Listín Diario 12-05-2024
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10 cm<br />
26 SANTO DOMINGO, RD. DOMINGO <strong>12</strong> DE MAYO DE <strong>2024</strong><br />
Lecturas de domingo<br />
5 cm<br />
4 cm<br />
3,5 cm<br />
3 cm<br />
El autor de <strong>Diario</strong> de sueños.<br />
El mundo onírico de<br />
H.P. Lovecraft<br />
Autor: H. P. Lovecraft. Título: <strong>Diario</strong> de sueños (Cartas II). Traductor: Javier<br />
Calvo. Editorial: Aristas Martínez.<br />
LITERATO<br />
JAVIER CALVO<br />
Tomado de Zenda Libros<br />
El poeta Paul Valéry<br />
escribió sobre<br />
qué significa<br />
percibir en un<br />
sueño: «Cuando<br />
digo yo veo tal cosa, lo que<br />
anoto entre yo y la cosa no<br />
es una ecuación. (…) Pero<br />
en el sueño hay una ecuación.<br />
Las cosas que veo me<br />
ven tanto como yo las veo».<br />
Esa última frase que hemos<br />
destacado en cursiva nos sitúa<br />
en el funcionamiento del<br />
mundo onírico que vamos<br />
a encontrar en el <strong>Diario</strong> de<br />
sueños, el segundo volumen<br />
de las cartas reunidas de H.<br />
P. Lovecraft publicado por la<br />
editorial Aristas Martínez,<br />
que viene a complementar al<br />
anterior, Escribir contra los<br />
hombres, y aguarda por la<br />
tercera recopilación, que estará<br />
destinada a compendiar<br />
aquellas misivas donde el<br />
de Providence consagró sus<br />
ideas en torno a la política,<br />
la filosofía y la ciencia. Estamos<br />
hablando de un escritor<br />
con una frenética actividad<br />
epistolar, del que se ha llegado<br />
a estimar una producción<br />
de en torno a cien mil<br />
cartas.<br />
“Muchos de los sueños aquí<br />
contenidos fueron el núcleo<br />
seminal de algunos de sus<br />
grandes cuentos, como El testimonio<br />
de Randolph Carter,<br />
El innombrable o La llamada<br />
de Cthulhu”<br />
En esta edición se encuentran<br />
los veintidós sueños que<br />
se conocen de Lovecraft por<br />
su correspondencia (hay una<br />
pequeña errata en la primera<br />
página: se indica que son<br />
veintiuno, aunque ese error<br />
no se arrastra en lo sucesivo)<br />
y cierra con Las fabulosas<br />
aventuras de la fraternidad<br />
KAPPA ALPHA TAU, una<br />
sección final, exenta, con las<br />
cartas cuya materia son los<br />
gatos y coloca una capa más,<br />
desconocida en el ámbito hispano,<br />
en la obra lovecraftiana.<br />
La labor realizada por Javier<br />
Calvo es encomiable, casi<br />
una práctica de edición forense,<br />
pues, sin alterar los textos<br />
originales, entresaca párrafos<br />
de procedencia diversa y los<br />
hilvana y recose, entregándonos<br />
un todo coherente y, francamente,<br />
delicioso desde el<br />
punto de vista del lector. Pongamos<br />
un ejemplo: el titula-<br />
do «El sueño romano», uno de<br />
los más conseguidos en términos<br />
narrativos, se lee con<br />
total fluidez, pese a que se<br />
encuentra compuesto de fragmentos<br />
procedentes de una<br />
carta a Frank Belknap Long,<br />
que, al hallarse perdida, Calvo<br />
debe extraer de la novela<br />
El horror de las colinas, donde<br />
fue incrustada; de una segunda<br />
a Donald Wandrei; y,<br />
finalmente, de otra enviada a<br />
Bernard Austin Dwyer. Y, sin<br />
embargo, por la carretera textual<br />
se circula sin ningún bache.<br />
“Tenemos, pues, sueño, pero<br />
también ensoñación, ese<br />
soñar despierto, manteniendo<br />
las imágenes en un estadio<br />
intermedio entre la vida y la<br />
muerte”.<br />
Muchos de los sueños aquí<br />
contenidos fueron el núcleo<br />
seminal de algunos de sus<br />
grandes cuentos, como «El<br />
testimonio de Randolph Carter»,<br />
«El innombrable» o «La<br />
llamada de Cthulhu», por lo<br />
que el oficio onírico lovecraftiano<br />
casa con la anécdota<br />
descrita por André Breton en<br />
el Primer manifiesto surrealista,<br />
en el que cuenta cómo<br />
el poeta francés Saint-Pol-<br />
Roux, cuando se disponía a<br />
dormir, colgaba un cartel en<br />
la puerta donde podía leerse:<br />
«El poeta está trabajando».<br />
De hecho, en <strong>Diario</strong> de<br />
sueños encontramos afirmaciones<br />
como esta: «Yo no<br />
puedo quedarme amodorra-<br />
do ni un segundo —ni siquiera<br />
en mi sillón, ni sentado<br />
a mi escritorio— sin<br />
tener sueños tremendamente<br />
nítidos; no siempre grotescos<br />
ni fantásticos, pero<br />
invariablemente nítidos y<br />
realistas» (p. 133). Así resume<br />
Javier Calvo el método:<br />
«A partir de una imagen onírica<br />
inicial, construye una<br />
historia ‘‘racional’’ que emprende<br />
una dirección distinta»<br />
(p. 76). Tenemos, pues,<br />
sueño, pero también ensoñación,<br />
ese soñar despierto,<br />
manteniendo las imágenes<br />
en un estadio intermedio<br />
entre la vida y la muerte.<br />
¿Pueden constituir los sueños<br />
un genuino material literario?<br />
¿O, al menos, una<br />
mina de datos en bruto, listos<br />
para ser trabajados? Más<br />
allá de la ambivalencia que<br />
pudo mostrar nuestro autor<br />
al respecto, está claro que<br />
en su caso la respuesta es<br />
afirmativa.<br />
Estos sueños tenían en él,<br />
además, un fuerte correlato<br />
físico, ya que en muchas de<br />
las páginas de este <strong>Diario</strong> de<br />
sueños lo vemos somatizar y<br />
padecer dolores de cabeza.<br />
Si a Mahoma le bastó una<br />
noche para visitar los siete<br />
cielos, Lovecraft, poco dado<br />
a moverse de su ciudad natal,<br />
solo necesitó apoyar su<br />
cabeza en la almohada para<br />
emprender el viaje por tiempos<br />
arcaicos y mundos remotísimos.