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Antología de Crónicas Proyecto Pedagógico Práctica - Universidad Industrial de Santander

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Indice<br />

Crónica “7200 segundos <strong>de</strong> calor veraniego”…………………7<br />

Adrián Gómez Díaz<br />

Crónica “Hechos inolvidables”………………………………10<br />

Adriana Marcela Ayala Camacho<br />

Crónica “Un casual acci<strong>de</strong>nte”…………………………….…12<br />

Andrés Felipe Bastos Salazar<br />

Crónica “Una familia unida y feliz”……………………….…13<br />

Carlos Andrés Cristancho Garcés<br />

Crónica “Una experiencia <strong>de</strong> vida”…………………………..15<br />

Darrin Steven Sarmiento Camacho<br />

5<br />

Crónica “La <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>l invicto”……………………………..18<br />

Edson Arantes Rodríguez Álvarez<br />

Crónica “Una goleada en “casa”……………………………..19<br />

Ismael Fernando Guerrero Rojas<br />

Crónica “El cambio <strong>de</strong>l campo a la ciudad”………………….20<br />

Jhon Jairo Rodríguez Quiroga<br />

Crónica “Un final inesperado”……………………………….22<br />

José Antonio López Becerra<br />

Crónica “Mi hermosa madre”………………………………...23<br />

Karen Michet Rodríguez Chacón


Crónica “Mi gran oportunidad”……………………………....25<br />

Leyla Stefanía Jurado Villamizar<br />

Crónica “Crónica <strong>de</strong> mi vida”………………………………..27<br />

María Fernanda López Jiménez<br />

Crónica “Una vida caóticamente humana”…………………..29<br />

Natalia Sofía Enciso Quiñónez<br />

Crónica “Tres hechos, tres tristezas”………………………....30<br />

Nataly Cristina González Quintero<br />

Crónica “Una goleada igual a la <strong>de</strong> Brasil”………………......31<br />

Norbey Mauricio Sandoval Cár<strong>de</strong>nas<br />

Crónica “La final más emotiva para mí”……………………..32<br />

Sebastián Díaz Pabón<br />

6<br />

Crónica “Una vida menos por las drogas”…….……………..34<br />

Shilay Natalia Hernán<strong>de</strong>z Celis<br />

Crónica “Una lucha con mi nuevo comienzo”...……………..36<br />

Valentina <strong>de</strong>l Mar Flórez Jiménez<br />

Crónica “Una experiencia <strong>de</strong> vida”…………………………..39<br />

Yeraldin Castrillón Hernán<strong>de</strong>z<br />

Crónica “Un viaje inolvidable”………………………………40<br />

Yurley Dayana Carvajal Rodríguez


7200 SEGUNDOS DE CALOR<br />

VERANIEGO<br />

Hacía mucho calor, mientras transitaba por las calles empedradas y<br />

viejas, ornadas con balcones <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra al estilo colonial,<br />

malgastados por la historia <strong>de</strong> un pueblo corroído por la guerra y<br />

gritos con toques <strong>de</strong> dolor y victoria. Arribé al lugar más concurrido<br />

por las personas <strong>de</strong> aquel misterioso pueblo, su parque principal. Tras<br />

la inversión <strong>de</strong> una posible “buena” administración municipal (según<br />

<strong>de</strong>cían algunas personas) aquel parque que albergó guerreros <strong>de</strong><br />

bandos enemigos y aliados fue remo<strong>de</strong>lado conservando su estilo<br />

inicial. Allá se oían los gritos <strong>de</strong> los ven<strong>de</strong>dores ambulantes, <strong>de</strong> los<br />

niños al jugar, <strong>de</strong> los autos pitar y al fondo las campanas <strong>de</strong> la iglesia<br />

anunciaban las cuatro <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. Y como era <strong>de</strong> esperarse, había<br />

muchas personas, porque como es tradición, los habitantes <strong>de</strong>l pueblo<br />

entraban presurosos a la misa, al encuentro con “El Señor <strong>de</strong> los<br />

Milagros”.<br />

Me aproximé a paso lento a una <strong>de</strong> las tres bancas <strong>de</strong> piedra que aún<br />

quedaban vacías para <strong>de</strong>scansar un poco, luego <strong>de</strong> mi jornada como<br />

caminante, porque en aquel parque solamente había por mucho, diez<br />

bancas. En cuatro <strong>de</strong> ellas, se encontraban cuatro parejas<br />

manifestándose su amor profundo, y realmente era muy profundo a<br />

esa hora <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. En la quinta, observé a un señor embolando los<br />

zapatos <strong>de</strong> un joven que vestía elegante. Cuando ojeé la sexta, en<br />

ella, estaban sentadas como cinco viejas vestidas con ropa, un tanto<br />

colorida, con faldas largas y una pañoleta en la cabeza.<br />

7<br />

De inmediato pensé: -Gitanas<br />

En ese mismo instante, volteé la mirada a la séptima. Allí estaba<br />

sentado un muchacho un poco perdido, o eso <strong>de</strong>mostraba su mirada,<br />

al momento que llegaba junto a él, una pequeña niña <strong>de</strong> cinco o seis<br />

años cargando un helado artesanal que vendía un viejo con un<br />

<strong>de</strong>lantal largo y amarillo por la suciedad, y que empujaba su carrito<br />

<strong>de</strong>startalado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l parque gritando: -¡Laos! ¡Laos!<br />

Cuando pu<strong>de</strong> acomodarme en aquella banca <strong>de</strong> piedra calentada por<br />

el sol, me antojé por el helado artesanal <strong>de</strong> la niña <strong>de</strong> cinco o seis<br />

años; pero no quería levantarme porque acababa <strong>de</strong> acomodarme, y<br />

a<strong>de</strong>más, todas las bancas ya estaban ocupadas y no quería per<strong>de</strong>r mi<br />

puesto en el parque. En ese momento, ojeé disimuladamente hacia<br />

don<strong>de</strong> se hallaba la niña y veía cómo esa niña se saboreaba el helado<br />

artesanal y se chorreaba todo sobre su mano y su ropa, era


conmovedor y a la vez <strong>de</strong>seaba el helado. El calor era sofocante y no<br />

aguanté más, me levanté <strong>de</strong> la banca y comencé a buscar por todas<br />

partes al viejo hela<strong>de</strong>ro, pero no lograba verlo porque a pesar <strong>de</strong><br />

haber transcurrido treinta minutos <strong>de</strong> los campanazos aún transitaba<br />

mucha gente para entrar a la misa.<br />

Entonces, un ruido alivió mi alma, escuché gritar: -¡Laos! ¡Laos!<br />

muy cerca <strong>de</strong> don<strong>de</strong> me había sentado, pero la distancia era aún larga<br />

y sabía que si me levantaba por un instante, me quitarían la banca.<br />

Traté <strong>de</strong> hacer lo imposible para que el viejo me viera, pero no lo<br />

logré. Miré a mi alre<strong>de</strong>dor como diciendo: -Esta banca es mía y <strong>de</strong><br />

nadie más. Y salí caminando rápido hacia don<strong>de</strong> estaba el viejo<br />

hela<strong>de</strong>ro, sin <strong>de</strong>spegar la mirada <strong>de</strong> la banca <strong>de</strong> piedra.<br />

Por estar distraído, tropecé contra un carro <strong>de</strong> juguete con batería<br />

conducido por un niño. Caí sobre el carro y como activado por un<br />

botón, el niño comenzó a chillar. El papá <strong>de</strong>l niño se aproximó <strong>de</strong><br />

inmediato y rojo <strong>de</strong> ira como un toro, comenzó a insultarme. Le faltó<br />

un pelito para pegarme. A continuación, pedí disculpas, ayudé a<br />

levantar al niño y seguí mi trayecto. En ese instante, y como por arte<br />

<strong>de</strong> magia, <strong>de</strong>sapareció el viejo hela<strong>de</strong>ro. Desesperado y algo<br />

ofuscado, lo encontré nuevamente por su particular grito: -¡Laos!<br />

¡Laos! Y caminando un poco cojo por el tropezón, llegué hasta el<br />

carrito <strong>de</strong>startalado <strong>de</strong>l viejo. Compré el dichoso helado y cuando<br />

me dirigía hacia la banca <strong>de</strong> piedra, estaba el padre <strong>de</strong>l niño que hice<br />

llorar junto con su mujer chupando geta, mientras el niño jugaba<br />

tranquilamente alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l parque.<br />

8<br />

Dirigí mi vista a las otras bancas y aún estaba el muchacho con la<br />

niña y el grupo <strong>de</strong> gitanas; y en las <strong>de</strong>más, estaban infestadas con<br />

parejas <strong>de</strong>mostrando su amor en el parque. En ese momento pensé:<br />

-¿Será que ellos no sentirán calor por estar tan juntos? Y ¿No les dará<br />

sed, no se <strong>de</strong>shidratarán? Entonces, me dije a mi mismo:<br />

-Mi mismo, tal vez el calor que sienten es diferente y no se<br />

<strong>de</strong>shidratan porque al estar “chupando geta”, se hidratarán el uno al<br />

otro.<br />

En un santiamén, las gitanas se dispersaron y <strong>de</strong>jaron la banca libre.<br />

Cuando me fui acercando, percibí un aroma conocido y me mareaba<br />

un poco.<br />

¡Claro!, me dije. -Mero chicote.<br />

Y sin darle mucha importancia, me senté, porque el cansancio era<br />

atroz y quería sobarme la herida <strong>de</strong>l tropezón. Cuando pu<strong>de</strong>


acomodarme, comencé a <strong>de</strong>leitar aquel helado artesanal que tanto<br />

había <strong>de</strong>seado (aunque algo <strong>de</strong>rretido), y apenas me di cuenta, otra<br />

vez sonaron los campanazos <strong>de</strong> la iglesia anunciando las cinco <strong>de</strong> la<br />

tar<strong>de</strong> y nuevamente se aglomeró en un dos por tres, la multitud <strong>de</strong><br />

personas en el parque.<br />

Me pregunté: -El tiempo mucho pasarse rápido.<br />

Seguía haciendo calor y muy alegremente continué saboreando mi<br />

helado artesanal mientras veía transitar a las personas. Luego <strong>de</strong><br />

aproximados diez o quince minutos y a punto <strong>de</strong> terminar mi helado,<br />

sentí un frío espectral acercarse. Era una gitana.<br />

Me dijo: -Amor, ¿te leo la mano o te fumo el chicote?<br />

Yo respondí: -No, gracias.<br />

Al cabo <strong>de</strong> seis minutos, se aproximaron las otras cuatro viejas<br />

gitanas a intervalos <strong>de</strong> seis minutos, como llamadas por el diablo,<br />

diciendo lo mismo: -Amor, ¿te leo la mano o te fumo el chicote? Y<br />

yo respondía lo mismo: -No, gracias.<br />

Cuando se fue la última, tal vez me hizo mal <strong>de</strong> ojo o me hechizó lo<br />

que me quedaba <strong>de</strong>l helado artesanal, o quizás, el frío <strong>de</strong>l helado me<br />

revolcó el estómago porque comenzó a dolerme y tuve la necesidad<br />

<strong>de</strong> buscar urgentemente un baño público. Gracias al cielo y por el<br />

valor <strong>de</strong> mil pesos logré encontrar uno muy cerca a la iglesia. Entré y<br />

como perseguido por el diablo me senté y mil <strong>de</strong>monios evacuaron<br />

en ese instante, al mismo tiempo que sonaban los campanazos <strong>de</strong> la<br />

iglesia anunciando las seis <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>.<br />

