eva -nuestros primeros padres-,
nacemos en pecado. Si lo pensamos, no tiene
mucho sentido celebrar nuestro cumpleaños, pues
nuestra llegada al mundo… ¡tuvo lugar 9 meses
antes!, y el motivo de verdadera alegría y
celebración debería ser el aniversario de nuestro
Bautismo, pues fue ahí cuando realmente nacimos
a la Vida de la gracia. “Cuando nacemos, nacemos
para morir; pero una vez que nos bautizan,
morimos para vivir”.
Con el Bautismo comenzamos la vida para la
que Dios nos ha pensado, que no es una vida
rastrera “en este valle de lágrimas”, sino la vida del
Cielo… que comenzamos ya aquí. Estamos de
peregrinación, pero ya vamos experimentando
nuestra vida de hijos de Dios, y gustando aquí -
aunque con los sufrimientos
propios de la tierra- un
preludio de lo que nos
Mt 19, 14
espera en el Cielo,
participando de la Vida de Dios.
Los niños tienen el alma
limpia, reina en ella la
Gracia… y esa vestidura
blanca del Bautismo
debemos
procurar
conservarla, y no estropearla.
“De los que son como ellos es
el Reino de los Cielos”. Qué
importante es que en nuestros
primeros años de vida la gracia
reine en el alma, y estemos a salvo
de pecados y escándalos, que dañan
tan gravemente el pequeño y frágil corazón
de un niño.
San Juan de la Cruz explicaba que “las
virtudes que se adquieren siendo un niño tienen un
brillo especial”. Arraigarán con gran fuerza en esa
persona, que las desarrollará vigorosamente en su
juventud y vida adulta.
Santo Domingo Savio en la película “San Juan
Bosco” afirma que
“Hay que amar a Dios
desde niño, porque si no
podría ser demasiado tarde”.
Y así es… ¡cuántos santos lo han sido porque
en su infancia fueron educados en el amor a Dios y
en la práctica de las virtudes!
Por Dámaris Mora (Torrejón de Ardoz).
Abril 2022 Página 4
Santa María Goretti, mártir de la pureza
Por María Hualde
(11 años, Daganzo).
El 5 de julio de 1902 fue en busca de María
que estaba sola en la cocina, y la amenazó con un
cuchillo para que accediera a sus deseos impuros.
María se negó advirtiéndole que lo que pretendía era
pecado, por lo que éste la atacó, clavándole el cuchillo
catorce veces.
María no murió inmediatamente, sino que fue
trasladada al hospital, donde los médicos la operaron
sin anestesia (porque no había). Allí, durante todo un
día, la santa soportó heroicamente un gran
sufrimiento, orando, ofreciéndoselo a Dios y a la
Virgen de los Dolores. María pudo recibir la Comunión
y la Unción de los Enfermos. Antes de morir, dijo:
“Sí, perdono a mi asesino por el amor de Jesús, y
quiero que él también venga al paraíso. Que Dios lo
perdone, porque yo ya lo he perdonado”.
Santa María Goretti nació en Corinaldo (Italia),
en 1890. Fue la segunda de seis hijos en una familia
de campesinos. Perdió a su padre a los diez años por
causa del paludismo, y la madre de María Goretti tuvo
que trabajar. Dejaba la casa y los hermanos menores
a cargo de María, el ángel de la familia, quien
realizaba sus obligaciones con alegría, rezando
constantemente con el rosario que llevaba en la
muñeca y estudiando el catecismo. No había en ella
pizca de capricho, desobediencia o mentira. Se nutría
del Amor de Dios. A los once años hizo su primera
comunión haciéndose, desde entonces, el firme
propósito de morir antes que cometer un pecado.
Cuando María tenía 11 años, vivían en una casa
compartida con otra familia de no tan buenas
costumbres, y cuyo padre era bebedor. Tenían un hijo
llamado Alessandro de 19 años, que se enamoró de
María. Este chico, influenciado de lecturas impuras,
se dedicó a perseguir a María haciéndole propuestas
sexuales deshonestas. La santa las rechazaba.
