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Nº 6 Alegraos Peques LA EUCARISTÍA (Marzo 2020)

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Alegraos Peques

Éxodo

y Números

Moisés fue el elegido para liberar al Pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Tras cruzar

milagrosamente el Mar Rojo, se encontraron a salvo en el desierto. Emprendieron la marcha hacia la

Tierra Prometida por Dios, en la que se establecerían y vivirían prósperamente. 40 días era lo que iban

a tardar en este arduo paso del desierto, pero ante la dureza de corazón de los israelitas y su falta de

fidelidad continua, estos 40 días se convirtieron, por castigo de Yavhé, en 40 largos años, de los que

vamos a resaltar algunos sucesos:

Entrega de los 10 Mandamientos. Lo más importante que va a pasar es la Alianza que

Dios hace con el Pueblo de Israel a través de Moisés: Dios se comprometía a hacer a

los israelitas su Pueblo, el elegido entre todos los pueblos, a quien protegería. Israel

se comprometía a cambio a cumplir los diez mandamientos que Moisés acaba de

recibir en unas tablas de piedra en el monte Sinaí. Estos mandamientos coinciden con

los que seguimos teniendo hoy en día.

El Becerro de oro. Moisés volvió al monte a rezar. El pueblo, viendo que Moisés tardaba mucho

en regresar, pidió a su hermano Aarón que les construyera un ídolo para presidirles (lo que suponía,

obviamente, un gran pecado, de rechazo a Dios). Todos entregaron a Aarón las joyas que poseían, y él

las fundió e hizo un becerro de oro.

Todos le ofrecieron sacrificios al

ídolo, y le honraron con bailes.

Cuando Moisés bajó de la

montaña y se encontró este

espectáculo, se enfadó tanto que

rompió las Tablas de la Ley. Mandó

destruir el becerro, reducirlo a

polvo, y mezclándolo con agua hizo

que lo bebiera toda la gente, como

penitencia de su pecado. Puesto que

el Pueblo estaba arrepentido,

Moisés volvió a subir al Monte para

recibir de nuevo las Tablas.

Por Sofía Madrid (13 años, Paracuellos de Jarama)


Alegraos Peques

El Arca de la Alianza. El Arca era un cofre

precioso en el que se guardaban las Tablas de los

Mandamientos, el candelario de siete brazos y

algún objeto más importante. El Arca se guardaba

en una tienda de campaña llamada tabernáculo.

Durante el día una nube se posaba sobre él, y

durante la noche se convertía en un fuego, a la

vista de todos los del Pueblo de Israel. Si la nube

se alzaba, se ponían a caminar. Si no lo hacía, no avanzaban ese día.

El Arca era la prefiguración de nuestro Sagrario actual, el lugar más sagrado, donde tenían una

cierta presencia de Dios. La Eucaristía supera al Arca, siendo el mismo Dios.

Un alimento para la supervivencia: el maná. No mucho después de la travesía por el

desierto, el alimento empezó a escasear, y el agua que encontraban era amarga. Los israelitas

empezaron a quejarse a Moisés, reprochándole incluso el haberles sacado de Egipto “Allí por lo menos

comíamos pan y carne en abundancia! Aquí nos moriremos de hambre”. Moisés rezó a Dios, y prometió

al Pueblo carne y un pan mejor que el que hasta entonces habían comido.

Por la tarde, una gran cantidad de codornices cayó sobre el campamento. Por la mañana, se

vieron rodeados por una sustancia blanca, parecida a la escarcha. Era el maná, el pan que desde

entonces Dios les enviaría cada día desde el Cielo.

También vemos aquí, en este pasaje tan lejano en el tiempo del Antiguo Testamento, una

imagen de la Eucaristía, con la que nos alimentamos, pues “Mi Carne es verdadera comida, y mi Sangre

verdadera bebida” (Jn 6, 51-59).

