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por esta legendaria

por esta legendaria isla. «Tengo mucha confianza en el futuro del turismo de Sri Lanka —afirma Fernando—. En mi opinión, es la industria más adecuada para este país». Al observar los impresionantes paisajes, la flora, la fauna (y, por supuesto, las puestas de sol) que han conservado su esplendor original es fácil entender su punto de vista. Quizá la confianza de Fernando se deba en parte a la profunda conexión con esa tierra. En 2005, emprendió su carrera de «hotelero accidental» cuando presentó la versión inicial de Ceylon Tea Trails, con 27 habitaciones, en las pintorescas tierras altas centrales. El buque insignia de la marca abarca ahora cinco históricos búngalos de plantadores de té suntuosamente restaurados. El té juega un papel protagonista en el origen de Resplendent Ceylon, de hecho, su padre Merrill J Fernando fundó en 1988 Dilmah, una marca de tés de comercio justo, que ahora mismo se vende en más de 100 países. En 2014 se inauguró Cape Weligama, una extraordinaria finca de cinco hectáreas en lo alto de un acantilado con impresionantes vistas al mar y pavos reales deambulando por los jardines tropicales de sus 39 suites y villas; en la temporada de avistar ballenas, los afortunados huéspedes pueden contemplar de cerca ballenas azules y orcas. El circuito se completó tres años después con el conocido Wild Coast Tented Lodge junto a la playa. Con sus suites «cocoon» ingeniosamente diseñadas y equipadas con tinas de cobre con patas y algunas con albercas de inmersión, el complejo se integra perfectamente en el paisaje circundante cerca del Parque Nacional de Yala, un espacio de biodiversidad que alberga 215 especies de aves y 44 de mamíferos, incluyendo entre 200 y 250 leopardos de Sri Lanka. Ahu Bay se gestó hace casi tres años, cuando un amigo de Fernando, dueño de una propiedad en la costa occidental, le propuso abrir un hotel juntos. Impresionado por la imponente ubicación, Fernando aceptó. Sin embargo, como hotelero experimentado era consciente de que no debía competir con Cape Weligama, a menos de 80 kilómetros. Por ello, decidieron darle a Ahu Bay «un ambiente relajado, de casa de playa, manteniendo el servicio de alto nivel de Relais & Châteaux», recuerda Fernando. De hecho, los tres resorts de Resplendent Ceylon son los únicos de Sri Lanka que pertenecen a la prestigiada colección Relais & Châteaux. El complejo está enclavado entre dos playas recónditas bordeadas de palmeras en Ahungalla Point, un promontorio situado a menos de dos horas en auto de Colombo, y se asoma a un hermoso tramo de costa con unas impresionantes vistas panorámicas del resplandeciente océano Índico. Ahu Bay irradia una atmósfera de elegancia informal y encanto sin artificios en sus 16 espaciosas habitaciones, bañadas por el sol y decoradas con elegantes muebles de ratán, sutiles toques dorados y lujosas tinas de hidromasaje con mosaicos de color verde azulado. Puede dejar pasar los días relajado en una tumbona dándose chapuzones en el océano o disfrutar de las excursiones que organiza el amabilísimo personal (la mayoría de ellos experimentados empleados de Resplendent), que incluyen caminatas por cascadas en la cercana selva de Beraliya o una visita a una plantación de canela de Ceilán, con un almuerzo centrado en la canela preparado por un médico ayurvédico. Al caer la tarde, el restaurante junto a la alberca probablemente sea el lugar más cautivador de la isla para contemplar —por supuesto, con una margarita infusionada con coco típico de Ahu— cómo el sol se esconde en el mar proyectando un destello de tonos fucsia teñidos de mandarina. Y una vez de noche, la cena se convierte en una delicia culinaria con un menú que ofrece platillos, como callos tandoori con garbanzo y granada, o una sabrosa tarta de queso con ralladura de coco frito, seguido de curry de cangrejo de la laguna de Sri Lanka o filete de res Black Angus con crocante de palomitas acompañado de un delicioso puré de coliflor caramelizada. El bienestar es el gran protagonista de la otra nueva propiedad: Kayaam House. Este refinado santuario, oculto entre frondosos manglares y un litoral rodeado de selva, se encuentra cerca de Tangalle, a 125 kilómetros del pueblo sureño de Ahungalla. Se trata de un sobrio pero elegante establecimiento de nueve habitaciones que dispone de grandes zonas comunes y pasajes abovedados altísimos que enmarcan unas impresionantes vistas de la alberca infinita, flanqueada por frangipanis y cocoteros. La tranquilidad que transmite es casi de otro mundo, y la arena color caramelo de la playa parece refractar la luz matinal, impregnando el terreno de un extraño resplandor dorado. Las estancias en el resort, que solo admite menores de 16 años en el régimen de uso exclusivo, incluyen 60 minutos diarios de spa, donde se ofrecen desde masajes balineses hasta tratamientos faciales con ingredientes hiperlocales. Además, ahora que un veterano de Raffles y Aman se encarga de dirigir las iniciativas de bienestar de las cinco propiedades, Kayaam ampliará su oferta e incorporará retiros holísticos de varios días, con lo que se convertirá en el destino perfecto para una escapada reparadora. De momento, los huéspedes pueden reequilibrar su bienestar con las clases de yoga que se imparten en la acogedora shala. Otra opción es hacer piragüismo al amanecer en la cercana laguna de Rekawa, mientras los cormoranes indios 76 CENTURION-MAGAZINE.COM

En el sentido de las manecillas del reloj desde aquí: Sigiriya, una antigua fortaleza construida sobre un pico de granito en el centro de Sri Lanka; alberca infinita rodeada de palmeras de Ahu Bay; una perspectiva a vista de pájaro del Wild Coast Tented Lodge próximo al Parque Nacional de Yala; el sereno interior de Kayaam House FOTOGRAFÍAS CORTESÍA DE RESPLENDENT CEYLON CENTURION-MAGAZINE.COM 77

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