9<br />

Salí aliviado <strong>de</strong>l baño. Me dirigí nuevamente al parque buscando una<br />

banca <strong>de</strong> piedra, pero no logré encontrarla. Luego, caminé hacia el<br />

centro <strong>de</strong>l parque don<strong>de</strong> había un árbol enorme y ro<strong>de</strong>ado por un<br />

bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> piedras que tenían la forma <strong>de</strong> una estrella con nueve picos.<br />

Me senté sobre el bor<strong>de</strong> y me recosté sobre el pasto alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l<br />

gran árbol. Una fresca y suave brisa veraniega soplaba y acariciaba<br />

mis mejillas.<br />

De repente, sentí que una mano agarró mi pierna. Abrí mis ojos un<br />

poco asustado, pero mi corazón se sintió aliviado cuando observé que<br />

era mi amada. Ella, la mujer <strong>de</strong> mi vida, a quien esperaba en el<br />

parque principal porque juntos habíamos acordado una cita en aquel<br />

lugar don<strong>de</strong> nos conocimos una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> verano.<br />

Adrián Gómez Díaz


HECHOS INOLVIDABLES<br />

A pesar <strong>de</strong> que no recuerdo muy bien el día exacto, si recuerdo que<br />

era septiembre <strong>de</strong>l 2010, durante una jornada estudiantil como todos<br />

los días y mis padres con sus labores diarias en su trabajo. Salí <strong>de</strong>l<br />

colegio al medio día, recuerdo que tenía muchos trabajos, así que no<br />

tar<strong>de</strong> en llegar a mi casa. Llegue a la casa, cuando vi a mi madre<br />

llorando, me asuste <strong>de</strong>masiado. En mi mente me preguntaba qué<br />

habría pasado. De inmediato me quité rápidamente el bolso y salí<br />

corriendo hacia la cocina por un vaso <strong>de</strong> agua. Al rato se la di a mi<br />

mamá para tranquilizarla un poco, y como la duda continuaba<br />

torturando mi cabeza, le pedí que me contara que había pasado. Ella<br />

muy triste me dijo que su hermana María, la había llamado<br />

diciéndole que Norberto, su hermano, estaba preso. Al escuchar esta<br />

noticia tan grave no lo podía creer ¿Por qué? ¿Qué hizo? En ese<br />

momento mi madre no me podía respon<strong>de</strong>r.<br />

Después <strong>de</strong> haber oído esto, nos alistamos con mi mami, nos fuimos<br />

directamente para la carretera principal a coger un bus que nos<br />

llevara hasta el Socorro, pero por <strong>de</strong>sgracia no pasaban muy seguido<br />

los carros, así que nos tocó esperar un poco. Después <strong>de</strong> tanta espera,<br />

por fin pasó un carro y nos llevó. El viaje duró casi tres horas.<br />

Apenas llegamos salimos corriendo hacia el juzgado a ver qué estaba<br />

pasando allí.<br />

10<br />

Al llegar a ese lugar que no me parecía muy agradable, se<br />

encontraban allí todos mis tíos y enseguida les preguntamos qué<br />

había ocurrido pasando con mi tío Norberto. Todos ellos estaban muy<br />

tristes y nos dijeron que lo habían acusado por la violación <strong>de</strong> mi<br />

prima Lina, o sea, su sobrina. En ese momento que<strong>de</strong> muy<br />

confundida, porque sabía que mi tío no era así. O bueno, hasta ahora<br />

eso creía yo y todos los familiares. A mi tío Norberto lo había<br />

<strong>de</strong>mandado el mismísimo hermano, puesto que la pequeña niña, Lina,<br />

le había dicho lo ocurrido con mi tío. Todos nosotros nos sentimos<br />

<strong>de</strong>cepcionados <strong>de</strong> él, a<strong>de</strong>más, era el hermano menor y el consentido<br />

<strong>de</strong> toda la familia Camacho.<br />

Después <strong>de</strong> interminables trámites legales, judiciales y médicos<br />

examinaron completamente a mi prima para <strong>de</strong>terminar la<br />

culpabilidad <strong>de</strong> mi tío y verificar que ella, sí había sido violada. La<br />

espera <strong>de</strong> los resultados era incesante y toda mi familia estaba a la<br />

expectativa. Luego <strong>de</strong> tanta intriga, toda la familia se llevó una gran<br />

sorpresa, el juez y el abogado <strong>de</strong>terminaron, según los resultados, que<br />

todo había salido negativo que la niña estaba sana y sin un rasguño.


Mi familia se alegró completamente porque pensaban que todo iba<br />

acabar completamente para mi tío, pero por fortuna no fue así.<br />

Aunque yo pu<strong>de</strong> escuchar que mi tío, el mismísimo hermano <strong>de</strong><br />

Norberto quería ver a su hermano menor en la cárcel; porque a pesar<br />

que Norberto no le hizo nada a la niña, ella seguía diciendo que su tío<br />

la había tocado. Aun no comprendo muy bien la razón <strong>de</strong>l por qué lo<br />

<strong>de</strong>cía, quizás en verdad mi tío lo había hecho. Luego <strong>de</strong> un tiempo y<br />

en ese momento, a mi tío Norberto no lo con<strong>de</strong>naron a prisión, pero<br />

luego me enteré que, efectivamente, Norberto si había tocado a Lina,<br />

mi prima. Todos ya habían empezado a sospechar <strong>de</strong> lo ocurrido y<br />

que todo era una mentira, aunque solamente fue porque la tocó y que<br />

los exámenes habían salido negativos, el juez le dictó con<strong>de</strong>na <strong>de</strong><br />

diecisiete años <strong>de</strong> cárcel por lo que le hizo a mi prima.<br />

Aproximadamente han pasado 5 años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquella vez. Lo llevaron<br />

para la cárcel con límites <strong>de</strong> Venezuela no hemos podido saber nada<br />

<strong>de</strong> él es triste saber que alguien con<strong>de</strong>na a una persona inocente<br />

estando tanta gente libre que en realidad merecen estar allá.<br />

Adriana Marcela Ayala Camacho<br />

11


UN CASUAL ACCIDENTE<br />

Era viernes, 12 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong>l 2011. Manuel se levantó como todos los<br />

días a las 5:20 <strong>de</strong> la mañana y se preparaba para ir a trabajar.<br />

Como todos los días, siguió su rutina <strong>de</strong> costumbre, bañarse, lavarse<br />

los dientes, vestirse y salir en su auto rumbo al trabajo y que por<br />

cuestiones <strong>de</strong>l tráfico, sabía que en su trayecto se <strong>de</strong>moraba más <strong>de</strong><br />

dos horas para llegar, así que siempre salía a las 6:20 am, apenas para<br />

llegar a la hora exacta <strong>de</strong> entraba al trabajo.<br />

A su vez, Tatiana, una joven estudiante <strong>de</strong> ingeniería, se levantó a las<br />

6:20 <strong>de</strong> la mañana para ir a la universidad. Ese día, ella tenía un<br />

examen final por lo que estaba algo preocupada por llegar rápido. A<br />

pesar <strong>de</strong> haberse preparado lo suficiente para presentarlo sin<br />

problemas, sabía que su profesor era muy exigente y eso la ponía<br />

nerviosa.<br />

Esa fue una mañana lluviosa, lo que hacía el tráfico más intenso y los<br />

charcos <strong>de</strong> la calle más abundantes que <strong>de</strong> costumbre. Eran alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> las 7:30 am, mientras Tatiana estaba esperando el bus que la<br />

llevaría a la universidad cuando Manuel, en su carro, apurado por el<br />

retraso que llevaba a causa <strong>de</strong> la lluvia, pasó por un enorme charco<br />

que estaba frente a la parada que mojó a Tatiana <strong>de</strong> pies a cabeza.<br />

12<br />

Cuando Manuel se dio cuenta <strong>de</strong>l acci<strong>de</strong>nte que había causado, se<br />

<strong>de</strong>tuvo y fue <strong>de</strong> inmediato a ver si la pobre muchacha estaba bien, y<br />

sin saber que en pocos segundos conocería a quien sería su<br />

compañera por el resto <strong>de</strong> su vida.<br />

Andrés Felipe Bastos Salazar


UNA FAMILIA UNIDA Y FELIZ<br />

En mi familia somos cuatro personas. Esta historia comenzó en el<br />

año 1992, en una fiesta, dos jóvenes muchachos se conocieron. Ellos<br />

eran mis padres, ambos se miraron fijamente y se enamoraron, los<br />

dos tortolitos, los cuales son Lorenzo Cristancho Díaz y Alcira<br />

Garcés Benavi<strong>de</strong>s.<br />

Luego <strong>de</strong> algún tiempo ellos tuvieron un hijo en el año 1993, que <strong>de</strong><br />

nombre le colocaron Lorenzo Eduardo Cristancho Garcés. Cuando<br />

Eduardo ya tenía 7 años, en el año 2000, nació su primer hermano,<br />

que por nombre le colocaron, Carlós Andrés Cristancho Garcés.<br />

Después el tiempo transcurre y se crea una relación <strong>de</strong> confianza en<br />

la familia y la felicidad llena el hogar con la presencia <strong>de</strong> los cuatro<br />

miembros.<br />

Al paso <strong>de</strong>l tiempo, ya Carlos cumplió 14 años <strong>de</strong> edad. En ese<br />

momento, Eduardo su hermano mayor se enamora <strong>de</strong> Diana Marcelas<br />

Delgado Cristancho, y en el año 2015, el joven Eduardo <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />

llevarse a vivir a la casa <strong>de</strong> esa pequeña familia, a Diana.<br />

Al pasar el tiempo y como los <strong>de</strong>seos no llegan por sí solos, Diana<br />

quedó embarazada <strong>de</strong> Eduardo. Carlos atónito ante la situación, se<br />

pone feliz porque será tío. Pero los padres <strong>de</strong> Carlos y Eduardo no<br />

pensaban quizás lo mismo. Cuando Diana apenas tenía tres meses <strong>de</strong><br />

embarazo, comenzó a tener gustos extraños: por ejemplo, ella<br />

comenzó a <strong>de</strong>testar la carne, y como si fuera poco, le comenzó a<br />

gustar la comida muy caliente. Creo que nunca alcanzaré a<br />

compren<strong>de</strong>r esas circunstancias <strong>de</strong> la vida.<br />

13<br />

Cuando Diana cumplió los cinco meses <strong>de</strong> embarazo comenzó a<br />

vomitar todo aquello que comía, todo le daba náuseas y siempre a la<br />

hora <strong>de</strong>l almuerzo Eduardo y Carlos la veían encerrada en el baño.<br />

Cuando tenía 8 meses, Diana ya comenzaba a disfrutar su embarazo<br />

frente a la presencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más miembros <strong>de</strong> la familia, porque<br />

comenzó a sentir los pequeños movimientos <strong>de</strong>l bebé.<br />

Al momento <strong>de</strong> que Diana y su bebé iniciaron las 36 semanas <strong>de</strong><br />

gestación, tuvieron que internar a Diana, porque los doctores<br />

comentaban que el bebé venía muy pequeño. La pobre Diana estuvo<br />

durante cuatro semanas internada para que no iniciara su trabajo <strong>de</strong><br />

parto y pudiera durar las 40 semanas. Pero durante largo tiempo y por<br />

el esfuerzo <strong>de</strong> Diana <strong>de</strong>cidieron pasarla, por fin, a la sala <strong>de</strong> trabajo<br />

<strong>de</strong> parto hasta que su hermoso bebé nació en la edad normal.