Alessandro fue condenado a 30 años de
prisión, donde al principio no daba muestras de
arrepentimiento, a pesar de los esfuerzos del obispo
del lugar por su conversión. Una noche tuvo un sueño
donde María, vestida de blanco en la gloria, le dijo
que él también podía ir al Cielo. Alessandro cambió
completamente, volviéndose hacia Dios y ofreciendo
sus trabajos y sufrimientos en reparación de sus
pecados. Después de 27 años de cárcel fue liberado,
y acudió a pedir perdón a la madre de María, quien no
solo le perdonó, sino que lo defendió en público
alegando que, si Dios y su hija lo habían perdonado,
ella no tenía porque no perdonarlo. Alessandro acabó
trabajando en un convento de monjes capuchinos y
fue admitido en la orden tercera de San Francisco.
La fama de María Goretti se extendía cada
vez más y fueron apareciendo las muestras de
santidad. Se hicieron numerosos estudios donde
Alessandro testificó también, diciendo: “Toda la
culpa es mía. Me dejé llevar por la brutal pasión. Ella
es una santa, una verdadera mártir”.
Finalmente, fue canonizada en 1950. A la
ceremonia asistieron su madre y Alessandro. A esta
santa se le llama “Mártir de la pureza”. Sus
imágenes la representan como una campesina con un
lirio en la mano, que es el símbolo de la virginidad, y
con la corona del martirio.
Por Raquel Pascual (Daganzo).
Abril 2022 Página 5
Los Pastorcillos de Fátima
Eran: Lucía Dos Santos, y Francisco y Jacinta
Marto, que eran primos de Lucía. Nacieron en
Aljustrel, un pequeño pueblo de Fátima en Portugal,
en 1907, 1908 y 1910, respectivamente.
Tanto Lucía como sus primos venían de
familias humildes y muy piadosas. Fueron instruidos
en la fe católica. Esto hizo que, desde muy pequeños,
naciera en ellos un amor profundo hacia Jesús y su
Santísima Madre, que con el tiempo fue creciendo.
Salían todos los días al campo a pastorear las ovejas.
Allí jugaban y se entretenían.
Entre 1915 y 1516 se sucedieron varias
apariciones de un ángel, que les pidió oraciones y
sacrificios en reparación de los Sagrados Corazones
de Jesús y de María. La más curiosa de las
apariciones tuvo lugar en los Valinhos en 1916, cuando
después de rezar con ellos, el ángel les dio de
comulgar: a Lucía la Sagrada Hostia, y a Francisco y a
Jacinta la Sangre de Cristo.
El 13 de mayo de 1917 tuvo lugar la primera
aparición de las seis que habría en Cova de Iría,
también el día 13 de los meses próximos. En estas
apariciones, la Virgen les mostró el infierno y les
reveló tres secretos que más tarde ellos mismos
revelarían. Les pidió que se sacrificaran para reparar
su corazón. También les dijo que irían los tres al
Cielo, aunque Jacinta y Francisco lo harían antes y
Lucía se quedaría más tiempo ofreciendo su
sufrimiento por los pecadores.
Hubo mucha gente que no creyó lo que
contaron. Por esta razón sufrieron mucho hasta que
el 13 de octubre de 1917, la Virgen dio una señal de la
veracidad de lo que contaban y se produjo un milagro
en el que como algunos testigos han dicho, el sol
"danzaba" o "zigzagueaba". Sufrieron todos los
desprecios y los ofrecieron con mansedumbre.
Se sacrificaban mucho por la conversión de
los pecadores. Pasaban largas temporadas sin beber;
tanto es así que un día de agosto, debilitada Jacinta
por este motivo, le pidió a Lucía que le dijese a los
grillos y las ranas que se callasen porque empeoraban
el gran dolor de cabeza que tenía. Entonces,
Francisco le preguntó si no quería ofrecer ese
sacrificio por la conversión de los pecadores y
Jacinta rápidamente respondió que sí, que les dejase
cantar. Otra vez, mientras jugaban por el campo
Lucía se encontró una cuerda, la cogió para jugar con
ella y se la ató al brazo. Un rato después, al ver que
hacía daño, les propuso a sus primos atársela a la
cintura para ofrecerlo por los pecadores. Se la solían
apretar mucho, por lo que no era raro que se les
formasen heridas. Tanto es así que, en la quinta
aparición, la Virgen les prohibió llevarla por la noche.
