Descargar PDF - Curt Ediciones
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gundo reloj mecánico y una nueva campana de<br />
menor tamaño, ya que su reloj tocaría a partir de<br />
entonces también los cuartos de hora.<br />
Muy mal resultado daría el reloj de Vidal cuando<br />
en 1479 se vuelve a hablar de toques manuales, y<br />
en 1490 se contrata, para construir un nuevo reloj,<br />
al relojero Jaume ferrer, quien todavía fabricaría<br />
otros cuatro años más tarde. Este cuarto reloj,<br />
por el que cobró 56 libras, fue el de más larga<br />
vida de entre aquellos primeros, ya que funcionó<br />
durante ochenta años, no sin incidencias de más<br />
o menos consideración.<br />
LA HORA DE LA CIUDAD<br />
Por fin, en el año 1576 será solucionado definitivamente<br />
el problema de la hora de Barcelona con<br />
la instalación de una gran máquina que estaría en<br />
activo durante los siguientes tres siglos y que todavía<br />
se conserva en perfecto estado en el Museo<br />
de Historia de la Ciudad.<br />
La gran obra corrió a cargo de dos artífices fla-<br />
mencos llamados Simón Nicolau de Purmaren y<br />
Climent Ossen de Utrech por la cual cobraron la<br />
astronómica cantidad de 3.767 libras barcelonesas<br />
(compárese con el coste del reloj anterior). La máquina,<br />
que fue pagada al peso, pesa cinco toneladas<br />
y media y mide unos cinco metros de altura<br />
y unos dos metros y medio en cada lado de la<br />
base.<br />
Dentro de esta fenomenal y artística estructura de<br />
hierro forjado, se encuentran tres secciones movidas<br />
cada una por un enorme peso de piedra,<br />
destinadas a marcar el tiempo, a dar los cuartos y<br />
a dar las horas respectivamente. Entiéndase marcar<br />
el tiempo y no señalar la hora, ya que el reloj<br />
de la Catedral de Barcelona nunca ha tenido esfera<br />
exterior y ha dado siempre la hora solo acústicamente.<br />
Las personas encargadas del mantenimiento del<br />
reloj, durante los siglos posteriores, rara vez eran<br />
relojeros o de oficios que inspiraran ninguna confianza<br />
en relación a las cualidades necesarias para<br />
cuidar una máquina de la complejidad de la que<br />
nos ocupa, lo cual le da más mérito a su constructor<br />
al constatar su larga duración a pesar de<br />
ello. Hemos encontrado entre otros encargados o<br />
aspirantes a su cuidado a cerrajeros, carpinteros,<br />
armeros, un cura, un sastre, un pintor y otros varios<br />
de oficio desconocido.<br />
COMPLEJIDAD PIONERA<br />
El reloj, construido originariamente con regulador<br />
de foliot, fue convertido a regulador de péndulo<br />
a finales del siglo XVII por el relojero Amador So-<br />
Vista de las dos<br />
campanas que animan<br />
el reloj.<br />
Detalle del mecanismo<br />
de 1576.<br />
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