El 20 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>l 2016 nació Cristopher Samuel Cristancho Delgado<br />

por cesaría, y nació un bebé con estatura y peso a<strong>de</strong>cuado. Todos se<br />

encuentras muy felices porque el pequeño Cristopher es muy<br />

hermoso y hoy en día está gozando <strong>de</strong> su maravillosa vida.<br />

Carlos Andrés Cristancho Garcés<br />

14


UNA EXPERIENCIA DE VIDA<br />

Esta experiencia no me sucedió hace mucho, fue hace más o menos<br />

unos cinco meses atrás, para ser más exacto. Todo ocurrió el 19 <strong>de</strong><br />

enero, mientras me encontraba recuperando matemáticas, lo cual, ya<br />

se me hacía normal puesto que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> años anteriores no se me daba<br />

muy bien esta materia.<br />

Des<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> enero mientras mis <strong>de</strong>más compañeros<br />

<strong>de</strong>scansaban en sus casas, yo estaba tratando <strong>de</strong> pasar nuevamente el<br />

año con algunos compañeros, tanto <strong>de</strong> mi grupo <strong>de</strong>l año anterior,<br />

como lo <strong>de</strong> otros grados. El profesor, en ese momento, me <strong>de</strong>jó una<br />

serie <strong>de</strong> trabajos para realizar en clase, los cuales no me quedaba <strong>de</strong><br />

otra que hacerlos. Durante mi estadía en el salón estuve realizando<br />

aquellos trabajos y pue<strong>de</strong>, en cierto modo, reforzar un poco los temas<br />

que durante los periodos <strong>de</strong> año anterior, no había entendido. Todo<br />

este trabajo se realizaba para presentar la evaluación que <strong>de</strong>finiera mi<br />

estado actual, si continuaba al siguiente año o si me tocaba repetirlo.<br />

Al fin el tan esperado día había llegado. Al momento <strong>de</strong> presentar la<br />

evaluación estaba un muy nervioso, ya que temía que se me olvidara<br />

todo lo que había estudiado. Pero para sorpresa mía, efectivamente, y<br />

por culpa <strong>de</strong> los nervios se me olvido, no todo pero si una gran parte<br />

<strong>de</strong> lo que había estudiado. Al instante me quedé bloqueado cuando vi<br />

la evaluación, aunque con lo poco que recordaba comencé a<br />

respon<strong>de</strong>rla, pero a medida que la respondía me iba acordado poco a<br />

poco lo estudiando. Pasado un tiempo, oí al profesor diciendo que en<br />

contados minutos iba a recoger la evaluación y los nervios volvieron.<br />

Solamente me faltaba respon<strong>de</strong>r un punto, el cual no recordé cómo<br />

hacerlo. Llegado el momento <strong>de</strong> entregar, vi que varios <strong>de</strong> mis<br />

compañeros comenzaron a llevarle el previo al profesor, así que<br />

<strong>de</strong>cidí a entregarlo.<br />

15<br />

Al terminar, salí y me dirigí hacia mi casa. Durante todo el camino<br />

iba pensaba que <strong>de</strong> pronto y por cosas <strong>de</strong> la vida, el profesor tendría<br />

compasión <strong>de</strong> aquellos que estábamos recuperando aquella<br />

evaluación y que quizás, nos iba a pasar.<br />

Al día siguiente, me levante con más nervios <strong>de</strong> los que había tenido<br />

el día anterior cuando presente la evaluación porque iba a recibir la<br />

nota <strong>de</strong>finitiva. Me dispuse a alistarme, y me dirigí al colegio para<br />

preguntarle al profesor cómo me había ido en aquella evaluación.<br />

Cuando llegué, me puse a buscar a uno <strong>de</strong> mis amigos que había<br />

presentado la misma evaluación. Ese preciso día entraban a estudiar


los grados sexto y séptimo, así que fue un poco difícil encontrarlo en<br />

medio <strong>de</strong> tantos niños. Cuando por fin lo encontré, algo me causó<br />

mucha curiosidad y era que en su rostro no se veía ninguna señal <strong>de</strong><br />

preocupación, a pesar que sabíamos que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> muy pocos<br />

minutos sabríamos si perdíamos o pasábamos el año.<br />

Pasados unos minutos, abrieron la puerta <strong>de</strong>l colegio y ambos nos<br />

miramos y nos dijimos: -¿Entramos <strong>de</strong> una?- Pero él, me dijo que<br />

empezaba a sentir muchos nervios y que no quería entrar, así que<br />

esperamos un momento. Cuando ya ganamos un poco <strong>de</strong> valor,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> unos minutos <strong>de</strong>cidimos entrar, pero mientras<br />

caminábamos, las piernas nos temblaban <strong>de</strong> tanta incertidumbre que<br />

invadía nuestro cuerpo.<br />

Nos dirigíamos a buscar al profesor a pesar que nuestras piernas<br />

estaban temblando. Luego, nos reunimos todos los que habíamos<br />

presentado aquella recuperación <strong>de</strong> matemáticas. Cuando llegó el<br />

momento final, el profesor comenzó a llamar a uno por uno para<br />

<strong>de</strong>cirle el resultado final. Yo apenas veía entrar a mis compañeros y<br />

algunos salían unos con cara <strong>de</strong> felicidad, ya que habían pasado el<br />

año, pero otros llevaban una mirada triste por la mala noticia <strong>de</strong><br />

repetirlo. Mientras esperaba que me llamaran, hubo un momento en<br />

el que quedamos pocos por saber el resultado. El profesor llamó a<br />

tres estudiantes a la vez y, solamente faltábamos mi amigo y yo,<br />

cuando salieron los otros, se enteraron que habían perdido. Ya mi<br />

amigo con algo <strong>de</strong> valor y aburrido por estar esperando, se atrevió a<br />

entrar y preguntó al profesor que si había pasado o perdido el año; a<br />

lo que el profesor con un tono fuerte le dijo que lo había perdido. Yo<br />

estaba asustado y comenzaba a sudar frío, cuando llego el momento<br />

<strong>de</strong> pasar con el verdugo. Al asomarme por la puerta, estaba solo el<br />

profesor y le pregunte con voz temblorosa: -Profe, ¿será que yo pasé<br />

el año o no?- El profesor como todavía estaba algo ofuscado, me<br />

respondió lo mismo que a mi amigo que no había pasado el año.<br />

Luego se levantó y me cerró la puerta en la cara y por eso, no pu<strong>de</strong><br />

pregúntale nada más.<br />

16<br />

Estaba en shock por lo sucedido. Cuando volví en mí, <strong>de</strong>spués<br />

escuchar tan trágica noticia, vi que dos <strong>de</strong> mis compañeros estaban<br />

llorando y claro, era <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r, no es fácil per<strong>de</strong>r un año escolar.<br />

Por aquel lugar que estaba, pasaban los profesores y nos veían con<br />

nuestras caras <strong>de</strong> tristeza en los rostros. Yo resignado acepté la<br />

situación y <strong>de</strong>cidí irme para mi casa, ya que no le veía ningún sentido<br />

quedarme <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo que el profesor nos había dicho, pero mi<br />

amigo me insistió en que me quedara. Luego <strong>de</strong> todo esto, los<br />

profesores tuvieron una reunión en la cual hablaron <strong>de</strong> sus asuntos y<br />

<strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> los estudiantes. Pasados unos minutos abrieron y


mi compañero, que estaba llorando, se levantó para insistirle al<br />

profesor para que nos hiciera otra evaluación. La respuesta <strong>de</strong>l<br />

profesor nos <strong>de</strong>jó atónitos, porque cedió a la súplica que mi amigo le<br />

había hecho y <strong>de</strong>cidió hacerla.<br />

Nos dirigimos nuevamente al salón, pensando que esta era la única y<br />

la última oportunidad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r pasar el año y teníamos que<br />

aprovecharla. Mientras nosotros respondíamos esta segunda<br />

evaluación, los profesores tenían otra reunión, pero esta vez era con<br />

el rector. Después <strong>de</strong> que todos entregamos la evaluación, los<br />

profesores se <strong>de</strong>moraron un tiempo hablando con el rector. Después<br />

fueron saliendo uno a uno, pero no veíamos salir al profesor <strong>de</strong><br />

matemáticas, así que <strong>de</strong>cidimos entrar y buscarlo, con nosotros se<br />

encontraba la profesora <strong>de</strong> Ciencias Sociales, la cual se preocupó<br />

mucho por saber si pasaríamos el año o no.<br />

Al entrar, llegó un momento <strong>de</strong> intriga, el cual el profesor comenzó<br />

nuevamente a llamarnos uno a uno, pero esta vez, a diferencia <strong>de</strong> la<br />

vez anterior, todos iban saliendo con una gran sonrisa en el rostro <strong>de</strong><br />

saber que sí habían pasado el año. Al igual que la vez pasada,<br />

primero pasó mi amigo pero esta vez, el profesor lo llamó. En ese<br />

instante, me acerqué a la puerta con cuidado a la puerta para ver al<br />

profesor que le <strong>de</strong>cía a mi amigo que se había salvado, que había<br />

pasado el año. Mi amigo me miró y me sonrió. Y al igual que la vez<br />

pasada, solo faltaba alguien y ese era yo, esta vez tenía muchísimos<br />

más nervios que las veces anteriores, pero me llené <strong>de</strong> valentía y<br />

entré para oír al profesor. Todos esperaban expectantes el resultado.<br />

El profesor me hizo un par <strong>de</strong> preguntas a las cuales respondí <strong>de</strong> la<br />

mejor manera posible, luego procedió a <strong>de</strong>cirme que efectivamente<br />

mi esfuerzo había valido la pena para que yo pasará el año, fue un<br />

gran alivio.<br />

17<br />

Ahora me dio cuenta <strong>de</strong> algo, y es que esto me quedara como<br />

experiencia para la próxima vez y que <strong>de</strong>bo esforzarme más por el<br />

estudio.<br />

Darrin Steven Sarmiento Camacho


LA DERROTA DEL INVICTO<br />

Eran las tres <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l quinto día <strong>de</strong>l mes abril <strong>de</strong>l año 2016<br />

cuando en el Estadio Atanasio Girardot <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, se enfrentaban<br />

en un duelo titánico el Atlético Bucaramanga contra el mejor equipo<br />

<strong>de</strong> la temporada, el Atlético Nacional. El tiempo transcurría sin parar<br />

y ya se aproximaban los 20 minutos <strong>de</strong> juego <strong>de</strong>l primer tiempo, y ya<br />

el partido iba dos goles a cero (2-0) ganando el Atlético Nacional,<br />

con goles <strong>de</strong> Andrés Felipe. A las afueras <strong>de</strong>l estadio los hinchas <strong>de</strong>l<br />

