bicentenario_1

El papel de
la provincia,
la diputación
y los ayuntamientos
en los orígenes de
la creación del
Estado de México

2/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
Dr. Raymundo César Martínez García
Presidente
Dr. Miguel Adolfo Guajardo Mendoza
Encargado de la Secretaría General
Dra. R. Margarita Vasquez Montaño
Encargada de la Coordinación de Investigación

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/3
Miriam Moreno Chávez
El papel de
la provincia,
la diputación
y los ayuntamientos
en los orígenes de
la creación del
Estado de México

4/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
Edición y corrección: Trilce Piña Mendoza
Diseño, formación, tipografía y cuidado de la edición: Luis Alberto Martínez López
Primera edición electrónica 2024
DR © El Colegio Mexiquense, A.C.
Ex hacienda Santa Cruz de los Patos s/n,
colonia Cerro del Murciélago,
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Estado de México.
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M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/5
Índice
La Constitución de Cádiz: diputaciones provinciales
y ayuntamientos en su primera vigencia 8
La reinstauración de la Constitución de Cádiz
y la segunda vigencia de la diputación provincial
de Nueva España 12
La diputación provincial de México
y los ayuntamientos constitucionales tras
la independencia 15
La diputación provincial de México frente
al movimiento federalista y su creación como
Estado de México 17
Conclusiones 19
Para saber más... 20

6/Cuadernos del bicentenario del Estado de México

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/7
A PRINCIPIOS DEL SIGLO xix, en el territorio que
comprende actualmente México, surgieron dos grandes
revoluciones que marcaron la transición de una forma
de gobierno monárquica a una de carácter republicana
y federal: el movimiento armado en 1810 y los debates y
adopción de la primera constitución que regiría en este
país, es decir, la Constitución de Cádiz de 1812. Ambos
procesos representaron una ruptura en las dinámicas político-sociales
y llevaron más tarde a una reconfiguración
territorial y a una redistribución del poder que originó el
surgimiento de una república federal e independiente.
En este fascículo se busca acercar al lector a los orígenes
de la creación del Estado de México, de modo que el
punto de partida es la Constitución de Cádiz. En ella se
determinó el establecimiento de dos instituciones clave
en este proceso histórico: las diputaciones provinciales y
los ayuntamientos constitucionales. Lo ubicamos aquí
Frontispicio de la Constitución
porque representan el puente de unión o bisagra entre un Política de la Monarquía Española
régimen virreinal monárquico y las nuevas naciones republicanas
independientes, surgidas tras las guerras de
(1812).
insurgencia. Fueron las diputaciones las que propiciaron en México la
creación de un sistema republicano federal en 1824. También condujeron
a la autonomía de las provincias y contribuyeron a la legitimación
del movimiento de independencia, manteniendo la unidad que se
requería para la construcción del Estado mexicano. Mientras que los
ayuntamientos, sentaron las bases sobre las que se estructuró la república
federal. Su creación condujo a la reformulación del poder local,
transfiriendo parte de la soberanía a las autoridades municipales y a
los diputados provinciales.