La serpiente de bronce. Después de un tiempo, el Pueblo se puso a protestar de nuevo:

“¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? No tenemos agua, y nos da asco este pan sin

cuerpo”. Dios, cansado de tanta queja, envió a los hebreros unas serpientes venenosas,

muriendo muchos. Ent onces se dirigieron a Moisés pidiéndole perdón, suplicándole que

intercediera por ellos ante Dios. Moisés así lo hizo, y recibió las instrucciones de hacer

una serpiente de bronce, y mantenerla alzada como si fuera un estandarte. Aquellos

que miraban a la serpiente, quedaban curados de su picadura.

Esta serpiente prefiguraba a Cristo en la Cruz, que nos traía la salvación: “Cuando sea elevado sobre la

tierra, atraeré a todos hacia Mí” (Jn 12,32).

¡Cuánto dio la lata el Pueblo de Israel en su marcha por el desierto! ¡Qué dolor para Dios una

respuesta tan ingrata ante tantos beneficios recibos! Jesús inaugurará en la Última Cena la Nueva

Alianza de Dios, no ya con los israelitas, sino con todos los hombres. Por medio de la sangre de Cristo,

recibimos la gracia, que nos capacita para ser buenos –viviendo la misma vida de Dios- y para ir al

Cielo, nueva Tierra Prometida. Que nosotros respondamos con fidelidad al amor de Dios.

Por Dámaris Mora


Alegraos Peques

Santa Clara

Santa Clara de Asís, fue una de las santas más importantes de los siglos XII y XIII. Es la fundadora de la

orden de las clarisas. Nació en Asís, una pequeña población de Italia en 1193.

Su padre era rico, poderoso y ateo; su madre, en cambio, descendía de familia noble y era muy devota. La

joven Clara tenía muchos dones y también virtudes; nunca se dejaba llevar por la soberbia y creció orando y

mortificándose.

Un día en el que San Francisco predicaba en la catedral de Asís, dijo que había que librarse de todos los

bienes materiales para seguir con toda plenitud a Cristo. Fue en ese momento cuando Clara decidió entregar

su vida por completo a Dios. Como ella ya imaginaba, su familia se opuso a esta decisión, por lo que un

Domingo de Ramos se escapó de casa y con la ayuda de San Francisco se consagró al Señor. Como primer

símbolo de su entrega, el santo le cortó su bonito pelo.

Su padre, al enterarse, salió furioso en su búsqueda, pero ella estaba convencida de su decisión, por lo que

se resistió y se quedó en el lugar en el que estaba. Cuando se trasladó de convento, San Francisco le pidió que

fuera la madre superiora, y ella, aunque con

temor, aceptó. No llevó el convento como

una religiosa cualquiera, sino que estuvo

siempre atenta a las necesidades de sus

hijas; siempre atenta a los pequeños

detalles. Era una persona humilde que

siempre servía con sus enseñanzas.

Para Santa Clara la pobreza era el

medio para alcanzar la unión con Cristo. Se

abandonaba en la providencia de Dios y se

mortificaba con frecuencia; de hecho, la

cama en la que dormía, estaba cubierta de

paja. Solo la cambió por obligación cuando

enfermó.

Solía pasar muchas noches en vela y

en oración, noches que muchas veces se

vieron perturbadas por el demonio; a pesar

de ello siguió irradiando felicidad cada vez

que salía de la iglesia o la capilla en la que

rezaba.

Por María Hualde (9 años, Daganzo)


Alegraos Peques

De ella se conocen varios milagros, aquí van dos de los más significativos:

Unos sarracenos, es decir unos soldados

musulmanes, atacaron Asís; cuando llegaron

cerca del convento, las monjas se fueron a

rezar mientras que Clara, que era muy devota

al Santísimo Sacramento, tomó una custodia

con la hostia consagrada y cuando los

sarracenos la vieron, huyeron asustados.

Otro muy conocido ocurrió en una Nochebuena,

mientras que el resto de monjas asistieron a la

Santa Misa, ella permaneció en su cama debido a que

estaba a punto de morir; aun así, vio toda la misa

desde su celda “retransmitida en directo” aunque en

esa época, no existían los aparatos electrónicos, por

esta razón, es considerada la patrona de la

televisión.

El 10 de agosto de 1253 a los 60 años, de los

cuales 41 vivió como consagrada, falleció.