Bucaramanga querían pleito por la goleada que llevaba su equipo y,<br />

los <strong>de</strong>l equipo contrario no se iban a <strong>de</strong>jar que insultaran a su equipo<br />

<strong>de</strong>l alma. Los disturbios casi comienzan, pero la eficacia <strong>de</strong> la policía<br />

no permitió que se armaran riñas al terminar el primer tiempo<br />

Al comenzar los otros 20 minutos <strong>de</strong> juego <strong>de</strong>l segundo tiempo, se<br />

sabía que para el Atlético Bucaramanga sería un partido difícil<br />

porque ya iba medio tiempo y el marcador iba cinco goles a cero (5-<br />

0), indiscutiblemente, ganando el Atlético Nacional tras unas<br />

espectaculares jugadas y pases <strong>de</strong> Sherman Cár<strong>de</strong>nas. Mientras<br />

transcurría el segundo tiempo, se veía venir el sexto gol y así fue,<br />

otro gol para el Nacional <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín. Lamentablemente, el Atlético<br />

Bucaramanga ya se veía perdido. Cuando por fin terminó el segundo<br />

tiempo y finalizó el partido, se acabó el sufrimiento para el Atlético<br />

Bucaramanga, porque lo que se pensaba que iba hacer un clásico,<br />

terminó siendo un juego solamente para el Nacional y la mala suerte<br />

<strong>de</strong>l Bucaramanga llegó, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> resultar invicto en los últimos<br />

partidos, tristemente perdió su orgullo por completo.<br />

18<br />

Edson Arantes Rodríguez Álvarez


UNA GOLEADA EN “CASA”<br />

Barcelona FC contra Real Madrid CF el clásico, el encuentro entre<br />

los dos equipos <strong>de</strong> fútbol más esperado en el mundo.<br />

En España, todos esperaban una gran actuación <strong>de</strong>l Real Madrid,<br />

pero en este día lo que vieron en el campo <strong>de</strong> juego, fue otra cosa. En<br />

el resultado no fueron uno ni dos ni hasta tres, fueron cinco los goles<br />

que el Barcelona FC le <strong>de</strong>jó en el fondo <strong>de</strong> la red al Real Madrid.<br />

Se podría <strong>de</strong>cir que el Barcelona “bailó” con el Real Madrid en la<br />

cancha. Ni por más estrellas en el equipo que tuvieran lograron parar<br />

este remolino <strong>de</strong> goles. Su mismo entrenador lo mencionó en la rueda<br />

<strong>de</strong> prensa. Mourinho lo afirmó: “Esta una <strong>de</strong>rrota fácil <strong>de</strong> digerir,<br />

pero no hay <strong>de</strong> qué preocuparnos”. La prensa enloqueció totalmente<br />

al saber aquella noticia que ocurrió el 29 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l 2010, el<br />

Camp Nou (Estadio <strong>de</strong>l Barcelona FC).<br />

Los técnicos <strong>de</strong> estos gran<strong>de</strong>s equipos en ese entonces eran Pepe<br />

Guardiola con el Barcelona FC y José Mourinho con la “Casa<br />

blanca”. El sufrimiento fue realmente inmenso para el técnico <strong>de</strong>l<br />

Real Madrid, al ver como en 20 minutos <strong>de</strong> encuentro, ya ganaba el<br />

Barcelona dos goles a cero (2-0) tras los goles bonitos <strong>de</strong> Xavi y<br />

Pedro. En los minutos 9 y 17, David Villa calló cualquier intento <strong>de</strong><br />

remontada con dos golazos. A los minutos 54 y 56, la muerte fue<br />

súbita porque Jeffrey puso el marcador en cinco goles a cero (5-0)<br />

<strong>de</strong>jando por el piso al Real Madrid.<br />

19<br />

Ismael Fernando Guerrero Rojas


EL CAMBIO DEL CAMPO A LA CIUDAD<br />

No recuerdo la fecha exactamente, pero yo tenía 6 años y vivía en La<br />

Belleza, Santan<strong>de</strong>r junto a mis abuelos. Tantos recuerdos <strong>de</strong> aquel<br />

mágico lugar en don<strong>de</strong> me quedaba siempre atrapado en las espinas<br />

<strong>de</strong> las matas <strong>de</strong> mora.<br />

En aquel hermoso pueblo siempre que llovía salía a jugar con mis<br />

botas pantaneras. Recuerdo muy bien que una tar<strong>de</strong> mientras<br />

estábamos en la casa <strong>de</strong> mi abuelo, mi mamá recibió una llamada <strong>de</strong><br />

su padrino, y el motivo <strong>de</strong> esta, era una excelente propuesta <strong>de</strong><br />

trabajo en la ciudad. Después que mi madre colgó, llena <strong>de</strong> alegría,<br />

nos contó lo sucedido porque por fin iba a po<strong>de</strong>r trabajar en la ciudad<br />

y era un sueño que tenía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy joven.<br />

Yo no estaba <strong>de</strong> acuerdo con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> irnos a vivir a la ciudad, ya<br />

que no quería <strong>de</strong>jar aquel maravilloso lugar don<strong>de</strong> nací y mucho<br />

menos, quería apartarme <strong>de</strong> mis abuelos. Cada uno <strong>de</strong> ellos vivían<br />

por separado, mi abuela tenía su casa en el pueblo y mi abuelo su<br />

finca en los alre<strong>de</strong>dores. Ellos vivían así porque se habían separado<br />

hacía mucho tiempo. Pero a pesar <strong>de</strong> esto, a mí, me gustaba mucho<br />

ambos lugares y no quería irme, sabía qué la <strong>de</strong>cisión no la tomaba<br />

yo y que mis padres tendrían la última palabra.<br />

20<br />

Días <strong>de</strong>spués, la <strong>de</strong>cisión fue tomada: “nos iríamos a vivir a la ciudad<br />

<strong>de</strong> Bucaramanga”. Con mucha tristeza en mi corazón <strong>de</strong>je la casa <strong>de</strong><br />

mis abuelos. Cuando llegaos a la ciudad, el lugar a dón<strong>de</strong> llegamos<br />

era un restaurante y, allí en el segundo piso viviríamos.<br />

Realmente no fue fácil acomodarme a la nueva casa ni mucho menos<br />

a esta nueva vida. La casa no era muy cómoda, la consi<strong>de</strong>raba muy<br />

pequeña en comparación con las casas <strong>de</strong> mis abuelos. A pesar <strong>de</strong> la<br />

incomodidad, cuando entre a estudiar en un colegio privado, obtuve<br />

muy buenos resultados, me iba muy bien y siempre ganaba diplomas<br />

<strong>de</strong> excelencia. Mis padres al ver mi progreso me compraron un<br />

perrito, quizás también, porque se sentían culpables <strong>de</strong>l cambio que<br />

había tenido.<br />

Me puse muy feliz cuando ya me acomodé más en la ciudad. Me<br />

parecía muy bonita y mis padres siempre me llevaban al parque todos<br />

los domingos. En el 2006, entre a estudiar en la Institución Educativa<br />

Las Américas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tercer grado. Durante este tiempo, allí he pasado<br />

muy buenas experiencias con mis nuevos amigos.


Y ahora, mis abuelos nos visitan constantemente a nuestra nueva casa<br />

ubicada en el norte <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Bucaramanga. Tenemos una<br />

excelente vista en nuestra casa y actualmente, por motivos laborales<br />

mi madre renunció al trabajo ofrecido por su padrino, mi abuela se<br />

encuentra con nosotros e casa y aún conservamos nuestro querido<br />

perro.<br />

Jhon Jairo Rodríguez Quiroga<br />

21


UN FINAL INESPERADO<br />

El sábado, 25 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong>l año 2013, hicimos un viaje <strong>de</strong> último<br />

minuto <strong>de</strong> Bucaramanga a Santa Marta sin saber el motivo. Cuando<br />

llegamos al terminal <strong>de</strong> transportes, hicimos todo el papeleo<br />

necesario y partimos a nuestro <strong>de</strong>stino. Fue un viaje largo y aburrido,<br />

casi todo el tiempo me perdía en mi imaginación o viendo el paisaje<br />

que se extendía a lo lejos.<br />

Cuando llegamos a nuestro <strong>de</strong>stino, aun <strong>de</strong>sconocía el motivo <strong>de</strong>l<br />

viaje. Mis padres y yo cogimos un taxi, el cual nos llevó <strong>de</strong><br />

inmediato a la casa <strong>de</strong> un familiar. Allí, se armó un alboroto y mis<br />

padres tenían una cara <strong>de</strong> preocupación. Yo quizás comenzaba a<br />

compren<strong>de</strong>r todo lo que estaba ocurriendo. Minutos <strong>de</strong>spués nos<br />

dirigimos al hospital universitario “Fernando Tronconis”, en don<strong>de</strong><br />

mis padres con un tono algo alarmante preguntaron por mi tía que<br />

había estado enferma <strong>de</strong> gravedad en los últimos días. Cuando la<br />

enfermera <strong>de</strong> turno les contestó que su familiar había muerto hace 4<br />

horas.<br />

Todos estaban muy tristes por la muerte <strong>de</strong> mi tía. A los 5 días <strong>de</strong> su<br />

muerte, la sepultaron en el cementerio Jardines <strong>de</strong> Paz, a don<strong>de</strong><br />

asistió mucha gente, El acto <strong>de</strong> sepultura comenzó a las 3:00 <strong>de</strong> la<br />

tar<strong>de</strong> y terminó a las 4:30. Cuando ya estaba a punto <strong>de</strong> terminar,<br />

llegó una señora <strong>de</strong> una edad muy avanzada y comenzó a llorar al<br />

lado <strong>de</strong>l ataúd <strong>de</strong> mi tía. Cuando la señora miró <strong>de</strong>tenidamente a la<br />

difunda y dijo “disculpen, esta no es mi hija”. Luego <strong>de</strong> esto, la<br />

señora salió y se fue.<br />

22<br />

José Antonio López Becerra


MI HERMOSA MADRE<br />

En mis primeros años <strong>de</strong> vida era muy feliz por tener una madre y un<br />

padre que se amaban tanto como yo a ellos. Mi madre era una mujer<br />

muy amorosa e inteligente, le gustaba mucho el arte <strong>de</strong> la pintura.<br />

