OCG-12-13-SerieA8

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8 débito con la música de J. S. Bach, cuestión que en ningún momento relativiza aunque sí puntualiza convenientemente como compositor celoso de su independencia: en este sentido se expresa en cuanto al hecho de que, si una obra propia tiene una “similitud con Sebastian Bach, tampoco puedo hacer nada para evitarlo” (1831). En general, paralelamente al desarrollo de la mentalidad y la situación política en los estados alemanes en el siglo XIX que, a partir de la hegemonía prusiana como elemento aglutinador, culminará pocas décadas más tarde en su unificación, debe recordarse que la recepción de la música de J. S. Bach en aquellos tiempos se encontrará cada vez más ligada a la búsqueda de un elemento identificador para la música alemana que reducirá y estilizará al compositor turingio, en el periodo de tiempo que discurre entre las biografías de J. N. Forkel (1802) y Ph. Spitta (1873–1880) y junto a la adopción del coral protestante como fondo artístico supuestamente inagotable y único con carácter simbólico pangermánico, al papel de fundador de esta tradición musical. Ecos de una tan sesgada interpretación y periodización de la historia cultural alemana desde un punto de vista exclusivamente nacionalista, bajo la premisa mayor de un momento histórico tan turbulento, se encontrarán, como dos caras indisolubles de una misma moneda, plasmados tanto de manera excelsa, en la escena final de los Maestros cantores de Nuremberg (estrenada en 1868) de Richard Wagner, como de manera execrable en el escrito contemporáneo del mismo compositor ¿Qué es alemán? (1865, publicado en 1878), en el cual su autor predica, en relación a la música de J. S. Bach, sobre la “milagrosa y singular fuerza y significado del espíritu alemán en una imagen incomparablemente elocuente”. Esta elevación de Bach a los altares musicales se producirá de forma paralela al progresivo apartamiento de la producción de Mendelssohn de la vida pública tras su muerte, a la relativización interesada de su peso específico que culminará con su extirpación absoluta y consecuente durante el terror nazi; no será hasta como mínimo dos décadas después de la Segunda Guerra Mundial que se volverá a producir el sustrato propicio para que se ejecute el legítimo acto de restitución de los méritos de Mendelssohn como compositor e intérprete, que de esta forma volverá a entrar por el portal principal en las salas de conciertos y en la musicología académica alemanas. AGUSTÍ BRUACH
johann sebastIan baCh ChrIst lag In todesbanden Versus I Christ lag in Todesbanden Für unsre Sünd gegeben, Er ist wieder erstanden Und hat uns bracht das Leben; Des wir sollen fröhlich sein, Gott loben und ihm dankbar sein Und singen halleluja, Halleluja! Versus II Den Tod niemand zwingen kunnt Bei allen Menschenkindern, Das macht’ alles unsre Sünd, Kein Unschuld war zu finden. Davon kam der Tod so bald Und nahm über uns Gewalt, Hielt uns in seinem Reich gefangen. Halleluja! Versus III Jesus Christus, Gottes Sohn, An unser Statt ist kommen Und hat die Sünde weggetan, Damit dem Tod genommen All sein Recht und sein Gewalt, Da bleibet nichts denn Tods Gestalt, Den Stach’l hat er verloren. Halleluja! Versus IV Es war ein wunderlicher Krieg, Da Tod und Leben rungen, Das Leben behielt den Sieg, Es hat den Tod verschlungen. Die Schrift hat verkündigt das, Wie ein Tod den andern fraß, Ein Spott aus dem Tod ist worden. Halleluja! Versus V Hier ist das rechte Osterlamm, Davon Gott hat geboten, Das ist hoch an des Kreuzes Stamm In heißer Lieb gebraten, Das Blut zeichnet unsre Tür, Das hält der Glaub dem Tode für, Der Würger kann uns nicht mehr schaden. Halleluja! CrIsto yaCía amortajado Cristo yacía amortajado entregado por nuestros pecados, se ha alzado de nuevo y nos ha traído la vida; por ello debemos estar alegres, alabar y dar gracias a Dios y cantar Aleluya, ¡Aleluya! Nadie puede dominar a la Muerte entre todos los seres humanos, pues es imposible encontrar, inocencia entre todos nuestros pecados. Por eso vino la Muerte tan rauda nos tomó con violencia, y nos mantiene prisioneros en su reino. ¡Aleluya! Jesucristo, Hijo de Dios, vino a nosotros y ha expulsado al pecado, y con ello le ha arrebatado a la Muerte todo su poder y su fuerza, ya nada le queda a la Muerte, ha perdido su aguijón. ¡Aleluya! Tuvo lugar una guerra inusitada, la Muerte y la Vida combatían, la Vida obtuvo la victoria, devoró a la Muerte. Las Escrituras lo habían anunciado, una Muerte se comió a otra, la Muerte ha sido burlada. ¡Aleluya! He aquí al verdadero Cordero pascual, ofrecido por Dios, que en lo alto de la Cruz ardió en el amor más elevado, la sangre señala nuestra puerta, la Fe la sostiene contra la Muerte, el estrangulador ya no nos puede dañar. ¡Aleluya! 9
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