Antología de Crónicas Proyecto Pedagógico Práctica - Universidad Industrial de Santander

una sola palabra. Yo me sentía muy preocupada de lo que pasaba
pues no sabía lo que había ocurrido. Mi papá solo se acercó a
decirnos: ‘‘Dios nos ayudará desde hoy en adelante’’. Al rato, se fue
a su cuarto y se acostó junto a mis dos hermanos y junto a mí.
Al día siguiente todo quedó nublado para mí. La vi, ella muy bella
como siempre, estaba dentro de un cajón, sin ganas, sin fuerzas, tiesa,
fría, muerta. Para todos fue muy duro, pero no creo que tanto como a
mi papá y a mí. Para mis dos hermanitos menores que no entendían
nada de lo sucedido en ese momento porque la niña menor tan solo
tenía 23 meses y mi otro hermanito tenía 3 años fue fácil para mi
papá decirles que ella estaba durmiendo y no se despertaría jamás.
Aún recuerdo que mi papito sufrió mucho y me dolía demasiado
verlo así, destrozado, con ganas de morirse. Pero a pesar de todo, él
fue un hombre muy valiente porque fue capaz de sacarnos adelante y
esta es la hora que estamos aquí gracias a él y a mi Diosito que no
nos ha desamparado y no lo ha dejado sin fuerzas para seguir.
Ahora me pregunto en este momento dónde estará esa mujer que se
enfrentaba a todo sin saber las consecuencias, y me la imagino
viendo en cielo. Todavía la recuerdo como lo mejor que me ha
sucedido en la vida. Por eso, te amo demasiado mamita y estés donde
estés, siempre te recordaré y te llevaré en mi corazón.
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Karen Michet Rodríguez Chacón