VOLVER - Cndp

"Volver" es, a pesar de la truculencia de algunos de los temas que aborda, una curiosa
comedia con un argumento central bien definido pero al que Almodóvar le ha añadido
una serie de innecesarios pasajes que estropean lo que hubiera podido ser un guión casi
redondo. Me explico: cuando el espectador observa los minutos iniciales del filme, no
exentos de garbo y de solera y en los que la tía Paula se convierte por derecho propio
en la protagonista de la función, poco le hace sospechar que luego la historia dará un
giro brusco, transformándose en una desafortunada cinta de suspense en la que se ve
envuelto el marido de Raimunda. Se suceden aquí una serie de escenas toscas y huecas
que el director nos podría haber ahorrado, estando relacionadas todas ellas con el
encubrimiento de un asesinato, obligándonos a visionar la ridícula ocultación de un
cadáver (sin duda, lo peor de la película, fracasando Almodóvar en su intento de
homenajear a maestros como Hitchcock).
Sin embargo, y dejando a un lado tan importante traspiés, creo que en general el
público disfrutará con este relato, especialmente en su deliciosa vertiente cómica,
siendo toda una sorpresa lo bien que maneja Almodóvar uno de los subgéneros más
difíciles de la comedia: el del equívoco. El responsable de "Volver" no abusa de este
recurso, utilizándolo con mesura y naturalidad, de tal modo que por unos instantes uno
se siente inmerso en uno de esos clásicos filmes que manejaban con tanto tiento este
tipo de situaciones. Además, el largometraje se completa con dramas del pasado y del
presente que nos aproximan aún más a los personajes y nos permiten comprender sus
comportamientos.
De cuidada factura, con planos trabajados, una preciosa fotografía y una banda sonora
que recoge las distintas tonalidades de la cinta, de ahí que escuchemos temas cargados
de emoción con otros que parecen sacados de una película de cine negro, "Volver"
destaca principalmente por la luciente interpretación de Penélope Cruz y, en general, de
todo el reparto femenino. Es la confirmación de que Pedro Almodóvar es un excelente
director de actrices y que sabe cómo sacar lo mejor que hay en ellas, de ahí que
recupere para la pantalla grande el talento de una mujer que bien podría quejarse por el
daño que le hizo a su carrera esa tontería llamada "Sahara" y en la que la artista
española estaba más perdida que Dirk Pitt y Al Giordino en el desierto. No quisiera que
las alabanzas no se extendieran al resto del elenco, con unas impecables Carmen
Maura, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Yohana Cobo y Chus Lampreave. En definitiva, si
Almodóvar sigue por este camino, creo que hasta a los que no nos entusiasma su obra
esperaremos con impaciencia su siguiente trabajo.
CRÍTICA por Julio Rodríguez Chico
De entre los muertos
Ya con el título de la película, Almodóvar confiesa la necesidad personal de regresar a
sus orígenes manchegos para encontrarse a sí mismo, y también su voluntad de
recuperar en su imaginario a su madre fallecida mediante miradas femeninas que
hablan de la solidaridad, complicidad y vecindad de cierta España profunda.
El retorno a una tierra llena de recuerdos de su infancia y el dolor revivido con la
muerte de su madre humanizan, por tanto, el objetivo de su cámara, y hacen que se
muestre más cercano a sus personajes y se emocione con ellos, que se interese por sus
creencias y tradiciones ancestrales, que indague en heridas abiertas para buscar el
perdón y la reconciliación. La cinta tiene mucho de personal y autobiográfico, y llega
con menor carga ideológica y transgresora que “La mala educación”, y también con
cierto alejamiento del esteticismo manierista del que hacía gala en “Hable con ella”. Sin
que esto suponga un abandono de su propio universo y de su estética, se adivina una
vuelta a los tipos castizos y a las situaciones de “¿Qué he hecho yo para merecer
esto?”, para mirar la vida y la muerte desde el humor negro de la tragicomedia
berlangiana, a los que se suman rendidos homenajes al neorrealismo italiano y a
Hitchcock: Visconti y Anna Magnani (“Bellísima”) o De Sica y Sofia Loren (“Dos mujeres”)
inspiran a Almodóvar y a Penélope Cruz en unos retratos populares fuertes y muy
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