Aun así, se le sigue recordando como una de

las santas más importantes no solo por ser

fundadora de la orden de las clarisas, sino por su

gran humildad y ánimo servicial.

Por Marta Albi (12 años, Madrid).

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Por Fran Muñiz (8 años, Cobeña).

Alegraos Peques

La Eucaristía

“Antes de la fiesta de la Pascua,

sabiendo Jesús que había llegado la hora

de pasar de este mundo al Padre,

habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,

los amó hasta el extremo” .

(Jn 13,1)

resucitara, y resucitaba el muerto; a los demonios

les mandaba que salieran de un poseso, y salían

los demonios; le decía al mar que se calmara, y el

mar se calmaba; a una higuera que se secara, y la

higuera se secaba…

Como leemos en el Evangelio el Jueves

Santo, fue este día, en la Última Cena, cuando

Jesús nos dio el regalo más grande posible, que

jamás hubiésemos podido ni imaginar:

¡¡a Él mismo!!

“Mientras comían, Jesús tomó pan, lo

bendijo y lo pasó a sus discípulos diciendo:

“Tomad y comed todos de Él, este es mi Cuerpo…”

Tomando la copa y dando gracias, se la dio

diciendo: “Tomad y bebed, porque esta es mi

Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que será

entregada por vosotros y por todos los hombres

para el perdón de los pecados. Haced esto en

memoria mía”” (Mt 26, 26-28).

Con que asombro escucharían los apóstoles

estas palabras… Ellos estaban acostumbrados a

ver los milagros de Jesús, y sabían

perfectamente que cuando Jesús decía algo, su

Palabra se cumplía: le decía a un cojo que saliera

andando, y salía andando; le decía a un manco que

se le pusiera el brazo bien, y se le ponía bien; a un

leproso que se le quitara la lepra, y se le quitaba

la lepra; a un paralítico que saliera con su camilla,

y salía con su camilla; a un muerto le mandaba que

Los apóstoles habían visto que TODO lo que

decía Jesús se cumplía, tanto en lo vivo como en

lo muerto, sus palabras se realizaban tal y cómo

las decía. Por eso, al decir ahora “Esto es mi

Cuerpo”, “Esta es mi Sangre”, ellos no dudan:

están ante el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Cuando Jesús exclamó: “El que no come mi

carne y bebe mi sangre, no tiene Vida Eterna” (Jn

6, 51-58), las personas que estaban escuchándole

le abandonaron, escandalizadas… ¿¿cómo iban a

hacer eso?? Jesús se volvió hacia sus apóstoles:

“¿También vosotros queréis marcharos?”

Rápidamente contestó Simón Pedro: “Señor,

¿dónde vamos a ir? ¡Solo Tú tienes palabras de

vida eterna!”.

Se engañan nuestros sentidos ante la

Eucaristía, pues solo percibimos un trozo de pan

con los ojos, con el gusto, con el tacto… pero la fe

nos dice: “¡Es el Señor!” Acudamos

constantemente a Él, y agradezcamos

emocionados a Dios el estar tan cerca de

nosotros, a través de este sacramento… Pidamos

la fe y el amor a la Eucaristía a María, a los

apóstoles y a los santos.


Alegraos Peques

de Jorge Mora (13 años, Cuenca)

La Adoración Eucarística para mí es el encuentro

de “tú a tú” con Jesús. Es Él en persona. Es como

hablar con tu mejor amigo, cara a cara. Yo sé que Él

está ahí, que me ve, que me escucha y me habla.

Hay días que tengo muchas cosas que contarle;

sobre todo cuando hay algo que me preocupa. Decírselo

a Jesús me consuela mucho y me da mucha paz; es

como que él coge todo lo que yo le llevo y se lo queda para Él. Como cuando tú sólo no puedes

con una cosa que pesa mucho y viene alguien más fuerte que tú y te ayuda.

Otros días, no tengo mucho que decirle y estoy allí con Él. Eso también me da mucha

paz. Me recuerda cuando estoy con gente a la que quiero mucho, y a lo mejor no hablamos,

pero es muy bonito estar juntos, aunque sea en silencio. Hace poco en el Evangelio decía

Jesús algo así: “que cuando recemos no usemos muchas palabras”.