Ahorita pienso que eso lo saqué <strong>de</strong> ella porque también me encanta el<br />

arte. Ella era una persona con la cual podía contar y confiar siempre.<br />

Ella jugaba conmigo, aunque a veces era un poco malgeniada, pero<br />

nunca no la podía ver como una mala persona porque me cuidaba, me<br />

consentía y a<strong>de</strong>más, estuvo en mis momentos difíciles. Eso es lo que<br />

me hace sentirme más orgullosa <strong>de</strong> ella, a pesar <strong>de</strong> que ella quería<br />

tener un niño, pero me tuvo a mí y me aceptó tal como soy.<br />

Ya no está conmigo, pero sé que Dios me dio una bendición muy<br />

gran<strong>de</strong> y aunque fueron pocos los años que estuve con ella, le doy<br />

gracias a Jesús por darme una madre como la que tengo, porque para<br />

mí, ella no está muerta, ella está conmigo y siempre lo estará.<br />

Una bella mujer llena <strong>de</strong> alegría y sonrisas así la recuerdo yo. No<br />

puedo olvidar su carisma, sus ganas <strong>de</strong> salir a<strong>de</strong>lante y ser feliz al<br />

lado <strong>de</strong> sus hijos y su gran esposo. Mi preciosa madre se sentía<br />

orgullosa <strong>de</strong> la vida con tan solo 23 años <strong>de</strong> edad.<br />

23<br />

La extraño con todas las fuerzas <strong>de</strong> mi corazón y es duro para mí ver<br />

como las madres <strong>de</strong> mis compañeras les dan consejos, las ayudan y lo<br />

más importante las acompañan en su día a día. Muchas veces me<br />

siento triste y dolida, a veces quisiera irme y acompañarla, pero<br />

recuerdo las últimas palabras que me dijo, y las recuerdo tanto. Tan<br />

solo tenía cinco añitos, ella me dijo; ‘‘Mamita cuida a tus hermanos,<br />

a tu papito y ayúdalos siempre en todo’’. En ese momento no<br />

comprendí porque ella me <strong>de</strong>cía eso, pero ahora entiendo sus<br />

palabras.<br />

Días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escuchar sus últimas palabras, mi madre murió <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>ngue muy avanzado. Yo recuerdo que todo empezó con una simple<br />

gripa que según los doctores era normal y que no había <strong>de</strong> qué<br />

preocuparse. Cuando por fin se dieron cuenta <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong> la<br />

enfermedad, mi mamita se estaba muriendo poquito a poquito y cada<br />

día que pasaba ella se encontraba cada vez peor hasta que llegó el día<br />

en que mi madre no aguanto más y murió por el diagnóstico <strong>de</strong> una<br />

simple gripa.<br />

Ese día al anochecer, mi papi llegó triste y cansado, pero esta vez sin<br />

mi mamita. Llegó a la casa con sus ojos llenos <strong>de</strong> lágrimas sin <strong>de</strong>cir


una sola palabra. Yo me sentía muy preocupada <strong>de</strong> lo que pasaba<br />

pues no sabía lo que había ocurrido. Mi papá solo se acercó a<br />

<strong>de</strong>cirnos: ‘‘Dios nos ayudará <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hoy en a<strong>de</strong>lante’’. Al rato, se fue<br />

a su cuarto y se acostó junto a mis dos hermanos y junto a mí.<br />

Al día siguiente todo quedó nublado para mí. La vi, ella muy bella<br />

como siempre, estaba <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un cajón, sin ganas, sin fuerzas, tiesa,<br />

fría, muerta. Para todos fue muy duro, pero no creo que tanto como a<br />

mi papá y a mí. Para mis dos hermanitos menores que no entendían<br />

nada <strong>de</strong> lo sucedido en ese momento porque la niña menor tan solo<br />

tenía 23 meses y mi otro hermanito tenía 3 años fue fácil para mi<br />

papá <strong>de</strong>cirles que ella estaba durmiendo y no se <strong>de</strong>spertaría jamás.<br />

Aún recuerdo que mi papito sufrió mucho y me dolía <strong>de</strong>masiado<br />

verlo así, <strong>de</strong>strozado, con ganas <strong>de</strong> morirse. Pero a pesar <strong>de</strong> todo, él<br />

fue un hombre muy valiente porque fue capaz <strong>de</strong> sacarnos a<strong>de</strong>lante y<br />

esta es la hora que estamos aquí gracias a él y a mi Diosito que no<br />

nos ha <strong>de</strong>samparado y no lo ha <strong>de</strong>jado sin fuerzas para seguir.<br />

Ahora me pregunto en este momento dón<strong>de</strong> estará esa mujer que se<br />

enfrentaba a todo sin saber las consecuencias, y me la imagino<br />

viendo en cielo. Todavía la recuerdo como lo mejor que me ha<br />

sucedido en la vida. Por eso, te amo <strong>de</strong>masiado mamita y estés don<strong>de</strong><br />

estés, siempre te recordaré y te llevaré en mi corazón.<br />

24<br />

Karen Michet Rodríguez Chacón


MI GRAN OPORTUNIDAD<br />

Hace tres años me sorprendieron con una gran noticia, algo que yo<br />

siempre había querido en mi vida y era la oportunidad <strong>de</strong> conocer<br />

EE.UU. En ese momento no sabía ni qué <strong>de</strong>cir, tenía que tomar una<br />

<strong>de</strong>cisión rápido; para empezar tenía que <strong>de</strong>spedirme <strong>de</strong> mis amigos,<br />

mis familiares para empren<strong>de</strong>r este viaje porque era una gran<br />

oportunidad para mí.<br />

Pasó una semana y empezamos a hacer el trámite <strong>de</strong>l pasaporte que<br />

era aquí en Bucaramanga. Días <strong>de</strong>spués hicimos el trámite <strong>de</strong> la Visa<br />

y por lo tanto, tuvimos que pedir una cita por Internet e ir a la ciudad<br />

<strong>de</strong> Bogotá. Luego fuimos hasta allá y para la cita tuvimos que llevar<br />

unas fotos, certificados y otros papeles. Mientras estuvimos en la<br />

Embajada <strong>de</strong> Estados Unidos nos hicieron una entrevista en don<strong>de</strong><br />

nos preguntaron cuanto tiempo nos íbamos a quedar allá, luego<br />

confirmaron el lugar <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> mi mamá y nos dijeron: -¡Feliz<br />

viaje!, recuer<strong>de</strong>n que la visa llega por correo al casa-.<br />

Regresamos a Bucaramanga nos pusimos a hacer las maletas, aún<br />

recuerdo que en ese proceso, tuvimos que regalar algunas cosas.<br />

Fuimos <strong>de</strong> nuevo a Bogotá para alistarnos y <strong>de</strong>jar listos todos los<br />

<strong>de</strong>talles <strong>de</strong>l viaje. Cuando llegó el momento, nos dirigimos <strong>de</strong><br />

inmediato al aeropuerto El Dorado; allí nos revisaron los papeles, el<br />

equipaje <strong>de</strong> mano y por fin, nos subimos al avión. Cuando nos<br />

subimos, recuerdo que el piloto nos informó que el vuelo tenía escala<br />

en Fort Lau<strong>de</strong>rdale (en La Florida) y luego hasta Atlanta, Georgia.<br />

Ya en el avión <strong>de</strong>cidimos que queríamos comprar algo <strong>de</strong> comer pero<br />

nos dijeron que no aceptaban dinero en efectivo solo tarjeta <strong>de</strong><br />

crédito, así que tuvimos que esperar tres horas hasta llegar al<br />

aeropuerto <strong>de</strong> Fort Lau<strong>de</strong>rdale.<br />

25<br />

Cuando bajamos <strong>de</strong>l avión, lo primero que hicimos fue buscar algo<br />

para comer. Compramos una Coca-Cola, unas papas y un muffin.<br />

Cuando nos indicaron que <strong>de</strong>bíamos volver a subir al avión con<br />

rumbo a Atlanta tuvimos que pasar a que nos revisaran <strong>de</strong> nuevo el<br />

equipaje, pero esta vez, no nos <strong>de</strong>jaron pasar porque teníamos<br />

comida, así que nos sacaron y nos dijeron que cuando acabáramos <strong>de</strong><br />

comer volviéramos. Lo malo era que teníamos que apurarnos para<br />

estar listos con anticipación para abordar el avión, así que tuvimos<br />

que embutirnos toda la comida y se nos cayó una papa al piso y como<br />

no pudimos recogerla por el afán, una <strong>de</strong> las señoras que estaba<br />

haciendo aseo nos regañó y tuvimos que botar el muffin y media<br />

gaseosa.


Pasamos por seguridad <strong>de</strong> nuevo y esperamos para abordar el avión.<br />

Cuando llegamos a Atlanta tuvimos que ir a un metro para ir por las<br />

maletas, porque allí está el aeropuerto más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mundo, pero<br />

en el metro no habían sillas, solo nos pudimos sostener <strong>de</strong> una<br />

baranda. Luego nos recogió un familiar y como teníamos tanta<br />

hambre pasamos por un McDonald y nos compraron unas<br />

hamburguesas con Coca-Cola. Luego nos fuimos para su casa.<br />

Conocimos a la esposa <strong>de</strong> nuestro familiar y conocimos la casa,<br />

estábamos muy cansados, así que nos llevaron a nuestros cuartos y<br />

nos acostamos a dormir.<br />

Al otro día nos <strong>de</strong>spertamos y no había nadie en la casa porque todos<br />

se habían ido a trabajar y sus hijos a estudiar. Nosotros nos hicimos<br />

el <strong>de</strong>sayuno y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento, empezamos a comer cosas que ya<br />

estaban listas (enlatados) y mucha comida chatarra. Pasamos cuatro<br />

meses allí, paseamos, conocimos esta otra cultura, otras costumbres y<br />

esta experiencia fue una <strong>de</strong> las hermosas porque aprendimos mucho y<br />

la pasamos genial.<br />

Leyla Stefanía Jurado Villamizar<br />

26


CRÓNICA DE MI VIDA<br />

Hace cuatro años, cuando estaba en mi colegio, me ocurrió un<br />

acci<strong>de</strong>nte grave, el cual marcó mi vida y la <strong>de</strong> mis papás. Recuerdo<br />

que estaba estudiando en el Centro Piloto Simón Bolívar, empezando<br />

mis horas <strong>de</strong> clases. Todo estaba tranquilo, me sentía bien, hacía mis<br />

