ESCAPULARIO Marzo 2022

¡LA CONVERSIÓN DEL CORAZÓN!
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión que marca la Iglesia para
prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros
pecados y de cambiar en nosotros todo aquello que nos separa de Dios, y
poder vivir más cerca de Cristo.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna.
Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio,
el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos.
En Cuaresma, aprendemos a conocer y amar la Cruz de Jesús, y mirando
a Jesús en la Cruz, recibimos por la fe la capacidad de tomar nuestra cruz con
alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
Día tras día estamos como recubiertos de suciedad: de palabras vacías, de
prejuicios, de sabiduría reducida y alterada; una multiplicidad de falsedades se
filtra continuamente en nuestro ser más íntimo. Todo esto ofusca y contamina
nuestra alma, nos amenaza con la incapacidad ante la verdad o el bien. Si
acogemos las palabras de Jesús con el corazón atento, éstas se revelan cómo
verdadera limpieza y purificación del alma.
La puerta del Sagrario está cerrada, pero la lámpara nos anuncia que ahí
está el Señor Jesús en su infinita bondad y humildad, tan real como cuando
recorría los caminos de Galilea, y cansado, pidió a la samaritana un poco de
agua para calmar la sed.
Que nosotros también escuchemos su Palabra que nos llama a abrirle nuestro
corazón. Por eso, es bueno que todos iniciemos cada día con un acto de humildad,
reconociendo ante el Señor que somos pecadores e implorando su piedad.
Sólo Dios nos permite en su infinita misericordia romper con todo aquello
que nos aleja de vivir como verdaderos hijos suyos y miembros de la Iglesia,
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