Antología de Crónicas Proyecto Pedagógico Práctica - Universidad Industrial de Santander

UNA FAMILIA UNIDA Y FELIZ
En mi familia somos cuatro personas. Esta historia comenzó en el
año 1992, en una fiesta, dos jóvenes muchachos se conocieron. Ellos
eran mis padres, ambos se miraron fijamente y se enamoraron, los
dos tortolitos, los cuales son Lorenzo Cristancho Díaz y Alcira
Garcés Benavides.
Luego de algún tiempo ellos tuvieron un hijo en el año 1993, que de
nombre le colocaron Lorenzo Eduardo Cristancho Garcés. Cuando
Eduardo ya tenía 7 años, en el año 2000, nació su primer hermano,
que por nombre le colocaron, Carlós Andrés Cristancho Garcés.
Después el tiempo transcurre y se crea una relación de confianza en
la familia y la felicidad llena el hogar con la presencia de los cuatro
miembros.
Al paso del tiempo, ya Carlos cumplió 14 años de edad. En ese
momento, Eduardo su hermano mayor se enamora de Diana Marcelas
Delgado Cristancho, y en el año 2015, el joven Eduardo decide
llevarse a vivir a la casa de esa pequeña familia, a Diana.
Al pasar el tiempo y como los deseos no llegan por sí solos, Diana
quedó embarazada de Eduardo. Carlos atónito ante la situación, se
pone feliz porque será tío. Pero los padres de Carlos y Eduardo no
pensaban quizás lo mismo. Cuando Diana apenas tenía tres meses de
embarazo, comenzó a tener gustos extraños: por ejemplo, ella
comenzó a detestar la carne, y como si fuera poco, le comenzó a
gustar la comida muy caliente. Creo que nunca alcanzaré a
comprender esas circunstancias de la vida.
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Cuando Diana cumplió los cinco meses de embarazo comenzó a
vomitar todo aquello que comía, todo le daba náuseas y siempre a la
hora del almuerzo Eduardo y Carlos la veían encerrada en el baño.
Cuando tenía 8 meses, Diana ya comenzaba a disfrutar su embarazo
frente a la presencia de los demás miembros de la familia, porque
comenzó a sentir los pequeños movimientos del bebé.
Al momento de que Diana y su bebé iniciaron las 36 semanas de
gestación, tuvieron que internar a Diana, porque los doctores
comentaban que el bebé venía muy pequeño. La pobre Diana estuvo
durante cuatro semanas internada para que no iniciara su trabajo de
parto y pudiera durar las 40 semanas. Pero durante largo tiempo y por
el esfuerzo de Diana decidieron pasarla, por fin, a la sala de trabajo
de parto hasta que su hermoso bebé nació en la edad normal.