8/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
A partir del establecimiento del sistema de intendencias, implantado
tras la aplicación de las Reformas Borbónicas en 1767, surgió
un regionalismo que se vería fortalecido durante las últimas décadas
del siglo xviii, acentuándose de manera importante a partir de la
creación de las diputaciones provinciales y ayuntamientos. Aunque
la vigencia de las diputaciones se mantuvo durante dos cortos periodos
(el primero de 1812 a 1814 y el segundo de 1820 a 1823), lo
cierto es que potencializó ese regionalismo que con el transcurrir de
los años se tradujo en una verdadera fuerza política, terminando por
modificar la forma de gobierno y aglutinando aquellas partes que se
convertirían en entidades estatales dentro de un marco de carácter
republicano y federal.
La Constitución de Cádiz:
diputaciones provinciales y ayuntamientos
en su primera vigencia
La Constitución de 1812 tuvo su origen en las juntas provinciales que
surgieron en toda España en 1808 a raíz de la caída de Fernando VII
debida a la ocupación del ejército napoleónico y a la imposición de
José Bonaparte como emperador. El surgimiento y adopción del liberalismo
español y americano alentaron las demandas de las provincias
para tener una representación ante las autoridades
peninsulares. Este movimiento tuvo como resultado el establecimiento
de una monarquía moderada hereditaria y la definición de diferentes
aspectos políticos de la nación española que quedaron
plasmados en esta constitución. Se compuso de 10 títulos que
abordaron temas como: la nación española y los españoles; el territorio
de las Españas, su religión y gobierno y los ciudadanos españoles;
las Cortes; el Rey; los tribunales y la administración de justicia
en lo civil y en lo criminal; el gobierno interior de las provincias y de
los pueblos; las contribuciones; la fuerza militar nacional; la instrucción
pública y, por último, la observancia de la Constitución y modo de
proceder para hacer variaciones en ella.
Entre las grandes contribuciones que es posible atribuirle, sin duda,
se encuentran las diputaciones provinciales y los ayuntamientos constitucionales.
Fue en el Título VI donde se determinó que en cada una
de las provincias se establecería una “diputación llamada provincial”
cuyo objetivo sería promover la prosperidad. Estaría presidida por
el jefe superior y compuesta por un presidente, un intendente y
siete individuos que debían renovarse cada dos años por mitad.
Para el gobierno interior de los pueblos se crearían ayuntamientos

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/9
Juramento de las Cortes de Cádiz en septiembre de 1810,
óleo de José María Casado del Alisal, 1863..
compuestos por uno o más alcaldes, los regidores y el procurador
síndico. Este esfuerzo por impulsar la creación de ambas instituciones
tuvo como trasfondo la intención de regular a las provincias y
pueblos, manteniendo una autonomía hasta cierto punto reglamentada,
de ahí que fueran pensadas como órganos de gobierno local de
carácter administrativo.
Las diputaciones contaron con amplias facultades en su demarcación
territorial al establecerse como sus principales funciones las
siguientes: intervenir y aprobar el repartimiento de las contribuciones;
velar sobre la buena inversión de los fondos públicos de los
pueblos y examinar sus cuentas; cuidar que se establezcan ayuntamientos;
promover ante la Corte la construcción de las obras públicas
requeridas, o bien, la reparación de las que lo necesitaran; promover
la educación, la agricultura, la industria, el comercio y formar el
censo y la estadística; cuidar de los establecimientos de beneficencia,
la economía, el orden y el progreso de las misiones para la conversión
de los indios infieles. En general, fue la institución encargada de
enfrentar las demandas que los habitantes y pueblos manifestaron
mediante su gobierno inmediato. También mantuvieron un carácter
representativo al elegir a sus miembros por medio de juntas de parroquia,
de partido y de provincia. Con estas nuevas dinámicas se
crearon espacios para el ejercicio de las prácticas electorales y surgieron
nuevas formas de relación entre las autoridades y la población.