Tal y como había dicho la Virgen, Francisco
falleció en 1919 y Jacinta en 1920; ambos de
neumonía. Fueron canonizados el 13 de mayo de 2017.
Por otra parte, Lucía murió a los 97 años de edad
tras haber sido monja dorotea, y más tarde haber
pertenecido a la Orden de la Carmelitas Descalzas.
Está abierta su causa de beatificación.
Los pastorcillos de Fátima vivieron siempre
agradando a Dios y ofreciendo todo por y para Él.
Por Zhoe Torres (12 años, Madrid).
Por Marta Albi (14 años, Madrid).
Abril 2022 Página 6
Recuerdo, cuando era muy niño -un mocoso, vamos- cuando todavía la leche en lugar de existir
como ahora en tetrabrik, había que ir a la lechería del pueblo todas las mañanas y se hervía antes de
beberla; que iba con mis dos jarras de leche… y cuando me tocaba, decía: “Soy el hijo del médico, dice mi
madre que me dé dos jarras de leche…”. Me servía la leche y bien cargado, sin pagar y con una sonrisa de
oreja a oreja, me las llevaba a mi casa... Recuerdo que no pagaba nada… mi único mérito era ser “el hijo del
médico” y eso me servía y me llenaba de un orgullo impresionante.
Uno de mis juegos preferidos -a mi madre no le gustaba- era subirme a una mesa, cuanto más alta
mejor, y tirarme en plancha al suelo, sin red, pero con los brazos de mi padre esperando para evitar me
estampara contra el suelo... Lo pasaba en grande… Cada vez me tiraba con más fuerza, y llegara lo lejos
que llegara, siempre estaba mi padre evitando la catástrofe…, hasta que mi madre “nos regañaba” y se
acababa “la diversión”.
Estos ejemplos, nos recuerdan que “cada niño que nace nos trae la sonrisa de Dios, y nos invita a
reconocer que la vida es un don suyo, un don que es preciso acoger con amor y cuidar con esmero… Que
estos pequeños puedan crecer no solo con buena salud, sino también en la fe y en el amor a Dios, que hoy
en el bautismo los hace hijos suyos” (Benedicto XVI, 7-01-2007).
A lo largo de los Evangelios vemos como Jesús tiene una predilección especial por los niños. Tan
importante son los niños para Jesús, que San Juan Pablo II dice que el Evangelio podría ser leído como “El
Evangelio del Niño”.
Dirá a los Apóstoles: “Dejad que los niños se acerquen a Mí, no se lo impidáis”, y añadirá: “porque
de los que son como ellos es el Reino de los Cielos” (Mc 10, 14). En otra ocasión, cuando los Apóstoles
estaban discutiendo sobre quién era el más grande, pondrá en medio a un niño y dirá: “Si no os hacéis
como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos” (Mt 18,3). Y pronunciará las severísimas palabras de
advertencia: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en Mí, más le vale que le cuelguen al
cuello una piedra de molino y le hundan en lo profundo del mar” (Mt 18, 16).
Sin duda, el Señor quiere mucho a los niños, los quiere con un amor impresionante… porque como
nos dice el Papa Francisco: “Dios no tiene dificultad para hacerse entender por los niños, y los niños no
tienen problemas para comprender a Dios” (18-03-2015).
Entre el corazón de los niños y el Corazón del Señor hay “una sintonía particular”. En el niño hay
unas cualidades que nunca pueden faltar a quien quiere entrar en el Reino de los Cielos. Al Cielo solo van
los sencillos como los niños, los que están llenos de entrega confiada y son ricos en pureza y bondad. Quien
es así puede encontrar en Dios a un Padre, y llegar a ser, gracias a Jesús, Hijos de Dios.
