inf med 311 dic
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
El profesor de Sicología en la
Universidad de Georgia Gwinnet, David
Ludden, en su columna Talking Apes
analiza el debate sobre si existe la
emoción de envidia ‘buena’ y la envidia
‘mala’.
“La envidia es una emoción social
compleja: comienza con la percepción de
que alguien tiene algo de valor que uno
no tiene; pero esta percepción también se
acompaña de una sensación dolorosa o
desagradable”, es una de las reflexiones
que plantea sobre el sentimiento que nos
invade ante el éxito de otra persona.
Ludden pone como ejemplo el caso
de un trabajador con la misma antigüedad
y los mismos méritos que otro, pero que
al final ve cómo su jefe decide promover
al otro. El personaje en cuestión, más allá
de sentir decepción por no obtener el
puesto, empezará a sentir odio por el otro
trabajador y, a partir de ese momento,
hará todo lo que esté a su alcance para
hacerlo tropezar en sus nuevas labores.
El profesor explica que, evolutivamente
hablando, la envidia nos lleva a trabajar en
nuestra posición en sociedad a partir de la
información que nos brinda sobre nuestra
posición social.
“Pero la envidia también tiene un lado
oscuro: en lugar de concentrar nuestros
esfuerzos en ganar las cosas que
queremos en la vida, nos preocupamos
por lo que no tenemos y nos resentimos
con los que tienen lo que queremos”,
apunta el profesor Ludden.
En este sentido, es un arma de doble
filo porque además de hacernos sentir
mal con nosotros mismos, también nos
provoca sentimientos negativos hacia
personas que el único mal que nos han
hecho es conseguir algo que nosotros
queremos.
“Tradicionalmente, la envidia ha sido
vista por líderes religiosos, filósofos y
psicólogos por igual como un mal del
que debemos luchar para liberarnos. Pero
en los últimos años, algunos psicólogos
han argumentado que la envidia puede
tener un lado positivo, específicamente
cuando usamos esos sentimientos como
motivación para superarnos a nosotros
mismos”. Así define lo que podría ser la
‘envidia de la buena’.
Entonces, hay distintas formas de
procesar la envidia; una puede ser a través
del odio hacia una persona que logró una
meta, y la otra es canalizar el sentimiento
en la superación personal a partir del éxito
ajeno.
7