10/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
Don Luis Quintanar nombrado Jefe
Superior Político de la Provincia de
México.
Por su parte, los ayuntamientos se establecieron
en todas las poblaciones que contaron con 1 000 habitantes
como mínimo. Sus funciones consistieron en
el cuidado de la policía de salubridad y comodidad,
seguridad de las personas y bienes de los vecinos; así
como el orden público, la administración e inversión
de los caudales de propios y arbitrios, el repartimiento
y recaudación de las contribuciones, la vigilancia de las
escuelas, hospitales, hospicios, establecimientos de
beneficencia; la supervisión de la construcción o reparación
de las obras públicas; la formación de las
ordenanzas municipales y la promoción de la agricultura,
la industria y el comercio. El procedimiento para
la elección de sus funcionarios fue, quizá, uno de los
cambios más representativos, pues el nombramiento
de los alcaldes, regidores y procuradores síndicos sería
por “elección en los pueblos” cesando los cargos de
carácter perpetuo. Aunque se crearon ayuntamientos en todo el
territorio, su adopción ocurrió con algunos tropiezos debido a que
llegó a suplantar el antiguo sistema de cabildos y repúblicas de indios
que habían funcionado durante siglos.
De 1812 a 1814 se crearon siete diputaciones: Provincias Internas
de Occidente, Provincias Internas de Oriente, Nueva Galicia,
San Luis Potosí, Nueva España, Yucatán y Guatemala. Cada una de
sus jurisdicciones abarcaba diversas provincias, como se puede apreciar
en el mapa 1. La de Nueva España, que interesa resaltar en esta
aportación, comprendió las provincias de México, Tlaxcala, Puebla,
Oaxaca, Querétaro, Michoacán y Veracruz, las cuales mantuvieron
una representación política en la diputación mediante la elección de
sus diputados, mientras que el gobierno político residió en un jefe
superior que fue nombrado por el Rey.
Las instalaciones correspondientes a este periodo no fueron para
nada sencillas, principalmente por los conflictos suscitados a la hora
de definir a los diputados y suplentes de cada provincia. En las primeras
elecciones, la de México eligió al doctor José Miguel Guridi
y Alcocer y a José María Fagoaga como diputados; y a José Antonio
del Christi y Conde como suplente. Para el primero de agosto de
1813, Puebla, Querétaro, México y Tlaxcala habían llevado a cabo
la elección de sus representantes, no obstante, Oaxaca y Michoacán
se vieron imposibilitados por la presencia de insurgentes en sus territorios.
A pesar de que en la provincia de México sí se había concretado
la elección, se presentaron dificultades, pues Juan Madrid

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/11
Mapa 1. Diputaciones provinciales en 1814.
Tomado de: Benson (2012: 71).
Quiñones impugnó la elección de Guridi y Alcocer por no ser natural
de la provincia, requisito establecido en la Constitución gaditana.
El 16 de marzo de 1814 nuevamente la provincia de México
realizó la elección de los miembros propietarios de la diputación,
esta vez nombrando a José Ángel Gazano y a Juan Bautista Lobo
como diputados, y a Ignacio García como suplente. Para fines de
mayo se nombraron seis de los siete diputados que corresponderían
a la diputación de la Nueva España, así que para el 13 de julio de
1814 había quedado constituida.
Durante esta primera vigencia la creación de ayuntamientos en
la provincia de México no fue tan alentadora. Estas nuevas instituciones
produjeron la desarticulación de las antiguas formas de gobierno,
por lo que su aceptación en los pueblos indígenas llevó un
tiempo prolongado. Debido al remplazo de las repúblicas de indios
por ayuntamientos y al desplazamiento de los anteriores poderes
indios que se vieron subordinados (al perder la facultad de elegir a
los gobernantes de entre su propia raza), la creación de estos nuevos
gobiernos locales tuvo poco impacto durante esta etapa. Con todo,
se instalaron ayuntamientos en las dos terceras partes de las cabeceras
de partido, cuya importancia radicó en su papel como centros recolectores
de las contribuciones y como principales canales de comunicación
entre las diputaciones, comandantes militares y el resto de
los ayuntamientos.

