Antología de Crónicas Proyecto Pedagógico Práctica - Universidad Industrial de Santander

UNA VIDA MENOS POR LAS DROGAS
Edwin era un joven lleno de entusiasmo y alegría, a sus 13 años de
edad cursaba 8º. Era muy bueno en el área de artística y la gente le
decía que iba ser alguien importante en la vida. Él era afortunado
porque tenía el apoyo de sus hermanos y padres, lo único malo de
Edwin, era que siempre trataba de manipular a su madre, para así
conseguir lo que quisiera
Un día Andrés, amigo de Edwin, lo llevó a una fiesta común y
corriente, pero lo que él no sabía era que esa fiesta era una prueba
para ver si era capaz de consumir drogas. Edwin accedió para no
perder a sus amigos, y así siguió varios meses, mientras su madre no
se había dado cuenta de lo que ocurría.
A sus 14 y 15 años, empezó a salir mucho más seguido y a ir cada
vez menos al colegio. Edwin perdió todas sus ganas de estudiar y
cada vez más, quería hacer cosas que no eran adecuadas para su edad.
Un día empezó a robar y no solo a desconocidos, sino que también a
sus familiares y vecinos. Una vecina se cansó de esta situación y lo
denunció a la correccional para menores, pero eso no fue todo.
Siguió así por semanas, pero lo que él no sabía era que la gente se
estaba empezando a quejar y estaba poniendo denuncias a la policía.
Una tarde, llegaron a su casa los del Bienestar Familiar y la Policía.
Edwin desesperado intentó escaparse pero no lo logró. Ellos lo
llevaron a la correccional. Allá duró un buen tiempo, él decía que se
iba a comprometer a cambiar y a no cometer más delitos, pero eso, se
quedó solo en palabras.
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Edwin regreso a su casa “bueno y sano” al cumplir sus 17 años, pero
volvió a enviciarse y a robar. Él confiado de la vida no sabía lo que
iba a pasar, pensaba que todo lo que hacía no tendría consecuencias,
no se las creía pero nadie se imaginaba la cantidad de enemigos que
tenía.
Él frecuentaba por lugares peligrosos de su barrio como si nada. Un
día confiado de la vida, pasaba tipo 6:00 de la tarde, por un callejón
oscuro y abandonado. Lo que Edwin no sabía era que dos de esos
tantos enemigos que tenía, lo estaban esperando, simplemente para
algo, “matarlo”. Edwin no tuvo tiempo de correr ni pedir ayuda
cuando cinco balas lo sorprendieron, él cayó e inmediatamente
murió.