13.09.2023 Views

Revista Comunidad Lanus 5784

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

.26

ISHAIAHU

.27

EL PROFETA REAL

El libro de Ishaiahu, es el primero de la

sección Nebiim Ajaronim; consta de 66

capítulos, que se encuentran escritos en

lenguaje poético y alegórico. Según algunas

opiniones, Isaías escribió solo hasta el

capítulo 39, y luego lo continuaron sus

discípulos. Esto se evidencia por las distintas

épocas que abarca su profecía, constituyendo

en total un período mayor a dos siglos.

Isaías o Ieshaiahu, profetizó en la segunda

mitad del siglo VIII antes de la era común,

durante los reinados de Uziahu, Yotam, Ajaz y

Jizkiahu reyes de Judá. Recordemos que luego

de Salomón la monarquía se había dividido.

El deceso de Ishaiahu fue durante el reinado de

Menashé, que se sospecha pudo haberlo dañado.

El padre de Ishaiahu se llamaba Amotz (no

confundir con el profeta Amos).

Probablemente, Isaías perteneciera a la

aristocracia de Jerusalem y sus ascendientes

estuvieran directamente relacionados con la

corte real. Justamente sería un aristócrata,

que se levantaría y alzaría su voz contra los

reyes y todo lo que representara la corte y su

gobierno, desde adentro.

Poco se sabe de su vida personal, excepto que

tuvo esposa y tres hijos. Su mujer es llamada

“la profetiza” y los nombres de sus hijos son

alegorías a distintas profecías sobre Israel.

Esta es toda una representación de temor y

reverencia. Es el mismo temor que invade al

hombre que se transformará en profeta.

Al inicio, Isaías no se siente a la altura de

semejante consagración por considerarse

impuro; más luego se lo purifica ritualmente

y entonces acepta su misión.

En cuanto al contenido, sus palabras

ahondan en la falta de compromiso del

pueblo de Israel con el Creador. La vida de

Isaías en este sentido fue bastante dura, por

no escuchar ni los reyes, ni la corte, ni los

gobernantes, el mensaje que portaba.

A través suyo dice D´s : “Conoce el buey a su

dueño; conoce el asno el recipiente de su

amo. Pero Israel me ignora; Mi pueblo no se

fija en Mí.” (Ishaiahu 1, 3).

El mensaje estaba dirigido a todos: conocían

a D's, asistían a los rituales de sacrificio en el

Templo, pero no les interesaba servirlo

verdaderamente, siguiendo Sus caminos y

sus enseñanzas. Así se demuestra en las

palabras: “No me traigáis más vana

ofrenda… (en cambio) Lavaos y limpiaos;

quitad la iniquidad de vuestras obras de

delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;

aprended a hacer el bien; buscad el juicio,

restituid al agraviado, haced justicia al

huérfano, amparad a la viuda…” (Isaías 1, 13-17)

de Ad-nai, además de brindar un gobierno

ético y justo.

En Isaías 11, 6 se describen los tiempos del

Mashiaj con la analogía:

“Y Morará el lobo con el cordero, y el leopardo

con el cabrito se acostará; el becerro, el león y

la bestia doméstica andarán juntos, y un

niño los pastoreará…”

Esto implica una clara descripción de paz y

armonía entre la humanidad y todo lo viviente.

Como conclusión, es notable a través de las

lecturas de Isaías que las profecías distan de

ser meros datos oraculares, expresando en

cambio algo más profundo: la revelación de la

verdad y la trascendencia del hombre en su

camino hacia a la Redención o Gueulá.

En los profetas, se narra por lo general cómo

fue el primer contacto entre dicho hombre y

D’s, y a ese episodio se denomina

“consagración del profeta”. En el capítulo 6 de

Isaías se describe la visión de la consagración,

que ocurrió a la muerte del rey Uziahu,

aproximadamente en el año -740.

Su primera visión de D-s fue esplendorosa. El

Creador sentado en su trono, rodeado de

ángeles de fuego: Serafines con seis alas, que

con dos cubrían sus rostros, con dos sus

cuerpos y con dos volaban. Y el uno al otro

daban voces, diciendo: “Santo, santo, santo,

Ad-nai de los ejércitos; toda la Tierra está llena

de su gloria”. (Kadosh, kadosh, kadosh Ad-nai

Tzebaot meló kol haaretz kebodó). Esta frase

surgida de tan impactante visión, fue

seleccionada para formar parte de la liturgia en

nuestros rezos, siendo recitada en la Kedushá

(santificación), cuando repetimos la Amida.

Visiblemente, su mensaje sigue siendo

actual, en cuanto al llamado a una ética

religiosa y personal.

Isaías siempre se dirige directo a los reyes, ya

que no le teme al poder.

Fue un firme opositor a la política de alianza

de Iehudá con los imperios extranjeros,

proponiendo en su lugar confiar en la Alianza

con D’s. Se opuso al protectorado de Asiria

que el rey Ajaz propició para enfrentarse con

el norteño Reino de Israel y el de Damasco.

También Jizkiahu quiso contrarrestar la

hegemonía asiria, aliándose con Egipto e

Isaías se opuso a ello.

Como vemos, era una época muy desafiante

para mantener un reino en pie, frente al

surgimiento y avance de nuevas potencias

dispuestas a conquistar el territorio.

Es en este contexto, que el profeta predica a

Iehudá y a sus reyes no abandonar la Torá,

para seguir contando con el apoyo y protección

Ishaiahu. Azulejos cerámicos de la

calle Ejad Haam, Tel Aviv, 1920.

”Y morará el lobo con el cordero…"

Estampillas Israel, 1962.

Desea Shaná Tová

Umetuká 5784

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!