12/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
La vigencia de la Constitución apenas duró un corto periodo,
pues debido al regreso de Fernando VII al trono fue abolida para
establecer una monarquía absolutista. El 11 de agosto se recibió en
México la orden de su derogación y el 15 de octubre de 1814 el
Diario de México publicó el decreto real que mandaba la disolución
de las diputaciones provinciales en América. Este escenario sucedió
en un contexto de inestabilidad política para el reino español, pues
tras la caída de Fernando VII en 1808 las Juntas, que se habían
formado en algunas ciudades fieles a su reinado, declararon la guerra
a Napoleón quien, en 1813 bajo la presión de Inglaterra, decidió
abrir negociaciones que permitieron el regreso de Fernando VII al
trono como soberano.
La reinstauración de la Constitución de Cádiz
y la segunda vigencia de la diputación provincial
de Nueva España
Debido al autoritarismo que caracterizó al gobierno de Fernando VII,
se originó un ambiente de descontento que se reflejó en diversos
pronunciamientos a favor de la reinstauración de la Constitución de
Cádiz de 1812. Uno de los más importantes fue el movimiento
impulsado por Rafael del Riego y Antonio Quiroga en enero de 1820
que tuvo lugar en Las Cabezas de San Juan. Este y otros pronunciamientos
llevaron al restablecimiento de la Constitución el 7 de
marzo de 1820. El monarca consideró responder favorablemente a
las demandas y juró guardar la Constitución. Esto, desde luego,
implicó la reinstalación de las diputaciones provinciales que, en un
primer momento, se conformaron por los diputados que estuvieron
al frente antes de su disolución.
La diputación de Nueva España fue la última en instalarse (20
de julio de 1820) y quedó como secretario José Manuel de la Sierra,
el virrey Juan Ruiz de Apodaca como jefe político y Ramón Gutiérrez
del Mazo como intendente. En el caso de la provincia de México su
diputado propietario fue Juan Bautista Lobo y su suplente José Ignacio
García Illueca. Las primeras elecciones tuvieron lugar el mismo
año con el objetivo de designar a los diputados correspondientes a las
siete diputaciones provinciales, de modo que para el 26 de noviembre
ya se habían renovado e instalado todas. A diferencia de la primera
vigencia, esta etapa se distinguió por una dinámica mucho más activa
debido al tiempo durante el cual se mantuvo en funciones.
Las reuniones de la diputación de Nueva España se llevaron a cabo
en el salón principal del Palacio Nacional. Se atendieron asuntos muy

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/13
variados relacionados con la propia institución (integración, renovación,
reglamentación interior, etc.), los ayuntamientos (creaciones,
nulidad, elecciones de miembros, integración, ordenanzas, congregaciones,
desarticulación de pueblos, etc.), las finanzas municipales, las
licencias para abrir escuelas, construcción de inmuebles, arrendamientos
y tierras. Estas atribuciones permitieron que las diputaciones
asumieran cierto poder sobre el gobierno local, lo que produjo
mayor autonomía respecto al manejo de sus asuntos internos y sus
finanzas. Con todo esto se convirtieron también en las instancias
inmediatas de representación y defensa de los intereses de las provincias
ante las Cortes.
El regionalismo que venía fortaleciéndose desde las últimas décadas
del siglo xviii provocó una ola de demandas por parte de las
provincias que no tenían su propia diputación. En el caso de las que
estaban integradas a la de Nueva España, fueron Puebla, Michoacán
y Veracruz las más emblemáticas. La primera llegó a solicitar la revocación
del decreto del 23 de mayo de 1812 que concedió la instalación
de una sola diputación a la Nueva España, ubicada en la
Ciudad de México. El argumento consistió en que el artículo 325
de la Constitución había estipulado la creación de diputaciones para
cada una de las provincias, por lo que tenían todo el derecho de
contar con una. Debido a la serie de demandas, el 9 de mayo de
1821 se decretó la creación de diputaciones
provinciales en todas las intendencias ultramarinas
en las que no hubiere. Meses después,
con la consumación de independencia,
no se frenó este proceso, pues el Plan de
Iguala mantuvo “todos los ramos del Estado
y empleados públicos” siempre y cuando no
se opusieran a su contenido. Así, para 1821
las diputaciones aumentaron a 14 como lo
muestra el mapa 2.
Esta avanzada por parte de las diputaciones
se dio a la par de la ruptura de los lazos
que aún se mantenían con la metrópoli.
Después de 11 años de lucha diversos factores
contribuyeron para que se consumara la
Independencia. Primero, la transformación
de la cultura política que se vio favorecida
por las nuevas instituciones, los debates
constitucionales, la circulación de ideas y los
primeros ensayos electorales. Después, el Escudo alegórico de la República Federal Mexicana.
Grabado del siglo xix.