Abril 2022 Página 7
Los niños son sencillos, “no entienden de diplomacia” dicen las cosas como las ven, dicen lo que
sienten, por eso a los adultos nos ponen en muchos apuros con sus preguntas. Son confiados, un niño en
los brazos de su padre sería capaz de ir a la Luna sin temor.
Pero lo que más asombra es esa bondad y pureza que se pone de manifiesto de forma maravillosa el
día de la Primera Comunión, cuando Jesús por primera vez llega a su alma y a su corazón, es un encuentro
inolvidable que se suele recordar como uno de los días más hermosos de la vida. ¡Cuántos niños en la
historia de la Iglesia han encontrado en la Eucaristía una fuente de fuerza espiritual, incluso heroica!
Podríamos recordar los niños y niñas santos que vivieron en los primeros siglos de la Iglesia y que aún hoy
son conocidos y venerados en toda la Iglesia: Santa Inés, San Tarsicio, Santa Águeda, Santos Justo y Pastor…
pero luego, también a lo largo de toda la historia, como Santo Domingo Savio, por ejemplo; y tantas almas
ejemplares.
Y si vemos que el Hijo muestra una especial confianza con los niños, así la Madre de Jesús, la Virgen
María ha dirigido a lo largo de la Historia su atención maternal a los pequeños, y ahí está Santa Bernardita
de Lourdes, los niños de La Salette, y mucho más cercanos los pastorcillos de Fátima, Lucía, Francisco y
Jacinta.
No sólo es que entre los niños haya santos, sino que
Jesús y María, eligen con frecuencia los niños para confiarles
tareas de gran importancia para la vida de la Iglesia y de la
humanidad. Jesús siempre atiende la oración de un niño, por
eso tiene una fuerza enorme… y llega a ser modelo para los
mismos adultos.
Cuando los niños se acercan a Jesús, escuchan sus
inspiraciones nítidamente, así pues: “¡Alabad, niños, al
Señor!” (Sal 113) y sabed que “La voz del Señor se
deja sentir ya en el alma del niño” (S. Juan Pablo II,
Carta a los Niños 13-12-1994). Si un niño se acerca a
Jesús, no sólo le ayudará a vivir bien, a ser santo,
sino también a descubrir su vocación, para seguirla
con generosidad.
Colabora con
La Revista
es una
revista de evangelización destinada a los
Por Alfonso González (Cuenca).
Santo Dominguito del Val
(7 años)
San Pelayo (13 años)
San Kitizo (16 años)
San Estanislao de Kostka
(18 años)
Beata Imelda (9 años)
San Francisco Marto (10 años)
Santa Jacinta Marto (9 años)
Santos Niños Justo y Pastor
(7 y 9 años)
niños, especialmente a los JUVENILES de
Misión Trinitaria Seglar y acampados del
Campamento San Javier.
¡¡SUSCRÍBETE!!
Donativo orientativo: 2€/revista; 10€
al año.
Santa Juana de Arco (19 años)
¡rogad por nosotros!
revista.alegraos@gmail.com
Abril 2022 Página 8
“Se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de Cruz” (Flp 2, 8).
“Dadme un joven obediente y lo haré santo” (S. Juan Bosco).
La virtud de la obediencia pertenece a la virtud moral de la justicia. Es la virtud por la cual hacemos la
voluntad de Dios, a través de los mandatos de las personas que son una autoridad legítima para nosotros.
¿Por qué es tan importante la obediencia en la vida del cristiano? Porque si por un acto de
desobediencia entra el pecado y la muerte en el mundo, por la obediencia de Jesús nos abre las puertas del
Cielo. La Redención es obra de la obediencia.
“De la misma manera, si por la desobediencia de un solo hombre todos se convirtieron en pecadores,
también por la obediencia de uno solo, todos se convertirán en justos” (Rm 5, 19).
Por eso el Señor, a lo largo de su vida en la tierra, vemos que con la palabra y ejemplo nos quiso
hacer ver el valor tan fundamental que tiene esta virtud para nuestra santificación y para la salvación de
las almas. “Por eso Cristo dijo al entrar en el mundo:
me has dado un cuerpo. Entonces dije: Aquí estoy, yo
vengo para hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hb 10, 5-7).
