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El bullicioso vestíbulo

El bullicioso vestíbulo de Casa de Triana; página opuesta: el animado ambiente durante la Feria de Abril de Andalucía, pero también en los mosaicos de la ciudad que hemos ido descubriendo y modernizando». Las creaciones de Hilando el Tiempo las han lucido modelos tan dispares como una figura de la procesión de Semana Santa de este año o la representante de España en el Festival de Eurovisión 2023, Blanca Paloma. Cada pieza se elabora a mano, lo que aporta un toque personalizado acompañado de un firme compromiso por minimizar los residuos, reutilizar los materiales y trabajar de la forma más sustentable posible. «Estamos intentando animar a la gente a comprar menos pero mejor —destaca Andrade—. En lugar de adquirir diez camisas por 100 euros, recomendamos invertir en una que sea especial, única y de gran calidad y se convierta en un regalo para uno mismo». Unas puertas más allá, en la misma calle, otra pareja de artistas trabaja con ahínco en un luminoso estudio. Son Luciano Galán y Daniel Maldonado, los dos diseñadores detrás de The Exvotos (theexvotos.com), que llevan más de 20 años creando piezas de cerámica inspiradas en las ofrendas exvotos. Con una dilatada experiencia en arte religioso, esculpiendo, pintando y ornamentando estatuas sagradas, han conseguido cautivar a un público más amplio gracias a sus codiciadas colecciones de cerámica. «No nos consideramos artesanos, sino artistas —apunta Galán—. La artesanía a menudo implica reproducir el mismo objeto, pero nuestras obras nunca son idénticas. Somos artistas que nos valemos de la artesanía para dar vida a nuestras creaciones» Todo se fabrica a mano, desde las cabezas recipiente hasta los candelabros o los platos, en un proceso que denominan «slow work». Galán y Maldonado alternan escultura y pintura, y trabajan por encargo a partir de una selección de unos 40 diseños. El tiempo de espera desde el pedido hasta la entrega puede superar los cien días, pero eso no disuade a los clientes deseosos de poseer una pieza original de Exvotos. «Lo creamos todo nosotros, con nuestras propias manos —asegura Maldonado—. No tenemos intención de recurrir a la fabricación industrial ni de contratar personal. Preferimos dedicar tiempo a cada cliente y seguiremos haciendo lo que nos gusta, en lugar de centrarnos en ampliar el negocio». Una firma artesanal sevillana que ha experimentado un importante crecimiento es la sombrerería Fernández y Roche (fernandezyroche.com). Fundada en 1885, la empresa estaba situada muy cerca de The Exvotos e Hilando el Tiempo, sin embargo, se trasladaron a una nueva sede a las afueras de la ciudad con el fin de tener más espacio para hacer frente a la demanda de producción. Fernández y Roche prosperó a principios del siglo xx, pero décadas más tarde tuvo que hacer frente a la crisis del «sinsombrerismo», cuando el uso del sombrero pasó de moda en todo el mundo. Aun así, esta casa no solo logró sobrevivir, sino que también se fortaleció gracias, en gran parte, a la demanda de sombreros de alta calidad por parte de clientes judíos de Estados Unidos e Israel. De la producción anual de 100,000 sombreros, alrededor de la mitad se destina a estas comunidades. A pesar de la ampliación y modernización de las instalaciones de producción, los tradicionales métodos artesanales, como vaporizar, cortar o moldear, siguen siendo el motor de la fábrica. En su interior, el hervidero de actividad se ve interrumpido por el silbido del vapor que da forma a los sombreros y el zumbido de las máquinas de coser al pespuntear las alas. Fernández y Roche confecciona fedoras, panamás y sombreros sevillanos de ala ancha, pero en sus estantes se puede encontrar alguna que otra sorpresa, como los sombreros en color granate FOTOGRAFÍAS BEN SCHOTT 72 CENTURION-MAGAZINE.COM