Otra cosa que me gusta mucho es quedarme en silencio por dentro esperando que Él me

hable. Esto sí que me cuesta, porque el pensamiento se va para un lado y para otro… pero sé

que Jesús necesita mi silencio para decirme lo que Él quiere. Y lo imagino diciéndome: “Jorge,

te quiero mucho”. “Quiero ser siempre tu amigo”. “Mira, estoy en la Cruz por ti”.

Saber que Jesús está en la Eucaristía y que puedo estar con Él y hablar de amigo

a amigo es lo mejor.

El estar un rato ante Jesús Sacramentado, que se conoce como “Adoración Eucarística”

o “Turnos de Vela” si se organizan varias personas para asegurarse de que el Santísimo va a

estar siempre acompañado, es una de las ayudas más valiosas que podemos ofrecerles a

nuestros misioneros.


Alegraos Peques

La Eucaristía en tu día a día

La fe nos dice que es Jesús, con su

Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, quien se

encuentra en la Eucaristía, bajo las especies de

pan y vino.

Jesús, el mismo que encontraron los

pastores y los Magos en Belén, el que llamó a los

apóstoles, el que realizó tantos milagros, el que

sufre en la Pasión nuestros pecados, el que

resucitó con pleno poder en el Cielo y en la tierra…

se encierra en un pan por amor a mí…

Y yo… ¿qué hago?

“No hay criatura racional cuyo corazón no

se derrita en acción de gracias al considerar los

beneficios recibidos en la Eucaristía”. Si tenemos

fe, no dudaremos en acudir constantemente al

Maestro, que nos espera ahí.

Santa Misa y Comunión. No, la Misa no es

algo a lo que hay que ir los domingos

por rutina o para cumplir con el

mandamiento… La Misa es la

actualización del sacrificio de Jesús en

el Calvario. Es como si acudiéramos a

una máquina del tiempo que nos

trasladase al momento en el que

Cristo entrega su vida en la Cruz, por

amor a nosotros.

tener esta suerte! Abraham, Moisés, Noé, el rey

David… ni soñaban que los hombres pudiésemos

llegar a tal grado de intimidad con Dios…

¡Y qué decir de los santos del Nuevo

Testamento! S. Juan Bautista, los Reyes Magos, la

Samaritana… ¡ellos tampoco pudieron comulgar!

Si Simeón solo con ver al Niño Jesús en su

Presentación en el Templo ya exclamó “ahora,

Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz” (Lc 2,

22-40), veía su felicidad completa, ya no

ambicionaba nada de nada en la tierra y deseaba

el Cielo… ¿¿Por qué no nos pasa lo mismo a

nosotros cuando comulgamos, que es una gracia

mucho mayor??

¡¡Qué vergüenza vamos a pasar el día del

Juicio Final ante los santos del Cielo, por lo mal

que aprovechamos las Comuniones!!

En Misa también, si estamos

en gracia, comulgamos… Viene Jesús a

nuestro corazón… ¿¿Somos

conscientes de lo que recibimos??

¡Cuánto les habría gustado a los

personajes del Antiguo Testamento

Por María Diez (11 años, Madrid)


Alegraos Peques

¡Cómo nos vamos a lamentar de las Comuniones

perdidas! Mucho más que si perdiéramos un

tesoro como el que guarda Smaug, el dragón de la

película “El Hobbit” -para hacernos una idea de las

dimensiones- es lo que perdemos cada día que no

comulgamos…

“Quien come mi Carne y bebe mi Sangre,

tiene Vida Eterna” (Jn 6,54). Quien no come su

Carne y quien no bebe su Sangre, no tiene Vida

Eterna.

Jesús cambia nuestro corazón, y va

haciendo que se vaya pareciendo al suyo. Que no

nos extrañe nuestra debilidad, todas las veces que

no somos buenos… pero pongamos los medios

para mejorar, y el mejor es la Comunión, en la

que el Corazón de Jesús transforma al nuestro.

