Defendiendo a Themis- Versión final

MARCOS ANÍBAL ROUGÈS 35
Pero esa red cósmica todavía no había terminado de esculpir el
Universo que conocernos. Estas primeras estrellas por su inmenso
tamaño tenían vida muy cortas, ya que fusionan mucho más
materia que las más chicas y por eso llegan más rápidamente a su
Némesis, el hierro, el final de su ciclo estelar. Como Aquiles, estas
estrellas prefirieron una vida corta y heroica para dar nacimiento a
algo mucho más grande que estaba tomando forma en el interior de
sus filamentos cósmicos: La segunda generación de estrellas, a la
que pertenece nuestro sol, una generación de la cual nosotros somos
mudos y extasiados testigos presenciales.
Estas estrellas, nacidas luego de la explosión final en supernovas
de las primeras, viven hasta hoy vidas más largas. La gravedad
tuvo tiempo para tejer las estructuras que dan sentido al Cosmos, y
las galaxias, incluida nuestra Vía Láctea, fueron naciendo. Con el
tiempo esos filamentos de la red cósmica quedaron tachonados por
los miles de millones de galaxias que conforman el Universo,
sumidas en una danza coreografía en la que a su vez en esas
intersecciones las galaxias se aferraron entre ellas para formarlos
supercúmulos galácticos, las estructuras unidas por la gravedad
más grandes del Universo. Esa omnipresente y desconocida
materia oscura ha llevado a la materia bariónica a su más alto
grado de organización, la escultura del Cosmos está siendo
terminada y hoy en esa red cósmica, tantos miles de millones de