trabajos y ponía atención a mis clases. Al sonar el timbre para el<br />

<strong>de</strong>scanso, salí a jugar con mis amigas al lobo y nos metimos en un<br />

armario que tenía una puntilla salida en la puerta, pero yo no me<br />

había dado cuenta. Cuando mis otras compañeras empezaron a<br />

empujar, me asome y les dije que <strong>de</strong>jaran ese juego porque podría<br />

salir alguien lastimado. Entonces volvieron a hacerlo, me empujaron,<br />

pero ellas no sabían que yo estaba <strong>de</strong>trás y me hicieron enterrar<br />

aquella la puntilla en el ojo izquierdo.<br />

Cuando salí, estaba llorando y el dolor era intenso. Una <strong>de</strong> mis<br />

compañeras al verme así, me llevaron a coordinación, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí<br />

llamaron a mi papá. Él salió <strong>de</strong> su trabajo; corrió hacía mi colegio,<br />

pues no estaba muy lejos. Al llegar me vio y se preocupó <strong>de</strong><br />

inmediato, tomamos un taxi y salimos para el hospital. Cuando<br />

llegamos, me atendieron y me aplicaron una inyección para los<br />

nervios, mi padre continuaba muy asustado. En el hospital al qué me<br />

llevaron no tenían los equipos necesarios para aten<strong>de</strong>rme, entonces<br />

me trasladaron a la Clínica Carlos Ardila Lulle. Allí, me revisaron el<br />

ojo y en el tiempo que estuve en la clínica, me hicieron una limpieza<br />

en el ojo, para quitarme la mugre y la sangre que tenía pegada. Luego<br />

<strong>de</strong> la limpieza el doctor les dijo a mis padres que me tenían que<br />

operarme el ojo porque la puntilla había causado mucho daño en su<br />

interior, y me tenían que poner un tubito porque se me había roto el<br />

conducto lagrimal. Mis padres preocupados me llevaron para la casa.<br />

27<br />

Al día siguiente me tocaba ir al hospital con mis papás para que<br />

empezaran a hacer los trámites necesarios para la operación. Todavía<br />

recuerdo que mi ojo estaba muy hinchado y me dolía mucho, por eso,<br />

me mandaron una crema para la inflamación. Después <strong>de</strong> varios días,<br />

al fin se <strong>de</strong>cidió la fecha <strong>de</strong> la operación. Yo estaba muy asustada<br />

porque nunca me habían operado.<br />

Por fin llegó el día. Allá en el hospital entre a una sala muy<br />

iluminada y varios doctores me estaban esperando allí. En la sala <strong>de</strong><br />

cirugía me pusieron anestesia para po<strong>de</strong>r dormirme y recuerdo que<br />

los doctores <strong>de</strong>cían que no sabían si podían salvarme el ojo o no.


Después <strong>de</strong> la operación todo salió bien, los doctores pudieron<br />

salvarme el ojo. Mis padres estaban muy contentos, pero la cirugía<br />

costaba mucho y el seguro no me cubría todos los gastos, por lo<br />

tanto, mis padres acudieron a la ayuda <strong>de</strong>l colegio e hicieron una<br />

recolecta, en la cual apoyaron todos los cursos y pudieron cubrirla<br />

<strong>de</strong>uda.<br />

Después <strong>de</strong> que hicieron todas las operaciones necesarias, les dije a<br />

mis padres que me volvieran a llevar al colegio porque quería saludar<br />

a mis amigas, para agra<strong>de</strong>cerles todo lo que hicieron por mí, a pesar<br />

que <strong>de</strong>bía estar en reposo y no podía hacer fuerza, mucho menos<br />

agachar la cabeza. Los doctores me mandaron unas gotas y una<br />

crema que tenía que echármela constantemente para que los puntos<br />

que me habían colocado, no me molestaran y pudiera cerrarse la<br />

cicatriz. Luego volví a clases normalmente y me tocaba utilizar gafas<br />

para que no me entrara ninguna mugre en el ojo y no se me infectara.<br />

María Fernanda López Jiménez<br />

28


UNA VIDA CAÓTICAMENTE HUMANA<br />

Abraham vivía con su mamá y su hermano, era tan solo un niño <strong>de</strong><br />

10 años y ya conocía <strong>de</strong> cerca, el mundo <strong>de</strong> las drogas. Quizás él no<br />

consumía nada en aquel entonces, pero su vida estaba ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong><br />

personas que sí lo hacían. Uno <strong>de</strong> ellos era “el Mechas”, así lo<br />

llamaban las personas que lo conocían. A él, le llegaban gran<strong>de</strong>s<br />

cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> alucinógenos como cocaína, LSD, éxtasis, entre otras,<br />

y él se encargaba <strong>de</strong> expandirlas por la ciudad.<br />

Un día Abraham estaba en la casa <strong>de</strong> un amigo y vio que este, estaba<br />

fumando marihuana. Él siempre tuvo la curiosidad <strong>de</strong> saber qué se<br />

sentía y <strong>de</strong>cidió probarla, pero este hecho fue tan <strong>de</strong>sagradable para<br />

él que no le quedó gustando, y no lo volvió a hacer.<br />

Pasó exactamente un año, Abraham ya tenía 11 años y <strong>de</strong>cidió volver<br />

a intentarlo porque una <strong>de</strong> sus amigas lo incitó a hacer, solo que esta<br />

vez sí le quedo gustando. Abraham empezó a fumar muy seguido, lo<br />

hacía solo o con dos amigas <strong>de</strong>l piso <strong>de</strong> arriba <strong>de</strong> su edificio. Su vida<br />

empezó a cambiar, ya no habitaba en su casa pues tenía problemas<br />

con su hermano y este no lo podía ver; por tal motivo, comenzó a<br />

conocer los vicios <strong>de</strong> la calle, ya no era solo marihuana, sino<br />

también, perico, LSA, cocaína, metanfetaminas; eran drogas que<br />

nunca creyó llegar a conocer, es más que muy pocas personas aún<br />

conoce.<br />

29<br />

Al pasar el tiempo, tuvo bastantes problemas: lo cogía la policía por<br />

andar en la calle a altas horas <strong>de</strong> la noche, estuvo en el hospital<br />

psiquiátrico San Camilo por cuatro meses (esa es una historia la cual<br />

no ha querido contar). Pasó por innumerables problemas a causa <strong>de</strong><br />

las drogas. Pero no todos son <strong>de</strong>fectos y <strong>de</strong>sdichas, aun siendo, en lo<br />

que llaman la sociedad un “drogadicto”, Abrahán ha salido a<strong>de</strong>lante y<br />

ha sacado sonrisas a personas que tal vez en el fondo las han<br />

necesitado y me incluyo en ellas.<br />

En este momento él tiene 16 años, ha podido <strong>de</strong>jar las drogas atrás<br />

menos la marihuana, pero a pesar <strong>de</strong> esto, lo consi<strong>de</strong>ro una gran<br />

persona y un gran amigo.<br />

Natalia Sofía Enciso Quiñónez


TRES HECHOS, TRES TRISTEZAS<br />

Transcurría octubre <strong>de</strong>l año 2011. Recuerdo esas fechas que jamás<br />

podré olvidarlas, fueron tres sucesos dolorosos para mí.<br />

Octubre 08-2011. Eran exactamente las 8:00 <strong>de</strong> la noche, mi<br />

hermana, se fue <strong>de</strong> la casa con <strong>de</strong>stino a Bogotá, se fue mi hermana,<br />

mi única hermana biológica. Extraño esos momentos que pasó junto<br />

a ella, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el más feliz hasta el más triste. Recuerdo que con ella<br />

era muy unida, a pesar que discutía con ella casi todos los días hasta<br />

por la cosa más sencilla.<br />

Octubre 10-2011. Mi medio hermano Alex discutió con su esposa. Él<br />

salió <strong>de</strong> su casa muy enojado por una causa que aún <strong>de</strong>sconozco.<br />

Cuando salió <strong>de</strong>cidió ir en busca <strong>de</strong> su mejor amigo, se subió a su<br />

moto y se vieron en un sitio a escuchar música y tomar licor. De<br />

regreso a su casa, tuvo un terrible acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tránsito. Mi hermano<br />

sobrevivió con lesiones muy graves, pero su amigo lamentablemente<br />

falleció en el lugar <strong>de</strong>l acci<strong>de</strong>nte. Lo sucedió me afectó mucho, pues<br />

es uno <strong>de</strong> mis hermanos favoritos.<br />

Octubre 15-2011. Mi tía paterna llamó a la casa en horas <strong>de</strong> la<br />

mañana y nos comunica sobre el fallecimiento <strong>de</strong> mi abuela en la<br />

ciudad <strong>de</strong> Tunja. Este hecho fue muy terrible. Todos en mi casa<br />

quedamos <strong>de</strong>sbastados, mi abuelita era una <strong>de</strong> las mejores personas<br />

que podía haber existido en mi vida y ese dolor quedó aquí en mi<br />

corazón para siempre.<br />

30<br />

Un mes <strong>de</strong> octubre, como el <strong>de</strong>l año 2011, fue el peor mes que ha<br />

transcurrido a lo largo <strong>de</strong> mi vida y <strong>de</strong>jó marcado en mí, una huella<br />

<strong>de</strong> dolor. No <strong>de</strong>bería repetirse nunca, no se lo <strong>de</strong>seo a nadie.<br />

Nataly Cristina González Quintero


UNA GOLEADA IGUAL A LA DE<br />

BRASIL<br />

El domingo 8 <strong>de</strong> mayo, día <strong>de</strong> la madre, estaba programado un<br />

partido <strong>de</strong> fútbol en la cancha <strong>de</strong>l tecnológico, a las 9:00am. Nuestro<br />

equipo <strong>de</strong> estudiantes “Football Cracks” estaba preparándose para<br />

enfrentar al Club Real San Juan.<br />

El árbitro pito para iniciar el partido, en los primeros diez minutos, el<br />

Real San Juan abrió el marcador uno a cero (1-0), el segundo gol fue<br />

un error <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa que <strong>de</strong>jó solo al <strong>de</strong>lantero, él no perdonó el<br />

<strong>de</strong>scuido.<br />

Faltando cinco minutos para el final <strong>de</strong>l primer tiempo, Paolo un<br />

<strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> nuestro equipo dio un mal pase, lo que esto ocasionó el<br />

tercer gol.<br />

En el <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l medio tiempo, el entrenador estaba molesto por la<br />

mala actuación, llamó al árbitro e hizo tres variables para cambiar el<br />

rumbo <strong>de</strong>l partido.<br />

Empezó el segundo tiempo atacando a nuestro rival, pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

varios intentos, no llegaba el gol. El portero rival tiró un balón largo,<br />

el <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> nuestro club, Juan Camilo que es <strong>de</strong> poca estatura<br />

tomó el balón y lo pasó sobre encima <strong>de</strong> un jugador, pero el <strong>de</strong>lantero<br />

rival se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>l balón y llego el gol al minuto sesenta.<br />