Visita al Santísimo. Si el Papa nos

llamara pidiendo hablar con nosotros… ¡qué

contentos nos pondríamos, qué honor! Pero un

honor mucho mayor es que el que pida hablar con

nosotros sea el mismo Dios… ¡Es alucinante que

haya ideado la forma de poder recibirnos a todos

tan fácilmente! Aprovechémoslo, acudamos todos

los días, muchas veces, a hablar de corazón a

Corazón con Jesús en el Sagrario:

Recorramos con Él distintos pasajes del

Evangelio.

Contémosle nuestro día, alegrías y

preocupaciones…

Démosle gracias, pidamos perdón por

nuestros pecados y las gracias de Dios que

no aprovechamos, presentemos nuestras

peticiones…

“El Corazón de Jesús Sacramentado echa

de menos en muchos,

muchos de sus amigos el trato frecuente,

afectuoso y personal con Él”.

Por

Por Dámaris Mora


Alegraos Peques

Dios no nos abandona nunca. Cuando Jesús ascendió a los Cielos, quiso quedarse siempre con

nosotros y eligió la forma más simple: a través del pan y del vino en el Sacramento de la Eucaristía.

Cada vez que el sacerdote los consagra durante la misa, Jesús se hace “realmente” presente y se

convierten en verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo.. Este es el gran Milagro de Su Amor. A lo largo

de la historia, Dios ha realizado muchos sorprendentes MILAGROS EUCARÍSTICOS que

testimonian cómo Jesús sigue presente con nosotros a través de las Formas Consagradas del Pan y del

Vino, como este:

24 Formas Sagradas que no se descomponen ni con los años ni la humedad

Un robo y un arrepentimiento

Hace 400 años (en 1597) un ladrón

arrepentido acude al Colegio de la Compañía

de Jesús de Alcalá de Henares a confesarse.

Le cuenta al padre Juan Juárez que había

robado junto a otros moriscos formas ya

consagradas de varias iglesias y le entrega

24 formas envueltas en un papel. El

padre Juárez piensa que podría ser un

engaño y que las formas podrían estar

envenenadas, pues en aquella época

ya habían sucedido varios casos

parecidos. Por ello, decidieron no

consumirlas y dejarlas en la iglesia

para que se descompusieran por el

paso del tiempo, y así desapareciera

la presencia real de Cristo en la

Eucaristía.

Pasado un tiempo, .

sorprendentemente comprobaron

que las 24 Formas seguían frescas.

Sin embargo, las otras formas no

consagradas, guardadas junto a las que sí lo

estaban, se habían corrompido.

Por Raquel Pascual (Daganzo)

¡Un milagro en Alcalá de Henares!

En 1619, la Iglesia y las autoridades confirman el

milagro de forma oficial y se celebra una procesión

donde son adoradas incluso por el rey Felipe III.

En 1624, las Santas Formas son colocadas una nueva

Custodia y el Papa concede indulgencia plenaria a

quien acuda a adorarlas.

Desde 1626, el Ayuntamiento de Alcalá

de Henares hace voto de asistir a la

fiesta y a una procesión anual como

señal de gratitud por la protección de las

Santas Formas frente a sequías e

inundaciones.

En 1767, las Santas Formas se

trasladan a la Iglesia Magistral de los

Santos Niños por orden de Carlos III .

Desaparecidas, pero recordadas como

milagro en Adoración Perpetua

Durante la Guerra Civil la Iglesia fue saqueada y,

desde entonces, no se sabe dónde están las

Formas, ni si se consumieron, se ocultaron o se profanaron.

Sin embargo, 400 años después, la diócesis de Alcalá de Henares

sigue honrando el milagro de Jesús de querer quedarse con

ellos. Se ha establecido una capilla de Adoración Perpetua en la

que más de 300 personas que acompañan al Señor en oración las

24 horas de los 365 días del año.


Alegraos Peques

En las proximidades de Rímini, vivía un labrador bastante

Padua (Italia), siglo XIII.

rico llamado Bonvillo, hombre ambicioso y egoísta. Él aseguraba que nunca creería en lo que afirman

los católicos acerca de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. El caso es que un día Bonvillo le

retó a Fray Antonio diciendo así:

“Si tú haces que esta mula mía, después de haber estado tres días sin comer, desprecie un

montón de cebada y se arrodille ante una Hostia, creeré en la Eucaristía”.

