Vol 12 nº 1 julio 2010 - SoMaMFyC

GRUPOS DE TRABAJO
antes de completar su formación especializada como
médicos de familia.
Esta situación se produce en un contexto social de
pluralidad ideológica y valorativa, en la que conviven
distintas fundamentaciones morales. Los valores parecen
escurrirse entre las manos de quien intenta ponerles
nombre, haciendo honor a la consideración de
esta sociedad como “sociedad líquida”. Parecería que
la única legitimación moral es la política, pero ésta
resulta inadecuada e insuficiente para comprender la
dinámica de la relación sanitaria.
Se hace preciso reconstruir la clásica ética profesional
e incorporar los nuevos elementos señalados para recuperar
la “moral” perdida. No es posible la marcha
atrás. El desafío es vivir la crisis como un proceso abierto,
no como una lamentación trágica o melancólica.
El valor de una profesión que se coloca junto al enfermo
y pone en primer lugar el interés de éste, debe ser afirmado
frente a cualquier otro interés que pretenda manipular
el sufrimiento humano. El acontecimiento ético
fundamental se da en un encuentro entre personas en
el que cada una de ellas realiza una exigencia de reconocimiento
de su propia dignidad y de sus derechos.
Desde la profunda convicción de la necesidad de promover
el respeto por las personas en cualquier encuentro
humano y en cualquier marco institucional,
de promover la comprensión del sufrimiento que la
enfermedad produce en cada ser humano afectado
directa o indirectamente por ella, de promover la mayor
calidad de vida posible en cada persona enferma
o en riesgo de enfermar donde y con quienes ella se
encuentre, los médicos de familia queremos hacer
nuestro el lema QUIERO SER TU MÉDICO.
Quiero ser tu médico, reconociendo tu dignidad y tus
derechos sin importarme quién eres, qué piensas o
crees, de dónde vienes, cuánto tienes o en qué situación
te encuentras.
La realidad de la enfermedad introduce un elemento
nuevo, en el que la persona afectada pierde parte de
sus posibilidades vitales y sufre. En el movimiento de
compasión y cuidado que se produce en su entorno
aparece la figura del médico de familia como un médico
de las personas, accesible en el propio medio del
paciente, para atenderle en el contexto de su enfermedad.
La vulnerabilidad, el sufrimiento del otro, genera
en los profesionales de la medicina la obligación moral
de ser solidarios y prestar la ayuda que necesiten en
cada momento
Quiero ser tu médico, comprendiendo la repercusión
que la enfermedad tiene en tu vida. Mi proximidad me
permite atenderte, acompañarte a lo largo de tu vida,
acercarme a tus valores y al cambio que produce el
sufrimiento en tu proyecto vital.
DOCUMENTO DEL GdT DE BIOÉTICA DE LA SoMaMFyC
En la era de la ciencia y la tecnología los avances
científicos hacen que los ciudadanos se pierdan en
su complejidad. El médico de familia está capacitado
para aportar luz en medio de tanta información difícil
de comprender y para dar consejo ante la amplia oferta
de pruebas diagnósticas o tratamientos novedosos.
Quiero ser tu médico, poniendo a tu servicio mis conocimientos
científicos, mis capacidades técnicas y mis
habilidades clínicas, buscando la máxima comprensión
y estudio de tus procesos patológicos, en colaboración
con el resto de profesionales que trabajan para
tu salud.
Las mejoras en el campo de la sanidad han aumentado
la esperanza de vida en nuestra sociedad, pero
el envejecimiento poblacional también conlleva un
aumento de la morbilidad asociada a procesos crónicos
y degenerativos que con frecuencia acarrean
dependencia y aumentan el sufrimiento. Se hace necesario
encontrar el equilibrio deseado entre el curar
y el cuidar, pues cuando existe dependencia o nos
acercamos al final de la vida, las necesidades de los
pacientes se centran en la esfera más humana y afectiva,
reclamando comprensión, empatía y cuidados.
Quiero ser tu médico cuidándote, acompañándote
también al final de la vida, aliviándote el dolor y el sufrimiento,
ayudándote a entender tu enfermedad para
que la carga se haga más liviana.
Hoy en día no se puede entender la relación médicopaciente
desde el prisma paternalista de antaño. Ya
ha caducado la situación de desequilibrio en la que el
paciente aparece como un ser indefenso frente al médico,
colocado en un pedestal inalcanzable de sabiduría
y poder. Nuestros pacientes reclaman una relación
de equilibrio, de confianza y entendimiento mutuo.
Quiero ser tu médico respetando tu intimidad, ofreciéndote
la información que te permita tomar decisiones
que afecten al curso de tu enfermedad, promoviendo
tu autonomía y respetando tu voluntad.
El entorno familiar modula la experiencia de enfermedad
a la vez que se ve afectado por ella. La familia
condiciona nuestra actividad diaria, de forma especial
cuando en su seno se instaura una enfermedad
crónica, invalidante o terminal. Aparece entonces la
figura del cuidador que asume la tarea de atender las
necesidades básicas del enfermo. En ocasiones, el
cuidador pierde paulatinamente su independencia, es
absorbido por el paciente, se desatiende, abandona
su vida social y acaba paralizando su proyecto vital.
Quiero ser tu médico, apoyando a tus cuidadores y
familiares, cuidando su salud, escuchando cómo se
sienten, informándoles sobre la forma de hacerlo mejor,
facilitándoles el acceso a servicios que ayuden a
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