|Objetos| Silla vintage
|Objetos| Silla vintage de las Orcadas cubierta con piel de oveja de SkyeSkyns. Encima de la silla, repisa de cerámica gris verdoso de James Rigler y sobre ella un tope de puerta Pineapple elaborado con cuerdas gruesas de Mark Cook Regreso a nuestras raíces El emporio de diseño Bard despliega en Edimburgo lo nuevo y lo divertido en la artesanía escocesa. Por Emma Love E scocia está llena de clichés: el tartán, las galletas de mantequilla, las vacas de pelo largo de las Tierras Altas y el whisky son solo el principio. Ir más allá de estos estereotipos ha sido (y sigue siendo) un reto que Hugo Macdonald y James Stevens afrontan de buen grado. Su nueva tienda-galería, en el barrio portuario de Leith, en Edimburgo, explora la identidad escocesa a través de objetos elaborados por cerca de medio centenar de artesanos. «Queremos guiar a los visitantes desde lo general hasta lo específico para que lleguen a comprender elementos concretos de Escocia», explica Stevens. Este arquitecto y diseñador pone como ejemplo a Sky Weavers, una empresa que utiliza telares accionados por pedales de bicicleta para tejer mantas, bufandas y distintos tipos de cobijas con lana procedente de la isla de Skye. «Fuimos tomando FOTOGRAFÍA EDVINAS BRUZAS 32 CENTURION-MAGAZINE.COM
Los dueños de Bard, James Stevens (izquierda) y Hugo MacDonald FOTOGRAFÍA NORMAN WILCOX-GEISSEN conciencia del enorme número de personas que crean, diseñan y fabrican objetos increíbles y que, al mismo tiempo, narran historias fascinantes sobre Escocia, y no solo sobre esa fantasía victoriana que, para muchos, es lo único que existe acá», añade Macdonald, curador y crítico de diseño. La pareja llevaba mucho tiempo hablando de trasladarse al norte de Hastings (Macdonald creció en la isla de Skye), pero Bard tan solo era algo abstracto que tenían en mente. «Siempre que viajábamos por Escocia buscábamos un lugar así, pero no conseguíamos dar con él. De modo que pensamos: “Hagámoslo nosotros mismos en un gran edificio de Edimburgo donde se exponga de todo, desde cerámica y vidrio hasta telas impresas en 3D y plástico reutilizado extraído de los océanos… lo esperado y lo inesperado”», recuerda Macdonald. La pandemia aceleró sus planes, al igual que lo hizo la búsqueda de un espacio idóneo para rentar que acabó siendo un antiguo edificio de aduanas. «Necesitábamos entablar relaciones muy rápido para poder abrir en Navidad [de 2022]». Provistos de una lista de artesanos con los que deseaban trabajar, organizaron un viaje por carretera recorriendo todo el país. «Siempre hemos tenido claro que, para contar las historias de otras personas, es muy importante Queremos guiar a los visitantes desde lo general hasta lo específico para que lleguen a comprender elementos concretos de Escocia visitar sus estudios y talleres, interesarnos por su trabajo y sus fuentes de inspiración, y preguntarles cómo podemos ayudarles a avanzar en su negocio —prosigue—. Todos mostraron un entusiasmo increíble y tuvieron la amabilidad de buscarnos un hueco en sus agendas. Lo que empezó como un viaje, ya de por sí bastante largo, creció como la espuma y acabó durando diez semanas». Teniendo en cuenta que las comunidades rurales ocupan una parte importante del país, quizá no resulte sorprendente el papel tan intrínseco que desempeña la artesanía. «Existe un conocimiento material histórico que ha perdurado de distintas maneras por necesidad —reconoce Macdonald—. Pasamos un tiempo en las Orcadas y las Shetland. Ambas islas dejan patente que las técnicas tradicionales no han desaparecido del todo. Es más, la artesanía sigue estando muy presente en el día a día de muchas zonas de Escocia». Ninguno de los dos quiere que Bard sea un mero escaparate; su intención es que funcione también como una incubadora de talento. «Muchos artistas venden sus productos de manera directa y cuentan con una colección básica de obras por las que son conocidos, pero también poseen una creatividad y una inquietud desbordantes —afirma Stevens—. Queremos que la galería sea un entorno en el que puedan asumir mayores riesgos y juguetear un poco más». CENTURION-MAGAZINE.COM 33