Y así, toda la vida de Jesús es obediencia al Padre:
Siendo Niño, “bajó con ellos a Nazaret y les
obedecía” (Lc 2, 51). Jesús vivió bajo la autoridad de
sus padres, María y José, siendo consciente de que a
través de ellos obedecía también a Dios Padre.
Obedeció la Ley de Dios dada a Moisés en el Sinaí
(a los Diez Mandamientos): “No he venido a abolir la
Ley y los Profetas, sino a dar plenitud” (Mt 5, 17).
Mostró así mismo sumisión a las distintas
autoridades que había en Israel:
Al poder religioso: Le responde a Caifás -máxima
autoridad religiosa judía-, cuando le pregunta: “¿Eres
tú el Mesías, el Hijo del Bendito?” Nos narra S. Marcos
como Jesús calla ante muchas preguntas y acusaciones
que le dicen antes, pero a él sin embargo sí le contesta:
“Yo soy” (Mc 14, 61-62).
Y al poder político: “Dad al César lo que es del
César, y a Dios lo que es de Dios” (Lc 20, 25).
Le explicita además a Pilato: “No tendrías
ninguna autoridad si no te hubiera sido dada de lo
Abril 2022 Página 9
alto” (Jn 19, 11), enseñándonos que nuestras autoridades legítimas tienen por última instancia a Dios.
Por lo tanto, debemos obedecer a nuestras autoridades legítimas, pues a través de ellos conocemos lo
que Dios quiere de nosotros, pero siempre que:
En lo mandado no haya ningún abuso de autoridad (si extralimitan su campo, no hay por qué
obedecerles). Por ejemplo, si tenemos una enfermedad hemos de seguir lo que nos recete el médico;
nuestro profesor puede saber muchas matemáticas, pero no tiene nada que decir de medicina,
porque no es autoridad en el campo de la salud.
Si lo que mandan es pecado, pues “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 9), como
contestaron S. Pedro y S. Juan a los sumos sacerdotes que les ordenaron dejar de predicar. Ellos se
negaron a hacerlo -a pesar de estar ante la autoridad religiosa legítima en Israel-, pues lo que les
estaban diciendo contradecía directamente el mandato misionero que les había dado Jesús.
Las personas que mandan, tienen una grave responsabilidad, pues “toda autoridad venida de lo alto”, y
tienen la misión de que en cada persona sobre la que tienen autoridad se lleve a cumplimiento la voluntad
de Dios.
“Nunca se perdió el verdadero obediente” (S Francisco de Sales).
“No hay camino más rápido que lleve a la perfección suma que el de la obediencia” (Sta. Teresa de Jesús).
No podemos sino acabar con la respuesta de la Virgen María en la Anunciación:
“He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38).
Por Dámaris Mora (Torrejón de Ardoz).
Abril 2022 Página 10
Nuestra nueva insignia
Desde enero 2022, tenemos nuevas insignias.
Su diseño cuadra perfectamente con la descripción de la insignia
de los Jóvenes de Acción Católica:
“La insignia muestra un crismón sobre fondo blanco, sin letra
alguna.
El color verde nos indica que toda nuestra esperanza está en el Signo santo de nuestra Redención,
que el triunfo sólo lo obtendremos si la Cruz es nuestro faro en el tormentoso mar de la vida.
El blanco del escudo nos recuerda siempre que, si nuestra vida no está aromada por la exquisita
fragancia de la pureza, que, si nuestras almas no son blancas como azucenas, no conseguiremos el triunfo,
y que, si no practicamos esta virtud, en vez de poder cultivar nuestro jardín interior, nuestra alma será un
yermo.
La X y la P enlazadas son el monograma de Cristo. Estas letras, la X (ji, griega) y la P (rho o r griega),
son las dos primeras del nombre de Cristo en griego, y este monograma, que se conoce como “crismón”, fue
usado por primera vez por el emperador Constantino, que lo hizo poner en sus lábaros o estandartes, y de
aquí estos nombres, y desde aquella fecha vienen usándose sin interrupción en toda la Iglesia. El dorado que
sirve de marco y señala las letras, nos dice que nuestra edad es la edad de oro de la vida, y que no debemos
desaprovechar un solo instante de esa magnífica edad, ya que después podremos dolernos de ello, pero
jamás volverá a nosotros”.
