ESCAPULARIO Marzo 2022

Se trata de tolerar los problemas de los otros, los defectos de los otros
en silencio en la oración, para después encontrar el camino adecuado
para ayudarlo a corregirse. Y esto no es fácil. El camino más fácil es el del
chismorreo: despellejar al otro como si yo fuera perfecto. Y esto no se debe
hacer (Audiencia general, 3-11-2021).
Es muy gráfica la comparación papal del chismoso con un terrorista que
coloca una “bomba” (empieza a criticar a alguien) y se marcha (y los demás se
quedan criticando). Así lo expresa el papa:
«¿Cuál es el signo de que no hay fraternidad? Los chismorreos. El terrorismo
de los chismorreos: uno va, lanza la bomba y se queda fuera. Si al menos
hiciera el kamikaze… Los chismorreos son terrorismo contra la fraternidad
diocesana, sacerdotal y de las comunidades religiosas” (21-3-2015).
Respecto a las parroquias, dice: «¿Queréis una parroquia perfecta? Nada de
chismes. Lo que destruye a una comunidad son los chismorreos» (15-1-2017).
El papa nos da un consejo sencillo: «Cada vez que les vengan ganas de
decir algo que siembra cizaña, muérdanse la lengua… Las primeras veces
sentirán que se les hincha la lengua, pero no olviden que el diablo tiene como
oficio dividir”.
CONCLUSIÓN
El papa es muy gráfico, concreto y práctico. Le gusta “aterrizar”, descender
al terreno práctico, no quedarse en las nubes de la teoría. Consciente de tan
gravísimo mal, anima continuamente a todos a combatirlo.
Que con la gracia de Dios, sigamos su consejo de evitar las habladurías y
chismorreos y cuando hablemos solo digamos cosas positivas de nuestro prójimo.
¡Ánimo, éxito y provechosa Cuaresma!
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