Antología de Crónicas Proyecto Pedagógico Práctica - Universidad Industrial de Santander

MI GRAN OPORTUNIDAD
Hace tres años me sorprendieron con una gran noticia, algo que yo
siempre había querido en mi vida y era la oportunidad de conocer
EE.UU. En ese momento no sabía ni qué decir, tenía que tomar una
decisión rápido; para empezar tenía que despedirme de mis amigos,
mis familiares para emprender este viaje porque era una gran
oportunidad para mí.
Pasó una semana y empezamos a hacer el trámite del pasaporte que
era aquí en Bucaramanga. Días después hicimos el trámite de la Visa
y por lo tanto, tuvimos que pedir una cita por Internet e ir a la ciudad
de Bogotá. Luego fuimos hasta allá y para la cita tuvimos que llevar
unas fotos, certificados y otros papeles. Mientras estuvimos en la
Embajada de Estados Unidos nos hicieron una entrevista en donde
nos preguntaron cuanto tiempo nos íbamos a quedar allá, luego
confirmaron el lugar de trabajo de mi mamá y nos dijeron: -¡Feliz
viaje!, recuerden que la visa llega por correo al casa-.
Regresamos a Bucaramanga nos pusimos a hacer las maletas, aún
recuerdo que en ese proceso, tuvimos que regalar algunas cosas.
Fuimos de nuevo a Bogotá para alistarnos y dejar listos todos los
detalles del viaje. Cuando llegó el momento, nos dirigimos de
inmediato al aeropuerto El Dorado; allí nos revisaron los papeles, el
equipaje de mano y por fin, nos subimos al avión. Cuando nos
subimos, recuerdo que el piloto nos informó que el vuelo tenía escala
en Fort Lauderdale (en La Florida) y luego hasta Atlanta, Georgia.
Ya en el avión decidimos que queríamos comprar algo de comer pero
nos dijeron que no aceptaban dinero en efectivo solo tarjeta de
crédito, así que tuvimos que esperar tres horas hasta llegar al
aeropuerto de Fort Lauderdale.
25
Cuando bajamos del avión, lo primero que hicimos fue buscar algo
para comer. Compramos una Coca-Cola, unas papas y un muffin.
Cuando nos indicaron que debíamos volver a subir al avión con
rumbo a Atlanta tuvimos que pasar a que nos revisaran de nuevo el
equipaje, pero esta vez, no nos dejaron pasar porque teníamos
comida, así que nos sacaron y nos dijeron que cuando acabáramos de
comer volviéramos. Lo malo era que teníamos que apurarnos para
estar listos con anticipación para abordar el avión, así que tuvimos
que embutirnos toda la comida y se nos cayó una papa al piso y como
no pudimos recogerla por el afán, una de las señoras que estaba
haciendo aseo nos regañó y tuvimos que botar el muffin y media
gaseosa.