Fray Antonio aceptó su desafío. La noticia se extendió por toda la ciudad. Durante los tres

días, grupos de curiosos se turnaban para vigilar que a la mula no se le diera absolutamente nada de

comer.

El día señalado, la plaza estaba llena a rebosar. El primero en llegar fue Bonvillo con su mula. Al

poco rato hizo su aparición Fray Antonio. Un silencio absoluto sucedió a las conversaciones, risas y

apuestas.

Bonvillo entregó la mula a un espectador y fue a colocarse a la misma altura que Fray Antonio

con un saco de cebada. Cuando la soltaron, Bonvillo avanzó sonriendo y arrojó el saco de cebada a sus

pies. Al llegar a poca distancia, la mula se paró. Todos los espectadores contuvieron la respiración.

Lentamente, el animal dobló las patas delanteras e inclinó la cabeza. Fray Antonio le dijo:

“Has rendido el homenaje debido

a tu Creador.

Vete, hermana mula”.

Apenas recibió el permiso,

se lanzó hacia la cebada y

empezó a comerla vorazmente.

Bonvillo creyó en .

Jesucristo y afirmó, que siempre

que el Santísimo saliera de la

iglesia en procesión, su mula y él

irían detrás para acompañarle.

Por Miriam Mora .

(16 años, Cuenca).


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ACERTIJOS

1. “El Reino de los Cielos es semejante a una

semilla de …”. (Mt 13,31).

2. Pueblo en el que Jesús resucitó al hijo de una

viuda. (Lc 7,11).

3. Parábola del Buen … (Lc 11,25).

4. “El árbol se conoce por sus … (Mt 7,20).

5. Nª de apóstoles que eligió Jesús. (Lc 19,1).

6. Hombre de baja estatura que se subió a un

árbol para poder ver a Jesús. (Lc 19,1).

7. Río en el que se bautizó Jesús. (Mt 3,13).

8. “El Verbo se hizo carne y … entre nosotros”.

(Jn 1,14).

9. Dijo Jesús: “El que quiera seguirme, que cargue

con su …”. (Mc 8,34).

10.“Vosotros sois la … de la tierra”. (Mt 5,13).

11.“El Buen Pastor da su vida por sus …” (Jn 9,11)

12. Nombre de uno de los cuatro evangelistas.

13. Jesús, al curar a un sordomudo, dijo: “Effeta”,

que significa “…”. (Mc 7,34).

14. Jesús multiplicó cinco panes y dos …

(Mt 14,17).

15. “Yo soy la … luz del mundo”. (Jn 8,12).

16. “Yo os enviaré, desde el Padre, el … de la

Verdad”. (Jn 15,26).

17. Dijo Jesús: “Todo es posible para el que tiene

…” (Mc 9,23).

18. Día en el que el Espíritu Santo descendió

sobre los apóstoles. (Hech 2,1).

19. Jesús cura a un … (Mc 1,40).

20. Uno de los profetas que estaban presentes

en la transfiguración de Jesús (Lc 9,30).

21. Amigo al que resucitó Jesús. (Jn 11,11).

22. Pueblo donde nació Jesús.

Dirección y Maquetación: D. MORA HUERTA.

Revista de evangelización de

Misión Trinitaria Seglar

JUVENILES

Plaza de la Libertad, 4.

28862 Belvis del Jarama (Madrid)

608-945-931

misiontrinitariaseglar@gmail.com

Redacción: M. ALBI RANERI, J. MORA HUERTA, R. PASCUAL

MARTÍN, M. MORA HUERTA y D. MORA HUERTA.

Imágenes: S. MADRID COCO, M. HUALDE PASCUAL,

F. MUÑIZ, GAMORAL , M. DIEZ CALVO.

Colaboran: A. CAMPOS SEGOVIA,

A. GONZÁLEZ FERNÁNDEZ y REV. D.J.M. CABEZAS CAÑAVATE.

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