Listín Diario 06-02-2023
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6 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />
SÁBADO LUNES 4 6 DE DE FEBRERO DE DE 2<strong>02</strong>3<br />
D I N E R O Y N E G O C I O S<br />
El comercio de EE. UU. cambia de China a México<br />
El Parque Industrial Tizayuca, México, donde Preslow, un negocio de ropa, le surtió un pedido a Walmart.<br />
Por PETER S. GOODMAN<br />
Al tiempo que compañías estadounidenses<br />
recalibran los riesgos<br />
de depender de fábricas chinas para<br />
elaborar sus productos, algunas están<br />
trasladando compras a México.<br />
El near-shoring ha atraído la<br />
atención de nada menos que Walmart,<br />
el imperio minorista global<br />
con sede en Arkansas.<br />
A inicios del año pasado, cuando<br />
Walmart necesitaba uniformes de<br />
la compañía por US$1 millón —más<br />
de 50 mil en un solo pedido— no los<br />
compró en China, sino en Preslow,<br />
un negocio familiar de ropa en México.<br />
Era febrero de 2<strong>02</strong>2, y la pandemia<br />
había trastocado los embarques.<br />
El costo de transportar<br />
productos por el Pacífico se había<br />
disparado, y los puertos estaban<br />
saturados de barcos —una señal<br />
contundente de los peligros de depender<br />
de los productos de un solo<br />
país lejano.<br />
Entre las empresas multinacionales,<br />
décadas de fe en el comercio<br />
con China habían empezado a ser<br />
cuestionadas, sobre todo mientras<br />
crecía la animosidad entre Washington<br />
y Pekín.<br />
En su oficina en la Ciudad de México,<br />
Isaac Presburger, director de<br />
ventas en Preslow, tomó el pedido<br />
de Walmart como una señal del papel<br />
cambiante de su país en la economía<br />
global.<br />
“Walmart tenía un gran problema<br />
con su oferta”, recordó Presburger.<br />
“Dijeron, ‘está bien, México,<br />
sálvame’”.<br />
La geografía básica es un motivo<br />
que impulsa a las compañías estadounidenses<br />
a trasladar compras<br />
a México. Enviar un contenedor<br />
de China a Estados Unidos toma<br />
un mes —un lapso de tiempo que se<br />
duplicó y triplicó durante lo peor de<br />
la pandemia. No obstante, se puede<br />
tender un puente entre fábricas en<br />
México y minoristas estadounidenses<br />
en dos semanas.<br />
Durante los primeros 10 meses<br />
del año pasado, México exportó<br />
productos con un valor de US$382<br />
mil millones a Estados Unidos, un<br />
aumento de más del 20 por ciento<br />
respecto del mismo periodo del<br />
2<strong>02</strong>1. Desde el 2019, las importaciones<br />
estadounidenses de bienes<br />
mexicanos han crecido en más de<br />
25 por ciento.<br />
En 2<strong>02</strong>1, inversionistas estadounidenses<br />
gastaron más dinero en<br />
México —comprando compañías<br />
y financiando proyectos— que en<br />
China, indicó un análisis del Instituto<br />
Global McKinsey.<br />
Por ahora, México carece de capacidad<br />
para asumir el lugar de<br />
China como el proveedor dominante<br />
de una amplia gama de mercancías.<br />
En la fábrica de Preslow en Tizayuca,<br />
unos 80 kilómetros al norte<br />
de la Ciudad de México, 200 costureras<br />
estaban inclinadas sobre ruidosas<br />
máquinas de coser una mañana<br />
reciente, cosiendo prendas.<br />
Pero en los estantes de almacenamiento<br />
había montones de rollos<br />
de tela sintética, la mayoría fabricada<br />
en China.<br />
“Todos los materiales básicos<br />
aún se importan de China, porque<br />
no hay proveedores aquí”, mencionó<br />
Presburger. “Las telas que uso<br />
son imposibles de conseguir en México”.<br />
El mayor impedimento para que<br />
México alcance su potencial como<br />
una alternativa a China puede ser<br />
el propio México. Su presidente,<br />
Andrés Manuel López Obrador, ha<br />
descuidado la infraestructura de la<br />
nación, incluyendo sus puertos.<br />
Cerca de la planta de Preslow, una<br />
fábrica produce hasta seis millones<br />
de botones al día, dando empleo a<br />
unas 1.500 personas. La compañía,<br />
Botones Loren, ha visto crecer sus<br />
ventas en casi dos tercios durante el<br />
último año. Sus clientes —marcas<br />
como Armani y Men’s Wearhouse—<br />
están transfiriendo los pedidos<br />
de China, dijo el director de la firma,<br />
Sony Chalouah.<br />
“Creen que EE. UU. continuará<br />
peleando con China”, afirmó. “No<br />
quieren depender de China”.<br />
BRYAN DENTON PARA THE NEW YORK TIMES<br />
Lectra, una compañía francesa<br />