31<br />

En el minuto setenta el rival se ingenió una jugada que neutralizó la<br />

<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> nuestro equipo e hicieron el siguiente gol... a los ochos<br />

minutos <strong>de</strong>l gol, el club Real San Juan cometió una falta directa. Por<br />

ese motivo, el técnico eligió a Santiago Valcárcel para que cobrará el<br />

tiro libre lo que nos dio un suspiro <strong>de</strong> gol. Creíamos tener esperanzas.<br />

El técnico <strong>de</strong> nuestro club <strong>de</strong>cidió hacer una variable <strong>de</strong> arquero, pero<br />

fue una mala elección porque lo ocurrió <strong>de</strong>spués es que nos hicieran<br />

dos goles seguidos antes <strong>de</strong>l silbato final. El marcador fue <strong>de</strong> siete<br />

goles a uno (7-1).<br />

Norbey Mauricio Sandoval Cár<strong>de</strong>nas


LA FINAL MÁS EMOTIVA PARA MÍ<br />

Tal vez no pu<strong>de</strong> estar presente ese partido y mucho menos verlo,<br />

bueno no había nacido, pero cuando me enteré <strong>de</strong> que mi equipo<br />

favorito había hecho tal hazaña, no pu<strong>de</strong> resistirme <strong>de</strong> qué se trataba<br />

y <strong>de</strong>cidí sentarme frente al computador y ver tal partido.<br />

Todo me lleva a la final <strong>de</strong> nada más y nada menos que <strong>de</strong> la UEFA<br />

Champions League que se disputó en el Camp Nou, el 26 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />

1999, como protagonistas el Bayern Munich y el Manchester United.<br />

Cuando oprimí el botón <strong>de</strong> reproducir, todo empezó a penas en el<br />

minuto 5, anotando el primer gol el Bayern por medio <strong>de</strong> un jugador<br />

llamado Mario Basler. A pesar <strong>de</strong> que empezó ganando el equipo<br />

rival, el Bayer Munich y a pesar <strong>de</strong> que ya sabía cómo iba a terminar<br />

estaba emocionado para mí era inevitable no hacerlo.<br />

Pasaron 15 minutos y otra oportunidad clara <strong>de</strong>l Manchester, me<br />

emocioné mucho, era inevitable no hacerlo, pues el equipo <strong>de</strong>l cual te<br />

has “enamorado” estaba jugando la final <strong>de</strong>l mejor torneo <strong>de</strong>l mundo.<br />

Pasó el medio tiempo y seguía esperando que el Manchester hiciera<br />

tan esperada hazaña, a pesar que el equipo <strong>de</strong> los “Bávaros” fueron<br />

los que más <strong>de</strong>saprovecharon oportunida<strong>de</strong>s.<br />

32<br />

El partido llego al minuto 90, estaba algo <strong>de</strong>cepcionado, creí que me<br />

habían mentido, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi mente pasaban pensamientos tales<br />

como: “todo fue una farsa”, pero no bastaba sino un minuto para que<br />

ocurriera un tiro <strong>de</strong> esquina.<br />

Todos los jugadores <strong>de</strong>l Manchester United pisaron el arco <strong>de</strong>l<br />

Bayern, el cual lo ejecutaba David Beckham. Lastimosamente, el<br />

lanzamiento no encontraba la cabeza <strong>de</strong> ningún jugador inglés, pero<br />

si encontró un disparo a medias <strong>de</strong> Ryan Giggs y que término<br />

rematando Teddy Sheringham para empatar 1-1.<br />

Salté <strong>de</strong> la alegría y ahora ya no tenía esos pensamientos. Después <strong>de</strong><br />

2 minutos, el último tiro <strong>de</strong> esquina <strong>de</strong>l partido, la última<br />

oportunidad, otra vez tiraba Beckham y este terminaría en ¡GOL!, ya<br />

que Gunnar Soskjacr metería el balón en la red.


Ese momento, esa pequeña parte <strong>de</strong> mi vida, se llama felicidad. Con<br />

tal espectacular hazaña lograr remontar un partido en los últimos<br />

minutos, fue algo que tendré que contar. No podré olvidar que lo<br />

“imposible” sucedió el 26 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1999 en Barcelona, Camp<br />

Nou.<br />

Sebastián Díaz Pabón<br />

33


UNA VIDA MENOS POR LAS DROGAS<br />

Edwin era un joven lleno <strong>de</strong> entusiasmo y alegría, a sus 13 años <strong>de</strong><br />

edad cursaba 8º. Era muy bueno en el área <strong>de</strong> artística y la gente le<br />

<strong>de</strong>cía que iba ser alguien importante en la vida. Él era afortunado<br />

porque tenía el apoyo <strong>de</strong> sus hermanos y padres, lo único malo <strong>de</strong><br />

Edwin, era que siempre trataba <strong>de</strong> manipular a su madre, para así<br />

conseguir lo que quisiera<br />

Un día Andrés, amigo <strong>de</strong> Edwin, lo llevó a una fiesta común y<br />

corriente, pero lo que él no sabía era que esa fiesta era una prueba<br />

para ver si era capaz <strong>de</strong> consumir drogas. Edwin accedió para no<br />

per<strong>de</strong>r a sus amigos, y así siguió varios meses, mientras su madre no<br />

se había dado cuenta <strong>de</strong> lo que ocurría.<br />

A sus 14 y 15 años, empezó a salir mucho más seguido y a ir cada<br />

vez menos al colegio. Edwin perdió todas sus ganas <strong>de</strong> estudiar y<br />

cada vez más, quería hacer cosas que no eran a<strong>de</strong>cuadas para su edad.<br />

Un día empezó a robar y no solo a <strong>de</strong>sconocidos, sino que también a<br />

sus familiares y vecinos. Una vecina se cansó <strong>de</strong> esta situación y lo<br />

<strong>de</strong>nunció a la correccional para menores, pero eso no fue todo.<br />

Siguió así por semanas, pero lo que él no sabía era que la gente se<br />

estaba empezando a quejar y estaba poniendo <strong>de</strong>nuncias a la policía.<br />

Una tar<strong>de</strong>, llegaron a su casa los <strong>de</strong>l Bienestar Familiar y la Policía.<br />

Edwin <strong>de</strong>sesperado intentó escaparse pero no lo logró. Ellos lo<br />

llevaron a la correccional. Allá duró un buen tiempo, él <strong>de</strong>cía que se<br />

iba a comprometer a cambiar y a no cometer más <strong>de</strong>litos, pero eso, se<br />

quedó solo en palabras.<br />

34<br />

Edwin regreso a su casa “bueno y sano” al cumplir sus 17 años, pero<br />

volvió a enviciarse y a robar. Él confiado <strong>de</strong> la vida no sabía lo que<br />

iba a pasar, pensaba que todo lo que hacía no tendría consecuencias,<br />

no se las creía pero nadie se imaginaba la cantidad <strong>de</strong> enemigos que<br />

tenía.<br />

Él frecuentaba por lugares peligrosos <strong>de</strong> su barrio como si nada. Un<br />

día confiado <strong>de</strong> la vida, pasaba tipo 6:00 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, por un callejón<br />

oscuro y abandonado. Lo que Edwin no sabía era que dos <strong>de</strong> esos<br />

tantos enemigos que tenía, lo estaban esperando, simplemente para<br />

algo, “matarlo”. Edwin no tuvo tiempo <strong>de</strong> correr ni pedir ayuda<br />

cuando cinco balas lo sorprendieron, él cayó e inmediatamente<br />

murió.


Hasta ahí llego Edwin que pudo haber dicho que no a las drogas, pero<br />

accedió por miedo a per<strong>de</strong>r sus amista<strong>de</strong>s, aceptó y empezó a arruinar<br />

su vida y claro, sin ninguna necesidad.<br />

Shilay Natalia Hernán<strong>de</strong>z Celis<br />

35


UNA LUCHA CON MI NUEVO<br />

COMIENZO<br />

Tantos problemas con mi papá ocasionaron que nos alejáramos, hasta<br />

el punto <strong>de</strong> que cualquier cosa era una discusión. Todo esto llevó a<br />

que yo <strong>de</strong>cidiera irme a vivir con mi mamá a Bucaramanga.<br />

Después <strong>de</strong> que toda mi vida, viví con mi papá pero nunca espere que<br />

las cosas se tornaran así, bueno pero eso es otra historia muy larga.<br />

Cuando llegué a don<strong>de</strong> mi mamá, todo era muy genial; madre e hija<br />

para todos lados y la confianza empezó a "florecer". Después <strong>de</strong> unas<br />

semanas, llegaron al colegio unas personas a hablar sobre un <strong>de</strong>porte<br />

que yo muy rara vez en mi vida había escuchado, y era la lucha<br />

olímpica; al escuchar las historias y <strong>de</strong>mostraciones <strong>de</strong> lo que se<br />

hacía en los entrenamientos, me empezaba a interesar bastante.<br />

Tenía una compañera en mi salón, la cual estaba practicando el<br />

<strong>de</strong>porte, ella me dijo que fuéramos para que yo probara, cuando<br />

empecé a ir me sentía rara, pero ya <strong>de</strong>spués me gustó mucho. Iba<br />

constantemente y entrenaba poco a poco, conocí a los <strong>de</strong>más y me<br />

sentía parte <strong>de</strong> esa familia que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>de</strong>portistas, son unas<br />

gran<strong>de</strong>s personas. Pasaban los días, y la emoción subía pero los<br />

nervios <strong>de</strong> saber que se aproximaban las competencias también<br />

incrementaban. Después <strong>de</strong> algunas competencias entre nosotros,<br />

algunas ganadas otras perdidas, di cuenta que con cada medalla me<br />

enorgullecía más <strong>de</strong> mis habilida<strong>de</strong>s. Luego <strong>de</strong> verlas colgadas y<br />

pensar que eran un pequeño paso, pero un gran logro en mi vida, me<br />

llenaba <strong>de</strong> mucha alegría. Luego llegaron los viajes en don<strong>de</strong> se<br />

harían competencias nacionales. La manera en cómo se distribuían<br />

los grupos para las competencias era bastante compleja, se hacía por<br />

categorías, peso, edad y otras cosas que no recuerdo. Mi primer viaje<br />

fue a Bogotá, yo nunca había ido a esa ciudad y pues me parecía<br />

grandiosa la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ir. El viaje tenía un precio accesible, pero no<br />

sabía <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> obtener el dinero. Hablé con mi papá y me dio una<br />

loción para que la rifara, <strong>de</strong> ahí recogí algo, pero no bastaba, así que<br />

hable con algunos tíos y ellos me ayudaron con el faltante.<br />

36<br />

Quedaban pocos días <strong>de</strong> entrenamiento y yo me sentía preocupada<br />

por saber ¿cómo me iría?, ¿me lastimarían?, ¿quedaría en<br />

vergüenza?, ¿ganaré, per<strong>de</strong>ré?... Tenía muchas dudas porque nunca<br />

en mi vida había experimentado algo así. En menos <strong>de</strong> lo que<br />

esperaba, llegó el día <strong>de</strong> viajar todos se veían tan tranquilos, se reían<br />

como si fuera algo muy normal, mientras yo, quería salir corriendo y


no ir, pero me arme <strong>de</strong> valor subí al bus y supe que todo lo que<br />

pasara en el viaje marcaría mi vida.<br />

Llegamos y el frío era terrible, aunque yo estuviera acostumbrada me<br />

dio muy duro. El tiempo se pasaba muy rápido y en mi mente me<br />

hacía a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que en un parpa<strong>de</strong>o ya estaría en la lona,<br />

disputándome con otra persona. A pesar <strong>de</strong> que tenía muchos nervios,<br />

disfrutaba cada momento <strong>de</strong>l viaje entre risas y "ayudas psicológicas"<br />

