Intimas de Dios Magazine - Edición # 35

Escuchar esa canción era lo que
exactamente me pasaba y fue como
un velo que se cayó, allí entendí
nuevamente que era hija, empecé a
verme en el espejo como dice la letra
y Jesús se reflejó en mí, aunque para
el momento no era la más feliz
empecé a creerlo nuevamente, creí
que soy virtuosa, bonita, sobre todo Él
me confirmó que estaba conmigo y
me decía: “eres la más valiosa para
mí”. A pesar que seguí en depresión,
repetía la canción una y otra vez.
La mayor parte de las veces cuando
lidiamos con las desilusiones se
convierten en un ciclo. Eso te puede
llevar a enfermarte físicamente, realmente
la desilusión es un veneno.
En La Biblia, está escrito en Efesios
6.16: “Sobre todo tomad el escudo de
la fe con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno”. Los
dardos son pensamientos malignos,
que cuando estamos vulnerables
después de una desilusión vienen y
atacan con falsos pensamientos y
dudas, entonces comienza la batalla
espiritual en nuestra mente, es una
guerra contra la verdad y contra una
opinión. Es por eso que debemos
tomar el escudo de la fe y echar fuera
esos pensamientos. Decidí soltar esos
pensamientos que controlaban mi
mente, pensamientos de rechazo,
abandono, repudio, traición, odio, dolor,
entre otros.
Vale destacar que nuestra mirada debe
estar enfocada en nuestro Padre Dios.
A diario repetía constantemente: “Dios
está conmigo”. Una forma de ganar las
batallas y vencer todos los pensamientos
era confesando mis pecados,
perdonándome y perdonando al
ofensor. Inicié un entrenamiento físico,
mental y espiritual, declaraba
constantemente:
¡Hoy es un buen día,
a lo de Dios me uno,
soy una princesa, creo en
las promesas de Dios hoy,
soy victoriosa!
Allí entendí que libré otra batalla, con el
escudo de la fe en mano, que aunque
el divorcio se mantuvo, Dios me ha
dado la oportunidad de reencotrarme
conmigo misma.
Íntimas de Dios Magazine - Mujeres Fuera de Serie
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