Intimas de Dios Magazine - Edición # 25

Carlina Díaz Mejias
Íntima de Dios Venezuela
Mamá de Elen – Síndrome de Down
@carlinadiazmejias
Nuestra historia inicia cuando Dios decide que mi
segunda hija adelante su nacimiento 2 meses y que
sea justamente el día de mi cumpleaños del 2014 ¡El
Tiempo de Dios es perfecto! Ella nace de 35
semanas, con un peso de 2 kilos y 42 centímetros el
día en que yo cumplía 39 años. No la esperábamos
para ese día y fue mi mejor Regalo enviado por Papá
Dios con un hermano 14 meses mayor.
El país estaba en pleno estallido de crisis donde no
podíamos movilizarnos ni a la esquina de nuestra
propia residencia por el confinamiento, humo y caos
que casualmente sucedía para los días en que mi hija
nació. Esto lo traigo a nuestra historia debido a que
para su nacimiento me fue imposible recibir ayuda
inmediata de consultas médicas y conocer su condición,
así como darle la asistencia requerida por las
patologías del Síndrome de Down, que comenzabamos
a observar, lo que me llenaba de incertidumbre.
Fue para su tercer mes cuando logro salir del
confinamiento para ser evaluada por los primeros
médicos, quienes me indican realizar la prueba que
determinaría si era Síndrome de Down o No y de que
tipo.
Durante la gestación ninguno de los médicos en 14
consultas de control del embarazo manifestó su
condición. Para el día de su nacimiento el Neonatólogo
me sugirió realizar una evaluación, ya que se daba
la duda por “unos rasgos sutiles” según sus propias
palabras, además por ser prematura y ser descendiente
de raza árabe, le atribuimos el rasgado de sus
ojos, rasgo de la condición Síndrome de Down.
Finalmente, se le realizaron las pruebas genéticas
que son entregadas 30 días después y con costos
bastantes altos, en Venezuela, por lo que muchas
familias deciden no realizarla. Por lo que arrojaría
como resultado este examen el padre de Elen se
negaba hacerla ya que, para su papá, “¡Ella NO tenía
nada! y que me estaba dejando manipular por el
médico”, más por mi duda decidí realizarla.
Resultado: Es una niña con Trisomía 21, Síndrome de
Down más común y frecuente entre esta patología.
El día en que recibí ese examen cambió mi vida me
sentí con miedo, triste, derrumbada, destrozada,
confundida, con mucha incertidumbre. Tenía delante
de mí un camino escarpado por lo que vendría,
además con muchas dificultades por la situación país
y con la misma sensación probablemente de un luto,
ya que esa bebé ya no sería o era lo que soñé, ya
tenía otra bebé con otras necesidades.
De rodillas dije: "¡Dios! ¿Por qué a mí? ¿Por qué mi
hija? ¿Por qué me haces esto?” y muchos por qué.
Lloré muchísimo toda una noche entre continuar
amantando a esa bebé extremadamente frágil, débil
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Abril 2023 – Historias Especiales