14/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
Mapa 2. Diputaciones provinciales en 1821.
Tomado de: Benson (2012: 96).
resquebrajamiento de las viejas estructuras que favorecían un centralismo
político y económico frente al fortalecimiento de las provincias
que fueron ganando poder con la creación de sus diputaciones.
En la diputación provincial de Nueva España los primeros pasos
hacia la independencia se dieron cuando aquel organismo entró en
discordia con el virrey Apodaca, acusándolo de violentar las libertades
consignadas por la constitución. Este virrey fue sustituido por
Juan O’ Donojú, quien mantuvo una postura favorable al movimiento
y una relación más cordial con la diputación. Una vez proclamada
la independencia, en el Plan de Iguala se decidió establecer una
monarquía constitucional moderada que mantuviera vigente la
Constitución de Cádiz de 1812.
La diputación provincial de Nueva España permaneció hasta
entonces. Ese año la provincia de México, que estaba compuesta por
los actuales estados de México, Hidalgo, Morelos y Guerrero, asumió
la diputación. Puebla, Oaxaca y Veracruz también lograron erigirse
en provincias, dejando abierto el camino para que más tarde Tlaxcala
y Querétaro pudieran crear la suya. Así, para 1823 ya se contaba
con 23 diputaciones como se puede apreciar en el mapa 3. Esto
no se tradujo en el fortalecimiento del recién creado Imperio Mexicano,
pues surgió débil debido a la guerra, la bancarrota hacendaria,
la inexperiencia política, la división ideológica y las amenazas de
reconquista por parte de España. No obstante, tanto las diputaciones

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/15
Mapa 3. Diputaciones provinciales en 1823
Tomado de: Benson (2012: 149)
como los ayuntamientos fueron instituciones que facilitaron la transición
al México independiente y, posteriormente, a una república
federal compuesta por estados libres y soberanos.
La diputación provincial de México
y los ayuntamientos constitucionales
tras la independencia
La diputación provincial de México llegó al periodo independiente
siendo una de las más importantes debido al carácter de centro virreinal
que mantuvo durante siglos. Gracias a su extenso territorio
y a la riqueza nacional que concentraba, podemos afirmar que fue
una diputación crucial en este proceso histórico. Su economía se
distinguió por la producción de maíz, trigo, pulque y caña de azúcar.
También destacó por los reales de minas ubicados en Zacualpan,
Temascaltepec, Sultepec y El Oro, así como la cría de ganado en los
municipios de Toluca, Texcoco y Lerma.
Esta posición determinó, en gran medida, el papel que la Diputación
Provincial desempeñó en los primeros años del México independiente
y, sobre todo, en su postura frente a la adopción de una
república federal. Se convirtió en escenario de la pugna entre la
élite central que buscaba la autonomía frente al gobierno central,

16/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
con un gobierno ubicado en la Ciudad de México y las élites regionales
que promovían un autogobierno local. Asimismo, concentró
importantes responsabilidades que la hicieron indispensable para el
buen funcionamiento del gobierno interior de la diputación, pues
ahí recayeron gran parte de los problemas relacionados con los ayuntamientos.
Pero ¿qué tipo de problemas enfrentaron los ayuntamientos
y por qué se tornó complicada su instalación en los pueblos
ubicados en el territorio de la diputación provincial de México?
Anteriormente se ha señalado cómo durante la primera etapa de
vigencia de la Constitución de Cádiz, la creación de ayuntamientos
no fue tan exitosa como en otras partes del actual territorio mexicano.
Esto se explica debido a la diversidad étnica que existía, pues había
grupos nahuas, mazahuas, otomíes, matlatzincas, tepehuas, pames y
tarascos, cada uno con modelos de gobiernos locales propios que
debían ser sustituidos. Una vez consumada la independencia la instalación
de ayuntamientos tuvo menos resistencia, no obstante, las
nuevas prácticas políticas que se promovieron con su creación provocaron
continuos conflictos al interior de los pueblos. Estos estuvieron
relacionados con temas diversos.
De 1821 a 1823 llegaron a la diputación asuntos sobre las acciones
de autoridades civiles, acciones de autoridades religiosas y mayordomos,
cambios de jurisdicción municipal, problemas entre
corporaciones, hacienda pública, tierras, aguas, obras públicas,
mejoramiento social, seguridad pública, instrucción pública y procesos
electorales. Las demandas más recurrentes fueron aquellas relacionadas
con el despojo de tierras, abusos de poder, exceso de
contribuciones, discriminación y la inadecuada aplicación de las
leyes. Esta dinámica en la cual la diputación fungió como garante
del orden administrativo, afianzó su presencia como órgano de gobierno
mediador de los problemas de toda la diputación y llevó a
una mezcla de las prácticas políticas de origen antiguo con las implantadas
por la constitución gaditana.
El escenario fue similar para el resto de las diputaciones provinciales.
Su posición y su aumento produjo el fortalecimiento de las
autonomías regionales, lo que generó un ambiente de expectativas a
favor del establecimiento de una república y la implantación de un
sistema federal que terminaría por cristalizarse en 1823. No obstante,
el posicionamiento de las diputaciones fue muy variado, mientras
que algunas como Guadalajara, Yucatán, Oaxaca y Zacatecas se
proclamaron radicalmente a favor del federalismo; otras como la
diputación provincial de México mantuvo una postura muy mesurada
ante el movimiento. Para cerrar esta explicación sobre los orígenes
del Estado de México revisaremos cuál fue el papel de esta