que produce máquinas cortadoras<br />
de tela para la industria de la ropa,<br />
ha visto sus ventas en México y<br />
Centroamérica crecer en casi un<br />
tercio durante el último año.<br />
“Lo que está impulsando este<br />
near-shoring es básicamente la<br />
situación entre EE. UU. y China”,<br />
apuntó Carlos Sarmiento, un directivo<br />
de la empresa.<br />
“No es que China vaya a desaparecer<br />
del mercado estadounidense”,<br />
agregó. “Es que hay más<br />
apertura respecto de ver a México<br />
y Centroamérica como una alternativa”.<br />
¿El aire puede ser combustible del futuro?<br />
Por PAIGE McCLANAHAN<br />
Si la aviación global alcanza la<br />
meta que adoptó el año pasado, un<br />
vuelo al otro lado del mundo en el<br />
2050 resultará en dióxido de carbono<br />
“cero neto” para la atmósfera.<br />
No hay garantía de que la industria<br />
pueda lograrlo, pero, como<br />
quiera que sea, las tecnologías que<br />
están siendo desarrolladas en pos<br />
del objetivo transformarán la aviación.<br />
Antes de la pandemia, la aviación<br />
emitía unos mil millones de toneladas<br />
de dióxido de carbono al año,<br />
casi tanto como toda Sudamérica<br />
en el 2<strong>02</strong>1. Las cifras están repuntando<br />
al tiempo que los pasajeros<br />
vuelven a volar.<br />
No obstante, las aerolíneas grandes<br />
han prometido alcanzar emisiones<br />
neutras de carbono para el<br />
2050, a más tardar. En una reunión<br />
de la agencia de las Naciones Unidas<br />
dedicada a la aviación civil, en<br />
octubre, delegados de 184 países<br />
adoptaron las emisiones neutras<br />
de carbono como “una meta aspiracional<br />
a largo plazo a escala global”.<br />
Actualmente no existe alguna<br />
tecnología práctica lista para salir<br />
al mercado que pueda reducir<br />
drásticamente las emisiones de la<br />
aviación. Pero tecnologías nuevas<br />
están en proceso.<br />
El combustible de aviación sustentable,<br />
o SAF (en inglés), es un<br />
tipo de biocombustible que por lo<br />
normal está hecho de aceite para<br />
Las innovaciones<br />
para los objetivos<br />
verdes de la aviación.<br />
cocinar usado y biomasa similar.<br />
Durante su ciclo de vida, el SAF<br />
puede generar menos dióxido de<br />
carbono que la turbosina convencional,<br />
con la que puede ser combinada.<br />
No obstante, la producción de<br />
SAF sigue siendo limitada y costosa,<br />
por lo que las aerolíneas proceden<br />
lentamente, mezclando pequeñas<br />
cantidades con su suministro<br />
existente de turbosina en ubicaciones<br />
selectas.<br />
Sin embargo, no hay suficientes<br />
residuos de aceite para cocinar y<br />
biomasa para producir una cantidad<br />
de combustible que se acerque<br />
a la requerida por la aviación, dijo<br />
Andreas Schäfer, director del Laboratorio<br />
de Sistemas de Transporte<br />
Aéreo en el University College de<br />
Londres.<br />
Científicos están explorando<br />
fuentes alternativas de carbono<br />
para SAF, como algas, desechos de<br />
jardín y desperdicios de comida.<br />
Pero quizás la fuente potencial más<br />
fascinante es el aire que respiramos.<br />
Investigadores han desarrollado<br />
la tecnología para un proceso<br />
costoso, conocido como “energía<br />
a líquido”. Utiliza ventiladores<br />
enormes para retirar dióxido de<br />
carbono de la atmósfera, luego extraer<br />
el carbono de la molécula de<br />
dióxido de carbono antes de combinarla<br />
con hidrógeno producido<br />
de electrólisis de agua que se hace<br />
con energía renovable.<br />
El resultado es un hidrocarburo<br />
que puede impulsar un avión.<br />
RUNE FISKER<br />
Otra innovación, un aeronave a<br />
hidrógeno, tiene retos significantes.<br />
El hidrógeno como un gas es<br />
demasiado voluminoso para ser<br />
almacenado en cantidades útiles<br />
en un avión, así que tiene que ser<br />
enfriado a 253 grados centígrados<br />
bajo cero, la temperatura a la que<br />
se condensa en líquido.<br />
También se tendría que construir<br />
infraestructura criogénica para recarga<br />
y almacenamiento en aeropuertos.<br />
Los vuelos impulsados por energía<br />
eléctrica son otra opción baja en<br />
carbono. A raíz de las limitaciones<br />
actuales de las baterías con las que<br />
operan sus motores, las aeronaves<br />
totalmente eléctricas carecen de<br />
la energía para impulsar aviones<br />
grandes a través de largas distancias,<br />
pero podrían ofrecer una solución<br />
para aviones más pequeños<br />
que recorren rutas más cortas.