de las auxiliares de vuelo de Qatar Airways o el icónico sombrero que lució Indiana Jones. Este alcance global también está llegando a Castilblanco de los Arroyos, lo que ha obligado a Javier Menacho (@ javier.menacho) a ampliar su equipo con la contratación de tres aprendices. «Soy reacio a introducir maquinaria en mi taller porque lo que hacemos es puramente artesanal. No puedo competir con grandes empresas, pero tampoco me interesa producir enormes cantidades —explica—. Mi objetivo es ofrecer a los clientes unos tiempos de espera lo más cortos posible para un producto exclusivo». La elaboración a mano de un cinturón requiere diez horas, mientras que para una bolsa se pueden tardar hasta 80 horas, dependiendo de su complejidad. El compromiso de Menacho con su oficio encarna los valores compartidos por otros artesanos sevillanos. «Para mí, ser artesano es una forma de vida, un sello de identidad y cultura, lo es todo —confiesa—. Quiero mostrar a la gente el verdadero valor de la artesanía y asegurarme de que no la perdemos, porque si esto ocurriera, desaparecería para siempre». Un sentimiento que comparten muchos talleres y ateliers de Sevilla. «Creo que ahora mismo estamos viviendo un renacimiento artesanal —corrobora Menacho—. Somos los guardianes de la artesanía del siglo xxi». Dónde alojarse El Nobu Hotel (nobuhotels. com), acaba de inaugurarse en la Plaza de San Francisco, en una ubicación perfecta en pleno centro histórico a pocos minutos de prácticamente todo. El hotel ocupa dos residencias restauradas de principios del siglo xx. Ofrece 25 habitaciones y suites con grandes vistas, además de terraza en la azotea con un bar y una alberca perfecta para un chapuzón en los días más calurosos del verano. Otro recién llegado es Casa Palacio Don Ramón (hoteldonramon.com). Su interior luce pisos empedrados, juegos de agua, estallidos de color, así como serenos patios revestidos de mosaicos. Las habitaciones presentan elementos inspirados en la cultura árabe, mozárabe y del Nuevo Mundo con paneles geométricos islámicos en las paredes o cerámica y arte tradicionales. Al otro lado del río, en el mismo barrio que da nombre al establecimiento, Triana House (trianahouse.com), de siete habitaciones, apuesta por la estética del «más es más», con colores vivos, estampados en capas y ricas texturas. También ha abogado por la eficiencia energética, incorporando paneles solares en el tejado y sistemas de refrigeración por piso radiante. En una estrecha calle del barrio de San Lorenzo, el Pájaro Rebelde (elpajarorebelde.com) recuerda a un riad marroquí, con sus siete habitaciones diseñadas individualmente, un jardín central repleto de bugambilias y elementos de diseño originales, como vitrales y mosaicos antiguos. Los dueños de origen francés han aportado su propio estilo a esta casa boutique del siglo xix restaurada, llenándola de interesantes obras de arte e incluso han conseguido añadir una alberca. Dónde comer Sevilla está llena de restaurantes y bares de tapas perfectos para picar algo. Las mesas en la calle del popular Eslava (espacioeslava. com) suelen estar a rebosar, sin embargo, la espera bien vale la pena. Sus tapas fusionan lo tradicional con lo moderno, como los chipirones fritos en su punto o la deliciosa yema de huevo sobre una crema de porcini con vino caramelizado. En La Quinta ( @laquinta sevilla), las grandes cazuelas de paella, las carnes a las brasas y los platillos andaluces para compartir cumplen todas las expectativas. El soleado patio central está muy solicitado los días de buen tiempo, pero los comedores interiores de esta elegante casa patrimonial también tienen su encanto. Eneko Basque (enekoatxaseville. com) trae a Sevilla los sabores del norte de España de la mano de Eneko Atxa, el chef del restaurante Azurmendi, galardonado con tres estrellas Michelin. Los menús degustación, sorprendentemente asequibles, incluyen macarons de anchoa o callos marinados con raspado marino. En la Taberna del Alabardero (alabarderosevilla.es), la presentación de los platillos, los sabores de la cocina, el amable entusiasmo del servicio y los elegantes interiores se ajustan a lo que uno esperaría de uno de los restaurantes más elegantes de Sevilla. Curiosamente, también alberga una escuela de hostelería. Al final del Puente de Triana sobre el río Guadalquivir, las terrazas de Mariatrifulca (mariatrifulca.com) son el lugar ideal para pasar largas veladas con una copa bien fría antes de sumergirse en un menú donde priman los mariscos. Los precios en la terraza son un diez por ciento más caros que en los acogedores comedores con paredes de piedra, pero solo por ver a la gente merece la pena pagar ese extra. En La Terraza del EME (laterrazadeleme.com), los cocteles nocturnos se combinan con unas vistas impresionantes de la catedral iluminada y de La Giralda, un antiguo minarete convertido en campanario que es un auténtico referente en la ciudad. CENTURION-MAGAZINE.COM 73

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