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/17
institución en el tiempo de su transición y qué determinó su respuesta
ante las diputaciones profederalistas.
La diputación provincial de México frente al
movimiento federalista y su creación como
Estado de México
Una vez que Agustín de Iturbide se posicionó
como emperador del Imperio mexicano,
convocó a elecciones para la formación del
nuevo congreso constituyente. Su instalación
y funcionamiento se vieron envueltos
en conflictos entre las diputaciones provinciales
y el emperador, originados por el
disgusto de que en el proceso electoral la
representación no fuera de carácter proporcional
y por la discusión sobre la cuestión
de la soberanía. La disolución del congreso
no se hizo esperar y el 2 de noviembre de
1822 fue sustituido por una Junta Nacional
Instituyente que estuvo limitada a legislar
únicamente en casos de urgencia.
Primero las provincias estuvieron en
contra del congreso constituyente, y después
de la formación de esta Junta Nacional, pues
buscaban mantener mayor poder en las
regiones y convocar a la creación de un
Escudo del Imperio Mexicano.
congreso en el que sus intereses estuvieran
bien representados. En diciembre de 1822 Antonio López de Santa
Anna se pronunció en contra del emperador Iturbide en la provincia
de Veracruz con el objetivo de reinstalar el Congreso, enfrentándose
al ejército imperial por cerca de dos meses. Los desacuerdos y las
divisiones al interior del Imperio llevaron a la concertación de un
nuevo acuerdo liderado por Santa Anna y Vicente Guerrero, que
quedaría establecido en el Plan de Casa Mata publicado el 2 de febrero
de 1823. Sus principales aportes consistieron en reconocer la
autoridad civil de las diputaciones y ayuntamientos, además de
exigir la elección de un nuevo congreso. Ante este escenario Agustín
de Iturbide abdicó y el imperio terminó por fragmentarse con la separación
de Centroamérica; asimismo, significó el debilitamiento de
la autoridad central y el proyecto de unión que se había pensado
desde la Constitución de Cádiz.

