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Nº 6 Alegraos Peques LA EUCARISTÍA (Marzo 2020)

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Alegraos Peques

Santa Clara

Santa Clara de Asís, fue una de las santas más importantes de los siglos XII y XIII. Es la fundadora de la

orden de las clarisas. Nació en Asís, una pequeña población de Italia en 1193.

Su padre era rico, poderoso y ateo; su madre, en cambio, descendía de familia noble y era muy devota. La

joven Clara tenía muchos dones y también virtudes; nunca se dejaba llevar por la soberbia y creció orando y

mortificándose.

Un día en el que San Francisco predicaba en la catedral de Asís, dijo que había que librarse de todos los

bienes materiales para seguir con toda plenitud a Cristo. Fue en ese momento cuando Clara decidió entregar

su vida por completo a Dios. Como ella ya imaginaba, su familia se opuso a esta decisión, por lo que un

Domingo de Ramos se escapó de casa y con la ayuda de San Francisco se consagró al Señor. Como primer

símbolo de su entrega, el santo le cortó su bonito pelo.

Su padre, al enterarse, salió furioso en su búsqueda, pero ella estaba convencida de su decisión, por lo que

se resistió y se quedó en el lugar en el que estaba. Cuando se trasladó de convento, San Francisco le pidió que

fuera la madre superiora, y ella, aunque con

temor, aceptó. No llevó el convento como

una religiosa cualquiera, sino que estuvo

siempre atenta a las necesidades de sus

hijas; siempre atenta a los pequeños

detalles. Era una persona humilde que

siempre servía con sus enseñanzas.

Para Santa Clara la pobreza era el

medio para alcanzar la unión con Cristo. Se

abandonaba en la providencia de Dios y se

mortificaba con frecuencia; de hecho, la

cama en la que dormía, estaba cubierta de

paja. Solo la cambió por obligación cuando

enfermó.

Solía pasar muchas noches en vela y

en oración, noches que muchas veces se

vieron perturbadas por el demonio; a pesar

de ello siguió irradiando felicidad cada vez

que salía de la iglesia o la capilla en la que

rezaba.

Por María Hualde (9 años, Daganzo)

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