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núa dedicada al hogar y don Antonio empieza a trabajar en un aserrío, IMACOL, en el municipio de
Itagüí, de dónde años después se pensiona. Los hijos mayores de don Antonio por otra parte se
dedicaron a trabajar en diferentes oficios como lavandería, restaurantes, servicios generales, en la
docencia, vigilancia y es los más pequeños estudiaban.
Después de vender la propiedad, Guillermo aproximadamente ya con 16 años y Manuel se reúnen
con su familia, cuenta Guillermo que "Aures en ese entonces era sino rastrojo, la gente que vivía
era poca, había 10 o 15 casitas aproximadamente, esto era puro monte para todas partes, los buses
para subir aquí lo dejaban a uno en El Diamante, en la Farmacia El Diamante y ya tenía que subir uno
a pie y si era por el otro lado el bus solo subía hasta Palenque, por dónde hoy está el colegio Ferrini,
desde ahí tocaba subir caminando."
Con los años, el trabajo de don Antonio y el aporte de algunos de sus hijos a esa primera habitación
que encontraron construida se fueron añadiendo otras hasta construir una casa más amplia para
todos.
Continúa contando Guillermo qué el barrio se fue expandiendo a medida de que llegaban más familias,
también que en Aures no tenían servicio de luz eléctrica, "la luz era el contrabando que se
subía desde El Diamante" y tampoco sé tenía servicio de alcantarillado y agua potable, "cargábamos
agua de un lugar que se llama el chorro, ese fue nuestro surtidor de agua... Mucha gente habla
del chorro porque ahí era de donde se sacaba el agua, todo el mundo cargaba el agua de allá
porque no había más de donde, iba mucha gente, había que hacer fila, las mujeres se iban muchas
veces a medianoche a lavar allá, porque solamente había como dos piedras dónde se podía lavar,
entonces madrugaban a coger puestico para poder lavar la ropita, algunas lavaban directamente
allá y otras cargaban el agua para lavarla en la casa". Pero comenta Guillermo que a veces "...había
problemas, se agarraban por los turnos, había gente que llegaba al chorro en la fila, entonces se
adueñaba del chorro a llenarle a toda su gente, sus familiares y amigos qué no venían en la fila, la
fila entonces sin poderse mover, hay se armaban las discusiones o peleas."
El barrio continuo creciendo y con la habilitación
de vías se le comienza a dar forma a algunas
manzanas, recuerda Guillermo que en
aquel entonces en la Medellín creciente el
servicio de transporte público valía 70 centavos
en la ciudad, pero para subir a Aures como
todavía no tenía calles pavimentadas valía 1
peso, "...después pusieron un servicio de
colectivo que subía hasta acá arriba, el primer
transporte grande que subió fue un solo bus
que trabajaba todo el día, un solo bus para
arriba y para abajo, mucho tiempo después
cuando ya vieron que si era accesible para los
buses, pusieron la ruta."
Siguiendo el ejemplo a sus hermanos mayores
Guillermo busca trabajo inicialmente trabaja
con don Antonio en el aserrío, después en una
empresa de aseo, después estuvo trabajando