<strong>de</strong> mis compañeros permitiendo que el miedo <strong>de</strong>scendiera. Cuando<br />

fue el momento <strong>de</strong>l pesaje me escondí, pero me <strong>de</strong>scubrieron<br />

(escon<strong>de</strong>rme en el baño, como si fuera invisible), en fin salí nerviosa,<br />

me pese y tan solo esperaba el momento. Era tanto lo que había por<br />

ver, hacer y preparar que ni siquiera notaba el pasar <strong>de</strong>l tiempo.<br />

Recuerdo que las competencias empezaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy temprano y<br />

acabaron casi a media noche. Comenzaba mi categoría y sentí ganas<br />

<strong>de</strong> escón<strong>de</strong>me <strong>de</strong> nuevo, pero me motive, me enfrenté al rival más<br />

difícil, a mí misma y logré superarme para po<strong>de</strong>r enfrentar la<br />

competencia. Allí, se luchaba hasta cuatro veces por persona<br />

<strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> cuanta gente hubiese en cada listado. A mí me tocó<br />

luchar dos veces, en la primera iba perdiendo por puntos (se pue<strong>de</strong><br />

ganar por puntos: cada técnica tiene un valor en puntos, entre más<br />

técnica, más puntos, más posibilidad <strong>de</strong> ganar; o por plancha: uno <strong>de</strong><br />

los participantes pega la espalda <strong>de</strong>l contrincante a la lona durante<br />

algunos segundos. Pero si te tienen en plancha, eso anula los puntos<br />

acumulados y ganara el contrincante), pero con quien estaba<br />

luchando, me lastimó el brazo y grité tan fuerte que se pauso la lucha<br />

para saber qué me había pasado, y si podía continuar (en realidad no<br />

me paso nada, simplemente grité porque ya me tenían en plancha y<br />

no quería que todo acabara ahí. Me pusieron algo <strong>de</strong> crema en el<br />

brazo y volví a la lona, al final gané por placa. En la segunda lucha,<br />

tropecé y mi contrincante me "plancho".<br />

37<br />

Estaba feliz y ya se me habían pasado los nervios, salí a comer y me<br />

acosté un rato, luego me <strong>de</strong>sperté para seguir viendo las luchas. El<br />

tiempo pasó, todo acabó, bastantes <strong>de</strong> nosotros estaban lastimados,<br />

algunos triste por per<strong>de</strong>r, otros contentos y otros que simplemente les<br />

daba igual. Para mí fue impresionante, toda esa gente gritando tu<br />

nombre, celebrando el triunfo, los espectadores, las fotos, etc. Todo<br />

eso para mí no tenía precio. La mayoría <strong>de</strong> estos viajes los realizan<br />

así: el jueves por la noche empieza el viaje, para llegar en la mañana<br />

al <strong>de</strong>stino, el viernes en la mañana y en la tar<strong>de</strong> se realizan los<br />

pesajes, la distribución <strong>de</strong> categorías y la organización <strong>de</strong> los<br />

encuentros, el sábado luchan los más pequeños y algunos <strong>de</strong> la<br />

categoría siguiente y el domingo luchan los que faltan, por la tar<strong>de</strong> se<br />

hace la entrega <strong>de</strong> medallas y en algunos casos, premios (esta vez no


darían premios). Yo luche el sábado y el domingo, me <strong>de</strong>diqué a ver<br />

a los <strong>de</strong>más y a apren<strong>de</strong>r visualmente.<br />

En la tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l protocolo, nuestro entrenador nos informó<br />

que quedaba dinero y con él, podíamos ir al parque <strong>de</strong> diversiones.<br />

Sentía mucha emoción <strong>de</strong> conocer el parque; era otra cosa que yo<br />

jamás había visitado. Nos dieron la manillas y como todos teníamos<br />

nuestras maletas en mano, tuvimos que <strong>de</strong>jarlas en un cuarto <strong>de</strong> aseo<br />

(estábamos tan emocionados con subir a las atracciones que nos<br />

olvidamos <strong>de</strong>l qué hacer con las maletas), y comenzó la aventura.<br />

Subí a la mayoría <strong>de</strong> juegos, sentía una adrenalina inigualable.<br />

Después <strong>de</strong> un rato todos nos juntamos y corríamos a todos los<br />

juegos juntos como una familia.<br />

Más tar<strong>de</strong> llegó la hora <strong>de</strong> irnos, recogimos el equipaje, fuimos a<br />

comer y luego al bus. De nuevo volvíamos a nuestra tierra, con la<br />

satisfacción <strong>de</strong> que era un logro más tanto para nosotros, como para<br />

el <strong>de</strong>partamento. Personalmente estoy agra<strong>de</strong>cida <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

experimentar esto en mi vida y <strong>de</strong> conocer este mundo fantástico <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>porte, don<strong>de</strong> los que se lo proponen pue<strong>de</strong>n alcanzar sus sueños y<br />

llegar tan lejos como quieran.<br />

Valentina <strong>de</strong>l Mar Flórez Jiménez<br />

38


CRÓNICA DEL DOMINGO<br />

El domingo pasado fui a la laguna <strong>de</strong> pesca “El carajo” con mi<br />

familia. Pensamos que sería un lindo paseo. El día amaneció nublado,<br />

pero no nos preocupamos <strong>de</strong>masiado. El tráfico <strong>de</strong> carros era terrible.<br />

En el trayecto hacia el lugar, encontramos una piedra grandísima, por<br />

lo cual no nos permitía transitar por aquel lugar, así que nos tocó<br />

<strong>de</strong>volvernos hasta llegar a otro lago <strong>de</strong> pesca ya mencionado antes,<br />

pero fue difícil encontrar estacionamiento.<br />

El lago que queríamos visitar nos ilusionaba porque nos habían<br />

hablado <strong>de</strong> él antes y teníamos una gran curiosidad, pero no nos<br />

sentimos tan mal, pues el otro club era amañador y agradable. La ida<br />

a pescar no era el alegre paseo que nos habíamos imaginado. Pero el<br />

sitio se veía gran<strong>de</strong> lo que nos interesó conocerlo, los pozos eran<br />

gran<strong>de</strong>s, solamente dos <strong>de</strong> ellos o se podían utilizar, tal vez allí<br />

habían crías, pero no pregunté.<br />

A pesar <strong>de</strong> que hubo un poco <strong>de</strong> llovizna, estábamos contentos, era la<br />

primera salida con todas las personas <strong>de</strong> la casa juntos. Me sentía un<br />

poco enferma pero eso no me impidió portarme bien, y tratar <strong>de</strong><br />

hacer sentir súper a mi familia.<br />

39<br />

Me metí a la piscina, pesqué y pasé el mejor fin <strong>de</strong> semana, y así<br />

recordamos días <strong>de</strong>spués los momentos tan lindos, el amor, la<br />

confianza y la unión <strong>de</strong> nuestra familia.<br />

Yeraldin Castrillón Hernán<strong>de</strong>z


UN VIAJE INOLVIDABLE<br />

Hace aproximadamente dos meses, realice un viaje que al comienzo<br />

era divertido, y su motivo era para festejar mis 16 años.<br />

Todo comenzó con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> mi mamá, pues ella quería que el 24 <strong>de</strong><br />

marzo <strong>de</strong>l 2016 fuera una fecha especial como lo había planeado<br />

años atrás. A causa <strong>de</strong> esto, organizó una salida en familia a Santa<br />

Marta. Cuando llegó el tan esperado día, mis padres tuvieron que<br />

mandar a arreglar el carro para que no se presentara ningún problema<br />

durante todo el recorrido y po<strong>de</strong>r llegar a aquel lugar sin ningún<br />

problema. Ellos viendo esto, y pensando que el cupo en el transporte<br />

estaba completo <strong>de</strong>cidieron que yo me fuera a<strong>de</strong>lante con mi primo y<br />

algunos amigos cercanos.<br />

El día 22 <strong>de</strong> marzo en la noche, salí rumbo a la costa colombiana en<br />

compañía <strong>de</strong> mi primo. Ese viaje fue muy largo, aunque sin darnos<br />

cuenta, al siguiente día muy temprano, llegamos a la terminal <strong>de</strong><br />

transportes. Al bajarnos <strong>de</strong>l bus parecíamos perdidos porque este<br />

lugar había una gran plaza, un señor muy amable, viendo lo que<br />

sucedía, quiso ayudarnos a llegar al lugar don<strong>de</strong> nos hospedaríamos<br />

por 24 horas, mientras esperábamos a mis padres y a los <strong>de</strong>más que<br />

viajaban en el auto.<br />

40<br />

Era tanta la emoción que inmediatamente nos cambiamos <strong>de</strong> ropa<br />

para ir a las playas <strong>de</strong>l aeropuerto, nos <strong>de</strong>moramos 15 minutos en<br />

llegar y parecía que hubiéramos caminado dos horas bajo el caliente<br />

sol que quemaba con furia, pero al ver el mar, todos salimos<br />

corriendo aliviados ya que el agua nos ayudaría a calmar el ardor <strong>de</strong><br />

la piel. Camilo mi primo, sin saber que el agua era salada abrió los<br />

ojos bajo ella, ese momento fue muy chistoso porque él se quejaba<br />

mucho. Después <strong>de</strong> unos minutos, el ardor que sentía se calmó y<br />

pudo volver a meterse al mar.<br />

Así paso el transcurrir <strong>de</strong> este día y llegó muy rápidamente el 24 <strong>de</strong><br />

marzo. Este comenzó con una linda llamada, con el motivo <strong>de</strong><br />

felicitarme por ese nuevo año que Dios me permitía vivir. Las<br />

personas que me acompañaban me cantaron lindas canciones y otros<br />

que estaban lejos, me llamaron a felicitarme. Aunque hubo muchas<br />

personas que no se acordaron, pero esto no me <strong>de</strong>tuvo para tener un<br />

día como lo esperaba. Al final llegaron mis padres con una hermosa<br />

torta y allí, pudimos pasar un momento muy agradable juntos.<br />

Yurley Dayana Carvajal Rodríguez

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