(IZQUIERDO MOLI, Francisco. Manual de los Jóvenes de Acción Católica (1950). LA EDITORIAL: Zaragoza).
Además, añadimos la peculiaridad de hacer el centro circular, simbolizando la importancia central
de la Eucaristía, que debe ser el centro de nuestra vida.
Llevaremos con alegría y honor
esta insignia en nuestro pecho, siendo
conscientes de que en él llevamos la
Cruz y el Corazón de Cristo, que late
en la Eucaristía; y es lo que el mundo
necesita que se le muestre.
Felicitamos a los nuevos
militantes que se impusieron la
insignia en septiembre 2021 en
Berrocales.
Abril 2022 Página 11
LOS 7 PECADOS CAPITALES
Une cada pecado capital con la virtud que le vence:
Soberbia
Avaricia
Envidia
Ira
Pereza
Gula
Lujuria
Humildad
Generosidad
Caridad
Paciencia
Diligencia
Templanza
Castidad
Carlo no nació en una familia practicante, pero
desde pequeño le atrajo enormemente el amor de Jesús en
el Sagrario. Comenzó pidiéndoles a sus padres que le
llevasen a iglesias a “saludar a Dios”, y pronto fijó la
práctica de la Misa diaria, afirmando que “la Eucaristía es
mi autopista –es decir, el camino más rápido y seguro–
para ir al Cielo”, a donde él fue con solo 15 años.
Le encantaba el mundo de la informática, y
aprovechó sus conocimientos para el apostolado. Publicó
una página web sobre milagros eucarísticos, para extender
por las redes sociales la locura del amor de Dios, hecho
carne por nosotros, esperándonos en los Sagrarios.
Realmente la Eucaristía es el momento más
importante y milagroso de todos, pero… ¿sabemos
exactamente el valor que tiene?
La Eucaristía es el momento en el cual Jesús,
nuestro Dios, vuelve a redimirnos a través de la conversión
de un pan en su Cuerpo; la conversión de una simple copa
de vino, en su Sangre, derramada por nosotros.
Jesús en la Eucaristía vuelve a hacer el milagro más
grande de Amor, Él se deja triturar por tus dientes de nuevo,
tus dientes llenos de mancha, de pecado, y lo hace por
amor, porque sabe que sin Él no somos nada. Pero eso no es
nada, Jesús lo hace a través de un trozo de pan.
El pan es un recurso muy fácil de conseguir. En
nuestras casas, gracias a Dios siempre suele haber pan, es el
alimento más fácil de encontrar. ¡Qué bonito esto! Jesús
quiere llegar a todos, y de la manera más sencilla y humilde.
Conforme al vino, también podemos sacar alguna
que otra conclusión. El vino no es un vino cualquiera, sino
vino dulce. Dulce como voz de Dios que nos invita a la conversión.
Debemos endulzar nuestros corazones para que
pueda el Señor llegar a más almas a través de nosotros. El
proceso de hacer el vino es machacando las uvas, para que
pueda salir su jugo. Nosotros debemos de ser pisoteados
también para que el jugo que tiene nuestra vida, que no es
poco. Muchas veces somos pisoteados, y lo debemos
soportar, pues Él lo soportó.
Por Jorge Mora (15 años).
Dirección: D. MORA HUERTA.
Revista de evangelización de
Misión Trinitaria Seglar
JUVENILES
Plaza de las Palmeras 1, 3ºD.
28850 Torrejón de Ardoz (Madrid).
608-945-931
Maquetación: G. ORGAZ TORCAL y D. MORA HUERTA.
Redacción: M. HUETE LÓPEZ, D. MORA HUERTA,
R. PASCUAL MARTÍN, M. ALBI RANERI
y A. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ.
Imágenes: M. HUALDE PASCUAL, Z. TORRES TAPIA,
M. TORQUEMADA COMAS.
Colabora: REV. D. J.M. CABEZAS CAÑAVATE.