18/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
Primer escudo del Estado Libre y Soberano de México
(1824).
La conformación del nuevo congreso
tampoco corrió con mucha suerte. Las
diputaciones provinciales inconformes
con su instalación desconocieron su autoridad
y la del ejecutivo interino. El movimiento
encabezado por Guadalajara y
seguido por Zacatecas, Oaxaca, Yucatán,
Michoacán, Guanajuato, Querétaro, San
Luis Potosí y Puebla, solicitaron que se
convocara nuevamente a elecciones para
la conformación de un nuevo congreso. Aunque en la mayoría de las
provincias fueron las diputaciones las principales promotoras, en
algunas como Oaxaca y Veracruz destacaron los ayuntamientos como
organizadores principales.
La provincia de México mantuvo una posición moderada en este
proceso. Por tratarse de la sede de la capital del país su respuesta se
vio condicionada frente al embate de las regiones. Aunque el Plan
de Casa Mata respondía al anticentralismo provincial, el 26 de febrero
la diputación de México se adhirió a él sin dejar de lamentar
la desestabilización de la monarquía.
El 21 de mayo la votación para llevar a cabo nuevamente elecciones
fue favorable para las provincias. En parte, esto respondió al ambiente
de preocupación que se dejó sentir una vez que Guadalajara y
Zacatecas se erigieron como estados libres y soberanos, despertando
la posibilidad de ver fragmentada la nación mexicana. A diferencia de
otras provincias, la de México no tomó esta posición, su participación
fue más tendiente a ir en contra de las aspiraciones federalistas por
considerar el exceso en el que habían incurrido las demás.
Así, el nuevo constituyente se instaló el 7 de noviembre de 1823
y la provincia de México tuvo como representantes 21 diputados y
seis suplentes, entre los que se encontraban: el general realista Ignacio
Mora y Vallamil, el licenciado y republicano Bernardo González
Pérez de Angulo, el liberal centralista Carlos María de Bustamante
y el presbítero Epigmenio de la Piedra. Posteriormente se redactó el
Acta Constitutiva de la Federación que después de su discusión fue
aprobada y posteriormente promulgada el 31 de enero de 1824. En
la votación cinco diputados de México estuvieron en contra de declarar
a los estados libres e independientes, y 12 más en oposición a la
soberanía de los estados. Si bien, la provincia de México se mantuvo
renuente a la adopción del federalismo y soberanía de los estados, una
vez creado el Distrito federal el 18 de noviembre de 1824, separándose
del territorio del estado de México, su posicionamiento cambió.

M. Moreno Chávez: El papel de la provincia, la diputación y los ayuntamientos/19
En su primer artículo en el Acta se señaló que la nación mexicana
se componía de las provincias que antes conformaron el virreinato
de la Nueva España, además de la capitanía general de Yucatán y las
comandancias generales de las provincias internas de Oriente y Occidente.
En sus artículos 5.º y 6.º se determinó la adopción de una
República representativa popular federal, cuyas partes integrantes
serían estados independientes, libres y soberanos respecto a su administración
y gobierno interior. En el Acta se señalaron como estados
de la federación los de Guanajuato, el interno de Occidente
(Sonora y Sinaloa), el interno de Oriente (Coahuila, Nuevo León y
Texas), el interno del Norte (Chihuahua, Durango y Nuevo México),
México, Michoacán, Oaxaca, Puebla (con Tlaxcala), Querétaro, San
Luis Potosí, Tamaulipas, Tabasco, Veracruz, Jalisco, Yucatán, Zacatecas,
las Californias y el partido de Colima.
Con la instauración de una República federal el siguiente gran
reto para los ahora estados sería darle forma a la primera Constitución
de México y crear las constituciones locales que regirían al
interior de los estados, esto como parte de la independencia y soberanía
de su administración interior.
Conclusiones
Los acontecimientos suscitados en las primeras décadas del siglo xix
sentaron las bases del Estado mexicano que tomó forma a partir de
1824 con la primera Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
Los ayuntamientos y las diputaciones fueron las instituciones que
permitieron transitar de una forma de gobierno a otra, se hicieron
cargo de la vida político-administrativa de sus jurisdicciones y promovieron
el establecimiento de una república federal como la única
forma de salvaguardar la unidad. El Estado de México nacería como
uno de los estados que conformaron la república en medio de grandes
cambios y retos, pues en los siguientes años le tocaría darle forma
a una constitución local que respondiera a la actual forma de gobierno.
Asimismo, se enfrentaría a las difíciles tareas de lidiar con la federación,
enfrentar un escenario financiero complicado y organizar
a los ayuntamientos bajo un esquema de corte liberal.

20/Cuadernos del bicentenario del Estado de México
Para saber más...
Benson, Nettie Lee (2012), La Diputación Provincial y el Federalismo
Mexicano, México, El Colegio de México, Universidad Nacional
Autónoma de México.
Constitución de Cádiz (1812), “Constitución Política de la Monarquía
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1814-1991, México, Comité de Asuntos Editoriales, Cámara
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Gortari Rabiela, Hira de (2001), “Los inicios del parlamentarismo.
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Iconografía
El Colegio Mexiquense, A. C.-Gobierno del Estado de México
Págs. 7, 9, 10, 13, 17 y 18.
Nota: las imagenes aquí presentadas son de caracter ilustrativo y no
persiguen fines de lucro.